SOY UNA MALA ESCRITORA! *se golpea en la pared*
No se que me sucede que no tengo, NADA de inspiracion para Lemon. NADA! es Horrible u.u *llora* Asi que les debo el Lemon para la parte 2 de este fic (; al cual le quedan ... solo 2 caps' mas :3 Les prometo, de nuevo, que intentare encontrar la inspiracion!!
Pero debia ponerles algo ya! asi que la primera parte, que esta escrita desde hace mucho (:
Espero les guste aunque no tenga lemon u.u// *regresa a golpearse contra la pared*
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The Heart
Introdujo la llave lentamente en la cerradura. Estaba cansado y emocionado a la vez, su corazón latía frénetico, aun sin poder recuperarse del incidente de hace unos minutos. Debió haberse dado cuenta de que su casa estaba abierta, pero no lo hizo, demasiado distraído.
"¡Ninochan!" una voz exclamó desde la sala. Fue entonces cuando Nino regresó al mundo, al doloroso y cruel mundo de que Aiba estaba en su casa.
"¿Qué haces aqui?" preguntó, con cara de fastidio, Aiba había arruinado por completo su día. Dejó sus cosas sobre una silla y se dirigió al sofá.
"Vine aqui porque estaba preocupado" explicó Aiba, mientras se sentaba al lado del menor. "¿Preocupado por qué?"
"Me colgaste" reclamó Aiba.
"Te dije que estaba ocupado. . . "
Un silencio.
"Nee Ninochan, ¿estás saliendo con alguien?"
Nino miró hacía otro lado, intentando ocultar su sonrojado rostro.
"No es como que me interese . . . bueno, si me interesa. ¿Quién es?, ¿Dónde lo conociste?, ¿Puedo conocerlo?, ¿Ese era su auto?, ¿El te trajo a casa?..."
"¡Basta!" exclamó el menor, poniendo sus dos manos sobre la boca de Aiba, para que este dejara de preguntar. "Son demasiadas preguntas"
"¡mmhmm!"
"¿Eh?"
"¡mmhmm!" volvió a repetir Aiba, Nino lo miró confundido, y después quitó sus manos de la boca de Aiba.
"¡Respondelas!" exclamó el mayor, emocionado.
"Ehmm . . . si . . . salgo con el . . . "
"¿Cómo se llama?, ¿Es Lindo?, ¿Dónde trabaja?"
"¡Espera! a ver . . . Se llama Ohno Satoshi. . . "
"¿Dónde lo conociste?"
"¡Dejame hablar!"
"Lo siento. . . "
"Lo conocí aquel día, en la fiesta a donde me llevaste"
"¡JA!, Es gracias a mi que estas con el. Agradecemelo"
"No lo hare, callate"
"Esta bien . . ."
"Llevamos saliendo . . . casi 2 semanas . . . " explicó Nino, aun sonrojado.
"¿Cómo es el?" preguntó Aiba, sin poder quedarse callado.
"Es . . . Lindo, tiene una voz muy hermosa; a veces es algo distraído y serio, pero..." Nino se detuvo ante la sonrisa emocionada de Aiba. "¿Qué sucede?"
"Nunca te había escuchado hablar así de una persona, lo de ustedes va enserio, ¿no?"
"No lo se" se defendió Nino.
"¿Qué tal fisicamente?, ¿Es apuesto?"
"¿Qué?, ¿Para qué quieres saber?"
"Solo pregunto... No es como que sea más apuesto que Sho, obviamente"
Nino rió. "Si . . . es apuesto" admitió, no estaba diciendo ninguna mentira.
"¿Cómo es?, ¿Cómo es?"
Nino lo miró como si estuviera loco, suspiró y respondió.
"Es alto... tiene unas manos muy hermosas, su cabello es negro y liso..."
"¿Es suave?"
"¿Eh?"
"Su cabello"
"No lo se" respondió Nino.
"Oh, no mientas, ¿no has tocado su cabello?"
