Título de Fanfiction: Dirty Strange
Autor:
stellasometimesPareja: Kai/Do (KaiSoo)
Palabras: 7100~
Extensión: Oneshot
Género: AU, Smut, romántico, humor (?)
Advertencias: Uso de lenguaje ofensivo y escenas explicitas.
n/a: Esta idea comenzó cuando vi la presentación en el
music core de call me baby y vi a Jongin con ese overol azul, orz. Hice una película mental de escenas sucias con ese uniforme, y bueno, básicamente este es el resultado hahaha aviso de ante mano que soy mala escribiendo smut, así que no tengan muchas expectativas (?) llevo meses sin escribir algo así de directo ;;; pero lo he hecho por codiciosa y porque Kaisoo siendo indebidos es algo que jamás me aburrire assdfg Espero les guste <3
Resumen: Kyungsoo sabe que las sonrisas encantadoras de Baekhyun son las que lo han llevado a más de una que otra situación desastrosa que preferiría haber evitado. Ésas sonrisas son las que lo condenan al infierno mismo. Y esta vez, Kyungsoo se encontrará que el demonio tiene nombre, un rostro y hasta una profesión.
Dirty Strange
El encerado gris del aparcamiento de vehículos era bastante brillante, demasiado para el gusto de Kyungsoo. Debió suponerlo de todos modos, Baekhyun jamás le recomendaría algún lugar que no tuviera ciertas excentricidades. Como aquella vez que necesitaba con urgencia un personal de aseo y pintura para el pronto matrimonio de su hermano y su amigo le recomendó un prestigioso y eficiente equipo.
Kyungsoo creyó en Baekhyun, lamentablemente, y a las semanas siguientes se encontró a tres chicos hurgando las cosas de su casa y con más de dos muebles manchados. Quizá si el trio de tipos raros al que había confiado su casa no hubiera estado riéndose como estúpidos cuando los encontró golpeándose con las brochas en los culos, tan sólo quizá, Kyungsoo no hubiera perdido toda esperanza en los gustos de Baekhyun.
- ¡Vamos! Esa vez dejaron la casa preciosa- replicó Baekhyun mientras revoloteaba sobre los brazos de Kyungsoo y le hacía mohines extraños-. ¿Puedes tan sólo confiar en mí alguna vez en tu vida? Te gustara, lo juro.
Kyungsoo botó un suspiro ahogado mientras observaba la sonrisa psicótica que su amigo llevaba en los labios y luego froto sus sienes al ver el frontis del taller mecánico al cual Baekhyun lo arrastró a llevar su auto descompuesto. - Confiar en tus gustos implicó tener que bancarme a unos pintores que escuchaban a SISTAR y a Girls Generetion mientras trabajaban, Baek. En serio no quiero ni imaginar lo que tu mecánico escucha.
-Cuando lo conozcas eso ni siquiera te importará.
- ¿Sí?-cuestionó con tono sarcástico alzando una ceja-. A estas alturas, realmente cualquier cosa será mejor de conocer que a Sehun, JongDae y Chanyeol con overoles sucios.
Baekhyun soltó una quisquillosa carcajada sobre el ácido comentario de su amigo y luego pasó sus brazos sobre sus hombros. Sí, puede que haya sido una mala idea contratar a sus compañeros de universidad como maestros pintores, pero ¡Vamos! Era bastante más económico que contratar a un personal profesional. Kyungsoo era un mal agradecido- ¡Ya! No seas un amargado y entremos-. Kyungsoo mordió levemente su labio inferior al ver las hileras de automóviles pasando por su lado y luego sintió el nerviosismo carcomiendo sus entrañas al ver cómo Baekhyun lo aprisionaba entre sus brazos con una hermosa sonrisa de burla- ¡Amarás este taller! Te lo aseguro Kyungsoo yah.
Kyungsoo con el tiempo había aprendido a no fiarse de las sonrisas encantadoras de Baekhyun. Había comprendido que nunca conllevaban a nada bueno, nunca. Debió pensar un poco antes de haber aceptado su propuesta de conocer a su mecánico, pero su vehículo necesitaba con urgencia que lo arreglaran; Sora llevaba casi una semana sin poder arrancar y Kyungsoo ya estaba entrando en pánico. Su bebé no podía estropearse, ha sido su mayor inversión en todo lo que lleva de vida, horas de trabajo y sudor tuvo que sufrir para poder comprar a Sora a uno de los mejores amigos de Sehun, por lo cual no podían irse al traste así como así.
Por lo cual su desesperación tomó la decisión de creer en la sonrisa de Baekhyun, sólo por su pequeña princesa.
Error o no, Sora estaba en ese taller de encerado gris, con dos hileras de autos muy bien ubicados en los costados del lugar que dejaban un pulcro y elegante pasillo que dirigían al recibidor del lugar. «No puede ser tan malo», fue el fugaz pensamiento de Kyungsoo mientras contemplaba a los trabajadores vestidos con overoles de color azul y con grasa de autos encima arreglando las maquinas.
¿Qué tan malo podía ser?
Cuando llegaron al final del pasillo Baekhyun soltó rápidamente el amarre que tenía sobre el cuello de Kyungsoo y se acercó directamente a un hombre que estaba de espaldas tras un mostrador de madera, que al parecer, se encontraba reubicando unas herramientas que estaban en unos estantes colgados en la pared.
Kyungsoo había visto y deleitado traseros de muy buena calidad. Oh Sehun, el amigo irritante y chillón de Baek, tenía uno de esos que eran de envidiar, y más si era acentuado por su perfecta línea corporal y su codiciado físico. A su vezm, la recepcionista de su trabajo también tenía atributos de envidiar, no lo podía negar, afirmaba con respeto el potencial de las piernas tonificadas de la chica y su buena retaguardia que algún heterosexual debe de aprovechar muy bien.
