Broken Hearted, Cap 10

Mar 17, 2011 13:00

 10. The truth can be dangerous

-Esperaba cosas como ‘no importa lo que hagas, sigues siendo una bastarda’ o algo así, ¿ustedes no?
-Sí, yo también, pero Elen ha estado rara estos últimos meses…-Charles susurró para que nadie más pudiera escuchar. -La he visto mucho rondando por los consultorios, aunque es lo bastante astuta para no dejarme averiguar hacia dónde va - naturalmente Charles sabría de eso ya que después de todo, era el cardiólogo del pueblo.
-Pues qué raro, quién sabe a dónde irá…-me respondí más a mí misma que a ellos, pero no tuve tiempo de analizar nada ya que Cameron había llegado en el coche junto a su futuro esposo, era hora de sacar fotos… muchísimas fotos.

La ceremonia tomó su cauce natural y todo parecía salir a pedir de boca. Apenas entramos a la iglesia, Sue y Charles me pidieron que me sentase con ellos en el primer banco y me sentí llena de paz y alegría; no sólo ellos me trataban como parte de la familia, sino que también me permitieron la posibilidad de no estar al tanto de aquellos rostros conocidos que estarían analizando cada movimiento que hiciera.

Aún así… nada pudo sacar de mi mente a Elen Eastcrowd; ni el vestido blanco, ni el velo, ni las damas de honor, ni las flores. Si bien Cam me había pedido que fuese su dama de honor, eso era algo que estaba más allá de mí y que ella sabía yo no podría lograr. Habían pasado demasiadas cosas, mucho había cambiado y si bien intentábamos componer aquel vínculo que se había deshecho, ambas sabíamos no podíamos apresurar nuestro propio ritmo de sanación.

Algo andaba mal, mi sexto sentido me estaba avisando constantemente durante toda la celebración… pero… ¿qué?... Te estás perdiendo señales, me dijo mi conciencia y yo intenté con todas mis fuerzas recordar aquello que estaba dejando pasar desapercibido. ¿Qué podría ser? Bajé mi vista hacia mis manos ignorando completamente aquellas palabras de fe y amor que el cura estaba diciendo y ahí fue cuando todos los cabos se ataron automáticamente.

Moretones… Elen llevaba moretones en las manos, unas manchas grandes y oscuras que demostraban que las heridas no habían cicatrizado, en cambio, se las acariciaba de manera constante, así que el mayor dolor por aquellos golpes había cesado.

- ¿Han notado si Elen se enferma fácilmente? ¿No vive con resfriados o cosas así? -le pregunté al padre de Cameron mientras que él me observaba sorprendido, luego simplemente asintió con la cabeza haciendo que aquel horrible presentimiento que iba creciendo en mi interior se confirmara más y más. - ¿Fatigada últimamente? ¿Aunque nunca se haya salido de su rutina de toda la vida? - Charles asintió nuevamente y las lágrimas comenzaron a aglomerarse en mis ojos por aquella pena inmensa que mi corazón comenzaba a sentir. Si yo tenía razón… entonces no le deseaba aquello a nadie, ni siquiera a mi peor enemigo.
-¿Estás bien, Liz? -susurró Sue, pero yo simplemente sonreí y cubrí mis labios con mis manos, fingiendo que la ceremonia me había tocado en lo profundo del alma y que me encontraba sensible por aquello. Sue sonrió complacida por no ser la única que se sentía así y ambas comenzamos a llorar, aunque por razones completamente diferentes.

Apenas se terminó todo, salimos de la iglesia disparados a buscar el arroz que les tiraríamos a los novios, aunque yo no podía pensar claramente en aquellos momentos. Chace me brindó una pequeña bolsa de color beige que contenía el blanco alimento a ser lanzado y me sonrió, aunque yo no pude devolverle aquel gesto… si tan sólo yo tenía razón… aquella sonrisa en él se borraría por un largo, largo tiempo.

-¿Estás enojada conmigo? -cuestionó mientras sus ojos me escaneaban de manera escrutiñadora, yo tan sólo desvié la mirada, buscando que él no recordase cómo leerme la vista.
-No… yo… tan sólo
-¿Qué está pasando? -cortó mi triste intento de excusa… el muy idiota se acordaba perfectamente de cómo intentaba escapar a sus interrogatorios cuando le estaba ocultando algo.
-Nada… no te pienso decir nada hasta que no lo confirme, tan sólo tengo un mal presentimiento.
-¿De qué es? ¡Maldición, Elizabeth! Cada vez que tienes un mal presentimiento, se cumple, así que te conviene que me digas ya mismo qué está pasando o yo…
-¿O tú qué? -arqueé mi ceja, era necesario alejarlo de mí; si lo que yo creía era verdad, la persona para confirmarlo no tendría que ser yo. Pero él no descansaría hasta saberlo, así que por más de que me doliese, él mismo me obligó a hacer lo siguiente -¿se te olvida que ya no eres mi novio? Llevamos años sin estar juntos, no hay amenaza que me lances que me haga decirte lo que estoy pensando ahora. Y si no quiero compartir esto contigo, tengo mis motivos, deberás aprender a respetar los deseos de los demás. -apenas dije esto, Chace se marchó furioso hacia otro lado dándome la espalda completamente; sabía que no se iba a voltear a verme, el curso que las cosas habían tomado la noche anterior nos habían dejado demasiado sensibles y yo acababa de lastimarlo. Si bien me sentía la peor persona del mundo, supe que fue lo correcto a hacer y tomé mi decisión: no podríamos acercarnos. Ese era el destino que nos decía que no estábamos hechos el uno al otro, de otra forma, no hubiéramos terminado lastimados cada vez que nos encontrábamos.

Por más de que la verdad nos pudiese lastimar, no era mi verdad a contar y Chace tendría que comprenderlo tarde o temprano, aunque eso significara que nuestra posibilidad de terminar todo de una maldita vez pero en buenos términos, se hubiese esfumado.


Capítulo, nove, broken hearted, atenea

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