Nino ignoró la pregunta, intentando olvidar que lo había hecho solo hace unos minutos en el auto. Si, era suave, muy suave. Una sensación placentera tocarlo, acariciarlo...
pero no se lo iba a decir a Aiba.
"Como sea..., estoy feliz por ti Ninochan"
El menor volteo a verlo. Aiba asintió feliz.
"Pensé que te sería más dificil olvidar a Ryukun"
Nino hizo una mueca. "Pero estoy contento de que Ohnosan llegara a tu vida" terminó Aiba con una sonrisa de oreja a oreja.
Nino sonrió también; si, estaba contento. Ohno había llegado como su salvación cuando se sentía más infeliz, era su angel.
"¿Puedo conocerlo?" preguntó Aiba, levántandose del sofá.
"¿Qué?, ¿estás loco?"
"¿Por qué?"
"Porque lo quiero"
"Malvado"
Nino volvio a reirse. "Esta bien, lo conocerás después"
"Gracias" Aiba tomó sus cosas feliz. Aquél 'Lo quiero' seguía resonándo en sus oidos, nunca había estado tan feliz por su amigo.
Nino bajaba las escaleras lo más rápido que podía, tratándo de saltarse varios escalones para ir más rápido pero teniendo mucho cuidado para no caerse. A buena hora los elevadores habían decidido dejar de funcionar. Y ahora Nino debía pasar por toda esta tortura de bajar escaleras, porque Ohno lo esperaba afuera. Era algo temprano, supuso que Ohno no había trabajado ó tenido mucho trabajo ultimamente.
Llegó patinando al recibidor, y paró un segundo, para tomar aire y acomodarse su cabello, antes de que se diera cuenta de que lo que hacía era estupido. Caminó hacía la salida. Abrió la puerta, solo para encontrarse con un apuesto Ohno en un viernes por la tarde, recargado elegantemente en su auto. Nino paró en seco, contemplando la hermosa imagen que tenía frente a el.
Hoy al parecer Ohno no había ido a trabajar. Y eso quería decir que el mayor no traía puesto un traje, si no ropa casual, con la cual se veia mil veces mejor.
Una playera tipo polo color Azul, con la cual se podían ver sus hermosos brazos, Nino se permitió perderse un momento en ellos.
"Kazu" Ohno había dicho su nombre y eso lo devolvió a la realidad de pronto.
"Ah... perdona la tardanza. Los elevadores no estan funcionando y vivo en el septimo piso así que..."
"Entiendo, no te preocupes"
Nino sonrió y Ohno le devolvió la sonrisa; ambos entraron en el auto del mayor.
"¿A dónde vamos hoy?" preguntó Ohno, mientras se ponía el cinturón de seguridad.
"¿Hoy elijo yo?" preguntó Nino sonriendo.
"Pues... si, escoge"
"Donde tu quieras está bien" respondió.
Ohno sonrió feliz.
"Que bien, porque tengo un lugar hermoso al cual llevarte"
Durante el resto de camino, no hablaron mucho, Nino se entretenía escuchando la cantidad de CDs de Musica que Ohno llevaba, el mayor si que tenía buen gusto en musica, además conocía artistas que Nino en su vida había escuchado hablar, y eso que Nino sabía de musica.
Tal vez fueron 40 minutos después, Nino no estaba seguro del tiempo, cuando llegaron al lugar donde sería su cita.
Nino levantó la mirada de los CD's para encontrarse con un paisaje verde, no era un parque, era algo todavía más enorme. Nino no sabía si era porque nunca salía o si esto era nuevo, pero nunca había visto este lugar antes. Probablemente si le preguntaba a Aiba el mayor ya hubiera venido aqui unas 5 veces, era del tipo que le encantaba venir a estos lugares.
"Hoy, nuestra cita sera ahí" dijo señalando Ohno, una gran plataforma altísima, de donde sin duda se podía observar con claridad todo el panorama.
"¿Un mirador?" preguntó Nino, curioso. El mayor asintió. "Espero que no le tengas miedo a las alturas"
Nino sonrió, negando con su cabeza.
