Xenia
Para: la tabla angst de menteoriginal
Fandom: fénix y Dragones
Personajes Xenia, y el Rey, menciones de Reigi, Metzli, Yago y Kimera
Palabras 2,169
Notas Participa en el quinesob y la dekasem
-“¿Su majestad quería verme?”- Pregunto entrando al salón real, donde el rey la esperaba. Se quedo en la puerta por supuesto haciendo una reverencia al hombre de ojos duros que tenia en sus manos la vida de todo aquel reino. Esperando que le indicara que se acercara al trono.
-“Pasa y cierra la puerta” - dijo para después despedir a sus guardias con un simple movimiento de su mano derecha, Xenia por supuesto hizo lo que su rey le pedía, cerro la puerta y después se acerco al trono con pasos decididos
-“Xenia, ¿Por qué fuiste a ver a Kimera?”- Xenia no esperaba aquella pregunta, pero por supuesto no dejo que su sorpresa se reflejara en su rostro, ella también era una buena mentirosa y tenia que serlo teniendo en cuenta al magnifico maestro que le había tocado
-“No pensé que fuera un delito”- Respondió
-“No lo es, ¿pero quiero saber por que fuiste a verlo?”- Xenia sabia que no podía retrasar la respuesta, como sabia también que no podía decir la verdadera razón por la que había ido al lugar donde Kimera estaba encerrado.
-“Traidor o no es mi maestro, majestad”- Dijo aquella le había parecido la mejor respuesta y estaba segura que el rey no dudaría que esa era la razón principal, después de todo, ya todo el reino sabia que Xenia era una niña perdida sin Kimera. O al menos eso era lo que Yago estaba intentando hacerle creer al pueblo
-“La próxima vez se mas precavida Yago te vio”-
Xenia hizo una mueca de molestia, no era ningún secreto que detestaba a Yago tanto como lo hacia Kimera, aun cuando las razones de este odio no estaban del todo claras para ella.
-“¿Y que hacia su excelencia en la prisión?”- Pregunto, por que aquello no cuadraba para nada con Yago, por que su excelencia no se juntaba con los impuros y todos lo que estaban en aquella prisión caían en esta categoría.
-“Supongo que te seguía”- dijo el rey tranquilamente
-“Ya veo”- Murmuro Xenia moviendo la cabeza un poco, eso quería decir que Yago comenzaba a mover sus fichas y que ella tenia que hacerlo, a pesar de lo poco que le gustaba el panorama
-“Pidió tu cabeza”- Xenia embozo una sonrisa, así que Yago le declaraba la guerra abiertamente
-“¿Se la dará?”- Le pregunto al hombre a pesar de saber de sobra la respuesta
-“Sabes que no, eres la guardiana principal de Regí, le guste o no eres tan importante como él”-
A Xenia no le gustaba saberse en jerarquía en el mismo sitio que Yago, no le gustaba nada lo que pudiera tener Yago que por alguna casualidad del destino también pudiera tener ella
-“¿Solo por eso?”- Pregunto encarando al hombre, posiblemente el segundo hombre al que mas detestaba luego de Yago y en parte el principal causante de todos los problemas a los que ella se enfrentaba
-“Déjate de rodeos y dime que pasa, ¿Es que no confías en mi Hija?”-
Había que ver el cinismo que tenia aquel hombre para llamarla de aquella manera, hija. El simple hecho de saber que era hija de aquel hombre era suficiente motivo para seguir el plan de Kimera a pesar de lo mucho que este la había lastimado.
-“Sabes que no”- le dijo clavando con descaro los ojos en los de el rey, para dejar clara su posición, definitivamente no confiaba ni confiaría en el
-“Solo un poco más Xenia todo sale según lo planeado”- le dijo el hombre sonriendo, Xenia sintio una sacudida en el estomago, las nauseas de ver la sonrisa de triunfo en aquel rostro.
