Título: Everyland
Autor: aisisgallo
Género: J2 AU
Capítulos : 23 + Epílogo
Pairings: Jared/Jensen ; Chris/Steve
Clasificación: NR-17
Palabras: 51.000 +/-
Resumen: El mundo de Jensen se ha hundido tras una tragedia que no está siendo capaz de superar. Y de pronto ocurre algo que le lleva a un lugar más allá del mundo real. Pero ¿es solo su imaginación quien le lleva hasta allí, o es algo más?
Capítulo 1,
Capítulo 2,
Capítulo3,
Capítulo 4,
Capítulo 5,
Capítulo 6,
Capítulo 7,
CAPÍTULO 8
Jensen abrió los ojos al sentir que alguien sacudía su cuerpo, y se encontró con la mirada angustiada de Jared frente a su cara.
- ¿Qué…? - dijo incorporándose un poco.
- ¡Por fin! - Jared soltó un fuerte suspiro y le ayudó a sentarse en el suelo. - ¿Te encuentras bien? Llevo media hora intentando despertarte, y no respondías a nada. Me has dado un susto de muerte.
- Vale, lo siento… - Jared parecía a punto de echarse a llorar, y para sorpresa de Jensen le abrazó con fuerza mientras seguía hablando sin parar. - No vuelvas a hacerme esto Jensen, de verdad que me has asustado, no sabía que hacer, no sabía si ibas a volver a despertarte.
- Vale, vale, tranquilo Jared, - contestó Jensen devolviéndole el abrazo con timidez, - estoy bien, en serio, es solo que…
Jared se apartó un poco de él para mirarle a los ojos, y Jensen sintió que su cuerpo le echaba de menos inmediatamente, habría preferido que le siguiera abrazando durante un rato más.
- ¿Has vuelto allí?
- ¿Eh? - dijo apartando esos pensamiento de su mente.
- A Nueva York. ¿Estabas allí? - Jared le miraba con tristeza mientras le preguntaba.
- S-sí Jared. Estaba allí.
- Oh. - Entonces Jared le soltó y se apartó un poco, bajando la mirada al suelo.
- Eh, Jared, - Jensen no podía aguantar la sensación de haber hecho algo que entristeciera a Jared, - Mírame, - dijo sujetándole la cara con las dos manos y obligándole a levantar la mirada. - No pasa nada, ¿vale? Ya estoy aquí otra vez.
Jared asintió, pero volvió a bajar la mirada. - No querías volver. - dijo en un susurro.
- ¿Qué? ¡No! ¡Jared, por supuesto que quería volver!
- Pero no podía despertarte.
- Pero no es por eso, Jared. Es como… no sé muy bien cómo funciona… solo voy de un mundo a otro cuando me duermo, y… bueno… he tenido que encargarme de algunas cosas antes de poder dormirme allí. No he podido hacerlo antes, de verdad.
- ¿Querías volver? - Jared parecía algo esperanzado esta vez.
- Claro que quería, Jared. Es lo único en lo que podía pensar desde que he despertado en Nueva York, en volver aquí.
Esto último hizo que Jared sonriera aliviado, y Jensen prácticamente se quedó hipnotizado por los hoyuelos que aparecieron a ambos lados de su boca.
- Dios, deberías hacer eso más a menudo.
- ¿Hacer qué? - preguntó Jared frunciendo el ceño extrañado.
- Sonreír. ¿Sabes que te salen unos hoyuelos…? - Jensen se señaló la cara indicándole el lugar, y Jared volvió a sonreír, dejándole sin habla. - Sí… ahí. - dijo con la mirada fija en su sonrisa.
Jared se sonrojó y desvió la mirada avergonzado, - Creo que será mejor que nos pongamos en marcha, se ha hecho un poco tarde, y son muchas escaleras hasta llegar a Rhunnin.
Jensen salió de su ensimismamiento cuando vio cómo Jared se levantaba y empezaba a recoger sus cosas.
- Eehh, sí, claro, será mejor que nos demos prisa.
La subida a Rhunnin estaba siendo bastante tranquila. En un principio, a Jensen le costó un poco acostumbrarse a la sensación de ir andando por una plataforma suspendida en el aire. Así que durante la primera hora, se negó rotundamente a apartarse del centro de las escaleras, y mantenía en todo momento la mirada fija en el centro, mientras aguantaba las risas de Jared que le tomaba el pelo sin parar.
