Para Luna, gata negra de la buena suerte…

Una casa de cristal, por más que se quiera, no puede guardar secretos.  Sus costillas transparentes le cuentan sus intimidades, tal y como son, a todo aquel que esté dispuesto a escucharlas.  Esto lo sé por experiencia propia.  No sé cómo, cuándo ni por qué me encontraba en esa casa, sólo sé que estaba allí ( Read more... )

Héctor Alemán hizo su paso por entre las gentes y miró frenéticamente de un sitio al otro, tratando de desenmarañar el significado de aquellos raros signos en fiero negro y vivo rojo que reptaban por todas las paredes.  Un simbolito aquí, un simbolito allá, ninguno parecía tan diferente al otro.  Se imaginó que sería diferente para los chinos que ( Read more... )

Escuché la noticia cuando me disponía a salir hacia la casa de mi amante. Me llamó mi hermana, claramente acongojada, para dejarme saber que nuestra abuela había muerto y que había pedido que yo estuviera presente para la repartición de los pocos despojos que le quedaron en vida.  Llamé a mi mujer, le pedí disculpas, e hice los arreglos pertinentes ( Read more... )

¡Cuidado, Laura! que los sueños muertos

ángeles catalépticos que agitan

sus alas en la sombra, están despiertos

-José de Diego

Estaba en mi oficinita en mi casa, repasando ciertos papeles con números que nadie en la oficina salvo yo comprende.  Estuve par de horas deshaciendo el nudo de Alejandría que mis superiores habían creado, y al darme cuenta que ( Read more... )

“Safo, me dijiste, ¿quién se atreve a injuriarte?

Si te rehuye, pronto te ha de buscar;

Si rehúsa tus obsequios, pronto te los ofrecerá

Si ahora no te ama, te amará hasta cuando no lo desees”

Safo de Lesbos, Himno a Afrodita

En la casa de mi viejo abuelo nos reunimos por última vez.  Hace ya un par de años que el viejo había muerto, y la casa estaba ( Read more... )

“y bendito el papel con que he solido

ganarle fama y, ay,  mi pensamiento

que parte de él tan sólo ella ha tenido”

Francesco Petrarca

Cuando se sentó a la mesa, lo primero que hizo fue llorar.  Ella y yo no hablábamos mucho, con lo ocupada que estaba cada una, y yo siempre he sido mala para consolar a la gente, por lo cual decidí no tomar acción ( Read more... )

“Y si digo que morirás…morirás. Es tan simple como eso. Esa palabra, “morirás”, resulta bella, ¿no? De la forma en la cual la repetición de las erres se deshace en la lengua…de la forma en la cual el paladar se preña de sílabas y se encorvan los contornos de la viciosa boca que la pronuncia…es casi apetitosa ( Read more... )