Pero lo que sus ojos estaban presenciando en ese priciso momento era, definitivamente, algo de otro nivel-uno muy alto, por cierto-. ¿Qué tan bien se podía ver un culo vestido con un overol sucio, y a su vez apretándolo vulgarmente? Quizá demasiado bien, para la desgracia suya.
A Kyungsoo jamás le había gustado jugar sucio, ni mucho menos ver y saber de la suciedad; odiaba las cosas desaseadas. Pero no tendría problema en meter mano sobre ese uniforme embarrado de grasa de automóvil y con otras manchas de dudosa procedencia.
Delimitó con sus ojos la perfecta línea de la ropa interior del hombre que tenía al frente, que estaba sobresaliendo notoriamente, y luego bajó perpendicularmente por sus piernas; largas y tonificadas. Algo interesante pasó mientras iba subiendo la mirada-y se deleitaba de unos músculos envidiables- que volvió un poco más amplía su sonrisa, unos hombros anchos y brazos descubiertos de un color miel ridículamente apetecible hicieron acto de precencia; Kyungsoo los saludó con ápice y luego tragó saliva para no suspirar por la obra y gracia que tenía al frente. Por otro lado, y sin dejar de contemplar al hombre, Kyungsoo dio cuenta de algo, no tan incomodo, pero de todos modos algo alarmante; unos ojos negros, profundos y zigzagueantes puestos sobre él.
Pero Kyungsoo no tuvo tiempo de esquivar su mirada, mucho menos de saborear el bochorno de sus mejillas rojas por ser sorprendido en su vergonzosa hazaña de evaluar la figura del mecánico, ya que Baekhyun se abalanzó sobre el hombre y le saluda con euforia, casi como si fuera un cachorro perdido cual dueño al fin lo ha pillado.
- ¡Jonginnie! Qué guapo estás ¿Qué tal el trabajo?
El hombre sonrió tímidamente ante las palabras de su mejor amigo y luego recibió con toda cordialidad el abrazo que Baekhyun le incitaba -obligaba- a aceptar. Kyungsoo contempló la nueva y reveladora escena que se le presentaba mientras rápidamente sentía el torrente de sangre que fluía por sus venas aumentar la velocidad con la que transcurría habitualmente, y un cosquilleo en su estómago le dio aviso de algo totalmente nuevo cuando las pupilas dilatadas del hombre cayeron sobre su frágil y pequeño cuerpo.
-Hyung, que gusto verte por acá-el mecánico soltó el amarre que tenía con Baekhyun y luego acomodó su ropa con sus largos dedos, dejando a la luz parte de su pecho al descubierto mientras le entregaba una sonrisa falible y jodidamente irresistible. Kyungsoo tragó saliva y acomodó su cabello por el calor que de a poco le iba dominando- ¿Le ha pasado algo a tú auto, o vienes de visita?
-Traigo a mi amigo Jonginnie-señaló con su dedo índice al cuerpo inerte que tenía a su lado y sonrió satisfactoriamente al notar cómo los ojos de Kyungsoo estaban desenfocados y sus labios eran destrozado por su propia manía de morderse su labio inferior por su ansiedad-. Kyungsoo, él es Jongin, mi mecánico particular. Él podrá ayudarte con tu pequeño problema.
-Mucho gusto. -Lo siguiente que ocurrió tomó por desprevenido a Kyungsoo. El hombre estiró el brazo para que ambos estrecharan cordialmente las manos, sin dejar de mencionar que mantubo una brillante sonrisa en su rostro que mostraba sus blancos y alineado dientes.
No dudó demasiado, nada nuevo, suposo.
Pero se equivocó; hay algo eléctrico que recorre su médula espinal cuando siente los dedos ásperos de Jongin y un escalofrío le hizo quitar involuntariamente la mano. Lo hace porque el placer que inunda a sus células no es normal, porque los nudillos resecos y ásperos junto al olor de carburador quemado jamás han sido encantadores ni seductores, ni mucho menos excitantes.
-Entonces-soltó una pequeña carcajada ante la reacción del chico mono y de labios sugerentes y luego caminó sin mucha prisa hacia un auto que estaba estacionado en la esquina. Puntualmente a dos metros lejos de Kyungsoo-. ¿Qué los trae al taller, chicos?
-A Kyungsoo se le descompuso su auto, y bueno, ya estaba bastante aburrido de sus lloriqueos. Así que le propuse tú taller.
No bastó que Baekhyun terminara de hablar para que Kyungsoo le diera un codazo en las costillas y luego le planté una mirada asesina opacada por sus gruesas cejas. Jongin estaba de espaldas observando el motor del auto, así que no notó cómo el homicidio estaba siendo acabo a su espaldas, pero desgraciadamente -para Kyungsoo, claro- Baekhyun soltó un pequeño resoplido de dolor por la boca así que el moreno giró ligeramente su cabeza hacia atrás, sólo por curiosidad. Kyungsoo se dispuso a abrazar a Baekhyun por la cintura y colocó su mejor sonrisa fingida -. Necesito ayuda, no anda desde hace una semana-respondió con naturalidad.
- ¿Lo has revisado?
-Sí-los ojos de Kyungsoo se dirigieron a cierta área específica y sonrió para sí mismo. ¿Quién habrá sido el genio que inventó los overoles apretados?-. Lo he revisado, continuamente-sí que lo ha hecho, y muy bien.
