Fallen
Fanfic OriginalAutora:
theminionPareja: Kai/Kyungsoo
Género: Romance, Fluff, Smut
Traducción:
Vanessa,
Sariluz,
Corrección:
yue_kissysDescripción: El infierno expulsó a un ángel que coincidentemente, aterrizó en el jardín trasero de Kyungsoo.
MELODÍA ~.~
Caído
El infierno era un lugar muy injusto.
Pasas una vida de feroz eternidad, pensando en qué carajos hiciste para merecer quedarte en un no muy lujoso lugar. Las llamas te chupan como lenguas, la tortura era inevitable.
Las víctimas de la ira del demonio pasaron por una horrible existencia al final de los tiempos. Su sufrimiento era mas un entretenimiento para otros que residían en el lugar del maldito.
Los ángeles por ejemplo, veían con júbilo cómo las atormentadas almas clamaban por misericordia. Su procedente remordimiento los llevó a ese trabajo en primer lugar; el diablo siempre estaba buscando por descorazonados y desalmados trabajadores.
Porque estos ángeles eran diferentes. Ellos no flotaban por allí murmurando rezos con un halo de luz sobre sus cabezas. Ellos no iban alrededor repartiendo felicidad y unirse, abrazando a los seres humanos con sus alas para apoyo y consuelo.
Oh, no, no, no. Estos ángeles repartían caos y destrucción. Sus alas no tenían luz, pero sí oscuridad. El terror sobrevenía con su presencia. Horror y miedo mezclados juntos para formar una solución, sólo cuando ellos estaban cerca.
Eran trabajadores del infierno, y amaban jodidamente su trabajo. Criminales como humanos, eran bendecidos continuando sus carreras después de la muerte. Después de todo, estaba en la naturaleza del diablo recompensar a ciertos pecadores.
Y uno de estos ángeles era todavía un adolescente cuando perdió la vida. Encantador y terriblemente guapo, un rompecorazones en ese tiempo. Ahora, era quien daba los ataques al corazón.
Pasaba la mayor parte del tiempo mirando en el espejo. Las restantes horas del día, las pasaba viendo almas aplastadas por cargas de sus pecados o siendo quemados por las llamas de su eterna devoción en malas acciones.
Su nombre era Kai. Y estaba cansado de su trabajo.
Oh… tan cansado.
No lo malentiendan. Kai era poco aficionado de asustar personas sin fines de gracia o de robar cien mil vidas para su jefe. Y todavía, escuchar personas llorando y lamentándose se volvía demasiado aburrido después de un rato.
La única manera de salir del infierno era siendo expulsado. Kai no estaba siquiera seguro de querer intentar tal hazaña. Después de todo, ¿cómo se suponía que regresaría allí? Solo unos cuantos eran permitidos en el lugar del Profano.
Así que se sentó en su pequeño trono al lado del diablo. Él era el ángel favorito de Lucifer. Tenía el más grande record cuando se trataba de recolectar almas. ¡Más de 100, 000 en un día!
Tamborileó sus dedos en el reposabrazos y observó a un pequeño niño siendo azotado por unos demonios. Bostezó. A la mierda con esto. Se estaba haciendo tan viejo. Entonces volteó hacia su jefe. El demonio no era tan mal parecido como todos pensaban y lo retrataban como tal. En efecto, parecía más un chico casanova que alguien con la cara roja o un imbécil con cuernos.
Kai llegó tan lejos como pudo y tocó el hombro del demonio. Era extremadamente alto y voluminoso. Le tomó toda la flexibilidad que poseía para estirarse a sí mismo lo suficientemente alto como para llegar a él.
“¿Qué pasa, Kai?”
“Estoy aburrido.” El ángel de la oscuridad gimoteó.
“Ve y mata algunas personas entonces.”
“Aburrido.”
“Inicia una guerra.”
“Lo hice la semana pasada.”
“Ve y viola a alguien.”
“¡He violado a la mitad de la población!”
