The Painter of Bones [2/3]

Jan 18, 2014 22:45


Está nevando.

Había empezado a nevar al final de la noche anterior y no paró desde entonces, cubriendo las calles y techos con una gruesa capa de pulverulento blanco. Diminutos copos de nieve caen en ráfagas a su alrededor al caminar y sus zapatos dejan un rastro de huellas mientras se hunden uno tras otro en la suave nieve sobre la tierra. Los dobladillos de sus pantalones están mojados por el hielo derretido y su cabello está ligeramente húmedo por la nieve pero está de buen humor, habiendo esperado aquel día durante toda la semana, que sería lo único que le agregaría algo de felicidad a su de otra forma deprimente rutina de pintar toda la noche en la morgue. No ha visto a Baekhyun desde la semana pasada, habiendo tenido que pasar las noches trabajando en la morgue para que la policía pudiera esclarecer sus casos antes de las fiestas, y Chanyeol se dio cuenta con retraso de cuánto disfrutaba sus tardes tranquilas con el misterioso chico.

Tiene el regalo de Baekhyun sujeto a salvo bajo el brazo, envuelto prolijamente en papel azul oscuro y decorado con un moño plateado, y camina con un inusual andar saltarín y una sonrisa en el rostro por la que Kris lo ha molestado toda la semana. Puede oír el sonido distante de unas risas alegres reverberando por las calles casi desiertas. Luces coloridas decoran los árboles y faroles junto al camino, y Chanyeol sonríe hacia ellos, apreciando el alegre resplandor y la atmósfera.

Cuando llega a la verja de Baekhyun se encuentra con que fue dejada destrabada, probablemente para que el anciano cuidador no tuviera que renguear bajo el frío. Le da un par de toques al timbre antes de ingresar por las rejas de hierro y avanza por el sendero, hacia la puerta. Apenas llega a poner un pie en el porche antes de que la puerta se abra y sea jalado bruscamente al interior por el anciano, quien rápidamente la cierra detrás de sí. El gran vestíbulo está frío y helado y su chimenea apagada; la habitación luce igual que la primera vez que entró. Se encuentra ahora parado afuera de la puerta blanca de Baekhyun, con sus manos extendidas mientras el cuidador efectúa su habitual revisión, ojeando sospechosamente el paquete azul.

-Sólo es un libro. -Sonríe, tamborileándolo.

El hombre le lanza una mirada recelosa pero le hace un gesto para que entre, y se aleja cojeando y murmurando en voz baja sobre invitados problemáticos y el terrible clima.

Chanyeol se acomoda la corbata y desempolva su chaqueta, y llama un par de veces a la puerta antes de girar la perilla e ingresar. Baekhyun está en el alféizar como es usual, pero esta vez no tiene su libro; en su lugar se encuentra observando con anhelo la bella nieve blanca que ha cubierto las colinas y los campos en una sábana uniforme, y los copos caen suavemente desde el cielo. Tiene sus dedos presionados contra el cristal, y Chanyeol puede ver que frunce el ceño al apoyar su frente contra el frío vidrio.

-¿Quieres ir afuera? -le pregunta mientras toma asiento junto a él, posando su mano en el codo del otro. Está allí como un amigo hoy, y supone que se puede permitir ser un poco más amistoso.

-No… puedo. No puedo ir afuera -susurra Baekhyun, aún mirando a través del cristal, y aprieta los dedos cuando aparta la mirada para sonreírle con tristeza a Chanyeol. El pintor le toma el brazo en silencio mientras el más bajo se voltea y se acerca hacia él, volviendo a tener su acostumbrada expresión de curiosidad, y Chanyeol siente una ligera furia subiéndole, un ligero dolor en su corazón mientras el otro se esconde en su tristeza. No tiene mucho tiempo para darse cuenta en verdad de por qué le molesta tanto la sonrisa dibujada en el rostro de Baekhyun; su tren de pensamiento se ve interrumpido por la sensación de los suaves dedos del muchacho acariciándole la garganta.

-¿Qué es esto? -pregunta él con curiosidad, tirando de la simple corbata negra de Chanyeol.

-Es una corbata. ¿Quieres probártela? -Chanyeol permite a sus dedos descansar sobre los de Baekhyun mientras se afloja su corbata, se la quita y la coloca alrededor del cuello del más bajo. Éste mira con curiosidad mientras Chanyeol le abotona el cuello y ajusta la corbata suavemente. Baekhyun tira de ella y tose, poniendo cara rara.

-Es sofocante -se queja mientras el otro la afloja y desata-. No me gusta. No la uses.

-Tampoco me gustan. -Chanyeol suelta una risita y la dobla prolijamente antes de metérsela en el bolsillo. -Pero pensé que debería vestirme elegante hoy, siendo una ocasión especial y todo eso.

» En fin, ¡feliz Navidad! -Sonríe, tendiéndole el paquete a Baekhyun, quien lo contempla confuso. -Este tu obsequio.

-¿Obsequio?

-Un regalo. Para ti. -Chanyeol sonríe. -Puedes abrirlo ahora si quieres.

-¿De verdad? Jamás me habían dado un regalo antes. -Los ojos de Baekhyun están muy abiertos, brillando mientras observa el paquete envuelto, jugueteando con sus dedos con el moño, pero sigue confundido. -¿Por qué me das uno?

Chanyeol queda bastante perplejo, pero intenta explicarle con calma al atónito Baekhyun.

-La gente le da regalos a su familia y amigos en ocasiones especiales, como los cumpleaños y la Navidad, o cuando tienen ganas. Y tú eres mi amigo, así que te hago un regalo porque quiero hacerlo.

No sabe bien cómo reaccionar cuando la expresión de Baekhyun cambia por una de preocupación y ansiedad.

