Nightfall
Fanfic OriginalAutora:
purpleskiesPareja: Sehun/Luhan (Precuela de Nocturna Supressio)
Traducción:
Maggie,
Alhelí Corrección:
yue_kissys Descripción: Oh Sehun es lo que Luhan llama una víctima de sus propias pesadillas. Y Luhan sabe que gente como Sehun, no puede ser salvada.
Nota de la autora: Esto es una precuela de Nocturna Supressio. Si no lo has leído aún, te recomiendo no leas esto y leas NS primero. Pero si no te agrada el Kaisoo y prefieres leer esto, adelante. Es un Oneshot.
MELODÍA ~.~
Piel pálida. Cabello negro y largo. Labios rectos y azulados.
Luhan intenta no mirar fijamente. Intenta no dejar que su mente tome nota de la mujer parada detrás de la persona con la que está hablando, pero su atención sigue fijándose hacia a ella, con su blusa blanca rasgada y su falda rosa triturada. Los libros que aprieta fuertemente contra su pecho están rotos y rasgados y su bolso café con un pequeño llavero de oso que cuelga en un lado de éste, yace todo sucio en su herido y magullado hombro.
“Así que… Déjame entenderlo bien.”
Luhan escucha a medias a la chica sentada frente a él, sus ojos aún mirándola parada ahí.
“La Dinastía Goryeo vino después de la Dinastía Joseon. Y en la Dinastía Joseon, ¿Cuántos reyes tenía? ¿O eran emperadores?”
¿Qué le pasó? Luhan alza una ceja en dirección a la mujer. También va descalza, algo que acaba de notar, y tiene horribles raspones en sus piernas. Está un poco encorvada, su cabello le cubre el rostro. Pero antes de que pueda observar más, Luhan escucha un fuerte chasquido cerca a su oído e inclina su cabeza alejándose del origen.
“Hola,” La chica que está con Luhan chasquea sus dedos hacia él, mirándolo. “No tengo todo el día.”
Luhan parpadea, olvidando por un momento quién es ella hasta que la realidad comienza a regresar a él. Es de primer año. La conocí en camino a clase de literatura. Necesitaba ayuda con su trabajo de historia. Para mañana.
“Lo siento.” Luhan se disculpa, volviendo a escanear los ensayos de la chica e intentando lograr que su cabeza comience a hacer un buen trabajo de investigación para ella. “¿Con qué sección dices que estabas teniendo dificultades?”
“En donde pienso quién fue el mejor gobernante entre el rey y el emperador.” La chica suspira, releyendo sus notas. “Hemos repetido esto tres veces.”
Luhan murmura otra disculpa mientras regresa a trabajar. De nuevo. Por lo general no tiene ningún problema trabajando con las tareas de otros estudiantes. De todas maneras, le pagan por ello. Y siempre logra conseguirles una buena calificación.
Pero ahora está un poco distraído. Como el repentino frío que está sintiendo en la biblioteca. La manera en que el cabello de su nuca se pone de punta. Está distraído debido a la mujer parada ahí…
“Me voy más hacia Seongjong. Parece bueno…”
Luhan estudia de cerca el bolso de la mujer que lucía toda sucia, no está nada bien. La suciedad no es negra. Tampoco café como lodo. Es algo roja. Un rojo carmesí oscuro.
“…. Y él es un artista. Eso lo hace más creativo.”
Luhan traga su disgusto al darse cuenta de lo que es.
Sangre.
“¿Debería leer sus hobbies?” La chica emite un pequeño ‘tsk’. “Debí haber escuchado a mi maestro cuando estábamos en este tema.”
Luhan no puede soportarlo más y se aclara la garganta, ojos regresando a los papeles que sostiene.
“Um…”
Con el rabillo del ojo, Luhan ve que la chica deja de leer sus notas para mirarlo.
“¿Me equivoqué en esa parte?” Ella pregunta, su voz suave y confundida hace que Luhan retenga las cosas que quiere decir.
Detente, Luhan. Ni siquiera lo pienses.
“No. Eso… Lo hiciste bien.” Balbucea. Puede sentir sus manos sudando, una reacción que tiene cuando está nervioso, suelta las notas de la chica por un momento para secarse las manos con sus jeans.
“Es sólo que, um…” Comienza, preguntándose cómo hablar de esto sin espantar a la chica frente a él.
“¿Qué?” Ella pregunta, inclinándose cerca.
Detente. No es de tu incumbencia.
Pero Luhan no puede evitarlo. Nunca ha podido. Siempre dice cosas sobre esto que resultan en reacciones de molestia. Sabe lo que pasará cuando diga algo de esto pero simplemente no puede evitarlo y antes de que pueda detenerse una vez más, las palabras comienzan a salir de su boca.