Después de la primera hora, se acostumbró a que sus ojos no vieran más que cielo abierto tanto encima como debajo de él, pero siguió fingiendo estar aterrado, porque las risas de Jared le provocaban un hormigueo en el estómago que no quería dejar de sentir.
Subieron a un ritmo tranquilo, mientras Jensen le contaba a Jared lo que había pasado en su última “visita” a Nueva York, e hicieron una parada a mitad de camino, sentándose en uno de los escalones a comer algo y descansar un poco.
El ir y venir de gente por las escaleras que unían los dos islotes era constante, aunque no muy abundante. Se cruzaron con gente que bajaba hacia Khormik en muchas ocasiones, y Jared siempre agachaba la cabeza e intentaba esconderse detrás de Jensen hasta que se alejaban.
A pesar de eso, Jared iba cogiendo más confianza a medida que pasaba el tiempo, y cuando retomaron la marcha después del descanso, empezó a retar a Jensen a que se acercara más al borde de las escaleras, riéndose cada vez que este se negaba.
Una hora después, ya podían ver claramente el punto en el que las escaleras se unían al islote de Rhunnin, y a Jensen le pareció que acababa de ver el paraíso, porque sus piernas estaban empezando a protestar a cada escalón que subía, y los calambres cada vez eran más fuertes.
- Dios, por fin, si llegan a ser unas pocas más, creo que no habría llegado.
Jared le miró con una sonrisa y sacudió la cabeza. - Vamos Jensen, pensé que estabas en forma, tampoco ha sido para tanto.
- ¿Qué? Tío, acabamos de subir cinco mil escaleras en una mañana, con esto creo que quedo libre de ir al gimnasio por lo menos durante un mes.
- ¿Qué es un gimnasio? - preguntó Jared con curiosidad.
- Bueno, dicen que es un sitio en el que ponerse en forma y estar saludable, pero yo más bien diría que es algo así como una sala de tortura. - contestó Jensen mientras se frotaba uno de sus muslos. - Aunque creo que estas escaleras son peor todavía. Oye, ¿el correo entre los islotes es diario? Porque entonces los carteros tienen que cobrar una fortuna.
Jared soltó una carcajada que hizo que le temblaran las rodillas a Jensen. - No. Es semanal, y hay un cartero para cada una de las escaleras. - Jensen se quedó mirando a Jared totalmente embobado, y eso le impidió ver al hombre que subía las escaleras tras él y que se acercó hasta llegar a su lado.
En un gesto rápido, el hombre se colocó al lado de Jensen y le embistió como su tuviera que hacerle un placaje, lanzándole hacia el lateral de las escaleras. Jensen cayó al suelo justo al borde, y con la inercia del empujón, su cuerpo terminó cayendo al vacío.
En el último segundo, Jensen consiguió reaccionar y agarrarse al borde, mientras gritaba con todas sus fuerzas pidiendo ayuda.
Jared no se podía creer lo que estaba pasando. Vio cómo aquel hombre empujaba a Jensen, y antes de que pudiera reaccionar, este estaba agarrado al lateral de las escaleras, con su cuerpo colgando en el vacío. Jared echó a correr hacia allí, y en apenas unos segundos, estaba tumbado en el suelo, con la cabeza asomando hacia el vacío mientras sujetaba a Jensen de los dos brazos.
- Jensen, vamos Jensen, tienes que subir, - sentía un nudo en la garganta que apenas le dejaba hablar, y su voz temblaba de forma descontrolada. - Por favor Jensen…
- Ja-Jared, - la voz entrecortada de Jensen le llegó desde abajo y Jared apretó aún más su agarre sobre sus brazos. - Jared, no… no puedo… no tengo fuerzas.
- No Jensen, no se te ocurra pensarlo siquiera, tienes que subir, no puedes hacerme esto, por favor Jensen. Por favor. Por favor.
La voz suplicante de Jared le hizo levantar la mirada, y vio que sus mejillas estaban surcadas de lágrimas, y le miraba con una expresión totalmente angustiada. Aquella mirada hizo que algo se revolviera dentro de él, y la adrenalina empezó a bombear por su venas, dándole una fuerza que no creía tener.
Con un grito de rabia que sacó de lo más profundo de su estómago, Jensen se agarró con desesperación a los brazos de Jared y se impulsó hacia arriba, cerrando los ojos y apretando los dientes con todas sus fuerzas.
