Sep 20, 2007 00:32
Acabo de llegar de Granada. Esta vez no fue un viaje de placer, sino de negocios. Tenía que examinarme de Análisis matemático, que en Murcia me convalidarán por Cálculo, que viene siendo la asignatura más difícil de toda la carrera. Llevaba todo el verano estudiando para ella, y concretamente el últimos mes, como no he estudiado en ningún otro verano de mi vida.
De modo que me planté de okupa en el piso de una amiga, estuve repasando, dormí cinco horas, y me planté en la facultad de informática, dispuesto a enfrentarme a mi Némesis. Hora y media más tarde escribía un nombre falso en las hojas de examen, a fin de evitar perder una convocatoria, y me largaba de allí. Estrepitoso fracaso.
Cálculo suspenso. Luego me he tirado todo el verano puteado para nada. Luego me la tendré que sacar el año que viene. Luego no me podré sacar todas las demás asignaturas, así que habrá que echar un año más de carrera. Y lo mejor de todo: al no haber aprobado esos doce créditos, ya no cumplo los requisitos mínimos para la beca. Adiós, 2.300 euros que nunca veré. Soñaré con vosotros.
La parte positiva es que pasé un par de días más en Granada en la mejor compañía. Menos da una piedra.
personal,
odio mi carrera