-Soy horrible -chilla él-. No tengo nada para ti. Te enfadarás conmigo. -Se oculta detrás de la gruesa tela de las cortinas carmesí, hecho un ovillo. -Y ya no querrás ser mi amigo, y también me dejarás solo…

-¡No lo haré! Y el invitarme a cenar ya es un regalo más que suficiente. -Chanyeol le palmea la espalda a través del terciopelo, tratando de persuadir al muchacho sollozante. -Es agradable no tener que pasar la Navidad solo otra vez.

Continúa dándole palmaditas en la espalda y consigue calmar al otro lo suficiente como para apartar cuidadosamente las cortinas, revelando la cabeza de Baekhyun y su cabello despeinado, y el otro descansa su mentón en sus rodillas cuando Chanyeol le da una palmada vacilante en la cabeza también.

-¡Oh! -Se le iluminan los ojos al muchacho mientras salta, lanzando a un lado la cortina, y Chanyeol deja salir un suspiro de alivio mientras ve a Baekhyun correr hacia la biblioteca, subirse a la escalera y tomar un libro familiar forrado con cuero. Se detiene junto a la mesa y toma una de las plumas, hundiendo la punta en una botella de tinta antes de depositar el libro en la superficie de la mesa, abrir la cubierta y escribir unas pocas líneas en el papel del interior. Cuando termina, deja el libro donde está y comienza a caminar hacia uno y otro lado, revisando en los armarios y estanterías, incapaz de encontrar lo que está buscando. Eventualmente se rinde y se conforma con esconder el libro detrás de su espalda mientras regresa hacia donde Chanyeol lo había estado observando todo ese tiempo. Este último sonríe con dulzura y pretende sorprenderse cuando Baekhyun toma una de sus palmas y le deposita el libro en las manos, felizmente, con una sonrisa.

-No pude encontrar nada para envolverlo, ¡pero ahora no puedes enojarte conmigo!

Chanyeol se ríe, divertido una vez más por la tierna y simple lógica del otro, pinchando a Baekhyun con el paquete aún sellado.

-Todavía no has abierto el tuyo.

Abre la cubierta de su libro mientras que Baekhyun se sienta junto a él, retirando con cuidado el papel de su regalo con sus ágiles dedos y tira de los extremos de su ribete plateado. La escritura de Baekhyun es prolija y cursiva, y Chanyeol no puede evitar sentirse feliz cuando lee las palabras desparramadas en medio de la página.

Querido Chanyeol:
¡Mi libro favorito para mi persona favorita!
Feliz Navidad, de Baekhyun

Pasa por un par de secciones y una pocas páginas en particular le atraen la mirada. Ha visto los diagramas antes, y como se esperaba, encuentra las páginas que Baekhyun le mostró la semana pasada: es el libro de flores y botánica.

-¡No puedo aceptar esto! -Jadea, negando con la cabeza y cerrando rápidamente la tapa, y deja el libro en el regazo de Baekhyun.

-¿No te gusta? -Éste le hace un puchero triste, jugueteando con las esquinas de la portada.

-Sí me gusta, pero tú amas este libro, Baekhyun -le explica el más alto, sin querer que su amigo lo malinterprete-. No puedo quitártelo.

-Pero quiero que lo tengas. -El pequeño muchacho le tiende el libro de vuelta, sonriendo brillantemente. -De todos modos ya prácticamente me lo he memorizado.

-Pero…

-Página 47, quinta línea: el nombre crisantemo deriva de las palabras griegas chrysos y anthemon -lo interrumpe Baekhyun pretendiendo no escucharlo, desviando su atención otra vez hacia el paquete medio abierto. Desliza el libro fuera de su envoltorio y lo abre; luego se voltea a mirar curiosamente a Chanyeol. El libro fue confeccionado a mano, hecho de un modo que crea pequeños compartimientos en vez de las normales páginas lisas, y en cada uno de ellos hay diagramas dibujados de plantas floreciendo y semillas, cada una acompañada de su nombre y especie.

-Hay semillas dentro de cada compartimiento -explica, abriendo la solapa del primero y extrayendo una semilla, la cual deposita en la palma de Baekhyun-. Me dijiste que nunca has visto flores de verdad antes, así que creí que te gustaría hacer crecer las tuyas propias.

» Tendremos que ver cómo conseguirte tierra y macetas, sin embargo. -Sonríe a modo de disculpas, observando a Baekhyun sostener cuidadosamente la semilla a contraluz entre su índice y pulgar, girándola suavemente, sintiendo la textura de la semilla de girasol. No ha dicho una palabra desde que ha abierto el regalo y Chanyeol está algo preocupado de que no le guste, pero su tren de pensamiento es interrumpido una vez más por una serie de golpes fuertes en la puerta. Baekhyun regresa la semilla con cuidado a su lugar antes de tomar la mano de Chanyeol y llevarlo por el cuarto hacia la puerta, al carrito lleno de comida que ha sido empujado al interior de la habitación.

-¡Llegó la comida! -Empuja el carrito hacia una de las mesas más largas, gesticulando para que Chanyeol se siente en una silla mientras comienza a dejar platos y cubiertos en la mesa. Es bizarro, y es una sensación rara que Chanyeol no puede quitarse de encima, pero hay algo realmente extraño acerca de la situación en la que se encuentra ahora. No hay cuchillos ni tenedores, sólo cucharas, y la comida ha sido cortada en trozos pequeños: la carne ha sido cortada en pequeños dados, la salsa está a un lado del plato, que no luce como el tipo normal de vajilla de porcelana que está acostumbrado a ver en su casa y afuera. Baekhyun le da una cuchara con una sonrisa alegre y Chanyeol no puede evitar observarlo mientras se atiborra como si fuera lo más natural del mundo, como un hábito diario, tomando hábilmente la comida con su utensilio redondo. Baekhyun lo atrapa luchando con la cuchara y le echa una mirada perpleja, alzando las cejas y tratando de no reír.