“Kai.” El demonio comenzó pinchando el puente de su nariz y dejando de lado la lista de almas que tenía por llevarse el mismo que estaba leyendo. “No tengo tiempo para estar escuchando tus quejas mezquinas, ve a hacer algo para entretenerte y cállate.”
Kai hizo un puchero. “Siempre eres muy rudo conmigo.”
El demonio miró hacia abajo, viéndolo, obviamente no muy divertido. “¿Quieres ver rudeza? ¿Quieres pasar el resto de tu eternidad en uno de mis calderos hirviendo para siempre hasta que toda tu piel se caiga dejando atrás un caso atroz de quemaduras de primer grado?”
Kai mordió sus labios. “No, no realmente.”
El Profano tomó a Kai de sus alas, agarrándolo como un pequeño insecto. El ángel frunció el ceño al estar indefenso en aquella situación en la que estaba. El demonio lo miró directo a los ojos, una ceja levantada.
“¿Quieres hacer algo? Ve y revisa que tan mal están las cosas allá arriba.”
“¡No!” Gimoteó. “¡No quiero! ¡Hay sol allí! ¡Y pájaros! ¡Y felicidad! ¡Ew, no!”
“¡Querías algo para pasar el tiempo, Kai!” Su jefe le gritó a la cara “¡Para de quejarte!”
Kai exclamó por cómo estaba siendo sacudido en el aire como un insignificante muñeco. Sus alas estaban sin uso, y no podía detenerse de volar hacia arriba. Cubrió sus ojos con sus manos conforme se acercaba a la cima del infierno.
La superficie se estrelló contra él con la fuerza de un carro. Podía escuchar la grava y la tierra y el lodo yéndose lejos mientras pasaba sobre ellos. Estaba subiendo, subiendo, subiendo. Arriba. La peor pesadilla de un ángel oscuro.
Algo explosivo o por el estilo, ocurrió cuando entró por la superficie de la última capa. Gritó mientras seguía volando hacia arriba, luego quedó suspendido en el aire y prosiguió cayendo hacia abajo.
El hoyo por el cual Kai había venido, se selló tan pronto como estuvo oficialmente fuera del infierno. Se estrelló en el suelo de vuelta en el borde de la ruptura. El suelo alrededor de él era suave y olía limpio. Ugh. Desagradable.
Se sentó haciendo una mueca. Mirando alrededor, su cara arrugó cuando vio que estaba en medio de lo que parecía ser un jardín trasero. Resopló y obligó a su adolorido cuerpo a ponerse de pie.
“Maldito diablo.” Murmuró “¡Maldito el Diablo del Infierno!”
El ángel se desempolvó. Miró hacia delante. Frente a él estaba una pequeña casa, y a decir por como lucía por fuera, el interior estaba igual de ordenado. Los dueños cuidaron obviamente bien de ella. No había hierba mala en el jardín, dando la sensación de que los residentes eran meticulosos. El interior era probablemente tan impecable como un nuevo centavo.
No había errores los cuales pudiera añadir. Sonrió satisfecho. Ahora tendría algo que hacer.
Pero primero, su disfraz. Era muy simple de usar.
Apretando sus manos primero, su espalda se arqueó cuando sus negras alas comenzaron simplemente a desvanecerse. Fueron atraídas hacia su piel como si algo las mantuviera adentro. Era un proceso extremadamente doloroso, y terriblemente difícil de mantener en su lugar una vez enfundadas.
Kai apretó sus dientes mientras las pocas plumas finales estaban en la seguridad del encierro de su inmortal piel. Silbando de alivio una vez que el cambio estuvo hecho, hizo su camino hacia la puerta trasera de la casa.
Golpeó la puerta con sus nudillos, una, dos veces. Nada. Rodó sus ojos.
Con el chasquido de sus dedos, el seguro se abrió para él y empujó la puerta para entrar. Terminó en la cocina. Era pintoresca y pequeña, y por un momento se preguntó si alguna señora vieja vivía en aquella casa. Se asemejaba a una cocina que verías en la casa de una abuela en alguna película.
Se acercó al refrigerador y lo abrió para ayudarse. Escaneó las estanterías de la comida para decidirse finalmente por un recipiente de frambuesas. Tomó algo de azúcar y puso un montón en la fruta.
