¿Mate con o sin azucar?
Acá escucharás siempre música, el eco lejano de una melodía que terminará haciendo que la termines tarareando, siguiendo el ritmo con tus pies, antes de que te des cuenta. Acá encontraras risas lejanas, el eco de ellas que no se irán porque son de esas que merecen ser escuchadas aún después de evaporadas y que cuando no se puede sonreír, te acompañarán con su sonido para ayudarte, aunque sea, un poco.
Por estos lares encontrarás esas cosas que a uno le salen cuando la inspiración irrumpe en dónde sea que estás, te da unas cachetadas y te grita ¡Estoy acá, aprovéchame porque en cualquier momento me voy!. Probablemente tendré épocas en las que esté ausente, ya que mi musa, además de violenta, es inconstante la muy yegua.
Aquí me encontrarás a mí tal como soy. A Luzbelita en carne y hueso, a Tania en cuerpo y alma. Y no importa cuál sea tu opinión final sobre mis escritos, porque cuando ya los termines tendrás un pedazo de mi alma dentro de tí, tú decidirás qué hacer con él luego, ya que será completamente tuyo.
Entonces, acompáñame. Prende el motor del Impala '67, busca tu capa de invisivilidad y no olvides el mapa del merodeador, comparte tardes enteras en el garaje de Eric o, si quieres cambiar de ámbito, siéntame a tomar un café en Central Perk mientras piensas lo genial que sería vivir con un amigo gay o tener de vecinos a los genios más loveables del mundo. Mientras no pases la noche con un hombre que promete llamar y nunca lo hace, todo está bien.
Por estos lares encontrarás esas cosas que a uno le salen cuando la inspiración irrumpe en dónde sea que estás, te da unas cachetadas y te grita ¡Estoy acá, aprovéchame porque en cualquier momento me voy!. Probablemente tendré épocas en las que esté ausente, ya que mi musa, además de violenta, es inconstante la muy yegua.
Aquí me encontrarás a mí tal como soy. A Luzbelita en carne y hueso, a Tania en cuerpo y alma. Y no importa cuál sea tu opinión final sobre mis escritos, porque cuando ya los termines tendrás un pedazo de mi alma dentro de tí, tú decidirás qué hacer con él luego, ya que será completamente tuyo.
Entonces, acompáñame. Prende el motor del Impala '67, busca tu capa de invisivilidad y no olvides el mapa del merodeador, comparte tardes enteras en el garaje de Eric o, si quieres cambiar de ámbito, siéntame a tomar un café en Central Perk mientras piensas lo genial que sería vivir con un amigo gay o tener de vecinos a los genios más loveables del mundo. Mientras no pases la noche con un hombre que promete llamar y nunca lo hace, todo está bien.