* * *
Caminaban juntos por un largo camino, al parecer había que caminar todo esto para llegar al mirador. Nino era, por lo general, de las personas que preferían conducir a caminar, pero ya que estaba con Ohno decidió que tal vez no sería tan cansado. Y en efecto, tenía razón, caminar con Ohno era algo fácil, por lo general Nino era el que hablaba y Ohno solo opinaba de vez en cuando, pero eso no le molestaba al menor, le encantaba hablar y hablar.
"Ah, ¿ves ese lago de ahí?" preguntó Ohno de pronto, Nino tuvo que estirar su cuello un poco para alcanzar a verlo bien, después asintió.
"Ahi, los sábados y domingos esta abarrotado de pescadores"
Nino observó al solitario pescador que se encontraba ahí ahora, si no fuera porque se movía de vez en cuando, Nino hubiera pensado que era parte de la decoración del lugar.
"¿No es más dificil pescar así?" preguntó el menor, no sabía mucho de pesca, pero creeía que si había menos gente, las probabilidades de atrapar algo eran más.
"Si, pero creo que la gente no entiende. De verdad es dificil casi nunca atrapas algo."
"Y después de que los atrapas ¿qué haces con ellos?" preguntó Nino, curioso.
"Los lanzas al agua de nuevo"
"¿Eh?, Eso no tiene sentido. ¿De qué sirve que los atrapes si no podrás comertelos?"
Ohno rió. "Ese lago es solo de práctica, venimos aqui a 'jugar', por así decirlo. La pesca es un deporte, lo sabías, ¿cierto?"
Nino asintió. "Entonces, en pocas palabras: ¿Sacan al pobre pez del agua, lo matan por unos minutos y después lo reviven otra vez?"
"Bueno... no estan completamente muertos..." murmuró Ohno.
"¿Por qué no puedes llevártelos a casa?"
"Porque me comen"
Nino rió, recordándo lo que le había dicho esa vez al mayor, en aquél parque.
"Tienes que admitir que las ranas son mejores"
Ohno negó sonriendo.
Después de una larga caminata, ambos llegaron al gran mirador, y subieron las escaleras. El aire allá arriba soplaba fresco, y Nino se sintió feliz, por primera vez, de estar al aire libre, en la naturaleza, alejado de sus videojuegos.
De todas formas prefería sus videojuegos.
Había tenido razón, desde ahí podía apreciarse completamente el panorama, el gran lago cristalino donde el solitario pescador seguía ahí. Los árboles, los edificios lejanos de la ciudad, todo era perfecto.
Nino estaba absorto contemplando todo, cuando esucho un pequeño 'click' proveniente de su espalda. Se dió la vuelta, solo para encontrarse con un Ohno sosteniendo la cámara en sus manos, y una cara de sorpresa al haber sido atrapado.
"¿Me tomaste una foto?" preguntó alarmado Nino.
Ohno asintió. "¿Por qué lo hiciste?"
"Saliste bien" le aseguró el mayor.
Nino se acercó para observar la foto, se podía contemplar el gran lago, y de espaldas, encarandolo, estaba Nino.
"Claro que no salí bien, estoy de espaldas. Pareciera como que me metí en la foto"
"No es verdad . . . bueno, entonces vuelve a ponerte ahí, pero de frente para tomarte otra foto" insistió el mayor.
"¿Por qué quieres tomarme fotos?"
"Porque si, vamos ve hacía ahí"
Nino hizo una mueca. "Bueno, pero cada foto te costará" dijo, con una sonrisa maligna en su rostro.
"¿Eh?, Pero no traje tanto dinero hoy . . . " comenzó a decir Ohno, pero antes de que terminara la frase, fue interrumpido por los traviesos labios de Nino, los cuales se posaron sobre los suyos, robándole un beso, Ohno solo se quedó sorprendido, observando como Nino sonreía feliz.
"Primera foto, pagada" exclamó el menor, sonriendo más anchamente, mientras se dirigía al mismo lugar y se ponía de frente, dandole la espalda al lago.