El ángel pasó por la estufa luego, y saltó cuando escuchó algo parecido a un silbido. Volteó hacia la fuente del sonido. Era una pequeña olla hirviendo agua en la estufa, humeando y emitiendo sonidos molestos por su final.
Así que, había alguien en casa.
Mientras metía en su boca las fresas con una cuchara plateada, hizo su camino hacia la sala. No era más grande que la cocina. Se dio cuenta de que estaba lleno de antigüedades. Las personas viviendo aquí obviamente favorecían los antiguos tiempos.
No había nadie en la sala de estar. Kai decidió subir las escaleras de la esquina, en el camino tomando un bolígrafo que parecía lujoso y rellenando su bolsillo. Dejó el recipiente con frambuesas abajo y caminó por las escaleras.
Había dos puertas, una en el mismo lado que él. Una cerrada, la otra abierta. Se asomó por la que estaba entreabierta. Juzgando por como lucía, era el cuarto de los padres. Claro y preciso, la madre hizo un buen trabajo en la limpieza. Así que el otro cuarto, Kai dedujo, debía pertenecer a otra persona. Presionó su oído contra la puerta, solo oyendo débilmente música que provenía del otro lado. La persona de adentro estaba escuchándola con audífonos, de ahí que no pudo venir hacia la puerta.
Riendo, Kai retrocedió. Vaya, extrañaba asustar hasta la mierda a las personas vivas. Frotó sus manos juntas antes de llevar sus pies hasta atrás, para luego dejarlo chocar a toda velocidad contra la puerta.
Se abrió de golpe, y el ocupante de la habitación dejó su lugar en el suelo. Sus audífonos olvidados tendidos en la alfombra, junto a su laptop.
Kai se encontró mirando a un joven chico. Sus grandes ojos se abrieron cuando se encontró con la inexplicable aparición de Kai adentro, llenándose rápido de miedo. Kai se meneó bajo esa emoción. Pensó que el chico estaba a punto de tener un ataque de pánico. Su pecho subía y bajaba a un ritmo obsceno, como si de repente el aire fuera una extraña delicadeza por la cual estuviera pasando un mal momento para tomarlo.
Caminó lentamente hacia él.
El chico era jodidamente atractivo. Cuando Kai se acercó a él, tomó un vistazo del esbelto cuerpo debajo de la ropa voluminosa. Sus piernas eran fáciles de ver con los jeans que llevaba puestos. Y su trasero- mierda, Kai estaba oficial y curiosamente, prendido.
El chico brincó sobre su colchón y se pegó al poste de la cama. Arañó en ella como un gato tratando y fallando miserablemente de trepar hasta al tope de la pared. Kai se paró al pie de la cama, riendo.
“¿Quién eres?” El humano chilló. “¿¡Qué carajos haces en mi casa!?”
Kai se encogió de hombros. “Soy el mensajero.”
“¡Si, claro!” El chico cogió lo que parecía ser un libro de pasta dura y lo levantó sobre su cabeza. “¡S- sal! O llamaré a la policía.”
Kai se encogió de hombros de nuevo. “Muy bien. A ver cómo funciona eso para ti.”
Asustado, el joven en la cama tomó celular y comenzó a marcar tembloroso a las autoridades. Kai tomó eso como una oportunidad para caminar alrededor de la habitación y echar un vistazo a las cosas del chico.
Trofeos de primer lugar de competiciones de canto sobresalían en el estante de su armario. Miró de soslayo el nombre grabado en la cima de cada premio en forma de micrófono.
Do Kyungsoo- Primer Lugar: Por Tener la Voz de un Ángel
Realmento dudó eso. Sabía lo mal que sonaban los ángeles del Cielo, y estaba seguro como que el infierno era positivo si este chico sería capaz de competir. Frunció el ceño de solo pensar en esos mocosos y sus voces. Hizo una nota mental de incendiar una iglesia más tarde.
El chico apagó su teléfono, su boca abierta. “La línea está muerta.”
“Lo sé.” Kai contestó. “Yo la maté, Kyungsoo.”