-¿No sabes usar una cuchara? -pregunta mientras Chanyeol caza otro trozo de carne en un lado del plato e intenta subirlo a su cuchara, fallando. No sabe bien cómo responder y trata de articular su respuesta tan cuidadosamente como le es posible.

-Normalmente usamos otros utensilios, como tenedores y cuchillos junto a las cucharas cuando comemos.

-¿Tenedores? ¿Cuchillos? -Baekhyun está masticando, tratando de recordar si ha visto esos antes.

-Los tenedores son medio puntiagudos y tienen dientes, que te permiten pinchar la comida en vez de recogerla como las cucharas, y los cuchillos son filos con mangos que puedes usar para cortar tu comida, así puedes obtener pedazos más pequeños o lonjas. -Chanyeol estira un brazo hasta otra mesa para tomar la pluma que Baekhyun usó antes y dibuja unas simples imágenes de un tenedor y un cuchillo en su palma, mirando mientras la tinta forma motivos en su piel. Alza su mano para que Baekhyun lo vea cuando termina, y el otro tan sólo parpadea en su dirección confuso, sorprendido.

-Oh. No he visto de esos antes. -Toma su cuchara con más fuerza, mirándose el regazo. -¿Es eso raro?

-Un poco, pero no de mala forma -trata de tranquilizarlo Chanyeol, palmeándole la cabeza mientras Baekhyun levanta la vista hacia él con grandes ojos, mordiéndose el labio-. He querido preguntarte esto desde hace un tiempo, pero… ¿hay una razón por la que no uses objetos con filo? La primera vez que vine a tu casa, tu cuidador tomó mi cuchillo para empastes. Me preguntaba si había una razón tras eso. -Baekhyun está nuevamente en silencio, apartando la mirada. Luce asustado, y Chanyeol se arrepiente de inmediato por haber tocado el tema. Se quedan sentados en un incómodo silencio por un rato hasta que Baekhyun vuelve a posar su mirada en Chanyeol.

-Te lo contaré, pero… -Luce aprensivo, vacilante. -Tienes que prometerme que no te asustarás ni huirás ni me abandonarás, ¿de acuerdo?

-De acuerdo -promete Chanyeol, dejando que Baekhyun le sujete firmemente los dedos.

-Sufro una enfermedad llamada hemofilia. -El muchacho inspira hondo, mirando con ansiedad al otro, temeroso de que fuera a levantarse y a escapar en cualquier momento. -Significa que mi sangre no puede coagular como la de la gente normal.

Luce un poco menos preocupado ya que Chanyeol no se ha movido, aún dejando que Baekhyun le apriete la mano con fuerza.

-Aparentemente, cuando tenía dos años me sangró la nariz y no paró por casi una semana. Mi familia se dio cuenta entonces, y no me han dejado salir de este cuarto desde ese momento.

» Todos siempre enloquecen cuando sangro. Solían alborotarse por mí y llevarme a toda clase de doctores caros pero ninguno de ellos supo cómo arreglarme. -Suelta la mano de Chanyeol ahora, jugueteando con sus dedos en su lugar y rozando la cicatriz de la quemadura. -Así que se llevaron todo lo que podría posiblemente herirme y me encerraron por mi propio bien.

» No permitían que nadie me visitara y me cortaban el cabello, aseaban y todo eso mientras dormía. Y cuando tenía nueve cambiaron todos mis muebles porque me tropecé y me lastimé con la esquina de una mesa. -Chanyeol se gira para ver los bordes redondeados de todo el mobiliario, dejando que su ojo repase todo el cuarto, notando los bordes lijados de los estantes y las sillas y mesas. Incluso las patas de estas dos últimas eran redondas, sin ninguno de los ornamentos grabados que eran típicos de una vivienda como la de Baekhyun. Todo comenzó a cobrar sentido ahora: la excesiva cantidad de rojo, los bordes gastados de las páginas de los libros, la falta de espejos y cristales además de las ventanas, la forma en que Baekhyun siempre lucía fascinado por muchas cosas que Chanyeol consideraba de lo más normales, las revisiones de su cuerpo y cómo la habitación había sido ubicada en una esquina de la casa, y una oleada de tristeza y dolor lo golpea cuando comienza a comprender realmente cómo ha vivido su amigo todo ese tiempo. Le cree, y se alegra de haberse guardado sus dudas durante sus interacciones previas, dándose cuenta recién ahora de que algún comentario descuidado o un gesto podría haber herido a Baekhyun inmensamente.

Mira a Baekhyun a los ojos cuando el otro continúa, visiblemente menos alterado que antes. Está sonriendo ahora y Chanyeol se sobresalta un poco, y frunce el ceño ante la falsa muestra de felicidad de su amigo.

-Vivo solo ahora, y por ello es que pude pedirte que vinieras. Mi padre se volvió a casar cuando mi madre nos dejó, y luego él se fue también, hace más o menos un mes. Ahora sólo quedamos el cuidador y yo, y todo lo que no se pudieron llevar consigo.

» Ya no hay nadie que me retenga aquí, y mi puerta ya no está trabada, y quiero irme. -Hace una pausa, apagando la voz nuevamente, mirando tras Chanyeol hacia la ventana y la nieve cayendo más allá. -Pero no puedo. He estado aquí por tanto tiempo que no sé cómo… irme.

