Acabo de terminar todos los niveles de
Fantastic Contraption, un juego en flash sobre construcción de máquinas en que, con elementos muy sencillos, hay que construir ingenios muy complicados para ir resolviendo los puzzles. Sí, a eso dedico mi tiempo, ¿qué pasa?
No hace falta que digáis nada sobre los colores pastel. Lo sé.
El asunto es que, tras terminar el último puzzle, ¡el juego se bloquea! ¡Ni una mala felicitación! ¡Ni unos créditos! ¡Ni siquiera inútiles puntos para la página de
Kongregate! ¡Nada! ¿Qué clase de mierda es esta?
Ehm... esto... sí, estoy estudiando mucho. De verdad.