[FANFIC] [ESP] [Otros/EXO] Factoría 603 1/1

Apr 30, 2013 20:57


Title: Factoría 603
Rating: ¿G?
Fandom: Again / EXO
Word count: 5500+ palabras
Summary: El Gobierno de Nuevo Seúl decide empezar el Proyecto 60 para la creación de robdols. En la Factoría 603, dedicada a software, dos robdols muy especiales serán programados juntos... (@ Masquerade).
·> Escrito para la edición de primavera 2013 del Seoul Nights en Masquerade. Basado en el MV de Again "603 (feat. Seoyeon & Sori)".
·> Este fic está en "proceso de revisión" para corregir varias cosillas que no me terminaron de gustar, especialmente del tercer cuarto. Dicho proceso va para largo, así que esta es la versión sin editar posteriormente. Además, por algún motivo que desconozco, la entrada está mal formateada y por mucho que intente separar bien los párrafos no funciona u_u



Nuevo Seúl, año 2xx0. Los efectos de la guerra aún son bien visibles en las calles de la vasta metrópolis. Las nubes de gases tóxicos todavía no permiten a la escasa población salir desprotegidos a la calle. La lluvia ácida dificulta la supervivencia de conreos y ganados fuera de sitios cerrados con luz artificial. La población sigue dedicándose esencialmente a tareas de reconstrucción.
Para levantar la moral a sus ciudadanos, el Gobierno decide empezar el proyecto “60”, gracias al cual toda una serie de robots se diseñan y construyen programados con marchas y canciones rítmicas. Son los llamados “robdol”, que intentan emular el éxito de las primeras olas hallyu de las que muchos han oído a hablar pero de las que pocos pueden cantar sus canciones.
De entre todas las fábricas dedicadas a la construcción de robdols, la que es quizá la más importante es la Factoría 603, especializada en software.
*
"Bienvenidos a la Factoría 603. Mi nombre es Seo-yeon y seré la encargada de mostrarles las instalaciones.

Como seguramente ya sabrán, el proceso de construcción de los robdols no difiere demasiado del resto de robots actuales. Son diseñados por los ingenieros de la Factoría 600; sus piezas, construidas en la Factoría 601; su montaje se da a cabo en la Factoría 602. Y es aquí, en la Factoría 603, donde se les inserta y corrige el software que los hace mover correctamente."
A Seo-yeon no le gustaba su trabajo. Cuatro años estudiando Mecánica y tres años estudiando Robótica, más otros tantos japonés, cantonés, alemán e inglés, sólo para hacer de guía por las instalaciones de la fábrica a los ocasionales grupos de turistas. ¡Era un trabajo para el que podrían programar a un robot! ¿Por qué tenía que hacerlo ella?

"En esta sala pueden ver las cajas provenientes de la Factoría 602. En cada una de ellas están almacenados los robdols a la espera de que se les inserten el software. En salas contiguas a ésta, podemos encontrar también robdols a medio programar, robdols con errores graves en su funcionamiento, y robdols listos para su debut. Al final del pasillo están aquellos robdols deficientes que tienen que ser enviados de nuevo a la Factoría 602 para su remontaje o, en caso pertinente, su reciclaje.

Si me acompañan..."

En el fondo, pero, Seo-yeon entendía el razonamiento detrás de la decisión de los altos cargos de poner a una persona y no un robot: querían dar un poco de calidez a las visitas, que los clientes se sintieran relajados. A pesar de que la tecnología había avanzado tanto que fuera casi imposible distinguir a un humano de un robot a simple vista, estos últimos seguían siendo máquinas a las que había que programar. Por mucho que se les instalara multitud de software, siempre podía haber algo que fallara o que no cubriera una situación inesperada. Y además, en una fábrica en la que se creaban a futuros ídolos, éstos no podían ser vistos haciendo otras tareas que no fueran relacionadas con la música. Eran normas del gobierno: cada robot tenía que estar especializado en un campo determinado.

"Ésta es una de las varias salas de entrenamiento, llamada SM. Reciben el nombre de las pasadas compañías de antes de la guerra, puesto que el software está pensado para que cada robdol pudiera haber encajado en ellas. En este caso, pues, se trataría de la famosa SM Entertainment, que llegó a ser de las más conocidas mundialmente.