Kyungsoo tembló ante la forma en la que su nombre salió de la lengua del intruso. En serio, estaba asustado. Puso una mano en su corazón. ¡Pareciera como si fuese a explotar jodidamente por toda ésta incertidumbre!
“No estés asustado, Kyungsoo.” Kai dijo con todo el afecto que podría mostrar. “Mi nombre es Kai, y no me siento con ganas de violar tan temprano por la mañana.”
“Oh. Bien.” Lentamente, el más bajo comenzó a deslizarse fuera de su colchón, tratando de dirigirse hacia la puerta. “¿Y, porqué estas en mi casa, exactamente?”
“Solo estoy comprobado la mierda.” Kai se movió hacia otro trofeo. “Viendo como ustedes los humanos lo están haciendo. No es fácil ser un ángel oscuro.“
“Ángel oscu.. ¿Cómo?” Kyungsoo estaba a unos pasos de la puerta. “¿De qué casa de locos escapaste?”
Kai solo soltó una risa. Giró su cara para mirar a Kyungsoo, su boca curvándose en una sugestiva sonrisa afectiva. El humano levantó una ceja ante la provocadora mirada, rezando para poder llegar pronto a la puerta. ¡Se veía millas lejos!
El ángel tomó un trofeo y caminó hacia el muchacho. Por la manera en la que agarraba el trofeo, parecía que quería golpearlo en la cabeza con ello. La boca de Kyungsoo se abrió para dejar salir un jadeo, y cubrió su cabeza con sus manos.
“¡Por favor no me hagas daño!” Cayó de rodillas. “¡Por favor!”
Kai miró abajo hacia él. “Ustedes los humanos son malditamente débiles. Párate.”
Kyungsoo hizo lo que se le decía, temblando. Trató de mirar al intruso en su casa con algo de confianza, solo para acobardarse cuando miró a los ojos de Kai. Éstos eran muy oscuros, manchados con lo que parcia ceniza.
“De verdad soy un ángel oscuro, Kyungsoo.” Kai puso el trofeo abajo. “Ya sabes, esas personas con alas negras que flotan por allí y trabajan para el Demonio. No es un trabajo divertido. Se vuelve demasiado aburrido.”
“Pero eso no explica por qué estás en mi casa.”
“Irrumpí en el piso de tu jardín trasero.” Explicó. “Vi tu casa, y me metí.”
El ángel se dejó caer en la cama, como si hubiera estado ahí millones de veces y lo hiciera sentir cómodo.
“Es un acogedor pequeño lugar.” Suspiró. “Me gusta, es mejor que el fuego del infierno. Demasiado caliente allá abajo.”
Kyungsoo arqueó sus cejas. ”¿Estas inhalando algo?”
“Sigues sin creerme.” Kai declaró, más para sí mismo. “¿Qué quieres que haga para probarlo? ¿Hm?”
“Uh. ¿Sal de aquí antes de que corra alrededor de la ciudad gritando que me violaste?”
Kai resopló. “Eso no es divertido. Me ha pasado antes. Qué tal esto: pides un deseo y yo te lo concedo.”
“Los genios hacen eso.”
“Los ángeles también pueden. Vamos. Inténtalo.”
El humano se sentó en la silla de su escritorio que estaba cruzando el cuarto. Kai cruzó sus brazos detrás de su cabeza mientras esperaba por la respuesta del humano, mirándolo fijamente con mucha curiosidad.
Kyungsoo mordió su labio. Un deseo. Hecho por uno de los ángeles del Demonio, si Kai estaba diciendo la verdad. Pero, ¿ángeles del demonio? Si claro. Como si realmente existieran. Y si ellos lo hicieran ¿qué harían caminando por Corea?
El humano rió para sí mismo y unió sus dedos juntos. “Está bien. Tengo un deseo.”
Kai asintió. “Dilo entonces.”
“Desearía que mi hámster estuviera aquí. Murió la semana pasada. Está enterrado en el patio trasero.”
