Menos de 22 horas en Madrid me han servido para convencerme de que tengo que volver alguna vez a verlo con más detenimiento. De todas formas, he visto todo lo que me había propuesto ver. Es decir, todo y nada en particular. ¿Que por qué este microviaje relámpago de menos de un día y más de 900 kilómetros? ¿Que por qué decidido noche anterior, casi sin equipaje, sin saber dónde dormiría ni cuándo volvería? Porque a veces en la vida uno descubre que sale un tren, y que si no lo coge en el momento ya no podrá cogerlo nunca. Y en esos momentos lo importante no es preguntarse a dónde va el tren, sino si preferimos seguir parados en el andén o ir cualquier parte.
En todo caso, la experiencia ha sido muy positiva. Tantas cosas podrían haber salido mal (no olvidemos que íbamos una francesa y un tipo que nunca había ido a la capital en un coche destartalado, que no conocíamos a nadie en Madrid y que no teníamos un lugar seguro donde dormir), que al final ha salido todo bien. No gracias a mi previsión ni mi pericia, claro, sino a Anne (mi compañera de piso),
brenda_marlon (mi casero y guía) y
_olika_ (porque en todas las historias dignas de contarse tiene que haber una chica guapa). También tengo que dar las gracias a
_infinito, porque aunque al final no pude quedar con ella, la intención es lo que cuenta.
Me da mucha pena haber hecho un viaje tan corto. De todos los monumentos que quisiera haber visto, los que más me duele haberme perdido son, obviamente, las piernas de
litio en el Rocky Horror Picture Show, al que estuve a puntito de ir, pero mi viaje de vuelta salía demasiado pronto. Pero bueno, todas estas cosas me dan la excusa perfecta para volver algún día y hacerle la gorra a alguien más (ya que lo que me han aguantado en este viaje seguro que no quieren volver a saber nada más de mí).
Por último, sólo me queda dedicar un tirón de orejas a todos los que pudísteis quedar conmigo y no quisísteis, que sí, que sé quiénes sois. Vosotros os lo perdísteis, porque vale mucho la pena conocerme. Aunque sólo sea por el placer de despedirse de mí.