-“Nos iremos”- dijo ella posando su vista en el ventanal por que no soportaba ver ese rostro mas tiempo
-“Me lo esperaba, yo no los detendré, de hecho sabes de sobra mi plan”- Cerro los ojos un minuto, como le gustaría que Reigi recapacitara y se diera cuenta que todo lo que estaba realizando era un plan mas del señor de los títeres, del gran hombre que tenían como Rey
-“¿De verdad esperas que abramos un nuevo ojo del destino?”- No tenia caso contestar y ella lo sabia, pero una parte de si misma se negaba a creer que aquel hombre fuera tan ambicioso que pusiera no solo las vidas de los guerreros si no la del propio reino en peligro por el simple placer de obtener mas poder
-“Solo espero que hagan lo que creo que harán”- Podía ser que Xenia fuera su hija, podía ser que hubiera sido entrenada por Kimera, pero eso no hacia que confiara en ella, revelarle la totalidad de sus planes. Por que Xenia era la única que podía destruirlos. Aun que por supuesto eso ella no lo sabia
-“No se si pueda convencer a Metzli”-
Xenia por supuesto tenia serias dudas de poder hacer que Metzli, hiciera algo tan temerario como lo que Kimera y el propio rey parecían querer
-“Lo harás”-
-“¿Por que estas tan seguro?”- pregunto, por que estaba empezando a hartarse de todos depositar tanta confianza en su habilidad para mentir
-“He visto como te mira”-
-“Yo...”- tartamudeo pues no esperaba esa respuesta
-“No tienes que decir nada, también he visto como la miras”-
Xenia enmudeció, un momento pero no se sonrojo ni mostró emoción ninguna ante aquellas palabras de su padre, ella admiraba a Metzli y estaba segura de que eso era algo que el rey al menos no entendería
-“¿Y la reina?”- pregunto solo para dejar de hablar de Metzli
-“Es obsoleta”- la seguridad en la voz de su padre la asqueo de nuevo, por que así era todo ahí, mientras sirvieras, mientras fueras útil estarías ahí y cuando no te desechaban como hacían con los manjares que el rey no llevaba a su boca.
-“Lo siento por Regí”- y lo sentía de verdad, tenia por padre a un monstruo y por madre a un mero mueble de ornamento que pronto ardería en la hoguera
-“¿Por que?”- pregunto el hombre y Xenia no pudo evitar la mueca de amargura que cruzo su rostro
-“Ella cree que marchándose, se liberara de tu poder”- dijo, sintiendo pena por Reigi, después de todo era una princesa y como tal debería saber que existían cosas de las que jamás se quedaba libre
-“Ilusa, no sabe que lo único que hará será llevar mi poder más haya de las fronteras”-
-“Me siento mal”- murmuro Xenia dando una paso atrás, Reigi quería ser libre y ella le daba falsas esperanzas en aras de poder liberar a Kimera y de alguna manera ser feliz, pero empezaba a preguntarse si todo lo que tenían que hacer para lograrlo no era demasiado arriesgado
-“Tanto te duele traicionarlos”-
-“No es traición”- dijo ella y estaba segura de eso, no era traición por que jamás les había jurado fidelidad y no era traición por que ella no los obligaría, si ellos daban el salto seria por que esa había sido su decisión final
-“¿Entonces que es lo que te duele?”-
-“Me duele, el saber que jamás seré libre”- Si, por que a diferente de Reigi ella sabia que a donde quiera que fuera la seguirían, y que no solo era su vida lo que estaba en sus manos
-“Regí siempre será tu responsabilidad”-
-“Lo se”- dijo odiando esa parte de su responsabilidad mas que nunca, si no hubiera sido débil, si la hubiera matado cuando tuvo la oportunidad en vez de ablandarse por saber que eran hermanas, ella aun tendría al menos alguna oportunidad de librarse de todo eso.