Chanyeol aún está enmudecido por el asombro, sin saber cómo reaccionar. Pero está bastante seguro de que lástima no es lo que Baekhyun quiere, así que se guarda para él sus torpes palabras y, antes de saber qué está haciendo, ya se encuentra fuera de su asiento, todavía agarrándole al otro la mano con firmeza, y va hacia él y le da un fuerte abrazo, soltándolo sólo para poder frotarle calmantes círculos en la espalda. Chanyeol siente una ligera humedad a través de su camisa mientras Baekhyun sacude los brazos, alzando tímidamente sus pequeñas manos y presionándole ligeramente los costados a Chanyeol, susurrando contra su pecho:

-Ni siquiera se despidieron de mí.

Sus dedos están cerrados con fuerza contra la camisa de Chanyeol, sujetándose a la tela, y el más alto lo sostiene en silencio mientras llora. Sus manos tibias no lo sueltan hasta que Baekhyun levanta la mirada hacia él con una sonrisa avergonzada, riendo mientras solloza incontroladamente. Deja que Baekhyun se cuelgue de él mientras lo lleva al baño para que se cepille los dientes.

-Eso fue un abrazo. -Sonríe hacia Baekhyun mientras lo tapa en la cama, ajustando la sábana y alisándole los despeinados cabellos. -Puedes tener tantos como quieras.

-Los abrazos son agradables. -Baekhyun le devuelve la sonrisa con cansancio, asintiendo, tomando la manga de Chanyeol cuando éste se voltea para ponerse el abrigo. -Gracias por lo de hoy. Y por el hermoso obsequio. Realmente me gusta.

El reloj en la pared da las doce en ese momento, y el sonido reverbera por la tranquila habitación mientras Chanyeol le da otra despeinada de cabello al muchacho.

-En verdad eres mi persona favorita, Chanyeol. -Baekhyun suelta una risita mientras el otro pasa su brazo restante por la manga de su abrigo, cubriendo rápidamente la zona húmeda por donde las lágrimas del chico se habían colado. -Feliz Navidad.

-Feliz Navidad, Baekhyun. -Chanyeol se inclina para darle un último abrazo antes de irse, y esta vez puede sentir las manos de Baekhyun sujetándole más cómodamente la cintura, sin miedo.

Es sólo más tarde, cuando está fuera de la puerta y en el nevado camino a casa, cuando se da cuenta de que los manchones en el edredón que había pensado que eran bellos motivos eran en realidad la sangre seca de Baekhyun, manchando la tela con un doloroso, penetrante tono cereza oscuro.

Desliza sus manos en sus bolsillos, cerrando los dedos alrededor de los huecos familiares de la botella de aceite de linaza, y se detiene en seco y gira para mirar hacia la solitaria casa blanca, camuflándose con tanta facilidad en el paisaje nevado.

Cuando llega a la intersección dobla hacia la izquierda en vez de la derecha.

-¡CHAAAAAANYEOL OH CHAAAAAAAANYEOOOOOOOOOOL~! -Puede escuchar a Kris bramando desde abajo de las escaleras, y rueda en la cama, tapándose la cabeza con la almohada extra y quedándose completamente inmóvil. Kris está ahora trepando las escaleras, pero no sin un par de uhs y áus mientras se tropieza y cae en el escalón desigual con el que Chanyeol se tropieza cada mañana al bajar.

» HEEEEEEEEEEYY HOOOLAAAAA~ -Kris está apoyado contra el marco de la puerta, sonriendo odiosamente. Chanyeol se congela dentro de su pijama, sin respirar y sin moverse, tratando tanto como le es posible de ignorar a Kris mientras se camufla con sus sábanas. Finalmente se había podido dormir a las dos de la mañana, tras el desvío que había tomado en su camino de regreso de lo de Baekhyun, y sigue confundido y exhausto y todo lo que quiere es dormir sin interrupciones con, preferentemente, lo más poco de Kris que sea posible mientras ordena sus pensamientos durante las próximas veinticuatro horas. Pero no, ahora tiene que lidiar con (a juzgar por la peste) un rubio extremamente ebrio a las cuatro de la mañana. Intenta canturrearse a sí mismo en su cabeza, tratando de volverse uno con las sábanas. No está ahí. No está ahí. No está ahí. No está ah…

-AUCH -gruñe mientras un muy lánguido Kris se deja caer encima de él con sus brazos y piernas extendidas. Sus largos miembros sobresalen por los costados de la cama, atrapando a Chanyeol bajo la manta. Éste trata de girar para quitárselo de encima, retorciéndose y doblándose, pero Kris simplemente se pone de espaldas, riendo ebriamente mientras contempla el techo, con su codo casi aterrizando en la nariz de Chanyeol.

-Bájate. Kris.

-CONOCÍ A UN DOCTOR HOT, CHANYEOL. -El otro lo ignora, riendo histéricamente y balanceando sus pies. -ES EL HADA VERDE Y ES TAN HERMOSO COMO UN HADAAA~

-Bien por ti entonces. ¿Cómo se llama? -Chanyeol le sigue la corriente, suspirando mientras detiene sus vanos intentos por tratar de mover al bulto llamado Kris.

-HUANG ZI TAO PERO ME DIJO QUE LO LLAME TAO. -Kris se sienta y Chanyeol aprovecha la oportunidad para apartarse rápidamente, feliz de poder sentir sus piernas otra vez. -TAO, YA SABES COMO EL DURAZNO, TAO, PERO NO ES EL DURAZNO EN REALIDAD ES UN DOCTOR ESTUPENDO 1.

-No sé chino, Kris. -Chanyeol suspira pesadamente, abrazando su almohada contra su pecho y jalando el edredón lejos de su amigo, y usa su pie para mantener las acaparadoras manos de Kris lejos de él.

-ME GUSTAN LOS DURAZNOS JAJAJA DURAAAZNOS, AGRADABLES Y REDONDOS Y SABROSOS Y VAMOS A COMPRAR ALGUNOS MAÑANA DE ACUERDO, TENGO GANAS DE COMER DURAZNOS.

-No es temporada ahora Kris, estamos a mitad del invierno.