Jared se estaba ahogando. Veía a Jensen allí colgado en el vacío, y podía sentir cómo sus manos se iban resbalando. Aquella maldita capa que llevaba, no dejaba que Jensen se sujetara bien a sus brazos, y estaba perdiendo el agarre poco a poco.
La sola idea de ver caer a Jensen al vacío le cortaba la respiración, y no pudo evitar que las lágrimas resbalaran por su cara mientras le suplicaba que no le dejara, que no le abandonara en aquellas escaleras. La idea de perderle era como un cuchillo atravesando sus entrañas.
Fijó su mirada, borrosa por las lágrimas, en los ojos de Jensen, aquellos dos círculos verdes que le dejaban sin aliento cada vez que le miraban, y le suplicó, esta vez sin palabras, que no le abandonara.
Entonces, pudo ver un brillo de determinación en aquellos ojos, y de pronto, Jensen soltó un grito de rabia y se aferró a él con todas sus fuerzas. Jared supo en ese momento, que le iban a quedar las marcas de los dedos de Jensen en los brazos, pero nada pudo hacerle más feliz, y a la vez que sentía cómo este se impulsaba hacia arriba, tiró de él con todas sus fuerzas, hasta que consiguió que el tronco de Jensen estuviera sobre las escaleras. Luego soltó uno de sus brazos y le agarró del cinturón, tirando de él hasta dejarlo tumbado en uno de los escalones.
- ¡Jensen! ¿Estás bien? - Con el corazón a mil por hora, Jared le hizo darse la vuelta hasta que estuvo tumbado boca arriba, y le agarró la cara, mirándole a los ojos fijamente. - ¿Estás… estás bien? Dios, Jensen, dime que estás bien, - no podía parar de preguntarlo mientras las lágrimas seguían cayendo de sus ojos, liberando la tensión y el miedo que había pasado.
Jensen seguía allí tumbado, respirando de forma agitada, y sujetó también entre sus manos la cara de Jared, tirando de él hasta que sus frentes estuvieron pegadas. - Estoy… estoy bien, Jared. Estoy bien. - Y antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, levantó un poco la cabeza y unió sus labios a los de Jared, con un suave roce que provocó una descarga eléctrica por toda su columna vertebral.
Jared se quedó paralizado durante un momento, sin saber cómo reaccionar al movimiento de Jensen, y luego se dejó caer en aquella sensación, abriendo ligeramente los labios y respondiendo al beso de forma un tanto insegura.
- ¡Dios mío, señor! ¿Se encuentra bien? - La voz del hombre les hizo apartarse rápidamente y los dos miraron hacia arriba. Varias personas bajaban corriendo desde Rhunnin hacia ellos. Por lo visto, habían presenciado el incidente desde el islote.
- Señores, ¿se encuentran bien? - Uno de los hombres había llegado hasta ellos y les miraba con preocupación. - Dios mío, no sé cómo ha podido ocurrir algo así, en mi vida había visto algo igual. ¿Conocía usted a ese hombre, señor?
Jensen negó con la cabeza mientras recogía su mochila y se la ponía otra vez a la espalda.
- Lo siento mucho, pero no hemos podido atraparle, se ha adentrado en el pueblo y ha desaparecido entre las callejuelas. Dios mío, ese hombre debe estar completamente loco, habrá que dar parte a la autoridad.
- Sí, claro, pero por desgracia, ni siquiera he podido verle, - dijo Jensen buscando la manera de escabullirse de aquello. - No tengo ni idea de qué aspecto tenía, así que, no creo que pueda ser de mucha ayuda.
Después de un rato discutiendo el tema, Jensen consiguió convencerles de que su testimonio no iba a servir para nada, y tras asegurar que tanto Jared como él estaban perfectamente, consiguió que les dejaran marchar y buscar una pensión en el pueblo en la que pudieran descansar el resto del día.
Terminaron de subir las escaleras y los dos se sentaron en el primer banco que encontraron en Rhunnin, agradeciendo tener suelo firme bajo sus pies. - Dios, no entiendo como alguien puede hacer algo así Jensen. Ese hombre tenía que estar completamente loco.
Jensen soltó un suspiro y dudó un momento antes de hablar. - No era un loco Jared, sabía lo que estaba haciendo.
- ¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso Jensen?
- Ese hombre quería matarme.
- ¿Cómo lo sabes? - dijo Jared con cara de asombro.
- Porque antes de empujarme, me ha dicho “Deja la primera piedra en paz”
CAPÍTULO 9.