Baekhyun notó lo que Kyungsoo estaba haciendo, por supuesto, lo conoce cerca de 6 años y sabe a la perfección cuándo Do Kyungsoo está en busca de carne fresca. Labios contrayéndose en un risa nerviosa y poco peculiar, manos arreglando su flequillo de un lado para otro, hombros ligeramente más levantados para fingir que está completamente seguro de sí mismo y, como no, ese color carmesí característico que decora sus mejillas. Liviano y puro, así definiría a Do Kyungsoo en ese momento, si no conociera, claro está. Como lo conoce, sabe que no hay nada de pureza en sus actos.
- ¿Lo has traído? Puedo echarle un ojo si quieres, y así hablar con lo práctico.
-Sería genial.
Encontrar atractivo a un hombre con manchas de grasa sobre el cuerpo y con un perfume peculiar no era cosa de todos los días. De principio a Kyungsoo siquiera es que le fascinaran los hombres con uniforme, y en este caso, uno bastante particular.
A Sora no le gustaban los desconocidos, lo comprobó la primera vez que Chanyeol intentó conducirla y ni siquiera pudo andar dos vueltas a la manzana con ella, porque simplemente a Sora no le cae bien Chanyeol. Quizá los autos adoptaban la personalidad de los dueños, o se tornaban con ciertas actitudes de ellos con el tiempo; Chanyeol cree que ese auto está endemoniado por Do Kyungsoo.
-Lindo auto-«Gracias» Es lo que Kyungsoo creyó que Sora debía de estar diciendo en ese instante (si tuviera cerebro y una boca, por supuesto) -. ¿Modelo clásico, eh?
-Lo clásico nunca pasará de moda.
Baekhyun sabía cuándo era ignorado, conocía muy de cerca la sensación y quizá hasta ya la podía oler en el aire, era todos modos era amigo de Do Kyungsoo; Don ignoro a mi entorno porque los odio a todos. No necesitaba dos dedos de frente para darse cuenta que Jongin y su mejor amigo estaban inmersos en algo, que él en ese presiso momento no comprendía, ni quería comprender.
Pero sabía que la manera en que Jongin pasaba la lengua por sobre sus labios no era sana, ni tampoco prudente, mucho menos el cómo los ojos de Kyungsoo desnudaban a Jongin sucia y velozmente. Ew.
- ¡Oh, qué tarde es!-dijo Baekhyun mientras miraba con falso dramatismo su celular-. Tengo algunos compromisos que realizar ¿Estarás bien si te dejo solo, Kyungsoo?
- ¿No se suponía que tendrías todo el día libre hoy?
-Pues sí… Pero Jongdae me mandó un mensaje-frunció los labios en una sonrisa torcida, de esas que le producen escalofríos a Kyungsoo-, dice que tenemos cosas que hacer para la universidad. Así que tengo prisa -. Kyungsoo quería protestar y gritarle un par de groserías en voz alta al maldito de su mejor amigo, por dejarlo a solas con el mecánico de piel perfecta y de sonrisa dormilona, ¡Lo estaba condenando al pecado mismo! Pero Baekhyun fue mucho más rápido y agarró por el hombro a Jongin y le dió unas palmadas en la espalda- ¡Me voy Jonginnie! Cuida a Kyungsoo.
- ¡Baekhyun! Esp-
- ¡Nos vemos en la casa Kyungsoo yah!
La mirada del mecánico intersectó con la suya y se vió disminuida por el sonido de los zapatos de Baekhyun chocando contra el encerado. Si no fuera porque Kyungsoo conocía a las personas que son amigas de Baekhyun, se hubiera asustado por el cómo lo miraba de pies a cabeza. Pero supone no debía ser nada de extraño que le devorara con la mirada y con sus pupilas dilatadas; oscuras y corrosivos como el aceite de motor. Tragó saliva, por casi octava vez en lo que iba de mañana, y luego reacomodó su flequillo con sus dedos temblorosos. Le entregó una sonrisa, escuálida y nerviosa, al hombre que abría con elegancia el capó de su auto, e intentó no maldecir por lo poco ético que estaban siendo sus pensamientos en este instante.
Sora era afortunada.
Lo que prosiguió fue rutinario, entablaron una conversación trivial de lo que Kyungsoo había hecho en la semana con su auto, alguna pista del porqué se puede haber descompuesto y por supuesto, a Jongin inspeccionando de cabeza toda su maquinaria. Kyungsoo le contó que el sábado pasado llevo su auto al cambio semestral de aceite y el mecánico hizo un mohín inexplicable con los labios y se fue de lleno a revisar a Sora.
Es curioso el cómo todo puede cambiar de perspectiva mientras observas a un hombre trabajar, o más bien, mientras dibujas la silueta del hombre que se ensucia las manos por ti en tú cabeza y luego la delimitas rincón por rincón en cómo se vería sin ese horrendo overol puesto encima.
Ups.
-Creo que ya encontré el problema-Jongin le indicó a Kyungsoo, con una seña de dedos imponente, que se acercara a Sora. Se ubicó en el frontis de su carro con desdén, ya que el hombre se alejó unos centímetros para que él puediera apreciar bien el problema. Se inclinó con tranquilidad a mirar hacia el cableado, y todo lo que su auto tenía por dentro, hasta que sientió a alguien pasando sus brazos alrededor de su cintura y que ahora se estaba apoyando sobre la montura de su carro.
«No puede estar haciéndolo»
-Ves ese cable que está ahí- el pecho de Jongin rosó con la espalda semi encorvada de Kyungsoo y luego sintió cómo el aliento del chico caía sobre su cuello. En efecto, veía el jodido cable que estaba ahí, pero la forma en que le temblaban las piernas al sentir algo palpable chocando contra su culo, que estaba más que seguro no era ninguna herramienta, no le permitían permanecer estable en la Tierra.
-S-sí.