-DE HECHO LUCE MÁS COMO UN PANDA, A LOS PANDAS LES GUSTA EL BAMBÚ, ¿NO? DÓNDE PUEDO OBTENER BAMBÚ, EL BAMBÚ ES VERDE, TAL COMO EL HADA VERDEEEE~

-Podríamos pasar por la florería a preguntarle a Minseok.

-BAOZI OH DIOS MIOOOOOOOOOOOOO, CHANYEOL VI A UN BAOZI EN UNA DE LAS FIESTAS, TENÍA A UNA NARANJA COMO SU PAREJA.

-¿Una naranja?

-CHEN CHEN. ¡CHEN CHEN CHEN CHEN CHEN! O JONG… ALGO, CREO, NO ME ACUERDO ME DUELE EL CEREBRO.

Chanyeol suelta un gemido mientras se cubre las pobres orejas, frunciendo el rostro cuando Kris grita aún más fuerte.

-CHAAAAAAAAAAAAAANYEOOOOOOOOOL ME DUELE LA CABEZA HAZ QUE SE DETENGAAAA.

Kris está lloriqueando. Chanyeol se sujeta la latente cabeza en sus manos y trata de no escuchar el resto de lo que está diciendo. Le duele y lo único que quiere es echar a Kris a las patadas y hacerlo rodar escaleras abajo, y jura que en ese momento haría casi lo que fuera para hacer que se calle.

Kris finalmente se queda inmóvil, intercalando idiomas mientras murmura frases incoherente entre ronquidos, y Chanyeol deja salir un suspiro de alivio, feliz de que su sufrimiento haya por fin terminado. El Kris con resaca es irritable y da miedo, pero también es callado y fácil de tratar. El Kris ebrio, por otro lado, es tan ruidoso como puede ser lo ruidoso en el diccionario de Chanyeol; molesto y loco y simplemente tan dolorosamente escandaloso que deja sus orejas pitando durante horas, y la chillona voz de Kris resuena y se repite una y otra vez en su cabeza.

No había contado con que Kris fuera a estar lo suficientemente sobrio como para lograr subir todas las escaleras y entrar a su cuarto. Chanyeol había esperado despertarse para encontrárselo desmayado en el piso del pasillo o en el sofá. Se desliza fuera de la cama, soltando su almohada, y toma los brazos y las piernas de Kris; lo acomoda de una forma que le permita agarrarlo y llevarlo por las escaleras hacia su habitación. Se las arregla para llegar al cuarto de Kris sin tropezarse y lanza el largo cuerpo hacia la cama en un rincón, tras lo cual lo tapa con el acolchado. Cuando se voltea para irse, algo delgado y azul y largo en la mesita de luz captura su mirada, y retrocede para tomarlo; destapa la botella de tinta con una maliciosa sonrisa estampada en el rostro.

Pandas.

Chanyeol sonríe para sí cuando está acurrucado cómodamente en su propia cama en el piso superior, riendo por la infantil venganza que logró hacerle a Kris; la ridícula imagen del rubio con tinta pintada artísticamente por toda su cara le levanta el ánimo instantáneamente, y vuelve a dormirse sin soñar, abrazando contento a su almohada.

25 de diciembre, martes.
Casa de campo abandonada destruida en un incendio.
No se reportaron víctimas. Causa desconocida.

Pasa los días siguientes en casa con Kris, ayudándolo a hacer el inventario mientras se recupera de su resaca mortal. Clasifican los tubos de pintura, botellas de aguarrás y aceites en la habitación extra junto a la de Kris, dejando a un lado las vacías y usadas y poniendo en prolijas filas las que están sin abrir, en los estantes, y tomando nota de los colores que se les están agotando escribiéndolos en trozos de papel. Cuando terminan, pasan a los lienzos. Cuentan los nuevos, alinean los que están a medio usar en las paredes y deciden cuáles rescatar y cuáles descartar.

Seis retratos incompletos de Baekhyun están enfilados en el muro y Kris le lanza una mirada incrédula, completa con unas cejas alzadas y una mordaz sonrisa juzgadora.

-¿Estás haciendo esto a propósito? -Kris lo codea, interrogante. -Porque estoy bastante seguro de recordar que este tal Baekhyun te contrató para que le pintaras un retrato. No… una serie extendida documentando sus varias expresiones faciales.

Chanyeol simplemente aparta la vista en silencio, volteándose para mirar el lado de la pared de Kris en su lugar. Está vacía como es habitual, con sólo un gran lienzo envuelto en tela negra descansando contra la cal. Kris casi nunca descartaba pinturas; normalmente trabajaba en lo que fuera hasta el final. El lienzo envuelto es una excepción, y Chanyeol piensa que sabe lo que hay escondido detrás de la tela pero no menciona el asunto y se guarda los pensamientos para sí mismo. El rubio lo está empujando insistentemente y se voltea, molesto.

-Es algo tierno, ¿no te parece? -Kris suelta un mmm, frotándose el mentón.

-¿Quién?

-Este chico Baekhyun.

El más joven de los dos se muerde el labio y juguetea con el dobladillo de su remera, dándole vueltas a la declaración de Kris en silencio mientras el otro se mueve para mirar más de cerca los retratos. La primera expresión de Baekhyun es estoica y fría, con muchos tonos azules y grises, y Kris hace una mueca hacia él antes de moverse al siguiente.

-Jamás creí que pudieras de verdad pintar mal. -Le enseña una sonrisita, salteándose el segundo y el tercero, que son unos intentos tan desastrosos como el primero, y deteniéndose en el cuarto.

-Es sólo que es… difícil de pintar.