“¿Conoces a alguien de cabello largo que tiene un bolso café con un pequeño llavero de un oso en el costado?”
La chica solo mira a Luhan mientras habla y este inhala lentamente.
“Ella… Parece que ella necesita tu ayuda.”
La chica sigue mirándolo y Luhan lo toma como una señal de que debería continuar.
“Ella está herida.” Dice silenciosamente mirando a la mesa. “Ella… usa una blusa blanca. Y… Y una falda rosa. Está esperando a que la notes-“
Una fuerte bofetada hace eco en la biblioteca cuando la palma de la chica se estampa contra la mejilla de Luhan quien siente su cabeza girarse hacia un lado, el agudo dolor de una mano golpeando su rostro logra arder su mejilla izquierda después de darse cuenta de lo que acaba de pasar. Si la biblioteca antes estaba en silencio excepto por los papeles moviéndose y los bolígrafos contra el escritorio, ahora se encontraba en un silencio sepulcral, todos los ojos fijados en dirección a él.
En una situación como ésta, una persona normal preguntaría cuál es el problema con ella abofeteándolo. Simplemente hizo una pregunta aleatoria. Todo lo que ella pudo haber hecho era haber respondido tranquilamente. Pero en lugar de eso, lo abofeteó y en una situación así, Luhan sería el consternado debido a su repentino arrebato.
Pero esta no es una situación normal. Nada es normal en esta situación.
Porque Luhan no es una persona normal.
Así que se sienta ahí, atontado pero no tanto ya que esperaba dicha reacción. Tiene una mano tocando su mejilla ligeramente y no se atreve a mirar a la chica que ahora está de pie frete a él, o a la mujer de cabello largo que sigue detrás.
“Estúpido.” La chica dice apretando los dientes, mirándolo, y Luhan quiere explicarse. Pero no abre su boca, ni siquiera la mira.
A cambio, solo baja su cabeza mientras la chica comienza a recoger sus cosas lanzándolas dentro de su bolso antes de abandonar la biblioteca. Él alza la mirada justo a tiempo para verla salir por las puertas y alcanza a vislumbrar a la mujer de piel pálida y cabello largo siguiéndola, la habitación fría regresa a una temperatura normal.
Deja escapar un suspiro de alivio pero sabe lo que está por venir así que no suelta todo su aire en una sola exhalación, guardando algo para él mismo para cuando lo necesite en un rato.
“¿Qué pasó?”
Luhan escucha a uno de ellos decir y cierra sus ojos como si pudiera callar lo que está a punto de escuchar.
“Él. La chica que se fue, Luhan le mencionó a su hermana.”
Ah. Su hermana.
“Oh Dios mío. Que insensible.”
“Ya sé, verdad. Lo escuché describirla.”
“¿Qué diablos?”
Luhan aprieta aún más sus ojos.
“Si. Hasta le dijo que su hermana estaba esperando a que la notara.”
“Bastardo enfermo. No deberían dejarlo hablar con nadie jamás.”
“Lo sé. Ni siquiera se ha olvidado de ese accidente ni mucho menos de su muerte. Sigue culpándose a sí mismo.”
Luhan empuja su silla hacia atrás y recoge sus cosas, ni siquiera regresando los libros a sus estantes mientras camina rápidamente hacia la salida. Debe irse de ahí antes de que esas voces se multipliquen y sabe que no tomará mucho para eso. Necesita salir antes que se ponga feo.
Repentinamente, un pie se interpone en su camino y Luhan tropieza con él, su cara estampándose contra el suelo. Siente su cabeza dar vueltas y sangre cálida saliendo de su nariz, hace una mueca poniéndose de pie.
Camina, Luhan. Aléjate de aquí.
Se balancea un poco, limpiando su nariz con la manga de su camisa, quejándose por el dolor y mira aturdido la sangre manchando su manga, su cabeza sigue palpitando por la caída.
Aléjate. AHORA.
Alguien riéndose llama su atención y momentáneamente, olvida su dolor y lo oye.
“Fenómeno.”
Fenómeno.
La humillación se filtra en él y siente sus piernas temblar. Sin gastar otro minuto, corre lejos de la biblioteca, corre por los pasillos con sus ojos fijos en el mundo exterior. Ignora los diferentes colores emanando de la gente alrededor de él, las sombras que ve y las imágenes de gente muerta caminando entre los estudiantes, contiene el aliento, evita derrumbarse hasta que finalmente, logra respirar aire fresco y recibir la luz del sol.
Luhan ha sido un fenómeno desde que tiene memoria.