Kai frunció el ceño. “Qué asco, pero si eso es lo que quieres, que así sea.” Tronó sus dedos y Kyungsoo comenzó a reír, encontrando la experiencia totalmente ridícula. Cruzó sus piernas mientras se sentaba en la silla, mirando a Kai como si fuera un lunático.
Unos cuantos minutos pasaron y nada había sucedido. El humano rodó sus ojos y volteó hacia su escritorio. Buscó el teléfono en la esquina, listo para ver si funcionaba, solo para dejar salir un grito que le heló la sangre
Su hámster que había muerto, estaba jodidamente sentado al lado del teléfono. Su pelaje café estaba enmarañado después de estar en una pequeña caja de cartón. Sus ojos rojos, sus mejillas estaban hinchadas como si permanentemente cargara comida en ellas.
Kyungsoo puso una mano en su corazón. “¡Oh mi Dios!”
“Ugh. No lo menciones.” Palmeó sus mejillas tratando de olvidar al Señor mencionado. “Inoportuno.”
Kyungsoo voló de su silla hacia la puerta. Su hámster saltó hacia abajo del escritorio y se deslizó tras él, pequeñas patas pisando la alfombra mientras se apresuraba a través de ella.
“¡Haz que se vaya!” Kyungsoo chilló. “¡Oh, por Dios santo! ¡Aaaah!”
Molesto, el demonio tronó sus dedos de nuevo y el hámster inmediatamente se detuvo, luego se inclinó y cayó inerte al suelo. Kyungsoo se aferró en la pared, respirando pesadamente.
“¿Ahora me crees?”
“Te creo.” Respondió ásperamente, mirándolo. “¿Y ahora qué?”
“Ahora, inspeccionaré el horror en esta ciudad. Mientras más, mejor. Lo que significa que voy a ir a la escuela contigo mañana.”
Y siguió a Kyungsoo mientras caminaban por la acera hacia la escuela del humano.
Kyungsoo estaba cansado. Pasó toda la noche escuchando gimotear a Kai sobre lo aburrido que se sentía. Los ángeles no necesitaban dormir, y así lo mantuvo despierto toda la noche. Ni un poco de sueño pudo ser ofrecido al pobre humano.
Y ahora, se estaba quejando del dolor que le sostenía al tener sus alas dentro. Él se las mostró la pasada noche, y las negras plumas asustaron a Kyungsoo hasta la muerte. La maldad estaba en esas alas.
Kyungsoo quedó demasiado seguro de que no sería capaz de dormir por un tiempo después de haberlas visto. De sólo pensar en ellas; ¡Ugh! Parecían las alas de un cuervo tan oscuras como el limbo. Como cuando cierras tus ojos y no ves ni mierdas. Solo, no puedes abrir tus ojos de nuevo.
Estar cerca de Kai era como caminar junto a la muerte. En cualquier segundo, temía que el ángel lo tomara y se abalanzara al Infierno. Kyungsoo había tratado de ser buena toda su vida, ¿pero de todos modos Kai lo mandaría con Satán?
Caminó con su espalda encorvada y su flequillo cayendo sobre sus ojos. Miró hacia el lado. Seguía junto a él, causalmente inclinándose para tocar las flores o la hierba. Tan pronto como tocaba una planta, se marchitaba.
¿Kai podría hacerle eso también a él? Tocarlo y plaf! ¿Kyungsoo estaba muerto? El humano tembló y quebró su paz.
Kai se puso a caminar detrás de él otra vez, a pesar del aumento de velocidad de sus pasos. Sus prendas negras contrarrestaban perfectamente contra su piel bronceada, Kyungsoo notó. Y sus labios lucían tan afelpados, muy suaves para alguien tan rudo y quejumbroso. Y esos ojos...
Kyungsoo los imaginó como las ventanas del Infierno.
“Así que.” Kai habló de repente. “Explícame el razonamiento detrás de la escuela.”
Kyungsoo parpadeó. “La escuela es el lugar donde aprendes, obtienes educación allí ¿Nunca antes habías ido a la escuela?”
Kai dejó de caminar momentáneamente, ojos estrechados. “Yo... no puedo recordarlo. Tal vez. Hace mucho tiempo.”
