Cuarta respuesta
Titulo: Lily.
Fandom: Harry Potter.
Palabras: 480
Advertencias: Ninguna.
Beta: El Lord
Resumen: Maternidad vs Adiccion.
Su obsesión era estar con él todo el tiempo, a todas horas y en cualquier lugar. No quería dejarlo ir a ningún lado donde no estuviera ella. Decir que era la cosita mas hermosa que conocía era poco, era el panecillo mas dulce, el muñeco mas suave, el comercial mas atractivo.
Era el más rápido de su género, el más listo a su edad, el más tierno a su propio estilo y el bebé más guapo del mundo entero. Decir que su pequeño Harry era su adoración era poco; era su sentido de vivir, el aire que respiraba, la luz de su universo, las estrellas en su cielo. Era su droga; su todo, fuera de él no había nada. Era más que su bebé; era su adicción.
En Los meses desde la noticia hasta su llegada, ella no hacía más que hablarle, estimularlo para que él se moviera en su interior y sentirlo vivo. Tener la seguridad de que en pocos meses se conocerían y serían la familia más feliz del universo. El embarazo fue la época más feliz de su vida, de no ser por la ansiedad de conocerlo. Jamás se sintió gorda, fea, torpe o molesta.
Cuando entró en trabajo de parto, lo único que hizo fue seguir las instrucciones del medimago, pujar, respirar y gritarle a James que tomara videos y fotografías. Terminó haciéndolo Remus porque su marido pasó, en promedio, poco más de diez minutos conciente, igual que Sirius.
Al llegar a casa con el bebé en brazos, Lily no se le separaba ni un segundo; no paraba de dar ordenes en susurros pero bastante amenazantes que hacían a los merodeadores pensar antes de suspirar sobre él.
Le dijo a James que no se le acercara mucho o le contagiaría su cabello alborotado; a Sirius le advirtió que si el bebé se convertía en mujeriego le haría pagar con sus testículos; a Remus le dijo que no quería que su hijo fuera un retraído como él. Con Peter tuvo que explicar que, cuando creciera, sus dientes tenían que ser perfectos y nadie quería que el pequeño Harry tuviera incisivos como los de un roedor.
Harry Potter era el nuevo miembro de la familia Potter. Consentido, alegre, juguetón, inteligente y muy, muy despabilado para su corta edad. A su mamá le gustaba verlo comer, verlo sonreír y jugar; le gustaba verlo dormir y respirar pausadamente.
Su primer paso, su primera palabra, su primer diente. Todo estaba capturado en el “Diario de mi bebé” con fotografías, fechas, horas y descripciones detalladas. El matrimonio Potter, a pesar de estar pasando por momento difíciles, nada impedía que vivieran el desarrollo y crecimiento de su bebé como una familia normal.
Lily adoraba a su hijo como madre, más que como adicta, porque sólo como madre una puede dar su propia vida por sus hijos, antes que un adicto por su adicción.
Fandom: Harry Potter.
Palabras: 480
Advertencias: Ninguna.
Beta: El Lord
Resumen: Maternidad vs Adiccion.
Su obsesión era estar con él todo el tiempo, a todas horas y en cualquier lugar. No quería dejarlo ir a ningún lado donde no estuviera ella. Decir que era la cosita mas hermosa que conocía era poco, era el panecillo mas dulce, el muñeco mas suave, el comercial mas atractivo.
Era el más rápido de su género, el más listo a su edad, el más tierno a su propio estilo y el bebé más guapo del mundo entero. Decir que su pequeño Harry era su adoración era poco; era su sentido de vivir, el aire que respiraba, la luz de su universo, las estrellas en su cielo. Era su droga; su todo, fuera de él no había nada. Era más que su bebé; era su adicción.
En Los meses desde la noticia hasta su llegada, ella no hacía más que hablarle, estimularlo para que él se moviera en su interior y sentirlo vivo. Tener la seguridad de que en pocos meses se conocerían y serían la familia más feliz del universo. El embarazo fue la época más feliz de su vida, de no ser por la ansiedad de conocerlo. Jamás se sintió gorda, fea, torpe o molesta.
Cuando entró en trabajo de parto, lo único que hizo fue seguir las instrucciones del medimago, pujar, respirar y gritarle a James que tomara videos y fotografías. Terminó haciéndolo Remus porque su marido pasó, en promedio, poco más de diez minutos conciente, igual que Sirius.
Al llegar a casa con el bebé en brazos, Lily no se le separaba ni un segundo; no paraba de dar ordenes en susurros pero bastante amenazantes que hacían a los merodeadores pensar antes de suspirar sobre él.
Le dijo a James que no se le acercara mucho o le contagiaría su cabello alborotado; a Sirius le advirtió que si el bebé se convertía en mujeriego le haría pagar con sus testículos; a Remus le dijo que no quería que su hijo fuera un retraído como él. Con Peter tuvo que explicar que, cuando creciera, sus dientes tenían que ser perfectos y nadie quería que el pequeño Harry tuviera incisivos como los de un roedor.
Harry Potter era el nuevo miembro de la familia Potter. Consentido, alegre, juguetón, inteligente y muy, muy despabilado para su corta edad. A su mamá le gustaba verlo comer, verlo sonreír y jugar; le gustaba verlo dormir y respirar pausadamente.
Su primer paso, su primera palabra, su primer diente. Todo estaba capturado en el “Diario de mi bebé” con fotografías, fechas, horas y descripciones detalladas. El matrimonio Potter, a pesar de estar pasando por momento difíciles, nada impedía que vivieran el desarrollo y crecimiento de su bebé como una familia normal.
Lily adoraba a su hijo como madre, más que como adicta, porque sólo como madre una puede dar su propia vida por sus hijos, antes que un adicto por su adicción.