A Ohno le tomo unos segundos regresar a tierra firme. Cuando lo hizo, sonrió, tomándo la cámara entre sus manos y pulsando el botón.
El resultado fue otra foto de Nino, pero esta vez de frente, sonriendo.
Ohno se acercó, para mostrarle la foto al menor, este sonrió.
"Nee, ¿debería pagartela ahora?" susurró el mayor en el oido de Nino, quien levantó el rostro sorprendido y sonrió.
Unieron sus labios inmediatamente; Ohno posando sus manos alrededor de la cintura de Nino y este sus brazos alrededor del cuello del mayor, enterrando sus manos en el cabello de Ohno, sintiendo felizmente el suave cabello de este.
Continuaban besándose, mientras se apegaban el uno al otro cada vez más, incluso aunque ya estuvieran lo suficientemente cerca, aun no era suficiente; Nino nunca había sentido estos sentimientos recorrer su cuerpo y explotar todos al mismo tiempo como fuegos artificiales, era la primera vez que sentía tanta pasión, deseo y amor, invadiendo su cuerpo, al besar a alguien. No quería separarse jamás de este suave y caliente cuerpo. No quería que estos labios dulces dejaran de besarlo nunca. No le importaba absolutamente nada en estos momentos, ni siquiera el pescador solitario en el lago, le valía si los miraba, lo único que quería era seguir de esta manera con Ohno, para siempre.
"Lo ves, te lo dije, restaurantes informales son mejores que los formales" volvió a decir Nino, mientras ambos comían una hamburguesa en un pequeño local cercano del parque al que volverían en unos minutos.
"Tienes razón. Se esta más relajado aqui"
"Exacto, nadie te verá raro" sonrió el menor, tomando un poco de su bebida.
"¿Estás seguro de que quieres regresar?" preguntó Ohno.
"Si, quiero caminar un poco más"
* * *
"Entonces yo le dije que no era eso lo que debía utilizar, pero no me hacía caso, es tan terco..." decía Aiba por la calle, caminando con Sho a su lado.
"¿Y que sucedió?"
"El pobre 'Cupa-chan' sufrió las consecuencias, me hubiera gustado que el experimentara ese dolor"
"Creo que debes entrenarlo mejor"
"Es lo que intento, pero el no quiere escuchar"
Sho sonrió, y tomó la mano de Aiba entre la suya.
"Es por eso que tu eres el mejor veterinario del mundo" susurró en su oido, haciendo que el menor riera. "Lo se" exclamó, con una sonrisa aun en su rostro.
Continuaron caminando un poco más, pasando por varias tiendas.
Sho estaba entretenido observando un anuncio en la ventana de un pequeño local, cuando sintió que Aiba se alteraba.
"¿Qué sucede?"
"¡MIRA! ¡MIRA! ¡MIRA!" exclamó el menor, saltando por todas partes.
"¡Aiba, tranquilizate! ¿Qué es?"
"¡Mira hacía ahí!" dijo en respuesta, apuntando hacía un restaurante.
"¿Qué?" volvió a preguntar Sho, observando a las personas comer.
"Mira hacía ¡Allí!" Aiba tomó el rostro de Sho y lo movió hacía la derecha, hacía la mesa lejana, cerca de la ventana, hacía la hermosa pareja comiendo en ella.
"¿Es... Ninomiya-kun?" preguntó Sho.
"¡Si!" respondió Aiba.
"¿Con quien está?"
"Es la persona con la que esta saliendo" exclamó Aiba, feliz.
"Ohh..."
"¿No son lindos?"
"Si" respondió Sho.
"Waa, estoy tan feliz por Nino"
"Parece ser un buen sujeto" afirmó Sho.
"Hay que ir a saludarlos" exclamó Aiba, tomando el brazo de Sho para que caminara.
"¡No!, ¿Qué te sucede?" dijo Sho, deteniendolo.
"¿Qué pasa?"