La voz temblorosa que salió por los labios de Kyungsoo le juegaron una mala pasada y provocaron que Jongin soltará una divertida carcajada, induciendo que su cara se volviera más roja de lo que ya estaba y el agarre que tenía sobre su máquina se desestabilizara-. Está cortado ¿Lo ves? Puede que ese día que lo llevaste a cambiar aceite lo hayan pasado a cortar por error, es muy habitual que pase.
- ¿P-puedes solucionarlo?-preguntó titubeando. Jongin dejó vacío el espacio que había entre ambos y se fue a escribir en una papeleta. Kyungsoo suspiró y se muerdió el labio inferior con euforia mientras lo observaba estoico escribiendo de pie.
«Maldito hijo de puta»
- ¡Claro! Es muy sencillo, sólo debes dejármelo de aquí hasta el lunes y luego te cobraré el repuesto-el chico de sonrisa dormilona le entregó en sus manos un papel con el número del taller y para alegría suya, pudo observar que el presupuesto era accesible a su miserable bolsillo-, la mano de obra va de parte de la casa-finalizó su brillante acto de misericordía cerrándole un ojo amistosamente (por no decir suciamente) y luego se dio media vuelta, para cerrar el capó del auto.
-Ugh… pero…
-Eres el amigo de Baekhyun hyung, la casa invita no te preocupes.
Kyungsoo intentó sonreír naturalmente y tanteó decirse a sí mismo que el hecho de que el chico le haya cerrado un ojo fue netamente porque era amistoso, nada más.
Aceptó, a duras penas, que el maldito del mecánico había ganado la batalla de esa tarde -la cual el mismo empezó- con su estúpida actuación de "Soy el hombre de este taller" anotándole su número telefónico en una boleta sucia que encontró encima de una mesa porqué «Si hay algún problema yo te llamo Kyungsoo hyung»
«Vengaré mi honra Byun Baekhyun»
✐
-Eres un idiota.
Son muy pocas las veces que Baekhyun toma en serio las amenazas y palabras de mal humor de su compañero de piso. Muy pocas veces, casi mínimas la verdad. Hoy en efecto no es uno de ellos, así que Baekhyun ignora el entrecejo arrugado de Kyungsoo y toma los palillos de la mesa mientras sisea con los dientes ante su deliciosa cena gourmet; ramen instantáneo con verduras.
- ¡Eres un estúpido, y algún día no despertarás vivo Byun Baekhyun!-Kyungsoo golpea la mesa provocando un sonido hueco en la madera y luego hace su mano puños mientras cierras los ojos enceguecidos en furia. Baekhyun lo observa mientras sorbetea sus fideos con los ojos abiertos-. ¿Cuál era tú plan llevándome ahí? ¡Lo ideaste todo!
Ah, Kyungsoo está enfadado. Ahora todo tiene sentido -. ¿Planear qué? -pregunta desinteresado Baekhyun mientras saca verduras del platillo que está en el centro de la mesa, para finalizar con una inocente sonrisa de incógnita.
La furia de Kyungsoo se acumula sobre sus dedos y luego golpea nuevamente la mesa. Odia cuando su amigo hace eso, lo odia tanto, o incluso aún más que cuando invita a Chanyeol con Sehun a la casa y se comen toda la ración de alimentos del mes. Definitivamente odiaba más cuando Baekhyun fingía ser inocente.
- ¡Llevarme a ese taller! No pongas esa cara de imbécil, sé que lo hiciste con intenciones.
- ¡Lo hice porque necesitabas ayuda Kyungsoo yah!-gime Baekhyun mientras termina de masticar-, te lleve al lugar más decente y profesional que conozco en esta sucia ciudad. Deberías agradecerme, Sora quedó en estupendas manos.
-Te odio.
-Unas manos morenas grandes y poderosas, llenas de aceite de automóvil, que luego viajaran por las piernas formadas de Jongin y…
- ¡Oh santo cielo Baekhyun, cállate de una puta vez! -Kyungsoo toma el tazón con ramen y hace ademán de querer dejar la mesa mientras el imbécil de su mejor amigo se carcajea por el sonrojo magistral de su rostro.
¡Puto Byun Baekhyun! Lo sabía. Sabía de ante mano que caería ante el jodido mecánico de piel perfecta y cuerpo envidiable, por eso lo hizo, por goce personal, por nada más. Sólo para ver caer a Kyungsoo ante el pecado mismo. - No tienes que fingir conmigo Kyunggie, te entiendo- frunce el ceño ante las palabras del idiota y lo mira con frialdad-, quieres que Jongin te meta las manos ¡Es normal! ¿Es una etapa, sabes? Cuando Chanyeol lo conoció-
-No.
-Pero Chanye-
-No. Sigas. Voy a vomitar. En serio.
- ¡Vamos Kyungsoo, no seas aguafiestas! Es muy gracioso.
Pero Kyungsoo prefiere ser aburrido antes de escuchar qué es lo que pensó Chanyeol cuando vio a Jongin. Primero porque es Chanyeol, algo estúpido debió salir de esa boca. Segundo, ew, qué horror saber de la vida sexual de ese gigante.
Así que decide hacer oídos sordos a lo que sea que Baekhyun esté chillando a sus espaldas y se va a su alcoba. Es viernes por la noche, tiene todo el fin de semana para olvidarse del cuerpo de Jongin, y de cómo le está metiendo manos a Sora en este preciso momento.
Sólo le queda esperar que el lunes no llegue nunca.
✐
Pero el tiempo pasa más rápido de lo habitual y el lunes llega como una ráfaga de viento. Casi como un temporal de invierno donde las horas se diluyen en la lluvia áspera y agotada para dar paso a un demoledor día lunes de fines de Enero; uno donde las llamadas son inesperadas y la confianza es arrebatadora.