¡Están de suerte! Me informan que podemos observar brevemente una de las sesiones de inglés en la sala YG."

Aun así, en la fábrica había más robots, a parte de los robdols: robnursers para comprobar que el software se hubiera instalado correctamente, robcleaners para limpiar las instalaciones… ¿Por qué no podía haber un robguide para guiar por la fábrica a los turistas, pues?

"Observen a ese robdol: se le insertó el módulo de inglés esta mañana, así que los robnursers se encargan de comprobar que todo esté funcionando correctamente. En caso que alguna de las respuestas no estuvieran programadas correctamente, sería mandado a los informáticos para que fuera reprogramado manualmente. En cambio, de estar todo en su sitio, sería enviado o bien para seguir con su programación en otros campos o bien, en caso de estar completamente programado, a la sala de espera hasta el día de su audición. Si logran pasar la audición, son enviados a la Factoría 604, en la que les instalan las canciones y coreografías propias y esperan hasta su debut."

Afortunadamente, la gran ventaja de su puesto de trabajo era el tiempo libre que tenía. La población estaba intentando volver a la normalidad, y eso significaba que estaban tan ocupados que apenas descansaban ni tenían vacaciones. Con la excepción de la gente más rica y la de las zonas menos afectadas por la guerra, apenas tenían visitantes. Además, dichas visitas apenas duraban un par de horas, puesto que la fábrica era relativamente pequeña comparada con otras (la Factoría 103, dedicada al software de robots de uso cuotidiano, por ejemplo, era veinte veces más grande que no la 603). Seo-yeon tenía casi plena libertad para hacer lo que quisiera fuera de los días de visita y claro, no iba a perder la oportunidad de ocupar su tiempo.

"Si me siguen, llegaremos a la sala donde les proyectaremos un vídeo sobre la historia de la fábrica."

*
Seo-yeon estaba construyendo una robdol ella misma. Casi sola y casi partiendo de cero, de hecho.
A los pocos días de empezar a trabajar en la Factoría 603, se dio el caso de una robdol defectuosa. No era muy común que eso ocurriera, ya bastante atrás los primeros años de pruebas fallidas. Un chip se había desprendido de su placa base, y no sólo había dañado esa zona, sino que también había producido una serie de errores en cadena tanto a nivel de software como de hardware. Los informáticos confirmaron el pronóstico de las robnurses y mandaron a la robdol a desguace, para poder reciclar los pocos componentes que pudieran ser utilizados de nuevo.

Pero a Seo-yeon se le permitió quedarse con la robdol con la condición, bajo pena de prisión, que no podía cambiar la finalidad para la que el robot era construido (en ese caso, para ser robdol). Era una medida un poco extraña, puesto que había que volver a programar la robdol del todo y desmontarla en piezas, pero a Seo-yeon no le importaba demasiado con tal que pudiera seguir reconstruyéndola.

Así pues, y con un poco de ayuda de su hermano menor Baek-hyeon (Seo-yeon aún no entendía el motivo por el que sus padres no habían seguido la costumbre y los habían bautizado con dos nombres completamente distintos y que, aun así, fuera con el hermano con quien mejor se entendía), estaba construyendo a Sori.

*
Sori.
“Ruido”.

Dícese de aquello que produce sonido.

En ningún diccionario aparezco mencionada y, sin embargo, soy yo.

Se espera de mí que sea la mejor robdol solista.

Conozco todo sobre Madonna, María Callas, Bonnie Tyler, Kylie Minogue, Alanis Morisette, Shakira, Hamasaki Ayumi, BoA. Puedo tocar más instrumentos que todas ellas juntas.

Podría ser la prima donna de cualquier ópera o la primera bailarina de cualquier ballet.

Y, aun así, no puedo moverme. Atada a estos cables, con una pierna arreglándose en un sitio que desconozco. Con un brazo aún sin construir. Y sin tener instalado aún de nuevo el sentido del equilibrio, que me permitirá ganar estabilidad y precisión.

Estoy programada para el escenario, pero lo más cerca de lo que recuerdo haber estado a él es esta mesa de operaciones mientras suena la música que pone Seo-yeon.

*
- Hyeon-ah, ¿conseguiste arreglar el sensor RDY-2z?