No puede determinar a qué edad exactamente comenzó a volverse raro, así que asume que debió ser cuando seguía siendo un bebé. Tampoco puede recordar algunos puntos de su vida donde recuerda no haber sido normal. Como la vez cuando tenía tres años y solía tener un amigo. Recuerda las pijamadas, escondiéndose bajo las sábanas con otro niño de su edad, riendo y jugando con una linterna. Recuerda desayunar con él, jugar a las escondidas y hacer pasteles de lodo. Fue el primer amigo que Luhan puede recordar hasta que fue presentado a sus padres un día y ellos dijeron que no podría seguir viéndolo.
O aquella vez en tercer año y estaba tan fascinado con una chica de su clase por ser tan colorida. En algunos días ella tenía luces amarillas y naranjas bailando alrededor de su piel que la convertían en la más bonita de la clase. En otros días eran de un café tenebroso. Y cuando ella se enojaba, las luces en su piel eran de un rojo brillante y esto hacia a Luhan mantenerse alejado de ella cuando tenía ese humor. Al principio no entendía por qué ella tenía esos colores. Pero al estudiar al resto de los alumnos de la clase, se dio cuenta de que también tenían luces coloridas bailando alrededor de ellos.
Esa fue la primera vez que Luhan pudo leer las auras.
Había otras cosas que podía hacer sin que supiera la razón de ello. Y mientras crecía, más y más cosas comenzaron a pasar. Algunas buenas. Algunas malas. Aprendió a ignorarlas, manteniendo su lado de “fenómeno” como secreto.
Habían otros igual a él. Ha leído de ellos en libros. Una palabra sofisticada que se usaba para describir a esta gente era psíquicos. Aquellos capaces de entender y sentir lo sobrenatural. Pero Luhan no es un psíquico. No es especial y no puede ser alguien tan sofisticado como eso. Luhan es un fenómeno. Y así, tristemente, es como se ve a sí mismo.
Por ello no es muy extraño que encuentre algo sobrenatural todos los días de su vida. Ha visto la muerte, leído auras, presentido cuando algo malo está a punto de suceder. Pero nunca se ha ocupado de estas cosas con ayuda de nadie, con miedo de que si lo hace, como jugar con aquel chico cuando niño, estas cosas raras pudieran alcanzarlo y hacerlo lucir peor que un fenómeno. Sería llamado loco. Siempre puede decir cuando algo está bien y siempre (bueno, a veces) se mantiene alejado de eso.
Así que cuando Luhan conoce a Oh Sehun por primera vez, un chico con unos ojos tan negros y una piel tan blanca como papel con labios partidos y ojeras bajo sus ojos, una señal muy clara de que ésta persona no solamente está estresada sino más de lo normal, no lo ayuda, sino que se aleja de él dando un paso atrás, causando que tropiece en el piso y caiga fuerte de sentón.
“Oh, oye, ¿Estás bien?” Sehun pregunta poniéndose de cuclillas para mirarlo y Luhan nota sus ojos negros cansados antes de mirar a otro lado y levantarse.
“Estoy bien.” Murmura, sacudiéndose el polvo e intentando lucir como si la caída no le hubiera dolido. Pero duele, y probablemente dolerá mañana.
“Bien.” El chico dice, enderezándose y zapateando un pie con impaciencia, y Luhan frunce el ceño sabiendo que a él no le importaba que se haya caído. Simplemente preguntó porque intentaba ser amable.
Humano. Luhan revisa. Sólo un humano puede ser así de impaciente.
“Así que, ¿Me ayudarás?”
Luhan luce confundido por esto. ¿El chico le había preguntado algo antes que cayera?
“¿Qué?” Pregunta y el chico rueda sus ojos cansadamente.
“Te pregunté si eras el tipo llamado Luhan de segundo año y si podías ayudarme a conseguir una A en mi examen de física que será en dos meses.”
Luhan parpadea hacia él. Oh. Cierto. Debió haberlo olvidado al ver sus ojos.
“Entonces, ¿Lo harás?” El chico se presentó como Sehun hace un rato, un chico de último año en la secundaria ubicada a dos cuadras de distancia, cruza sus brazos frente a él. “Todos aquí dicen que tú haces sus trabajos para ellos y siempre les consigues una A. Sólo necesito que seas mi tutor por dos meses.”
Luhan sabe que este chico es rico por su brillante reloj y su mochila y zapatos de marca. También sabe que es uno de esos niños mimados por la manera en que habla y lo impaciente que es.
Pero Luhan también sabe que este chico es diferente debido a sus ojos.
“Sólo trabajo con estudiantes universitarios.” Balbucea en respuesta, girándose para alejarse de él antes que comience a analizar más que sólo sus ojos y termine diciendo algo más. Ese incidente en la biblioteca sigue fresco en su cabeza y nada mejor que evitar una repetición de esa escena.
“Una vez fuiste tutor de alguien de primaria.” Sehun dice, siguiéndolo mientras Luhan sigue caminando. “Los chicos en la biblioteca lo dijeron.”