-Todo es igualmente difícil de pintar. -Kris chasquea la lengua hacia él, moviendo su índice. -Tienes que descubrir qué te está molestando. Como este. -Señala al sexto retrato en una esquina. Baekhyun lo está viendo con una pequeña sonrisa y la cabeza ladeada. - Técnicamente está perfecto pero lo eliminaste. ¿Por qué?

-No se siente bien. -Es la única razón que Chanyeol encuentra para justificarse.

-¿Por qué no?

-No lo sé, Kris, simplemente aún no está bien. -Suspira, pasándose una mano por el cabello. -He estado trabajando en esta comisión durante tanto tiempo pero no puedo… No puedo parar así.

-Deberíamos conservarlos todos entonces. -Kris le palmea la espalda, riendo. -Siento que las cosas resultarán interesantes. Además, deberíamos documentar tus muchos fracasos. Colgarlos en la pared y demás.

Chanyeol frunce el ceño y lo patea en la espinilla.

-… Y te he dicho esto tantas veces antes, pero realmente deberías tratar de vender estos. -Hace un gesto hacia la pila de lienzos en el lugar de Chanyeol. -Son tus mejores trabajos. Harías una fortuna si tan sólo los vendieras.

Kris continúa, sin notar cómo Chanyeol se ha quedado extrañamente callado.

-¿No sería fantástico si pudieras tener tus ataques y…?

-Kris -ruega el otro-. Detente.

-Lo siento, no debí haber dicho tanto.

Chanyeol sacude la cabeza, volteándose para irse rápidamente por la puerta.

Los cambios llegan con pequeñas, insignificantes decisiones. Nada drástico o importante, sólo pequeños ajustes que mayormente pasan desapercibidos. Cambia su reloj de muñeca con bordes puntiagudos por su reloj de bronce de bolsillo, redondo, con la delgada cadena. Sus gemelos ya no son cuadrados sino circulares, y ha estado usando el cinturón con la hebilla más pequeña y redondeada. No se da cuenta de ello hasta que Kris lo comenta un día, quejándose acerca de cómo Chanyeol ha dejado de usar el reloj que le había comprado para su cumpleaños.

Baekhyun se había vuelto más pegadizo y toquetón tras su encuentro de Navidad, sin tener ya miedo de tocar a Chanyeol, y Chanyeol no había sido tocado y examinado y mirado tanto en su vida antes, pero no le importa ni un poco incluso aunque al principio fuera algo desconcertante. La condición de Baekhyun fue sorpresiva, pero no cambió nada, y Chanyeol estaba determinado a tratarlo del mismo modo exacto que antes, con unas pocas modificaciones aquí y allá sólo para asegurarse de que no lastimara por accidente a su amigo.

Hoy está en una misión.

Había guardado un par de botellas de vidrio vacías de linaza y vaciado dos jarros a medio terminar de mermelada y miel, forzando a Kris a comérselas durante unas semanas, y lavado y secado dichos frascos, dejándolos en su escritorio hasta la siguiente vez que volviera a ver a Baekhyun. Por la mañana se robó algo de tierra de las plantas de la ventana de Kris, llenando por la mitad los tarros de vidrio, y los escondió a salvo en su bolso de trabajo, listo para contrabandearlos al cuarto de Baekhyun.

… Sin embargo no tiene un plan.

Antes de saberlo está siendo guiado por el largo pasillo otra vez, y trata de no flaquear cuando el cuidador le hace alzar los brazos como es usual.

-¿E-es esto realmente necesario? -tartamudea, tratando de retorcerse y apartarse-. Me revisas cada vez y jamás he traído nada afilado. Sabes que no lastimaré a Baekhyun. -Chanyeol patea fuera de su alcance su bolso, poniendo su mejor sonrisa tímida. -Así que, ¿por qué no nos salteamos esto por esta vez?

El cuidador le da una mirada maligna y gruñe, sujetándole firmemente el brazo para que no pueda escapar.

-Estás ocultando algo.

-Sí, est… NO, no estoy ocultando nada. -Chanyeol entra en pánico, tratando de sujetar su bolso para que el cuidador no lo tome y tratando de no gimotear ante la fuerte sujeción en su brazo izquierdo, doblándose y retorciéndose y volteándose y golpeando con urgencia la puerta de Baekhyun.

-¡¡LA VERDAD ES -exclama, usándolo como distracción para apartarse de las manos del cuidador-… QUE ME DAN MIEDO LAS COSQUILLAS!!

Un momento incómodo de silencio ENSUES mientras se miran a los ojos; Chanyeol sujetando su mochila pegada al pecho. Está a punto de esquivar otro agarre del anciano cuando la perilla hace un clic y la puerta se abre con un lento y fuerte crujido.

-¿Ch-Ch-Chanyeol? ¿Eres tú?

Baekhyun está espiando por detrás del marco, sujetando la pared con los dedos. Chanyeol lo observa mientras sus ojos se ensanchan, registrando la escena frente a él y, más importante aún, la extensa longitud del corredor más allá. Tanto Chanyeol como el cuidador se quedan atónitos y congelados, y es Baekhyun quien salva la situación, estirando una tímida mano y jalando a Chanyeol hacia la puerta, tomándolo por la muñeca. Cierra con rapidez dicha puerta una vez que ambos están dentro y se apoya en ella, tras lo que se desliza hasta ponerse en cuclillas, alzando la vista para encontrar los ojos de Chanyeol.

-Pude escucharte a través de la puerta y pensé que algo andaba mal. -Toma la mano que le ofrece Chanyeol y se pone de pie. -Te escuché gritar y creí que había pasado algo malo y estabas herido, así que traté de abrir la puerta. Me siento algo engañado ahora que veo que estás bien. -Se ríe, sujetándose del brazo del otro.

» ¿Por qué estaban peleando? -Chanyeol aún no le ha soltado las manos, y lo lleva hacia su lugar usual junto a la ventana.