- Oh, eonni, ¿no me dijiste el RDY-2d?

- No, no, tenía que ser el de la rodilla derecha, no el de la izquierda. ¿Para qué querría que arreglaras el de la pierna que no está estropeada?

- Bueno, no sé, pensaba que funcionaba mal y lo reajusté un poco. Y total, peticiones más raras me has hecho. “Ayúdame a construir un robdol” siendo la peor de todas.

- Tsk, ¿te recuerdo quién era el que en vez de estudiar se ponía a bailar apagando y encendiendo las luces como si fueran intermitentes? No sé cómo conseguiste llegar a ser mecánico robótico. ¡Y encima con matrículas de honor!

- Psé, ventajas de tener una hermana genial que me enseñó sus apuntes cuando aún estaba en la escuela.

- Ahora no me vengas con aegyo, que si no fuera porque accediste a ayudarme en el montaje de Sori hubiese lamentado correr el riesgo de que te chivaras a alguien.

- ¿En serio? ¿Sólo es gracias a Sori?

- Qué va. Me gusta que al menos uno de los dos tenga el trabajo para el que ha estudiado. Y ahora va, arregla el sensor que toca antes que tengas que volver al laboratorio.

*
Cada vez que una parte de mi cuerpo es completada y acoplada al resto, Seo-yeon apenas duerme.
Tornillos, aceite, plástico.

Cables, pantallas.

Y, de fondo, la música siempre suena.

*
Era difícil comparar los progresos que estaban haciendo con Sori con la de aquellos robdols "oficiales". Por mucho que ellos hubieran sido de los primeros de sus respectivas promociones, eran humanos y no podían trabajar sin parar durante días, como sí podían hacer los robnurses. Y aún suerte que el Proyecto 60 del que la Factoría 603 formaba parte no imponía el ritmo frenético que en otras fábricas sí que tenían que llevar.
Recientemente, el representante del gobierno había contactado con los responsables del Proyecto para sugerirles un cambio de rumbo en los robdols que producían. Ya no querían más grupos de chicas escuálidas con la que los obreros pudieran soñar: querían chicos robustos, que pudieran ser solistas y que fueran capaces tanto de cantar como bailar.

Con ese ideal en mente los diseñadores crearon a Again: atractivo, pero no femenino; facciones y cuerpo normal, pero que le permitiera hacer todo y hacerlo bien, si era necesario repitiéndolo varias veces hasta que fuera perfecto.

El mismo día que el primer modelo llegó a la Factoría 603 listo para ser programado, Seo-yeon terminó de montar el hardware de Sori. La instalación de los nanocables de óxido de zinc que formaban la piel de los robots humanoides siempre era un proceso difícil, puesto que un ligero error de colocación hacía que no funcionaran ni enviaran los impulsos eléctricos correctamente.

Programar a Sori iba a ser algo más fácil que haberla tenido que montar, puesto que ésa era la especialidad de Seo-yeon: mientras que Baek-hyeon se especializó en Ingeniería Mecánica Robótica Física, ella lo había hecho en Mecánica Robótica Psíquica. Eran nombres vagos y parcialmente incorrectos, ya que los robots no tenían una “mente” como la humana (se componía de una serie de sensores y chips pre-programados repartidos a lo largo de todo el cuerpo, estando la mayoría cerca del centro de gravedad del robot) para indicar que una especialización era en hardware mientras que la otra era en software.

Así pues, Seo-yeon confiaba que iba a tardar mucho menos programando a Sori que no lo que habían tardado en reconstruirla. De hecho, además, contaba con la ventaja de que ya había estado reparando parte del software mientras que Baek-hyeon no le traía alguna pieza, y que ya había podido probar todo aquello relacionado con las acciones no motoras. Sólo tendría que terminar de instalar aquello que sí que requerían de movimiento.

Con lo que no contaba Seo-yeon, pero, es que tuviera que supervisar la programación de Again.

Era algo extraño: normalmente, si había que supervisar el equipo de robnurses, lo hacía otra persona con más experiencia práctica, y no ella. Pero dicha persona era un hombre, y la dirección del Proyecto 60 quería que Again gustara especialmente al público femenino. Y le tocó a ella, al ser la más joven de la fábrica (no es que hubiera muchas mujeres que se dedicaran en general al mundo de la robótica, así que Seo-yeon no tenía demasiada competencia, y menos entre la reducida plantilla de la Factoría 603).

