#09 Título: Todos los ombligos son redondos Autor: Álvaro de Laiglesia Editorial: Editorial Planeta Sinopsis: Los limites entre el absurdo y la realidad quedan continuamente traspasados por la ingeniosa sucesión de situaciones siempre sorprendentes y divertidas para el lector. (Ed. Círculo de Lectores)
No suelo leer libros de humor, aún menos de la década de los 50, y menos sin saber de qué trata, pero tuve que hacer una excepción. Empecé a leerlo totalmente a ciegas, sin saber de qué trataba (fue un regalo), y aunque la trama me resultó un tanto aburrida, los chistes, los juegos de palabras y el humor agudo con el que está escrito salva la historia.
Algunos personajes tienen unos nombres de un estilo similar a los de Olvidado Rey Gudú, ingeniosos y apropiados (y divertidos), y algunos diálogos y expresiones me recordaron a la forma de hablar de mis abuelos, familiar pero muy distinto de estos tiempos, amenizando mucho la lectura.
Es interesante también cómo el autor describe algunas situaciones que no han cambiado con el pasar de las décadas, son las mismas ahora que hace 50 años.
Recomiendo leerlo por eso, por el humor que se gasta, aunque en algunos temas esté un poco pasado de rosca (hay que tener en cuenta la mentalidad de la época), y por la genialidad de algunas de las historias.
Clasificación:
#10 Título: El nombre del viento (Crónica del Asesino de Reyes I) Autor: Patrick Rothfuss Editorial: DeBolsillo Sinopsis: En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe… músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.
Relectura
Clasificación:
#11 Título: El temor de un hombre sabio (Crónica del Asesino de Reyes II) Autor: Patrick Rothfuss Editorial: DeBolsillo Sinopsis: El hombre había desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.
Releí el primer libro de la trilogía para leerme de seguido el segundo, y no recuerdo haber disfrutado tanto la primera lectura como lo he hecho esta vez. Cuando terminé, tenía tal empacho y vicio con la historia que casi me dolían los dedos al soltar el libro.
El autor tiene una forma de escribir que me encanta (detallada y aún así muy amena, sin hacerse pesado en ningún momento) y al mismo tiempo me repatea. Adoro a Kvothe, me encanta que sea él quien narra la historia (de esa manera tan cercana, como si tú también estuvieras en la posada escuchando la historia y no leyéndola en tu casa), y me resulta muy interesante su desarrollo desde que es un niño hasta que se convierte en posadero (y me reconcome la curiosidad por saber qué pasó al final para que diera tal cambio), pero a la vez, cuando suelta alguna de sus perlas arrogantes y egocéntricas que no casan nada con su personaje de posadero-narrador, aunque sí con su yo más joven, me dan ganas de rascarme los ojos. Me rechina que Kvothe a veces me parezca un GaryStue, y aún así saber que no lo es (o no del todo, al menos) y que no puedo odiarlo por ello, ni quiero.
Con este libro (me pasó también con el primero, pero con el segundo aún más) tengo la sensación de que a pesar de sus mil páginas, no ha pasado nada que nos acerque al final de la historia, a todas esas cosas que nos promete en el primer libro, y que en el tercero va a tener que pasar todo de golpe, pero luego me paro a pensar lo que ha ocurrido y caigo en que sí han pasado multitud de cosas, pero la forma de contarlo, la forma de ocurrir, no es la típica manera épica de la mayoría de los libros de este género, sino que es mucho más sutil. Te lo cuenta un poco sin que te des cuenta, y me encanta.
Una de las cosas que más me gusta es cómo Kvothe descubre (para sí mismo o para el lector) la verdad tras las leyendas que él mismo crea a propósito o las que le han contado sobre otros personajes, como con los adem, por ejemplo. Ver cómo van cambiando las historias contadas de unos a otros hasta convertirse en leyendas fantásticas y luego descubrir que eran meras casualidades, o cómo se ha malinterpretado todo. Es muy interesante.
He redescubierto mi amor por algunos personajes (casi me había olvidado de Simmon y Wilem, cómo pudo ser), e afianzado otros (Elodin, Devi, Bast), y con la mayoría de los nuevos he caído sin remedio.
Me encanta cómo lleva el tema de la sexualidad, me parece muy realista cómo algunos personajes asumen las preferencias de otro personaje por convencionalismo, y que cuando descubran la verdad se sorprendan pero lo acepten sin problema, que hagan bromas a costa del tema pero que no sean crueles ni ofensivas, y que la homofobia sea meramente anecdótico aún teniendo en cuenta que la historia se desarrolla en un época medieval. Muy evolucionado, muy apropiado para el tono de la historia. Y es un detalle que me ha sorprendido, porque es un tema que no se toca prácticamente nada hasta este segundo libro.
El tercero no saldrá lo suficientemente pronto.
Clasificación:
#12 Título: Battle Royale Autor: Koushun Takami Editorial: Planeta Sinopsis: En la República del Gran Oriente Asiático está prohibido el rock, esa música decadente. Los jóvenes crecen en un estado totalitario y controlador que promueve la competitividad. Como medida de control de rebeliones, la administración pone en marcha el Programa: cada año 50 clases de distintos institutos son elegidas para luchar a muerte en la Battle Royale. Los alumnos elegidos son aislados en una isla. Las normas del juego son estrictas: no pueden escapar, no pueden contactar con el exterior, y solo puede quedar uno.
Rápida, violenta y adictiva. Era justo lo que esperaba de ella y un poco más. La acción transcurre en unos dos días, pero hay tantísimos puntos de vista, tantísimos personajes y tantísimas historias que parece que en realidad pasa mucho más tiempo, y aún así no se hace pesada en ningún momento.
Ésa es una de las cosas que no me esperaba: los personajes. Cada uno es diferente, cada uno tiene su propia personalidad, con una forma de encarar el problema, de pensar y de reaccionar distinta. Hay verdaderos psicópatas, hay inocentes que se convierten en asesinos, hay inocentes que no pasan de víctimas, y en varias ocasiones se da por cierto el dicho "las apariencias engañan". Es una de las cosas que más me ha gustado del libro, porque no sólo narra el punto de vista desde que entran en el Programa, sino que cuenta también detalles de su vida familiar y escolar, que en muchas ocasiones son claves para entender por qué reaccionan de una manera o de otra.
Es como una mezcla entre una especie de estudio psicológico, novela de terror y novela romántica para adolescentes. La primera es muy interesante, la segunda es entretenida (con una violencia bastante gráfica, a veces con unas reacciones exageradas e inverosímiles, y mucha descripción de heridas con fluidos corporales varios y una macabra tendencia a los craneales), pero la tercera le resta puntos y sobra en muchos momentos de la historia. Entiendo que son adolescentes de 15 años y con las hormonas en plena revolución, pero en la mayoría de los casos saber quién le gustaba a quién era no sólo inútil, sino que en muchos momentos se cargaba el ambiente. Era como si el autor no supiera demostrar de otra manera que eran chavales matándose entre sí y no adultos. Llega un punto en el que se hace cansino.
El final me pilló un poco por sorpresa, porque me esperaba una cosa durante todo el libro, intenté convencerme de que terminaría de otra manera, y luego salió con otra distinta. Me gustó.