-“Ella aun no lo sabe”-
-“No”- dijo y sabia que no lo sabría al menos no de su boca
-“Xenia, muchos más te perseguirán”-
-“¿Por este Don que mi madre me dio?”- la pregunta no era por su don, no, era simplemente por saber mas de su madre, por que ya sabia que no la había abandonado como Kimera siempre le había dicho y ella esperaba que estuviera viva en algún lugar que el rey no la hubiera catalogado como inservible una vez que la tuvo a ella
-“Así es”- pero su padre tampoco la mencionaba, y ese era un motivo mas para aborrecer a aquel anciano que aun aparentaba los 40
-“NO LO QUIERO”- grito, por que su madre no la había salvado de su destino al otorgarle aquel maravilloso don, la había encadenado a su padre por siempre y a Kimera por siempre
-Sin embargo, es lo que eres”-
-“¿Que demonios Soy?”- Pregunto por que estaba harta de no saberlo, no era una guerrera, no al menos una guerrera pura, tampoco era una sacerdotisa ni mucho menos era del pueblo, solo existía la posibilidad de que fuera una impura y eso la aterrorizaba
-“Eso”-
-“¿Un demonio?”-pregunto, por que podía ser otro nombre, pero el resultado final era el mismo
-“Si”-
-“¿Me gustaría saber, que es realmente lo que corre por mis venas?”- era sangre si, pero su sangre era diferente era el motivo por el que Kimera la había escogido y no entendía el por que
-“Créeme Hija no querrás saber”-
Y por mucho que le molestara, tuvo que darle la razón al hombre, si era verdad, si era parte de los impuros era mejor que no supiera
-“Es por eso que...”- sabia que no necesitaba terminar la frase el lo entendería, para eso había sido engendrada después de todo
-“Si”-
-“Entiendo”- murmuro, como si no doliera saber que era solamente una herramienta mas
-“Siempre creí que no tenias corazón”- dijo el hombre al notar el sufrimiento en los ojos de la chica
-“Y no te equivocaste”- murmuro, por que ella misma lo sentía de esa manera, la habían lastimado demasiado como para que aun existiera en ella el dichoso corazón
-“Xenia no hables así, será eso lo que te mantenga con vida en ese lugar”- Ese lugar, Xenia ya aborrecía ese lugar con todas sus fuerzas
-“Padre. Tengo que matarte lo sabes, ¿verdad?”- era talvez eso lo único que la animaba de todo cuanto la rodeaba
-“Lo se”- murmuro el hombre pero ella escucho el pero en su voz
-“Pero...”- pregunto, por que no podía creer que no le quedara si quiera el consuelo de ser ella quien acabara con su vida
-“No lo harás tu lo hará Regí”-
-“Ya veo”- dijo y no lo pudo creer, no creía que realmente la princesa fuera capaz de acabar con el, pero después de todo Reigi era exactamente igual de ambiciosa que su padre, así que era posible, por que para Reigi no era lo que era para ella.
-“Me duele”- murmuro el hombre y por un momento ella pensó que el saber que moriría a manos de una de sus hijas había hecho mella en el, por eso pregunto
-“¿Que te duele?”-
-“La vejez”- nueva mente había sido débil y había juzgado mal al hombre, a el nada le importaba salvo su patética existencia
-“Una que no aparenta”- murmuro
-“Me ayudaras”- pregunto el hombre clavando su mirada en ella
-“No tengo otra opción, ¿Verdad?”- pregunto ante la negativa del rei junta sus labios con los del hombre por breves segundos, aguantando la mueca de repugnancia
-“Gracias”-
-“Me siento Mareada”- murmura llevándose la mano a la cabeza al tiempo que ligeros flash pasan por su cabeza, imágenes que no es capaz de ver con nitidez, solo esta segura de algo, el hombre esta muriendo
-“Estas pálida”-
-“Tu mal es pero de lo que crees”- le dice clavando los ojos en el, entendiendo de pronto todo lo que esta pasando ahí.
-“Envíame a Tobías el me curara”- dice el hombre dándole la espalda y Xenia por una vez no tiene el impulso de tomar su espada y cortarle la yugular al hombre con ella, no por que su enfermedad es mil veces peor que el filo de una espada.
-“Si no lo hice yo, el tampoco lo hará”- murmura
-“No importa”-
-“Bien”-
-“Xenia”-
-“¿Que pasa?”- pregunta
-“Al igual que el te Amo”-
Xenia hace una mueca
-“No creo en esa palabra”- dice y es verdad, por que ha sido testigo de los males que acarrea
-“Lo se, por eso esta prohibida”-
Xenia sonríe, esta prohibido amar y por eso es que todos aman a escondidas y mal
-“Tengo Miedo”- murmura
-“Lo se, hija pero pronto pasara”-
-“Me seguirán y los demás no sabrán por que”-
-“Xenia solo guarda el secreto y nunca jamás te rindas, así tengas que seguir mintiendo, y tengas que decirle a ojos felinos que en ti existe amor”-
-“¿Aun cuando sea un engaño?”- Por supuesto que sabia que no tenia por que hacerlo, pero ya sabia que no lo haría. Por que de alguna manera comprendía que lo que sentía era diferente a lo que sentía realmente por Kimera
-“No lo es del todo”-
-“Lo se”-
-“¿Xenia?”-
-“¿Si?”-
-“¿De verdad amas?”
-“No lo se”-
-“Bien puedes retirarte”_
-“Hasta luego su majestad”- dice antes de salir del salón con una reverencia, tiene miedo si, pero también tiene sus propios planes, por que ella tiene razón y nadie en ese reino sabe amar de verdad.