Pero, ¿cómo iba a hacerlo para programar ambos a la vez? Por mucho que en el caso de Again fueran las robnurses quien harían casi todo el trabajo, igualmente tenía que controlar lo que instalaban. Al menos no tendría que vestir el mismo traje que ellas, que exponía más piel que la que a Seo-yeon le gustaba mostrar (su madre decía que era por eso que ningún pretendiente había ido al Registro de Personas para pedir poder conocerla. El problema era más bien tener cero vida social fuera de la fábrica). Y también se le eximía de las visitas turísticas.
Además, su despacho-barra-laboratorio-barra-almacén era lo suficientemente amplio para acoger tanto a Sori como a Again, así que mientras que se instalaba algo en uno, Seo-yeon podía dedicarse al otro.

Pero lo que en principio parecía una ventaja podría terminar no siéndolo.

*
Suena Beautiful stranger.
“Apenas te conozco, pero aun así me siento profundamente conectado a ti”

Hace treinta y siete horas y veinte minutos que Seo-yeon trajo a otro yo a la habitación y lo colocó a mi lado. Pero es un caparazón vacío. Incluso si no parece tener problemas estructurales, no reacciona. Si no fuera porque he visto a Seo-yeon conectándolo a sus ordenadores mediante cables, igual que hace conmigo, pensaría que es un humano sin energía.

No se mueve, no habla. ¿Quizá yo era igual?

En mi memoria no hay nada que me indique si antes he estado en otro lugar. Siempre me he visto aquí, pensando en canciones y bailes. A medida que ha pasado el tiempo he ido aprendiendo sobre otros temas de la noche a la mañana. ¿Le ocurrirá lo mismo? ¿Habrá un momento en que despertará y podrá coger cualquier instrumento musical y tocarlo? ¿Que podrá recitar las letras de centenares de miles de canciones?

“Bueno, ¿sabes ni que sea mi nombre? Estaba justo aquí cuando viniste.”

Es… extraño. Seo-yeon podrá hacer que hable, ande, cante, igual que hizo conmigo. Se lo comentó ayer a su hermano. ¿Pero por qué? ¿Por qué tenemos que hacer lo que ella quiera? ¿Y por qué tiene que ser convertirnos en solistas?

No puedo encontrar todavía la solución. Requiero de más conocimiento.

*
Era mucho más fácil programar a Again que no a Sori: insertar diferentes módulos que eran estándar en todos los modelos, supervisar las robnurses mientras que éstas hacían su trabajo de comprobación y luego modificar un poco los objetivos del módulo para que el resultado se adaptara mejor a los gustos de una joven. En cambio, para el software de Sori había tenido que hacerlo todo ella, sin ayuda.

No sólo notaba esta diferencia en lo fácil que era, también en algo relacionado casi de una forma directamente proporcional como es la velocidad con la que los conocimientos eran asimilados por los robdols. En una semana, Again ya llegaba casi al nivel de Sori, que había sido fruto de meses.
Y fue al final de esa semana que algo un poco fuera de lo normal ocurrió: delante de la habitación en la que Seo-yeon trabajaba en los dos robdols, alguien dejó una pequeña caja, llena de unos discos que parecían de ser de antes de la guerra. ¡Uno de ellos ponía que era del 2011! ¡Otro del 2009! Sí, realmente eran de hacía mucho tiempo. ¿Eran discos con música? Qué diferente a la tecnología actual…

Iba a ser algo un poco difícil encontrar algún aparato que funcionara en su época, pero Seo-yeon quería saber qué tipo de canciones escuchaban sus antepasados. Además, ¿quién habría sido el que había dejado la caja? ¿Y por qué?

*
Seo-yeon se encontraba lejos de la fábrica. Había pedido un permiso para poder hacer un viaje en su día mensual de descanso. Nunca habría visitado esta colonia industrial abandonada si no hubiese sido porque tenía algo que descubrir.

- ¿Chan-yeol-ssi? Vengo de parte de mi hermano Baek-hyeon.