- ¡Hyung tú auto está listo! Sí quieres puedes pasar a eso de las 6, hoy cierro más temprano el taller.
-Uhm… ¿No hubo ningún problema?
-Ninguno, de hecho fue sencillo. Lo terminé el sábado, pero no quise molestar.
-Entonces pasaré a las 6, Jongin ssi.
- ¡Te estaré esperando, Kyungsoo hyung!
-Nos vemos, Jongin.
«Kyungsoo hyung»
Quizá pueda acostumbrarse a eso. Tan sólo quizá Jongin no es la clase de persona que ha estado imaginando; alguien descuidado y mal educado (como Baekhyun) que anda coqueteando con toda la gente y aprovechándose de su apariencia para llegar más allá.
Jongin no aparenta eso, o al menos con lo poco que ha hablado e interactuado con él no representa ser así, le parece una persona algo dulce. Tentadoramente dulce.
Tan sólo si deja de lado sus pensamientos sucios puedan lograr una perfecta relación…
- ¿Así que, a qué hora es tú cita?
Pero por supuesto, Baekhyun jamás dejará que eso ocurra.
-No es una cita imbécil, iré a buscar a Sora.
-Entonces por qué te pusiste esa camisa tan formal- señala Baekhyun con el control del televisor en manos. Conoce a Kyungsoo, y sabe que no usaría algo que no sea de color negro porque sí.
Con el tiempo ambos han aprendido a obviarse, y mucho más Kyungsoo, ya lo ha vuelto casi un arte. Así que ignora la cara sugerente de Baekhyun, que es básicamente una mezcla entre un cachorro y un pato burlón (oh sí) y luego rueda los ojos cerrando la puerta del departamento mientras la imagen de Baekhyun va desapareciendo de su vista.
El entintado naranja que acompaña al cielo de otoño se ve reflejado en el encerado gris del taller. Kyungsoo observa en detalle cómo el lugar se ve y se siente más grato sin tanta bulla y sin nada de gente u personal de mecánica merodeando por los rincones; es sorprendentemente sobrecogedor.
Camina lentamente hacia el final del pasillo decorado de autos y luego se detiene ante su pequeña princesa; Sora luce brillante y soberbia bajo las luces artificiales del local.
-Has llegado temprano.
Jamás lo había notado, pero la voz de Jongin era mucho más infantil de lo que recordaba. Es la mezcla perfecta de un adolescente de secundaria y de un hombre completamente maduro, la combinación idílica entre la fantasía de su rostro infantil unido con su desplante masculino que terminan en un grito de gloria; a Kyungsoo se le eriza los vellos de la nuca con tan sólo imaginar las posibilidades de escuchar su voz en una situación indebida y concebirlo en su propio grito de gloria.
Al parecer todo con lo que respecta a Kim Jongin, no importa qué, Do Kyungsoo termina llegando a la misma conclusión conductual; ser sucio.
-El metro anduvo rápido-sonríe. Y es una de ésas que pocas veces aparece en su rostro, porque sí, Jongin está con su uniforme habitual de trabajo y tiene manchas en los brazos. Algunas negras y otras que se camuflan en el azul del traje, lleva ese overol sucio y a Kyungsoo le entran las ganas de muchas cosas. De sacárselo, quizá- ¿Todo bien?
«Pon tú mente en frío Do Kyungsoo»
-Todo bien, era lo que te decía. Por supuesto ya está como nuevo ¿Quieres probarlo?-Jongin merodea cerca de Sora y abre la puerta del piloto para que ingrese y pueda ver que hizo a la perfección su trabajo. Él camina hacia el lugar y pasa elegantemente por delante del mecánico, existe un rose leve entre ambos cuerpos, pero que activa hasta la más mínima célula del organismo de Kyungsoo; excitante.
No hay mejor sonido que el del motor de un auto arrancar mientras aprietas el embriague con tus pies y escuchas la rutilante melodía de la velocidad arraigándose a tus oídos. Kyungsoo cierra los ojos por la excitación que corre por sus venas al sentir cómo la maquinaria, su propio carro, hace contacto con sus manos frías y bota un suspiro de placer.
Jongin admira esa imagen en silencio. Observa y embriaga sus ojos con el cautivador reflejo de Kyungsoo por el espejo retrovisor mientras de a poco más piel se ve al descubierto por su camisa cuando mueve su cuello por su nuevo trance. El sonido de placer, mezclado con algo de lujuria rechinante, cuando Kyungsoo termina de probar su auto es algo hipnotizaste, el mecánico se imagina qué tan placentero debe ser escuchar a su cliente gemir bajo su propia maquinaria pesada mientras zigzaguea por el cuerpo del nombrado con la vista.
-Te ha quedado estupendo-el cliente saca el pie del embriague y corrobora que la palanca de cambio está en neutro, sisea un poco al sacar la llave de la cerradura y luego levanta la vista para encontrarse con el negro petróleo directamente inyectándose en su cuerpo -. No sé ni cómo pagártelo.
El mecánico tiene una idea, pero es arriesgada y un poco anti ético de su parte. Pero hay algo en Kyungsoo que le produce placer con tan sólo su presencia raspándole el rostro. Puede ser su voz grave y seria que inunda sus oídos en fatídico éxtasis, o quizá la forma en que incrusta su mirada con la suya y que de alguna u otra manera produce que se pierda en algo que no tiene nombre, en algo casual que puede pasar a ser eterno; en Do Kyungsoo cortando lo ético mientras pasa su lengua por encima de sus labios por las dudas que lo embriagan, del choque eléctrico que ocurre cuando una escurridiza lengua toca su boca, de querer avanzar y traspasar el paradigma posando con suspicacia sus manos sobre sus hombros que de a poco va irradiando su calor corporal por cada músculo de su propio cuerpo.
