Prefiero Lex. Por los desayunos de Frederich en un pequeño reducto parisino en medio de NYC. O tal vez porque se me perdía la vista poco después de dejar el Flatiron a mi espalda y los sábados parecían más sábados. Prefiero Lex por la Grand Central, el Chrysler y la ristra de restaurantes que huelen a Tikka Masala. Puede que fuera en Lex donde vivía el homeless del carrito con las alas de Tinkerbell.
Pero Mad también está bien y positivamente Mad está mejor, supongo.
Tres años después pienso que todo lo que aprendí en NYC se resume en un imperativo. Sueña. Ya está.
Cruza puentes.
Por mucho que ahora sea rabia, odia, patalea en silencio, grita sin dar patadas y coño, llora sin llorar porque ya no sabes, siempre tiene que llegar un momento en el que todo sea positivamente Mad. Eso te sacará de la mierda.
Ha sido curioso... Los títulos de las canciones de Hell or Highwater... Lluvia y más lluvia.
Deja que llueva, 3000 (¿3000 qué? ¿3000 hostias? ¿Quieres darlas? ¿Quieres que te las den? ¿Te las has dado?), estrellas (pequeño melancólico de ojos verdes), Hell or highwater (que venga lo que sea porque estoy tan jodido que ya me da igual, a eso se le llama el sumun del estrés vital), las cosas, la canción de la lluvia (más lluvia DoubleD, te entiendo, DoubleD, mierda la lluvia, pero no sabemos vivir sin ella, también se llama NAUFRAGIO), no dicho+inacabado/incompleto/deshecho (roto joder, por no decirlo, joder, que cuesta sacarlo y ala, ahora es una canción que hablará *OTRA VEZ* de todo lo que no dijiste y ahora ya da igual... eso sí, la entenderás tú solo, o cada uno entenderemos lo que queramos entender), y sí, últimamente siempre es diciembre, frío, cortante y hasta los huesos, siete tazas de soledad y una cucharada de Navidad, otro año, pasajero y cuando llega la hora... Y luego... LUEGO
Positivamente Mad... Lo que me hace pensar que quizá, esa noche, el homeless de las alas de Tinkerbell iba rumbo a Madison Avenue.
Se hace un poco la luz. ¿Por qué? Porque ahora a veces tengo la necesidad y el deseo irrefrenable de escriibir y eso es lo más cerca que puedo estar de ser yo misma. Aunque las ideas vayan lentas entre OCD, depre/ansiedad y una ristra de mierdas varias. Si existe un escudo, o una válvula de escape, si existe un sitio que hace que no explote y que sueñe más, si queda algo de lo que siempre he querido ser, tengo que escribirlo. Y lo escribo por eso.
Positivamente Madison avenue.