Kyungsoo ladeó la cabeza cuando comenzaron a caminar. “Así que, ¿cómo te convertiste en un ángel oscuro y todo eso? ¿Qué hiciste?”
Kai se encogió de hombros y bajó para destruir otra flor. “No era religioso. Era rudo. Maté y violé a unas cuantas personas. Ese tipo de cosas.” Pateó un guijarro. “Mis manos nunca fueron limpiadas de mis pecados. Me reusaba a perder el crédito de lo que había hecho. Y por eso fui mandado a trabajar para el Señor Diablo allá abajo.”
“¿Te gusta?” Kyungsoo preguntó. “Tu trabajo, quiero decir.”
“Recientemente no. Se está volviendo aburrido.”
Tomó una flor que había marchitado del piso y trazó los pétalos cafés-rojizos.
“Suena como un trabajo solitario.”
“Lo es.” Kai dijo. “No tengo amigos.”
Kyungsoo mordió su labio. “Yo seré tu amigo. Si prometes no matarme o enviarme al infierno.”
Kai meditaba el pensamiento. Ellos se acercaron a la escuela tan pronto como abrió su boca para responder la oferta. “Es un trato.”
Escondió la flor detrás de la oreja de Kyungsoo antes de caminar hacia la puerta y abrirla para el humano.
Los otros niños en el pasillo hablaban en voz baja mientras se abrían paso entre ellos. El aura oscura de Kai parecía ser magnética, y muchas chicas empezaron a babear y a soltar risitas morbosas.
Kyungsoo tenía que admitir que el ángel a su lado era extremadamente atractivo. ¿Todos los ángeles el infierno eran tan calientes como Kai? Si así era, tal vez matar a alguien y ser condenado eternamente, no parecía mala idea.
Kyungsoo hizo su camino hacia su casillero. Ni si quiera había buscado el seguro cuando se abrió. Saltó fuera de la puerta antes de que lo golpeara en la cara, mirando a Kai después.
El ángel había estado haciendo esto toda la mañana. Abrir puertas para Kyungsoo sin siquiera tocarlas, sirviendo su cereal, guardando sus cosas. Hubiera vestido también al humano de no ser porque Kyungsoo lo amenazó con mandarlo de vuelta por donde había venido. O llevarlo a la... iglesia.
Kyungsoo comenzó a poner las cosas que no necesitaba en su casillero. “¿Vas a seguirme todo el día?”
“Por el resto de la eternidad.” Los ojos de Kyungsoo se ampliaron. ”Nah. Sólo este día. Probablemente regrese al infierno mañana por la mañana. No eres muy interesante de todos modos.”
“¿¡Qué!?” Kyungsoo estrelló su casillero para cerrarlo. “¿No soy interesante? ¿¡El hecho de que no te permito acosarme sexualmente me hace ‘no muy interesante’!?”
Kai asintió. “Sí. Demasiado.”
“Kai.” Kyungsoo volteó hacia él, no muy impresionado. “Tu definición de ‘diversión’ es muy diferente a la de cualquiera. Las únicas personas que piensan lo mismo que tú o están en la cárcel o en la sala de psiquiatría.”
“Esos son mis tipos de personas.” Sonrió extensamente. “Ahora ve a clase, Señor Soy Un Pequeño Santo.”
Kyungsoo rodó sus ojos pero tomó el consejo. Caminó hacia el primer periodo con el ángel justo en sus talones como un lobo. Tal vez establecerse como amigo de Kai no fue una buena idea.
Toda la atención estuvo en Kai tan pronto entraron. Nadie parecía preguntarse por su presencia. La única respuesta que obtuvo de su repentina aparición fue un suspiro colectivo.
Kyungsoo se sentó en su usual asiento, Kai se sentó en el piso al lado de él.
Cuando el profesor del humano camino adentro, una sonrisa de travesura pura se formó en la cara de Kai.
Regordete, pequeño, y un portador de gafas, la señora Wu, lucía como el objetivo perfecto en este buen día. Kai miró hacia Kyungsoo para asegurarsede que no le estaba prestando atención a él. Kyungsoo se sentía agradecidamente, completamente sumergido en la lectura que la Señora Wu había comenzado.