-No estábamos peleando. -El más alto abre su mochila y saca los frascos con tierra y las botellas de vidrio extra, pasándoselas a Baekhyun con una sonrisa radiante. -Estaba tratando de meter esto para ti.

-Suenas como un mentiroso terrible. -Baekhyun deja salir una risita.

-Las macetas adecuadas son un poco más difíciles de esconder, así que te traje frascos y botellitas para que uses como unas improvisadas en su lugar. Están hechas de vidrio, pero mientras que seas cuidadoso y no las tires y toques los fragmentos son perfectamente seguras y no te lastimarán.

Baekhyun pone los frascos en el alféizar con cuidado, uno por uno, y atrae a Chanyeol hacia un agradable y largo abrazo de gratitud que deja al pintor sintiendo calidez y alegría en su interior. Cuando lo suelta, revisan juntos el libro de semillas y escogen dos especies perennes para tratar de plantar. Jamás había visto a Baekhyun tan feliz como ahora: mete sus dedos dentro del frasco y vierte grumos de tierra en sus palmas; los aprieta y los suelta, siente la textura húmeda y granulosa, golpetea las botellas de vidrio con sus dedos y escucha el sonido que la delgada tapa del frasco hace cuando la deja caer. Chanyeol se mueve hacia detrás de él mientras Baekhyun transfiere algo de la tierra de una de las botellas de vidrio con cuidado, y observa por encima suyo sin ser invasivo. Una vez que el muchacho terminó de colocar las semillas, corre hacia el baño para lavarse las manos y las seca con impaciencia en su camisa, dejando huellas húmedas y transparentes en la tela. Se vuelve a subir a la silla de terciopelo con el libro que se suponía que fuera el regalo de Navidad para Chanyeol. El otro había insistido en dejar el libro allí y está feliz de haberlo hecho, a juzgar por la mirada de Baekhyun mientras ojea las páginas. No había mentido al decirle que era su favorito.

Chanyeol está de buen humor hoy, ya que logró contrabandear exitosamente la tierra y el vidrio para el muchacho, y sonríe para sí mismo mientras se pone a trabajar en su séptimo lienzo, dibujando las facciones de Baekhyun con carboncillo antes de comenzar a llenarlo con colores base. Está decidido a probar algo diferente aquella vez, recordando las alegres expresiones del muchacho cuando estaba jugando con la tierra, replicándolas con líneas y marcas. Baekhyun está especialmente inquieto hoy por toda la emoción, y está teniendo más dificultades de lo normal para quedarse quieto, jugueteando con el libro de semillas y echando ocasionales miradas en dirección a los frascos en la ventana, con ojos ilusionados. Sus expresiones faciales son particularmente interesantes para Chanyeol; no las había visto antes y está distraído con la pintura. Cambia el pincel y su lienzo por carboncillo y papel, y dibuja velozmente un par de bocetos de Baekhyun. Está tan inmerso dibujando que no nota cuando Baekhyun salta fuera de la silla, acorta la distancia entre ellos, se sienta en el suelo frente a él y lo mira con curiosidad.

-Estás sonriendo mucho hoy. -Baekhyun sonríe también, cruzándose de piernas. -Tienes unos dientes blancos muy lindos.

-¿Gracias? -Chanyeol ríe mientras deja a un lado los dibujos, se limpia las manos y aparta la silla para sentarse en el suelo con el más bajo.

-¡Vaya, tus dientes son grandes! -El rostro del muchacho llena ahora su visión al inclinarse más cerca y mirarle los dientes blancos perlados, y Chanyeol se tensa, congelándose, sin atreverse a moverse. Baekhyun alza la vista hacia él, expectante, al preguntar: -¿Cuántos tienes?

-¡Tengo treinta, creo! No lo sé con seguridad. -Se ríe incómodo, rascándose la nuca. -¿Probablemente treinta? ¿Veintiocho?

-¿Quieres que te ayude a contar? -Baekhyun se mueve más cerca, sonriéndole. Chanyeol apenas registra a Baekhyun sujetándole la mandíbula firmemente antes de que le meta un dedo en la boca abierta, rozando rápidamente y contando los molares e incisivos. Contiene la respiración mientras Baekhyun revisa otra vez, y su cuello se le entumece por quedarse tan quieto y la mandíbula le duele por tratar de mantener la boca abierta durante tanto tiempo, por temor a morderlo accidentalmente. -¡Tienes veintinueve! ¿Cómo se llaman los filosos y puntiagudos?

-Caninos. -Chanyeol se sonroja con vergüenza mientras el otro se seca la mano con su pañuelo, se la vuelve a meter en el bolsillo y se mueve para sentarse cruzado a piernas frente a él.

-¿Y los rectangulares del frente?

-Esos son los incisivos -responde el más alto, mientras Baekhyun siente sus propios dientes con su pulgar, presionando los bordes.

-¿Y los gordos de atrás?

-Molares.

Baekhyun asiente con un ooooh, sonriendo ampliamente hacia Chanyeol para que sus dientes queden a la vista.

-¿Quieres ver los míos? Creo que mis dientes son más pequeños. Se sienten diminutos en comparación a los tuyos.

Chanyeol se ríe y niega con la cabeza, enseñando sus dientes también.

-Tus manos son más grandes que las mías, y tus orejas son más grandes y tus pies son más grandes y eres más alto, y ahora incluso tus dientes son más grandes que los míos. -El más bajo hace un puchero, arrugando la nariz. -No es justo. ¿Acaso todos allá afuera son tan altos y grandes como tú?

-Está Kris, que es más o menos de mi misma altura, pero hay otra gente que es más baja que nosotros y que tú. -Chanyeol se muerde el labio, pensativo. -Pero probablemente haya gente más alta incluso que yo.