Fandom: fénix y Dragones
Personajes Xenia, y el Rey, menciones de Reigi, Metzli, Yago y Kimera
Palabras 2,169
Notas Participa en el quinesob y la dekasem
-“¿Su majestad quería verme?”- Pregunto entrando al salón real, donde el rey la esperaba. Se quedo en la puerta por supuesto haciendo una reverencia al hombre de ojos duros que tenia en sus manos la vida de todo aquel reino. Esperando que le indicara que se acercara al trono.
-“Pasa y cierra la puerta” - dijo para después despedir a sus guardias con un simple movimiento de su mano derecha, Xenia por supuesto hizo lo que su rey le pedía, cerro la puerta y después se acerco al trono con pasos decididos
-“Xenia, ¿Por qué fuiste a ver a Kimera?”- Xenia no esperaba aquella pregunta, pero por supuesto no dejo que su sorpresa se reflejara en su rostro, ella también era una buena mentirosa y tenia que serlo teniendo en cuenta al magnifico maestro que le había tocado
-“No pensé que fuera un delito”- Respondió
-“No lo es, ¿pero quiero saber por que fuiste a verlo?”- Xenia sabia que no podía retrasar la respuesta, como sabia también que no podía decir la verdadera razón por la que había ido al lugar donde Kimera estaba encerrado.
-“Traidor o no es mi maestro, majestad”- Dijo aquella le había parecido la mejor respuesta y estaba segura que el rey no dudaría que esa era la razón principal, después de todo, ya todo el reino sabia que Xenia era una niña perdida sin Kimera. O al menos eso era lo que Yago estaba intentando hacerle creer al pueblo
-“La próxima vez se mas precavida Yago te vio”-
Xenia hizo una mueca de molestia, no era ningún secreto que detestaba a Yago tanto como lo hacia Kimera, aun cuando las razones de este odio no estaban del todo claras para ella.
-“¿Y que hacia su excelencia en la prisión?”- Pregunto, por que aquello no cuadraba para nada con Yago, por que su excelencia no se juntaba con los impuros y todos lo que estaban en aquella prisión caían en esta categoría.
-“Supongo que te seguía”- dijo el rey tranquilamente
-“Ya veo”- Murmuro Xenia moviendo la cabeza un poco, eso quería decir que Yago comenzaba a mover sus fichas y que ella tenia que hacerlo, a pesar de lo poco que le gustaba el panorama
-“Pidió tu cabeza”- Xenia embozo una sonrisa, así que Yago le declaraba la guerra abiertamente
-“¿Se la dará?”- Le pregunto al hombre a pesar de saber de sobra la respuesta
-“Sabes que no, eres la guardiana principal de Regí, le guste o no eres tan importante como él”-
A Xenia no le gustaba saberse en jerarquía en el mismo sitio que Yago, no le gustaba nada lo que pudiera tener Yago que por alguna casualidad del destino también pudiera tener ella
-“¿Solo por eso?”- Pregunto encarando al hombre, posiblemente el segundo hombre al que mas detestaba luego de Yago y en parte el principal causante de todos los problemas a los que ella se enfrentaba
-“Déjate de rodeos y dime que pasa, ¿Es que no confías en mi Hija?”-
Había que ver el cinismo que tenia aquel hombre para llamarla de aquella manera, hija. El simple hecho de saber que era hija de aquel hombre era suficiente motivo para seguir el plan de Kimera a pesar de lo mucho que este la había lastimado.
-“Sabes que no”- le dijo clavando con descaro los ojos en los de el rey, para dejar clara su posición, definitivamente no confiaba ni confiaría en el
-“Solo un poco más Xenia todo sale según lo planeado”- le dijo el hombre sonriendo, Xenia sintio una sacudida en el estomago, las nauseas de ver la sonrisa de triunfo en aquel rostro.