Seo-yeon no había hecho demasiadas amistades mientras estudiaba, pero su hermano sí, y tenía una red de contactos impresionante, que tanto le servían para irse a beber por ahí (Seo-yeon no entendía la gracia de tomar alcohol acompañado de robhosts y menos cuando a casi cada hora del día estaban rodeados de robots) como para poder cualquier tipo de favores.

- Oh, ¿eres su noona? Encantado, Baek-hyeon nos habló mucho de ti, ya tenía ganas de conocerte.

- No sé si quiero preguntar qué dijo de mí…

- ¡Tranquila! Tu reputación está a salvo.

- Y eso significa…

- Lo que ocurre entre los miembros de la hermandad exoyana se queda ahí.

Qué chico más raro. Pero era amigo de Baek-hyeon, ¿qué podía esperarse? ¿Y qué era la “hermandad exoyana”? ¿Tiene algo que ver con el anillo metálico que lleva en la mano? Mejor no preguntar.

- Ehm… noona, ¿me dijo Hyeon que tenías algo de la pre-guerra?

- Ah, sí. Mira.

- Uhm, es interesante. Hasta ahora sólo había podido tocar un par de ellos. ¿Podrías esperar un momento? Quiero probar si funcionan con una máquina que tengo en el almacén, voy a ir a buscarla.
Seo-yeon se dio un momento para observar la tienda, pequeña pero abarrotada de material. Se suponía que era un taller de reparación de robots, pero todas las piezas que se veían parecían tener más años que sus padres. No era extraño que este chico tuviera una pinta rara, seguramente no estaba acostumbrado a estar acompañado y no podía comprar ropa normal.

- Mira, noona, esto se llama “reproductor de discos”. Es del siglo XXI, así que ya puedes ver que es mucho más grande y pesado que nuestros lectores de chips, pero su funcionamiento es más o menos parecido.

- ¿Pero funcionará? Lleva cable, ¿a qué lo conectarás?

- Ah, no te preocupes. Hace unos años creé una estación energética que emula la electricidad que se usaba entonces. La llamé MAMA.

- Empiezo a entender por qué eres amigo de mi hermano…

- ¿Perdón noona? ¿Qué dices?

- No, nada. Entonces, ¿sabes cómo hacer servir el lector este?

- Reproductor, noona, lo llamaban reproductor. Técnicamente sé cómo funciona, pero nunca había podido usarlo. A ver…
Y sí, funcionó. Y era parecido a lo que escuchaban ahora, pero al mismo tiempo, muy diferente.

“Si miro tus ojos, soy un busca problemas. Si estoy a tu lado, soy una busca problemas.”

- Noona, estas letras no tienen nada que ver con nuestra música.

- No creo que sea pertinente que tenga estos discos, y menos en la fábrica. ¿Sabes dónde podría deshacerme de esto?

- ¡Espera! No los tires, ya me lo quedo yo.

- Pero te puedes meter en problemas.

- Tranquila, no sería la primera vez.

- …

*
Detecto en Seo-yeon un cierto grado de nerviosismo. ¿A qué se debe?

Y el Otro, aunque tiene instalados incluso más módulos que yo, no funciona adecuadamente. No expresa nada. Si le preguntas algo, contesta, pero sólo lo que ha aprendido. No tiene capacidad de racionalizar nada y sacar sus propias conclusiones. ¿Por qué? ¿No se habrá instalado correctamente algo?
Si Seo-yeon me dejara hacer a mí…

*
Again era un modelo raro. La primera vez que comprobaron que su módulo de inglés se hubiera instalado correctamente, se puso a hablar con insultos. Según los ordenadores que utilizaban las robnurses, aquello era claramente un símbolo de “English fail”. Tocaba volver a instalar el módulo.
Cuando probaron sus capacidades con la guitarra por primera vez, la cogió y se puso a dar saltos con ella, en vez de tocar una melodía como se esperaba de él (“Musical fail”). La segunda vez, su piel enrojeció por completo y quemó una de las vejigas internas que contenía líquido plasmático de emergencia cuando una de las robnurses se agachó para coger la guitarra (“Sexual fail scrap”). La tercera vez, sí que supo tocar la guitarra correctamente, pero no pasó el examen de baile (“Dance fail”).
Fue justo después de este examen cuando Chanyeol se presentó en la factoría, con un chip que contenía todas las canciones ("y alguna más que he podido encontrar de lo que se escuchaba en esa época pero que ahora está censurado") que había en los discos.