Esperen.
- S-supongo que gracias.
El roce de labios suaves y dulces se ve complementado por las manos de Jongin viajando hasta las caderas de su cliente mientras ambos están posados en el umbral de la puerta del piloto. Carrocería dura y fría chocando contra la parte posterior del cráneo de Kyungsoo producen leves contusiones de embelesamiento, duras y metalizadas contra su piel, pero a él no le importa. En efecto, el dolor es anestesiado por el calor corporal de su mecánico tocando con sus manos sucias su cuerpo con mucha facilidad, verbalizado con el sabor dulce y rasposo de unos labios tentadores amagando la excitación.
El placer se mezcla con la lujuria cuando Jongin intersecta la lengua con la de su hyung con astucia y luego se conectan en algo que según la poca mesura que le queda a Kyungsoo no es propiamente debido en la relación cliente-comprador. Pero ¿Importa realmente? Por supuesto que no. Así que cripta sus dedos en los cabellos rebeldes de la nuca del menor y hace el beso más violento, más real. Choca más fuerte con el metal de su carro y luego se le escapa un gemido cuando siente cómo Jongin toma con entusiasmo parte de su trasero por sobre la tela de su pantalón.
- ¿Le agradeces a todos así? -masculla Jongin sobre sus labios mientras aprecia las mejillas rojizas de Kyungsoo pasando a ser más carmesí que un Lamborghini Diablo color cereza. Le gusta.
-Sólo si los overoles le quedan tan bien al cuerpo-dice con imprudencia Kyungsoo fijando la mirada con su interlocutor.
Se puede palpar la tensión sexual. Jongin la huele y, además la siente sobre su muslo casi apuñalándole duramente. Por supuesto sabe que Do Kyungsoo no tiene ninguna clase de herramienta u artefacto dentro de su bolsillo que sea tan rígido. -Vaya.
Kyungsoo es la clase de persona que jamás deja a la deriva algo, y cuando lo comienza lo termina muy bien terminado. Es decir, del tipo de persona que donde pone el ojo coloca la bala. En éste caso, tómenlo casi literalmente.
Pero al parecer el mecánico tampoco es de los que sisean y detienen sus pagas extras con facilidad. Pasa la palma de su mano sobre la entrepierna despierta de su cliente y sonríe de medio lado sobre su rostro; palpa nuevamente y luego acaricia. Kyungsoo muerde su labio inferior por la ola de placer que recorre todo su cuerpo y levanta inconscientemente un poco más su cadera, necesita más contacto.
Pero ahora es Jongin quien está incomodo por la posición así que toma a su nuevo amante por las muñecas y lo conduce a algún lugar. La caminata es apresurada y ambos saben a dónde van, lo saben cómo si se hubieran conectado casi sinápticamente por microsegundos.
Las enormes paredes del taller ayudan a hacer eco y acoplan el sonido de las quejas del mayor cuando Jongin lo lanza sobre el capó de su propio auto y empieza de manera rápida y concreta con la jugada. Labios lamiendo leguas, y lenguas probando cuellos de manera experimentada. Todo es metódico y sistematizado, pero a la vez tiene una consigna de probar y anotar para marca al otro. Morder y lamer para degustar a la piel a contra luz del nuevo opresor.
Todo tan nuevo y ligero; desbordante e ilícito.
-Ah…-el mecánico muerde el cuello de su presa mientras desabrocha los botones de su camisa y lo toma por ambas muñecas apresándolo contra el capó. El frío recorre la espalda de Kyungsoo y le hace gimotear más; pedir por más Kim Jongin. Pero es cauteloso y aprovecha cada segundo para guiar a su mecánico que ahora besa y marca su torso desnudo con sus manos-. Uhm… así Jongin.
Una sonrisa promiscua se escapa de los labios de Jongin cuando escucha la respiración entrecortada de su amante. Pero Kyungsoo no apremia al tiempo, ni tampoco le gusta que le corten la inspiración, así que aprovecha que el mecánico lo está contemplando semi desnudo para quitarle el horrendo y desaliñado overol. Por supuesto, su diagrama mental estaba en lo correcto y no le sorprende cuando ve abdominales muy bien marcados casi pintados por el mismísimo Da Vinci sobre un lienzo.
Le toma cinco segundos exactos contemplar el cuerpo desnudo de Jongin para que su erección se torne el doble de dura y tormentosa, para luego sentir las manos de su mecánico desabrochando el cierre de su pantalón. Kyungsoo abre sus piernas con ligereza para dejarle el camino fácil a Jongin, un viaje rápido a su zona inguinal que al hombre de piel morena no le cuesta recorrer con sus manos frías y conocedoras de dar placer. O al menos Kyungsoo lo nota así cuando frota con la palma de sus manos sus muslo desnudos y los besa por el borde interno; muerde y lame mientras tantea su piel perla a contra luz con el capó del auto color crema.
-Jongin… Rápido…nmg
- ¿Tienes prisa hyung?-dice con voz ronca y suave.
Lo que viene es tormentoso y doloroso, la panorámica que deleita Do Kyungsoo mientras está tendido sobre su capó provoca que el líquido pre-seminal brote por su miembro y todos los dioses sean escupidos por sus labios. Kim Jongin toma con sus dedos la erección húmeda de su hyung y crea una sonrisa torcida y pervertida mientras está observando desde abajo todas sus reacciones. Sube y baja la fricción entre su miembro palpitante y Kyungsoo se estremece cuando algo húmedo y tosco aborda su virilidad. -Mierda-, una mano inconsciente se posa sobre la cabeza del menor y los dedos de Kyungsoo se enrollan alrededor de las hebras color caoba de su amante. Jala con imprudencia un resto de mechones por el éxtasis que corre por su cuerpo y que se acumula en su garganta cuando la lengua del hombre se deleita de su sabor, y puede sentir cómo el grito de dolor recorre su miembro y rebota como eco en la garganta de Jongin.