"Estan en una cita" explicó Sho, como si fuera obvio.
"Ahh, ¿Y?"
Sho rodó sus ojos, un poco exasperado, pero aun así una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
"No podemos interrumpirlos en su cita, Aiba"
"Tienes razón..."
Sho sonrió, y volvió a tomar la mano del menor.
"Ven, te compraré un pastel"
"¡YATTA!"
* * *
"Basta" exclamó Nino, riendo.
"¿Qué sucede?" preguntó Ohno.
"Me da cosquillas" respondió Nino, tomando la mano del mayor, para que dejara de acariciar su cuello.
Ambos se encontraban debajo de un gran árbol, frondoso y fresco.
Ohno recargaba su espalda en el tronco del árbol, y Nino su cabeza sobre las piernas de Ohno. Hasta hace unos momentos, Ohno había estado acariciando el cuello del menor con sus dedos, provocando que pequeñas risas salieran de vez en cuando del otro.
"Nee Ohchan"
"¿Mmmh?"
"¿Estas. . . seguro?" preguntó Nino, como la tercera vez en el rato que llevaban ahí.
Ohno suspiró.
"¿Crees que no deberíamos?"
"No es eso..."
"¿Entonces qué es?"
Nino no respondió.
Ohno intuía de que iba la cosa. Nino se sentía inseguro porque, en realidad, no conocía nada de Ohno. Por lo general solo conversaban de Nino, Nino ... y Nino.
Ohno nunca respondía preguntas sobre su vida antes de conocerlo, más que tuvieran que ver con el trabajo, o cosas que le gustara hacer.
Era obvio que Nino quisiera saber más de él, porque se suponía que llevaban una relación seria.
"¿Comenzaras con esas cursilerías?"
Ohno suspiró y sacudió su cabeza.
Una de sus manos comenzó a acariciar el cabello de Nino, lentamente...
"¿Kazu?..."
"¿Si?"
"¿Cómo fue?"
Nino frunció el ceño. "¿Qué cosa?"
"Tu relación pasada"
Un silencio.
"... Normal, supongo ... " respondió el menor después de un rato.
"Terminaron"
"Si bueno..."
"¿Por qué?"
Nino rio. Ohno lo miró fijamente.
"El era un niño. Ehmm... bueno, digamos que... basicamente, su madre controlaba su vida entera"
"¿Eso era un problema?"
"Si... porque ella no quería que su hijo fuera homosexual... La verdad no fue mi culpa... me gustaba pero... yo no lo habría hecho si el no me hubiera llevado ese día a aquél bar..."
"¿Eh?" preguntó Ohno, ahora enserio confundido.
"Nuestra relación comenzó... demasiado rápido... aunque bueno... ambos nos conocíamos de tiempo, trabajabamos juntos... pero de todas formas..."
"¿Tuviste relaciones con el esa noche?"
Nino asintió.
"Después... su madre se enteró, y lo obligó a que terminara conmigo... el lo hizó sin quejarse... como si yo no le importara nada... y creo que ..."
"Era un tonto"
"Si bueno..."
Más silencio.
"¿Qué hay de ti?" preguntó Nino.
"... Murió ... Mi antigua pareja..."
. . .
"Su nombre era... Jun. Salimos por mucho tiempo... el... murió en un accidente automovilistico..."
"¿Lo amabas?"
Después de un momento, Ohno asintió.
Entonces Nino se enderezó, y pasó sus brazos alrededor del cuello del mayor, y mirándo hacía el cielo dijo: "Jun-san, gracias por cuidar de Ohchan. Te prometo que no dejaré que nada malo le suceda"
Ohno miró al pequeño individuo que tenía frente a él. No se lo merecía. Nada de lo que iba a pasarle, nada se lo merecía...
Debía parar todo esto.
Pero antes de que pudiera reaccionar, sintió los labios del menor sobre los suyos. Y no tuvo más remedio que entregarse al roce.
Intentando olvidar lo horrible que era su 'verdadera' vida...
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u.u //
Parte 2