Por algún motivo desconocido, y a pesar del riesgo que corría si la descubrían con canciones prohibidas, Seo-yeon sentía que quería escucharlas. Y así, mientras trabajaba tanto en Again como en Sori, ponía esa música tan extraña pero a la vez tan cercana.

*

Oh, esta canción es nueva. Y la letra es diferente, no la entiendo. ¿De qué se supone que habla? ¿Qué dice que quiere hacer? ¿Es esa la forma en la que se crean más humanos?

La melodía sí que se parece a lo que escuchamos habitualmente. ABCBC, ABA'CA, ABB'A'B. Son patrones que conozco. Pero esto… ¡es la primera vez que descubro que hombres y mujeres pueden cantar juntos una canción así!

*

- Seo-yeon-ssi, ¿qué tal vas con tu robdol? La chica, digo. ¿Es mejor que Again?
- Jefe K, ya sabe que no entra en mis responsabilidades decidir eso, que es trabajo de las robnurses.

- Pero te estoy pidiendo tu opinión, no la de las robnurses.

- Pues… yo creo que podrían estar al mismo nivel cuando estén programados completamente. Pero no he podido avanzar demasiado con Sori últimamente.

- Cuando termines, haz que la examinen también. Me gustaría saber qué es lo que has conseguido que pueda hacer. Avísame, quiero estar presente.

- ¡Entendido! Se lo haré saber lo antes posible.

*

Seo-yeon tenía que reconocer que esas canciones del pasado no eran exactamente lo que se esperaba que fueran. Desde pequeños, se les enseñaba que la guerra no había cambiado para nada la forma de pensar de la gente, sólo su trabajo. Las personas mayores lo confirmaban, y aquellas que no, demostraban tener problemas seniles graves que sólo podían ser tratadas en las residencias especializadas.
Cuando Seo-yeon era niña (Baek-hyeon aún no había nacido), en una de las escasas tardes en las que sus padres le dejaron salir al parque, se encontró con un abuelo de estos. Lo primero que le sorprendió fue el hecho que apenas llevara las protecciones necesarias para salir a la calle y no enfermarse por culpa de los gases tóxicos. Y lo segundo, una especie de círculo metálico de color dorado que llevaba alrededor del dedo anular.

- Niña bonita, ¿cómo te llamas?
- Lo siento señor, mis padres me han dicho que no puedo hablar con desconocidos.

- Oh, y hacen bien en decírtelo. Yo me llamo Xing. Ahora ya me conoces, puedes hablar conmigo.

- Pero señor, si mis padres me ven se enfadarán conmigo y no me dejarán volver a salir a la calle sola más.

- Entonces hagamos esto: no es necesario que hables, sólo siéntate aquí a mi lado y escuchas. Así no estarás desobedeciendo a tus padres, y yo podré contarte lo que quiero contarte.

Desde pequeña era curiosa, así que obviamente Seo-yeon se sentó a su lado.

- Seo-yeon-ah, ¿verdad que eres una buena estudiante? Dime, ¿a que todo lo que te enseñan en la escuela virtual parece lógico? ¿Qué ocurriría si yo te dijera que este banco en el que estamos sentados no es gris sino rojo? ¿Te lo creerías? ¿Verdad que no? Porque puedes ver que el banco parece gris.

Xing cogió una especie de dibujo estático de uno de los bolsillos.

- Mira, Seo-yeon-ah, esta mujer de aquí vivió la época de la guerra. Fue mi abuela. ¿A que nunca te habían dicho cuándo fue? Ya te lo digo yo: hace 64 años. El Gobierno actual no quiere que nadie sepa las circunstancias exactas de la guerra porque así les es más fácil ocultarlo todo. ¿Entiendes por qué?

- No, señor.

Seo-yeon se puso a desear mentalmente para que sus padres no la hubieran visto pronunciar esas dos palabras. Pasados unos segundos, supuso que no lo habían hecho.

- Imagínate que el banco es realmente rojo, pero que por algún motivo, tú lo ves gris. ¿Por qué podría ser eso? Podrías tener algún problema de visión o mental. ¿Pero y si toda la gente que conoces lo viera también gris? ¿No pensarías que no tienes ningún problema?