-“Nos iremos”- dijo ella posando su vista en el ventanal por que no soportaba ver ese rostro mas tiempo
-“Me lo esperaba, yo no los detendré, de hecho sabes de sobra mi plan”- Cerro los ojos un minuto, como le gustaría que Reigi recapacitara y se diera cuenta que todo lo que estaba realizando era un plan mas del señor de los títeres, del gran hombre que tenían como Rey
-“¿De verdad esperas que abramos un nuevo ojo del destino?”- No tenia caso contestar y ella lo sabia, pero una parte de si misma se negaba a creer que aquel hombre fuera tan ambicioso que pusiera no solo las vidas de los guerreros si no la del propio reino en peligro por el simple placer de obtener mas poder
-“Solo espero que hagan lo que creo que harán”- Podía ser que Xenia fuera su hija, podía ser que hubiera sido entrenada por Kimera, pero eso no hacia que confiara en ella, revelarle la totalidad de sus planes. Por que Xenia era la única que podía destruirlos. Aun que por supuesto eso ella no lo sabia
-“No se si pueda convencer a Metzli”-
Xenia por supuesto tenia serias dudas de poder hacer que Metzli, hiciera algo tan temerario como lo que Kimera y el propio rey parecían querer
-“Lo harás”-
-“¿Por que estas tan seguro?”- pregunto, por que estaba empezando a hartarse de todos depositar tanta confianza en su habilidad para mentir
-“He visto como te mira”-
-“Yo...”- tartamudeo pues no esperaba esa respuesta
-“No tienes que decir nada, también he visto como la miras”-
Xenia enmudeció, un momento pero no se sonrojo ni mostró emoción ninguna ante aquellas palabras de su padre, ella admiraba a Metzli y estaba segura de que eso era algo que el rey al menos no entendería
-“¿Y la reina?”- pregunto solo para dejar de hablar de Metzli
-“Es obsoleta”- la seguridad en la voz de su padre la asqueo de nuevo, por que así era todo ahí, mientras sirvieras, mientras fueras útil estarías ahí y cuando no te desechaban como hacían con los manjares que el rey no llevaba a su boca.
-“Lo siento por Regí”- y lo sentía de verdad, tenia por padre a un monstruo y por madre a un mero mueble de ornamento que pronto ardería en la hoguera
-“¿Por que?”- pregunto el hombre y Xenia no pudo evitar la mueca de amargura que cruzo su rostro
-“Ella cree que marchándose, se liberara de tu poder”- dijo, sintiendo pena por Reigi, después de todo era una princesa y como tal debería saber que existían cosas de las que jamás se quedaba libre
-“Ilusa, no sabe que lo único que hará será llevar mi poder más haya de las fronteras”-
-“Me siento mal”- murmuro Xenia dando una paso atrás, Reigi quería ser libre y ella le daba falsas esperanzas en aras de poder liberar a Kimera y de alguna manera ser feliz, pero empezaba a preguntarse si todo lo que tenían que hacer para lograrlo no era demasiado arriesgado
-“Tanto te duele traicionarlos”-
-“No es traición”- dijo ella y estaba segura de eso, no era traición por que jamás les había jurado fidelidad y no era traición por que ella no los obligaría, si ellos daban el salto seria por que esa había sido su decisión final
-“¿Entonces que es lo que te duele?”-
-“Me duele, el saber que jamás seré libre”- Si, por que a diferente de Reigi ella sabia que a donde quiera que fuera la seguirían, y que no solo era su vida lo que estaba en sus manos
-“Regí siempre será tu responsabilidad”-
-“Lo se”- dijo odiando esa parte de su responsabilidad mas que nunca, si no hubiera sido débil, si la hubiera matado cuando tuvo la oportunidad en vez de ablandarse por saber que eran hermanas, ella aun tendría al menos alguna oportunidad de librarse de todo eso.