Debió suponer que la boca de Jongin era experta; succiona y juguetea con su pene como si fuera natural y básico, mientras que Kyungsoo no logra controlar sus gemidos y gimoteos de placer arrullados en sus labios. El mecánico levanta la mirada y busca la insípida, y casi nula cordura de Kyungsoo con sus pupilas. La encuentra divagando por el suelo y cuando tiene la plena atención de su cliente, saca de su boca el pene del mayor haciendo un sonido sucio. Un conjunto de saliva con pre-semen y rastros de satisfacción corren y gotean encima de la boca de Jongin encendiendo todo lo que le queda de apagado al cuerpo del mayor.
No hay tiempo para hablar, determina Kyungsoo tomando por los hombros a Jongin y retoma el flujo de la situación y le devora apresuradamente los labios. Siente su propio sabor inundando sus papilas gustativas y gime por el goce personal-. Esto es demasiado poco ético-dice un agitado Jongin que se frota sin descaro contra la erección más que despierta de su opresor.
-Me importa una mierda Jong…nmg
Los movimientos de caderas son poco calculados pero profesionales. La erección dura y goteante de Jongin traspasa los límites y provoca que se cree un acoplo de jadeos y gemidos en el que se mesclan respiraciones entre cortadas y un por favor, por favor mientras sus manos tocan y perciben la suave piel milímetro por milímetro.
-Esto dolerá un poco-sisea Jongin mientras intenta equilibrarse con sus manos colocándola sobre las caderas de Kyungsoo, que lo mira con deseo y frustración sexual. Una extraña sensación de nerviosismo recorre por instantes los dedos del mecánico y le hace dudar.
El empotrado Do Kyungsoo sobre el capó se ve maravilloso; cubierto de sudor y las piernas abiertas para acoplarse sólo con él. Jongin pasa su mano por el cabello desordenado de Kyungsoo y sonríe; una que es de vacilación y de búsqueda de aprobación a la vez.
-Esto puede ayudar-susurra Kyungsoo acercando el rostro del menor hacia sí mismo. Toma la mano que su mecánico estaba ocupando para acariciar su cabello y lo mete a su boca sin dudarlo. Vulgarmente pasa saliva sobre los dedos del hombre mientras se miran fijamente, Jongin cree que todo se rebalsara si sigue viendo (y sintiendo) esa escena sacada casi de película porno.
No pasa mucho para que los dedos del mecánico estén completamente lubricados y los ubique en la entrada de Kyungsoo. El primer dedo es incómodo, pero es bloqueado por los labios de Jongin besando y mordiendo su cuello. El segundo es jodidamente doloroso y dificultoso; pero es amagado por las caricias de Jongin mientras frota su manos sobre su muslo y lo distrae mientras besa sus clavículas con un «ya va a pasar cariño» algo titubeante.
Cuando el tercer dedo entra todo explota y Kyungsoo gime. Grita y se aferra a la espalda del mecánico mientras araña toda su espalda- ¡Jongin! Más… Más-ojos cerrados y lágrimas cayendo por sus mejillas mientras más gritos acoplan las paredes. Jongin duda e intenta controlar los sollozos con besos mal coordinados sobre sus mejillas y ansía calmar la euforia del mayor- ¡Ahora, hazlo ahora! -pero la euforia continua y se formula en una mordida sobre su hombro que, por supuesto, dejara marcas.
-Eres un chico malo Kyungsoo hyung-ronronea sobre su oído-, ahora lo pagaras, cariño.
Kyungsoo cree escuchar algo parecido al canto de una sinfónica gregoriana cuando algo duro y palpitante se estremece junto a su entrada. Es algo peculiarmente grato y reconfortante, mezclado con un dolor sepulcral que se expande por todo su cuerpo y que va debilitando su estabilidad corporal. Jongin cierra los ojos mientras se hunde cada vez más profundo y certero dentro de Kyungsoo y va sintiendo las paredes estrechas de su hyung apretando y reconociendo su pene de forma instantánea, hasta que siente cómo otros labios lo están buscando. -Se nos fue un poco de las manos-sonríe y hace ademan de tomar estabilidad en las caderas del otro hombre mientras el corazón de Kyungsoo golpea contra su pecho.
-Ah… quiero ser indecente Jongin ah-. Y es precisamente cuando Kyungsoo jadea la palabra indecente que todo se conecta. Fluye y se unen en un solo cuerpo. Caderas adentrándose y luego saliendo en el hombre que está encima del capó mientras un grito de placer se escapa de sus bocas.
-Hyung… eres grandioso-Jongin toma por los muslos a su cliente y levanta para posicionarlo de mejor manera y así, poder llegar a ese punto que desea llegar casi obsesivamente.
El mayor encorva su espalda con vehemencia y tira su cabeza hacia atrás por la corriente eléctrica que ha abordado todo su cuerpo. Una, dos, tres estocadas más profundas y certeras que las anteriores, y el menor encuentra el vértice perfecto del deseo- ¡Mierda, ahí!
El sudor de ambos se junta cuando colocan sus frentes unas con otras para repercudir el placer acumulado en sus abdómenes bajos y el benevolente arrullo de «Oh por dios me voy» que se mescla con el dulzor que corre en el aire. Dulce y fresco cuando Jongin toma con su mano la erección de Kyungsoo y hace movimientos torpes y abusivos sobre la dureza -. Me voy... a… Jong…
-Hyung-el mecánico impulsa toda su motricidad hacia adelante, porque necesita sentir a su opresor, y el último. pero fulminante aliento de lujuria de Kyungsoo cae sobre su cuello y el semen del mayor se desparrama por todo su abdomen y parte de la carrocería de Sora.
