personaje: alain

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Modelo/actor/cantante: Francisco Lachowski

Nombre: Alain Gaultier
Curso: Terminale
Modalidad: Ciencias de la salud
Fecha de nacimiento: 20 de noviembre
Edad: 17
Lugar de nacimiento: Washington, Estados Unidos.
Lugar de residencia: París, Francia.
Residencia: Rousseau.
Familia: Emma (arquitecta) y Christopher (médico), divorciados. Tiene una hermana, Chloé, 4 años mayor que él. Es la única que logra domesticar su furibundo carácter.


Descripción física: Ni muy alto ni muy bajo, ni muy fibrado ni muy blandengue, ni muy pálido ni muy moreno; es un chico de lo más normal. Su rasgo más característico y el que le saca del estereotipo “chico normal” es su pelo, siempre revuelto, ya sea por causas naturales o gracias a la gomina.
Ojos marrones, cabello oscuro -aunque con el sol suele aclarársele un poco-, ceño casi siempre fruncido, labios rosados habitualmente curvados hacia abajo, y una actitud que grita a los cuatro vientos “déjame tranquilo”.
Viste con ropa cómoda y no le da ningún tipo de importancia. En su armario hay chándals, pantalones, camisetas -nada de camisas-, sudaderas y dos pares de bambas -siempre lleva las mismas, el otro par es de repuesto-, todo un par de tallas más grandes para sentirse más cómodo, a excepción de los zapatos. Lo único que escoge con más miramientos son las gorras, su prenda fetiche por excelencia.

Descripción psicológica: Antisocial por excelencia. No le gusta la gente y prefiere estar solo antes que verse rodeado de un montón de carne parlante. Eso no sucede tan a menudo como le gustaría, por lo que ha desarrollado tres tácticas: la primera es ir todo el día con el mp4 encima y la música a un volumen nada saludable. La segunda se trata de ignorar al ser que se dirige a él, aunque eso no se le da demasiado bien, por lo que termina irremediablemente en la tercera táctica, que consiste en refunfuñar, gruñir y mandar a la mierda -no siempre en ese orden-. Se ha ganado la fama de borde, fama mericidísima y que no le molesta lo más mínimo, más bien le ayuda a que nadie se moleste en intentar comerle la cabeza.
No soporta que le digan lo que tiene que hacer, y suele reaccionar haciéndo todo lo contrario. Tampoco soporta que le hablen con aires de grandeza o que le miren por encima del hombro. Pese a ser una persona reservada y más bien silenciosa, es fácil cabrearle -ya que es su estado normal- y que suelte cuatro borderías, cuatro tacos y, si hace falta, cuatro patadas de regalo. No es violento, pero sí bastante visceral.
Su sentido del humor suele brillar por su ausencia, al igual que su capacidad empática o la capacidad de estar atento, especialmente a clase -donde ni siquiera se molesta en quitarse los auriculares-. Sus notas son tremendamente bajas, llevándolo más de una vez a tener que presentarse a los exámenes de recuperación, que pasa a base de chuletas la mayor parte de las veces.
Alain no es el típico chico que parece una cosa y cuando le conoces resulta ser todo lo contrario. Las personas que han resistido a sus ladridos y han logrado acercarse a él se han encontrado exactamente con lo que ya conocían, tal vez más suavizado y con menos silencios, pero igual de refunfuñón.
No le importa el dinero, ni las apariencias, ni el glamour, ni lo sofisticado, ni nada relacionado con el ambiente de Alexandre Dumas, pero tampoco le interesa lo opuesto. A él le interesa patinar, dormir y comer.

Historia: Nació en Estados Unidos por casualidad. Su padre había ido ahí para asistir a un congreso de medicina y su madre había aceptado un proyecto que iba a llevarse a cabo en Washington, a pesar de estar embarazada ya de casi 9 meses. Ni siquiera habían pasado 4 meses de su nacimiento cuando volvieron a París, pero él se considera más estadounidense que francés.
Era un niño caprichoso en un entorno en el que no recibía ni la más mínima atención, ya que sus padres se dedicaban a trabajar y discutir, y su hermana no tenía la edad suficiente ni el carácter adecuado para satisfacerle. Sus deseos frustrados fueron dando paso a un mal humor creciente, aunque nada explosivo devido a su casi imperturbable silencio. Por eso mismo nunca le fue fácil hacer amigos, ni en la guardería ni en la escuela. Respondía cuando la profesora -no los alumnos- le preguntaba algo, y habría la boca para poco más que bostezar y comer.
Cuando tenía 10 años sus padres se separaron, y aunque luchó para quedarse con los hijos, terminaron con la madre. Eso no supuso unos cambios demasiado notorios en su vida, hasta que su madre, buscando dejar atrás todo lo relacionado con su matrimonio, empezó a aceptar proyectos del extranjero que requiriesen de su presencia en el país en cuestión. Gracias a eso, pero, empezó a relacionarse más con su hermana, hasta tal punto que empezó a considerarla más como una madre que como una hermana, lo que explica que sea la única capaz de darle ordenes y que las cumpla, o regañarle y que no le mande a la mierda.
A los 14 años se produjo el suceso más importante de su vida: conoció la existencia de los skates. Desde entonces nunca se ha separado de ellos, y los cuida de tal manera que casi podría decirse que los considera humanos, incluso amigos. Por otro lado, eso también acentuó su carácter independiente y antisocial, ya que descubrió que no necesitaba nada más que un reproductor de música, un trozo de madera y cuatro ruedas para ser feliz. Cuando sus compañeros de clase se relacionaban los unos con los otros, él patinaba; cuando salían de fiesta, él salía a patinar; cuando se echaban novia, él se compraba una nueva tabla; cuando empezaron a meterse mano, él se caía por las escaleras intentando grindar una barandilla.
En Alexandre Dumas su vida no es nada diferente a la que empezó a llevar a los 14 años. Sigue patinando, sigue enfadado con el mundo, sigue refunfuñando y sigue apartando a la gente de su lado.

Otros datos: A pesar de no poseer una belleza espectacular, podría estar en la lista de “chicos a los que tirarle los trastos” de muchas chicas -o chicos-, pero su mal carácter hace que sea prácticamente imposible. No suelen coquetear con él, y le parece perfecto.
Ni fuma, ni bebe alcohol -aunque nunca dice no a las cervezas-, ni se droga, y mucho menos en fiestas multitudinarias. Aunque ni se lo proponga, siempre termina viendo algo que no debería, y le gusta sacarle partido vendiendo la información al mejor postor. Es en el único momento de su existencia en el que parece hasta capaz de socializar más o menos decentemente.
Aun siendo un antisocial que parece desconocer que existen los culos, las tetas, la gente de buen ver y el sexo en general, no es virgen. Un día, aprovechando la ausencia de Emma, Chloé dio una fiesta en su casa y Alain probó sus primeras cervezas -otro suceso importante en su monótona existencia-. A la tercera tuvo que ir al baño, donde encontró a una de las amigas de su hermana. Sin saber muy bien como, terminaron montándoselo en la ducha. El resto de sus experiencias no distan mucho de esa primera. Tal vez no sea el chico más experto, pero cuando se trata de haber tenido sexo en lugares raros o inusuales, Alain se lleva la palma.

Se busca: Marujas y marujos para hacer negocios, gente con la que gruñirse, y seguramente cualquier cosa que se os ocurra.

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