Xing bajó un poco la voz.

- Seo-yeon-ah, ahora aún eres pequeña, pero cuando crezcas quiero que pienses en todo esto. ¿Por qué alguien querría que vieras la guerra de color gris cuando en realidad fue de color rojo?

No fue hasta que volvió a casa que Seo-yeon se dio cuenta que, aunque no le había dicho su nombre, el viejo lo sabía. Pero ya no lo volvió a ver más.
*

- Sori, dime, si yo te dijera que esta mesa no es gris sino marrón, ¿por qué crees que sería?

- Seo-yeon-nim, revisaría si mis sensores visuales funcionan correctamente.

- ¿Y si todo estuviera correctamente?

- Pues asimilaría lo que me ha dicho usted y todo aquello que fuera de color gris pasaría a llamarlo de color marrón.

- No, no me refería a eso. El color gris es realmente este, pero la mesa, que tú ves de color gris, sólo te parece que es de ese color.

- ¿Cómo si hubiera un mantel?

- Sí, más o menos. ¿Por qué querría que pensaras que es gris y no marrón?

- Porque a usted le interesaría que yo pensara que es gris por algún motivo.

- Ya veo. Gracias, Sori.

- Seo-yeon-nim, ¿me permite que le haga una pregunta?

- Adelante.

- ¿Por qué ha cambiado la música que pone cuando me está programando? Desde que vino Again, sus letras… son diferentes. ¿Y dónde está él?

- Sori, te prohíbo que hables de esta música fuera de esta habitación a no ser que quieras que te desactive para siempre.

- De acuerdo, Seo-yeon-nim.
*

El motivo por el que Again no se programaba al lado de Sori era bien simple: se había decidido que Again fuera trasladado a otra sala, separado de otros robdols, y que pasara a ser controlado por otro trabajador en vez de Seo-yeon, para que ésta pudiera dedicarse exclusivamente a Sori.
Seo-yeon veía este cambio de controlador como un fracaso. Pero lo cierto es que nunca había sentido la misma “conexión” con Again como la que sentía con Sori y sabía que siempre y cuando la robdol pasara los tests con las robnurses su trabajo no sería cuestionado por nadie. O eso esperaba, puesto que si la despidieran sería muy difícil encontrar otro trabajo en robótica. Quién sabe si no tendría que irse a la periferia y controlar una tienda como la de Chanyeol en vete a saber qué colonia…

Eso no podía ocurrir. Tendría que hacer que Sori fuera perfecta, que no hubiera ningún otro robdol como ella.

Y Seo-yeon sabía qué canciones podía utilizar para ampliar sus conocimientos.
*

- Jefe K, opino que Sori ya está lista para que se le hagan pruebas.
- ¿Sí? Vaya, entonces podemos hacerlas coincidir con la audición de Again, que me han informado hace un rato que parece ser que ya está preparado para ella.

- Como usted quiera.

- Sori está especializada en baile, ¿verdad? ¿Tienes escogida ya la pieza que interpretará?

- Sí, jefe. Es una canción poco conocida actualmente, y no tiene letra, por si también quiere comprobar sus dotes de cantante. Me he esforzado en instalarle módulos de ambas especialidades para que fuera buena en ambas disciplinas.

- Perfecto. Pásale los códigos para controlar a Sori y la canción que has escogido al responsable de informáticos cuando antes, y lleva a Sori a la sala de espera.

- Ahora mismo iré.
*

Las audiciones de Again y Sori se fijaron para dos días más tarde. Serían en salas diferentes, pero no alejadas entre sí (no podía ser de otro modo, las salas de audición estaban muy cerca la una de la otra, en un mismo pasillo), y con apenas quince minutos entre el inicio de la audición de Again y el de la de Sori. Como era habitual en el caso del controlador, Seo-yeon podría ver cómo transcurría en el despacho de la dirección, para no poder interferir ni en la audición ni en el veredicto. Baek-hyeon le habría prometido que intentaría acompañarla si se lo permitían, pero como oficialmente no había sido responsable de la construcción de Sori, el Gobierno no le dejó.
Again no tuvo ningún problema en pasar su audición. Las pruebas de idiomas y conocimientos generales no eran demasiado diferentes a los tests que ya había hecho. Ahora no sólo podía tocar la guitarra como al inicio, sino que le habían instalado la información para poder tocar trece más. El nuevo vestuario y maquillaje le favorecía, y lo acercaba más al ideal estético que se esperaba de un robdol. Su voz era grave y dulce, y el baile, fluido.