Cuando ella volteó a escribir algo en el pizarrón, Kai tomo una pequeña mirada del salón. Miro detenidamente la pequeña pecera que estaba sobre el mostrador al lado en el salón. Lamió sus labios.
Levantando un dedo, fue capaz de telepáticamente levantar a uno de los cuatro peces payaso fuera del agua. La clase entera dejo escapar un estridente ‘¡Qué!’ cuando el pez flotó en medio del aire, sus ojos abultados mientras se sofocaba.
Kyungsoo miró boquiabierto al pobre animal y echó un vistazo a Kai. El ángel miró arriba hacia él, ojos oscuros brillando con diversión. Kyungsoo tomó el dedo que controlaba al pez y lo agarró alrededor.
El pez solo se limitó a negar con ello. La clase sorprendida comenzó a reir de lo absurdo del momento y la Señora Wu dio la vuelta para ver lo que estaba pasando. Cuando ella vio su pez volador, su boca se abrió dejando ver su papada.
“¿¡Qué carajos le pasa a este mundo!? ¡Oh, querido!” Intentó alcanzar al pez, pero el pez payaso solo se movió fuera de su alcance mientras Kyungsoo liaba con el dedo de Kai. “¡Pookie!”
“¡Kai, detente!” Kyungsoo siseó “¡Vas a matarlo!”
“¿Y?”
Kyungsoo se sintió en el borde de la desesperación. Él nunca abusó de los animales. Parecía ser una cosa que Kai hacia naturalmente, sin embargo. ¿Por qué no lo haría? Era su trabajo.
Kyungsoo mordió su labio antes de forzar una expresión calmada y el ángel lo miró, sonriendo satisfecho mientras movía y movía al pobre pez fuera del alcance de la Señora Wu.
“Kai.” Empezó suavemente, “¿Por favor detente? ¿Por mí?”
Kai no sabía por qué, pero el ‘por mí’ lo tuvo metiendo al pez de regreso a la pecera. La Señora Wu se desvivió por el pez payaso que, habiendo perdido la mayoría de la fuerza, floto suavemente hasta el fondo de su habitad.
Kyungsoo dejó salir un suspiro de alivio. “Gracias.”
Kai no le respondió. Un momento de felicidad fue alejado de él. Bien. De vuelta a estar aburrido de nuevo. Abrazó sus piernas pegadas a su pecho y observó a la Señora Wu relajarse antes de continuar con la lectura, tratando de no encontrar respuestas a algo tan sobrenatural.
Kyungsoo estaba sorprendido de que durante toda la lectura, la Señora Wu no se percató de Kai. Él estaba sentado en medio del pasillo en el piso, y todavía, pasaba como si no estuviera allí.
No hizo ninguna pregunta, sin embargo. Tan pronto como la clase termino, Kyungsoo agarró sus cosas y salió del salón de clases. Esperaba que Kai no lo estuviera persiguiendo para el siguiente periodo.
¡Ay!, volteó para ver al ángel oscuro justo detrás suyo. Dejó salir un gruñido de frustración y aceleró el paso con la esperanza de perderlo entre los estudiantes del pasillo.
El ángel parecía estar ligado a él. A donde quiera que fuera, Kai lo seguía. Kyungsoo maldijo por haber recibido un ángel en su patio trasero. ¿Por qué no pudo surgir en cualquier otro lugar y torturar a alguien más?
Gruñendo, entró a su segunda clase del día. No tomaría mucho tiempo para que Kai hiciera otra de sus travesuras.
En efecto, no le dio descanso a ninguno de los profesores de Kyungsoo. El Señor Kim casi sufre un ataque al corazón cuando una araña del tamaño de una pelota de tenis apareció en su escritorio. La señora Lee gritó cuando vio la cara de un fantasma en el pizarrón. El Señor Kang corrió fuera del salón de clases cuando de repente todas las ventanas comenzaron a abrirse y cerrarse por sí solas, y un clamoroso viento solo lo atacaba a él.
