Feb 06, 2014 02:48
Efectivamente, la ópera de Sydney es más grande de lo que parece en las fotos. Miramos el edificio atónitos, como si no fuese un edificio o como si fuese el edificio perfecto: sólo un continente de lo que ocurre en su interior. Como si de un momento a otro fuesen a surgir a través de sus bóvedas todos los sonidos posibles.
(Australia no se parece a los sueños. Australia es peligro.)
Bailamos descalzos en la fuente espiral de Darling Harbour. Damos vueltas y vueltas, como agua escapándose. Nos sentimos estúpidos, nos sentimos pequeños, nos sentimos nadies. Continentes que no dan para contener su contenido.
(Australia es caos. Australia son dos mundos discordantes coexistiendo.)
Nos sentimos fuera de lugar.
Descalzos en el puerto. No vamos a ninguna parte. Me revuelve el pelo, apoyo la cabeza en su hombro.
Ya casi es hora de despertar al otro lado del mundo.
Algunos sueños se parecen a Australia.
(Al menos eso creo: Lo cierto es que nunca estuve allí.)
otro tiempo-otro lugar