Pero Sori bailaba incluso mejor.

Seguramente se debía a que había instalado información relacionada con la música y las coreografías de los años de la pre-guerra, de forma controlada para que no hubiera nada que diera pie a que se supiera que se trataba de canciones censuradas. Si no hubiese sido por la caja con discos y el chip de Chanyeol, no habría podido programar a Sori con todo ello. Y ella no habría recordado su conversación con el viejo Xing.

Parecía que no iba a haber problemas para que Sori también pasara la audición, pues. Pero entonces Again, que se dirigía ya a la Factoría 604 andando, pasó por delante de la sala en la que Sori estaba audicionando.

Algo raro ocurrió. Again se desvió de su camino (“Course break away”), para ponerse a bailar con Sori, con demasiada precisión como para ser su primera vez bailando juntos. ¡Y encima era con la música de una canción censurada! Seo-yeon esperaba que a nadie se le ocurriera investigar a fondo.

Pero lo peor estaba por llegar: terminada la canción, Again y Sori se dieron la mano y empezaron a andar hacia la salida. ¿Qué hacían? ¿Por qué no hacían caso a las órdenes que se les estaban dando? Desde la sala en la que estaba Seo-yeon podía ver que las robnurses no sabían qué tenían que hacer. En la fábrica nunca se había dado el caso aún en el que dos robots desobedecieran las órdenes que se les daban. Era técnicamente imposible, puesto que era la Segunda Ley de la Robótica que tenían que cumplir: “Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley”.

Sólo quedaba una única solución: “Shutdown”.
*

Seo-yeon fue despedida, por supuesto, y sólo gracias a la intervención del señor K consiguió esquivar la cárcel. Aun así, se le prohibió acercarse a 200km de Nuevo Seúl o de contactar con cualquier trabajador de la fábrica. A Baek-hyeon se le permitió seguir, alegando que el malfuncionamiento era de software, no de hardware.
Las investigaciones que desde la propia fábrica se hicieron sobre el suceso demostraron que la música utilizada el día de la audición había hecho modificar los nanosensores de ambos robots, y que hubiesen reaccionado como adolescentes hormonados (era debido a esta volatilidad emotiva que el Gobierno reprimía cualquier impulso sexual).

Los estudios sobre el impacto de las canciones de antaño sobre los robdols tuvieron que ser pospuestos indefinidamente al cabo de un par de meses. Dicha música empezaba a afectar el comportamiento de los distintos robots de la fábrica. Las robnurses ladeaban la cabeza constantemente y dejaban de hacer su trabajo. Los robcleaners, armados con sprays, hacían dibujos en las paredes sobre temas de los que no tendrían que saber nada. Incluso afectaba a los humanos: uno de los trabajadores más veteranos dejó de ir a trabajar para quedarse con su mujer.

Al mismo tiempo, rumores sobre un posible encubrimiento de los verdaderos motivos de la guerra por parte del Gobierno fueron tomando fuerza.
*

“System reboot”
*

Nuevo Seúl, año 2xx5. Los efectos de la revolución que hubo cuatro años antes aún son bien visibles en las calles de la vasta metrópolis. La población sigue dedicándose esencialmente a tareas de reconstrucción, pero ya no temen los gases ni la lluvia ácida, después de que se demostrara que eran creados por el Gobierno. Los edificios gubernamentales están en ruinas y, poco a poco, los colores imperantes pasan de gris y marrón a blanco, azul y verde.
Los robdols del Proyecto 60 se reprograman para que sepan cantar las canciones de las primeras olas hallyu, y no sólo las marchas y las canciones rítmicas que les imponían desde el Gobierno.
De entre todas las fábricas dedicadas a la construcción de robdols, la más importante es la Factoría 603, especializada en software, con una joven ingeniera robótica al mando de ésta: la encargada de construir y programar Sori, la mejor robdol del país.

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