-“Ella aun no lo sabe”-
-“No”- dijo y sabia que no lo sabría al menos no de su boca
-“Xenia, muchos más te perseguirán”-
-“¿Por este Don que mi madre me dio?”- la pregunta no era por su don, no, era simplemente por saber mas de su madre, por que ya sabia que no la había abandonado como Kimera siempre le había dicho y ella esperaba que estuviera viva en algún lugar que el rey no la hubiera catalogado como inservible una vez que la tuvo a ella
-“Así es”- pero su padre tampoco la mencionaba, y ese era un motivo mas para aborrecer a aquel anciano que aun aparentaba los 40
-“NO LO QUIERO”- grito, por que su madre no la había salvado de su destino al otorgarle aquel maravilloso don, la había encadenado a su padre por siempre y a Kimera por siempre
-Sin embargo, es lo que eres”-
-“¿Que demonios Soy?”- Pregunto por que estaba harta de no saberlo, no era una guerrera, no al menos una guerrera pura, tampoco era una sacerdotisa ni mucho menos era del pueblo, solo existía la posibilidad de que fuera una impura y eso la aterrorizaba
-“Eso”-
-“¿Un demonio?”-pregunto, por que podía ser otro nombre, pero el resultado final era el mismo
-“Si”-
-“¿Me gustaría saber, que es realmente lo que corre por mis venas?”- era sangre si, pero su sangre era diferente era el motivo por el que Kimera la había escogido y no entendía el por que
-“Créeme Hija no querrás saber”-
Y por mucho que le molestara, tuvo que darle la razón al hombre, si era verdad, si era parte de los impuros era mejor que no supiera
-“Es por eso que...”- sabia que no necesitaba terminar la frase el lo entendería, para eso había sido engendrada después de todo
-“Si”-
-“Entiendo”- murmuro, como si no doliera saber que era solamente una herramienta mas
-“Siempre creí que no tenias corazón”- dijo el hombre al notar el sufrimiento en los ojos de la chica
-“Y no te equivocaste”- murmuro, por que ella misma lo sentía de esa manera, la habían lastimado demasiado como para que aun existiera en ella el dichoso corazón
-“Xenia no hables así, será eso lo que te mantenga con vida en ese lugar”- Ese lugar, Xenia ya aborrecía ese lugar con todas sus fuerzas
-“Padre. Tengo que matarte lo sabes, ¿verdad?”- era talvez eso lo único que la animaba de todo cuanto la rodeaba
-“Lo se”- murmuro el hombre pero ella escucho el pero en su voz
-“Pero...”- pregunto, por que no podía creer que no le quedara si quiera el consuelo de ser ella quien acabara con su vida
-“No lo harás tu lo hará Regí”-
-“Ya veo”- dijo y no lo pudo creer, no creía que realmente la princesa fuera capaz de acabar con el, pero después de todo Reigi era exactamente igual de ambiciosa que su padre, así que era posible, por que para Reigi no era lo que era para ella.
-“Me duele”- murmuro el hombre y por un momento ella pensó que el saber que moriría a manos de una de sus hijas había hecho mella en el, por eso pregunto
-“¿Que te duele?”-
-“La vejez”- nueva mente había sido débil y había juzgado mal al hombre, a el nada le importaba salvo su patética existencia
-“Una que no aparenta”- murmuro
-“Me ayudaras”- pregunto el hombre clavando su mirada en ella
-“No tengo otra opción, ¿Verdad?”- pregunto ante la negativa del rei junta sus labios con los del hombre por breves segundos, aguantando la mueca de repugnancia
-“Gracias”-
-“Me siento Mareada”- murmura llevándose la mano a la cabeza al tiempo que ligeros flash pasan por su cabeza, imágenes que no es capaz de ver con nitidez, solo esta segura de algo, el hombre esta muriendo
-“Estas pálida”-
-“Tu mal es pero de lo que crees”- le dice clavando los ojos en el, entendiendo de pronto todo lo que esta pasando ahí.
-“Envíame a Tobías el me curara”- dice el hombre dándole la espalda y Xenia por una vez no tiene el impulso de tomar su espada y cortarle la yugular al hombre con ella, no por que su enfermedad es mil veces peor que el filo de una espada.
-“Si no lo hice yo, el tampoco lo hará”- murmura
-“No importa”-
-“Bien”-
-“Xenia”-
-“¿Que pasa?”- pregunta
-“Al igual que el te Amo”-
Xenia hace una mueca
-“No creo en esa palabra”- dice y es verdad, por que ha sido testigo de los males que acarrea
-“Lo se, por eso esta prohibida”-
Xenia sonríe, esta prohibido amar y por eso es que todos aman a escondidas y mal
-“Tengo Miedo”- murmura
-“Lo se, hija pero pronto pasara”-
-“Me seguirán y los demás no sabrán por que”-
-“Xenia solo guarda el secreto y nunca jamás te rindas, así tengas que seguir mintiendo, y tengas que decirle a ojos felinos que en ti existe amor”-
-“¿Aun cuando sea un engaño?”- Por supuesto que sabia que no tenia por que hacerlo, pero ya sabia que no lo haría. Por que de alguna manera comprendía que lo que sentía era diferente a lo que sentía realmente por Kimera
-“No lo es del todo”-
-“Lo se”-
-“¿Xenia?”-
-“¿Si?”-
-“¿De verdad amas?”
-“No lo se”-
-“Bien puedes retirarte”_
-“Hasta luego su majestad”- dice antes de salir del salón con una reverencia, tiene miedo si, pero también tiene sus propios planes, por que ella tiene razón y nadie en ese reino sabe amar de verdad.