-¿Quién es Kris? -Baekhyun le tira de la manga con curiosidad, frunciendo el ceño con grandes ojos. -¿Es tu amigo también?

-Es un engendro del demonio. -El pintor sonríe, riendo con maldad. -Es alto y grande y da miedo, y luce como un dragón chino rubio que escupe fuego. Es mi compañero de casa y amigo. Lo conozco desde hace años. Medio crecimos juntos.

-Oh. -Baekhyun baja la vista hacia sus pies, decepcionado, quedándose callado y llevándose las rodillas al pecho, para luego juguetear con los dedos de sus pies.

-¿Algo te molesta? -le pregunta, estirando un brazo para juguetear con los dedos del más bajo, sujetando uno por uno entre su pulgar e índice, y alzando las cejas. Baekhyun desvía la vista y mira para el costado, evitando el contacto visual-. ¿Baekhyun? Hey, Baekhyun, ¿qué oc…?

Chanyeol jamás logra terminar su pregunta, encontrándose con unos labios cálidos y todo el rostro de Baekhyun, cuya boca presionaba vacilante la suya en un casto e inocente beso. No puede evitar sonreír cuando el menor se acomoda para colgarse de él como un koala, con sus brazos y piernas y hecho todo suavidad y calidez, y puede sentir sus risitas mientras Baekhyun le habla al oído, ocultando sus mejillas ruborizadas.

-Las novelas tenían razón -El muchacho entierra su rostro en el hombro de Chanyeol, abrazándolo con fuerza-: los besos sí que se sienten bien.

Ha pensado en un modo de ayudar a Baekhyun a aprender más sobre el mundo exterior sin arriesgarse a herirlo accidentalmente: ha estado llevando hojas de papel consigo, flojamente atadas con un piolín, y dibujándole escenarios y paisajes de su vida diaria. Lo primero que ilustra es a Kris derrumbado sobre la mesa, con un boceto del acercamiento de su cara capturando su característico entrecejo fruncido a un lado. Lo titula «El demonio durmiendo la siesta», garabateando las palabras en un espacio vacío en la hoja. El siguiente dibujo es de su habitación, dibujada desde varios ángulos, y en el reverso hace uno de la vista desde su ventana, apartando las cortinas para revelar un camino soleado por primera vez en un largo tiempo. Se sienta en el banco en la esquina de la pastelería de Kyungsoo el miércoles y dibuja el exterior y las calles de alrededor, tras lo cual entra y charla con el pastelero y su joven aprendiz, Sehun, y compra un muffin de arándanos y les pide tímidamente que le permitan dibujar sus retratos y todos los distintos tipos de pan y cosas dulces que Kyungsoo tiene en venta. El jueves lleva las hojas a la morgue, grabando la fría habitación y sus mesas de acero y altas ventanas con un bolígrafo. Las grandes ventanas le recuerdan a las de su sueño recurrente, y hace una mueca bajo el frío; la morgue parece especialmente deprimente y desolada cuando sabe que se encontrará al día siguiente con Baekhyun. Imágenes de su sonrisa y el recuerdo de su abrazo lo mantienen cálido cuando va a través de la helada tormenta que resuena por la ciudad.

Lo peor del invierno ya ha pasado y es casi fin de febrero. Las tormentas de nieve cambiaron por tormentas eléctricas, y ha estado lloviendo fuertemente toda la semana; pareciera que el clima durante los siguientes días y semanas va a ser horrible. Llovizna mientras avanza por el sendero con su paraguas, y la lluvia se vuelve más intensa a cada paso que da. Tiene la pila de dibujos de la primera semana guardados a salvo en su bolso, atados prolijamente juntos con piolín, y las páginas llenas de notas para Baekhyun. Apura el paso cuando un relámpago destella en el cielo, acompañado por el grave y fuerte retumbe del trueno en la distancia. Los largos pasillos y el cielorraso elevado se sienten sombríos, y el candelabro que usualmente reluce le envía escalofríos por la espalda cuando un rayo ilumina la oscuridad a través de las ventanas, proyectando largas sombras en las paredes. Puede oír la lluvia golpeteando con fuerza y sus pisadas resonando tristemente con cada paso.

La puerta está destrabada y puede escuchar la radio que le había comprado a Baekhyun sonando a través de la pequeña rendija en la puerta. Golpea una, dos, tres veces antes de abrir la puerta, pero sólo la logra abrir hasta la mitad cuando siente un fuerte peso impactando contra ella, cerrándola nuevamente. Se ve forzado a retroceder, confundido.

-¿Baekhyun? -llama, sorprendido al escuchar el clic del cerrojo poniéndose desde adentro-. Baekhyun, ¿estás bien?

-¡Vete! -grita el otro con fuerza por encima del ruido de la radio cuando un trueno retumba de nuevo. Su voz suena distante y alejada, como si estuviera al otro lado del mundo.

Chanyeol vuelve a golpear con urgencia, preocupado.

-¿Baekhyun? Vamos, Baekhyun, ¿qué pasa? Abre, por favor.

-Vete, sólo vet… -Baekhyun está bramando ahora, pero su voz parece ser ahogada por algo. -Vete, sólo vete.

La tormenta ha evolucionado a una tempestad llena de rayos, con los truenos impactando violentamente junto a cegadores y poderosos rayos. Chanyeol se apoya contra la pared y se desliza sin poder hacer nada, incapaz de comprender el súbito cambio de comportamiento de Baekhyun. Se sienta junto a la puerta y espera callado mientras escucha la radio sonando por entre la lluvia torrencial, parándose para irse sólo cuando comprende al fin que la puerta de Baekhyun no se abrirá para él.

Al menos no aquella noche.

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1 Juego de palabras. Peach: durazno; peachy: estupendo. Por cierto, durazno en chino se pronuncia Tao. [Volver a la historia]

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