Kyungsoo estaba hirviendo de furia para cuando la escuela había acabado. Sabía que el enojo, o furia para ser específicos, era uno de los pecados capitales. Pero a este punto, estaba listo para irse al Infierno. Chico, de verdad se sentía molesto.
Irrumpió afuera de la escuela, apretando las correas de su mochila tan fuerte, que estaba seguro de que haría estallar algunas costuras. Kai salió tras él descendiendo a arrancar un puñado de dientes de león marchitándolos mientras caminaban.
Sabiendo el ángel estaba a sus espaldas, hizo a Kyungsoo querer voltearse y estrujarlo. Estrujarlo tan jodidamente duro alrededor del cuello para que tuviera que irse por donde había venido.
¿Cómo tuvo el valor para entrar en su casa sin permiso? ¿Cómo se atrevía a arruinarle su día de escuela? ¿Cómo se atrevía a pensar que el mundo humano era alguna especie de sitio de diversión? Solo porque trabajara en el infierno, no significaba que no debería tener respeto a otras cosas.
Especialmente por la vida, Kyungsoo no estaba muerto. Todavía. Eso significaba que Kai debería de tratarlo con un poco de dignidad. ¿Qué diablos era esto, usando al humano como si fuera un juguete de cuerda?
Resopló con frustración mientras giraba hacia la esquina de la calle. Obviamente no había manera alguna de quitarse de encima a Kai. El ángel de la oscuridad se iría por el mismo sitio. Y ojalá realmente se vaya pronto.
Kyungsoo trataría de soportarlo. Mientras Kai no hiciera nada que atentara con la vida de nadie más, estaba segurísimo de que podría soportar al maldito imbécil. Cuando llegó a su casa, volteó a enfrentarlo luego de proceder a cerrar la puerta. Le dio otra mirada llena de enojo e inmediatamente, el ángel lo miró con atención.
“Estableceré algunas reglas.”
“Bien.” Kai dijo. “Eso significa que podré romperlas.”
“No.” Replicó severamente. “Estas reglas son irrompibles. Deberás seguirlas.”
Kai levantó una ceja mientras asumía una expresión divertida, como si retara a Kyungsoo para tratar deshacerlo seguir las reglas. El humano no estaba con humor para andar jugando, tomó pasos amenazadores hacia Kai.
“Regla número uno.” Kyungsoo escupió. “No más asesinatos a plantas.”
Agarró los marchitados y cafés dientes de león y los arrojó sobre la tierra. Kai observaba la pobre maleza convertirse en polvo tan pronto golpearon el asfalto.
“Regla número dos.” Prosiguió. “No me molestarás mientras haga mi tarea cuando estemos dentro. O cuando estemos en la escuela. Regla número cuat-”
“Pero hoy es mi último día contigo.” Kai resaltó. “Ya no iré contigo a la escuela.”
Kyungsoo lucía molesto por haber sido interrumpido. “Lo que sea. No me distraigas mientras hago mi tarea. Oh, y a la mierda mañana. Deja de arruinar la vida de los demás.”
Kai ladeó su cabeza de lado.
“¿Realmente piensas que tu trabajo está bien?” Kyungsoo siseó, pinchando con el dedo el pecho del ángel mientras hablaba. “Desperdiciaste toda tu vida haciendo cosas malas. Ahora estás desperdiciando toda tu eternidad haciendo exactamente lo mismo. En vez de hacer algo bueno, destruyes. Eso es algo jodido, si me lo preguntas.”
Kai lo observó fijamente. Kyungsoo bajó la cabeza y buscó a tientas sus llaves de la casa.
“Supongo que te harás de oídos sordos.” Concluyó.
El humano abrió la puerta de su casa y entró en ella. Desconcertado, el ángel se quedó en el pórtico por un momento. La realidad que había salido en forma de palabras de la boca de Kyungsoo, tomó algunos segundos en hundirse dentro de su ser.
~.~
II (Final) → ----------------------------------------------------------
Se viene el smuuut♥ aslañlsñalsñalsñ *u*
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