Oct 03, 2006 12:49
Levantó el vaso para apurar lo que le quedaba de cerveza, y de repente algo se rompió en su interior. Quedó allí, paralizado en mitad del bar, con la cerveza calentándose a unos centímetros de su boca. A su alrededor, la conversación de sus amigos continuaba por los derroteros habituales.
Alguien comentaba cuánto ganaba en su trabajo. Otro se acababa de comprar un coche cojonudo. Había uno que decía follar mucho, y otro que sostenía que él follaba más. Alguien tenía una novia que estaba muy buena, pero la engañaba con otra chica aún mejor. Alguien estaba a punto de acabar su carrera, que nadie podía imaginar lo difícil que era. Alguien sostenía que su carrera era más difícil. Alguien la tenía muy larga. Alguien bebía más que nadie.
Se levantó de golpe, sin acabar la cerveza, y se fue sin despedirse. Nadie supo dónde había ido hasta varios semanas después, cuando un médico llamó a sus padres desde una ciudad lejana. Al parecer, alguien le había pegado una paliza que le había roto un brazo, dos costillas y tres dientes. Más tarde sus padres probablemente se enfadarían, pero cuando entraron a la habitación y lo vieron sonriendo, el alivio fue tan grande que los dejó sin palabras.
- Has estado cerca de la muerte -dijo su madre al fin.
- He estado cerca de la vida -sentenció él, sonriendo entre sus labios partidos.
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