Pronto le sigue Jongin con un rutilante «Kyungsoo hyung» ahogado por la lengua de su cliente saboreando su boca. El líquido caliente del mecánico aborda todo el interior de Kyungsoo pero sus caderas no se detienen. Un espasmo de placer provoca que Jongin muerda con demasiada imprudencia el labio inferior de su hyung y de pronto el blanco perla del automóvil se llena de un rojo carmesí que cae por la comisura de los labios del mayor, luego por el cuello, hasta finalizar sobre el capó.
Lo último que ve Jongin es la luz artificial del taller haciendo brillar el rojo carmesí de
los labios de Kyungsoo relucir exquisitamente y luego se desploma sobre su pecho.
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-Luces incomodo-le dice Baekhyun a Kyungsoo cuando están a las afueras del departamento esperando por Sehun, que trae la comida del restaurant chino que está a dos cuadras- ¿Le pasó algo a Sora otra vez?
Han pasado exactamente dos días de su arrebato sexual con el mecánico de Baekhyun y Kyungsoo se siente sucio y utilizado. Sucio porque, ya saben, cierto mecánico abuso de él sobre su princesa y lo llenó de su aceite de manera indebida, si abusar lo llamamos entregarte como una prostituta a tu atacante, por supuesto. En el buen sentido de la palabra, para su desdicha.
-No es nada, Baek-dice Kyungsoo mientras muerde su labio inferior y recuerda a contra luz el rostro de Jongin corriéndose dentro suyo. Lo ha visto en su cabeza por dos días seguidos.
-Nunca me dijiste cómo te fue con Jongin.
Mal. Tuvo sexo con él y luego tuvo que tener una conversación incomoda de cómo el semen no sale con facilidad del metal cuando se seca, y que la sangre en medio del sexo era algo nuevo. Incomodo era decir poco; fue extraño y casi humillante.
-Bien…
- ¿Seguro?
-Sí-disimula y mete sus manos a los bolsillos de su chaqueta. Baekhyun intenta ignorar ese aura miserable que emana su amigo y concentra su vista en la calle despejada de al frente.
-Está bien… ¿Cómo ha estado Sora, se ha portado bien? Es la única que te aguanta Kyungsoo yah-Baekhyun se carcajea levemente y el más bajo entre cierra los ojos con frialdad, y luego bota un suspiro.
-Bien, se ha portado de maravillas. Es la única que me entiende.
- ¿Quién es Sora?
Una voz peculiar revota en el oído de Kyungsoo desde su espalda y provoca que gire abruptamente. No puede ser quien cree que es, es imposible.
«Que sea Sehun, que sea Sehun»
- ¡Me encontré con Jongin en el camino hyungs! Hoy cerró el taller porque tenía trámites que hacer.
Definitivamente el mundo lo odiaba.
- ¡Jonginnie! Qué bueno verte de nuevo.
El ambiente se ve ligeramente cortado cuando Jongin y Kyungsoo se topan de frente. Una tensión que se plasma a kilómetros adorna el lugar, y es palpable a la vista. El mecánico juega con sus dedos sobre su regazo y serpentea en lo que va a decir -. Hola-escupe con incomodidad.
-H-hola.
- ¡Oh! Sora es la novia de Kyungsoo-se carcajea en decibeles anormales Baekhyun. Sehun lo acompaña con la risa y golpea con entusiasmo el hombro del otro.
- ¿En serio?-alza una ceja el menor. Un sentimiento de celos toxico y venenoso inunda sus venas y luego fija su vista en un nervioso Kyungsoo que arregla su cabello frenéticamente. Debió suponerlo, no podía ser todo tan perfecto. Kyungsoo no podría ser suyo por completo.
Esto no era una novela romántica.
- ¡No! Sora es… -el mayor traga saliva y luego cierra sus ojos por la vergüenza que va a tener que bancarse. Jamás ha dicho esto en voz alta-. Sora es… mi auto Jongin.
Silencio.
Kyungsoo se queda mirando el pavimento con su quijada apretada e intenta bloquear la mirada prejuiciosa que Jongin tiene sobre él, porque lo que ha dicho ha sido completamente ridículo y humillante. Si acotamos también que Baekhyun con Sehun acaban de presenciarlo.
Ahí, tirado y pisoteado sobre el asfalto se encuentra el orgullo de Do Kyungsoo, retumbado y derrumbado por la risa de Baekhyun que se escucha como eco en sus oídos; lo matará, rebanará, despellejará y alimentará a los perros falderos con su carne cuando estén solos y tenga la oportunidad.
- ¡Qué lindo nombre!-se carcajea dulcemente Jongin. Demasiado para el gusto de Kyungsoo que lo mira intrigado y espantado a la vez. -Sora es encantadora.
- Uhm… sí-titubea el mayor. La mirada de los otros dos idiotas se planta sobre él y un mohín acusador se camufla en el rostro perplejo de Sehun.
Jongin se acerca peligrosamente a un lado de su hyung y le susurra algo en el oído mientras tapa la mitad de su cara con la mano para que los intrusos no lean sus labios-. Al parecer a Sora le gustan los tríos- sonríe y Kyungsoo se queda mudo.
Estupefacto y en shock cuando una ligera y diminuta esperanza se asoma por los labios pecaminosos de Kim Jongin. Una sucia, pervertida e indebida sonrisa encantadora de esperanza.
♫~