Lárgate, Luhan quiere decir. Sabe lo que esos ojos guardan. Lo ha visto en un montón de gente alrededor del campus y no quiere tener nada que ver con gente como ellos. Este chico no puede ser parte de los no muertos, ni tiene chispas coloridas alrededor de él. No. Este chico tiene algo diferente. Algo con lo que Luhan no puede ayudarlo aún si intentara hacerlo.
“Y puedo pagarte más de lo que sueles cobrar por un trabajo.” El chico añade.
“Lo siento. Estoy muy ocupado.” Luhan responde. Odia tener que ver a gente así. Porque no es un descorazonado del todo. Gente como Sehun son víctimas sin esperanzas de mejorar. Como una enfermedad mortal que no saben que atraparon y Luhan se aparta a propósito de este tipo de gente, así no le afectará cuando repentinamente se vayan.
Está a punto de girar otra esquina cuando manos húmedas y frías lo toman del brazo y él jadea ante el toque de ser girado forzosamente para mirarlo.
Sehun es alto para alguien de secundaria y Luhan se encuentra inclinándose lentamente hacia el suelo mientras Sehun se impone frente a él, su cara mortalmente seria y uñas clavándose en su piel mientras continúa diciendo.
“Necesito que seas mi tutor.”
La manera en que lo dice esta vez, es lenta, haciendo que Luhan se sienta como si no tuviera otra opción. Cada palabra que dice se siente como si fuera forzada en él y Luhan traga saliva, reuniendo cada gramo de fuerza que tiene para quitar su mano, temiendo a esos ojos negros que parecen perforarlo.
Pero Luhan es Luhan. Y aún cuando preferiría ignorar al chico y le gustaría no tener nada que ver con él, su curiosidad le gana. Este rasgo que lo tiene siendo etiquetado como un fenómeno en la escuela entera, sale a la superficie cuando toma algo desconocido frente a su cara. Y aún si solamente quiere que Sehun se aleje y nunca lo moleste, aún si no quiere tener nada que ver con él, sabe que no será capaz de dejar de pensar en sus ojos negros y sus raros labios partidos.
“B-bien.” Acepta, enderezándose mientras el frío agarre de Sehun lo libera.
“Nos veremos durante mi tiempo libre.” Sehun murmura, sin molestarse por preguntar la agenda de Luhan mientras empuja un pedazo de papel en su mano. “Esperaré en la fuente de la entrada.”
Y con eso Sehun se va, con su mochila colgando sobre su figura encorvada mientras camina apuradamente.
Luhan suspira mientras observa el papel de la cita con Sehun. Acaba de romper una de sus propias reglas de no trabajar jamás con gente como él otra vez. Gente con lo sobrenatural atado a ellos.
Mirando al papel y recordando los helados dedos de Sehun presionándose contra su palma, Luhan espera ser lo suficientemente fuerte para preocuparse por sus propios asuntos esta vez y luchar contra la intención de ayudar.
Oh Sehun es a lo que Luhan llama víctima. Una víctima de sus propias pesadillas.
Gente que sueña, y sueña, y sueña y confunde estos sueños con buenos sueños sin saber que son sus propias pesadillas engordándolos para alimentarse de ellos. Eso es lo que Sehun es. Con sus ojos negros, labios partidos y piel pálida y helada. Luhan supo de lo que padecía al verlo por primera vez.
Y también sabe que la gente como Sehun, jamás podrá ser salvada.
Ha visto a docenas de gente en el mismo estado que Sehun. Sabe que se pasan el tiempo durmiendo y soñando, conociendo a alguien y obteniendo esa oportunidad de ser ‘libre’ con ellos. Sabe que esta gente no está consciente de que están siendo consumidos por sus sueños, tragándoselos enteros cuando el momento adecuado llega. Sabe que eventualmente desaparecen. Y la gente se pregunta por qué hay muchas personas desaparecidas.
Se muestra en sus ojos primero. Lo vacía que está su vida. Pero Luhan, siendo quien es (un fenómeno), puede ver más de lo que la gente notaría. Estrés, los demás dirían. Falta de sueño, algunos indagarían. Pero Luhan sabe que es debido a otra cosa.
Un íncubo. El nombre que conoce. Sabe que succionan la vida de estas personas haciéndolos soñar lo que ellos quieran. Eso solía aprovecharse de la mente de los niños por ser fácil de penetrar. Pero los niños sabían cómo manipular sus sueños subconscientemente, soñando con diferentes cosas y lugares en un corto lapso de segundos, escapando de las garras de sus íncubos sin saber cómo. Entonces los adultos se volvieron más fáciles. Los adolescentes también. Oh, en especial los adolescentes. Con sus hormonas y su constante necesidad de encontrar el significado de la vida, y el amor y la aceptación.
Luhan sabe todas esas cosas porque una vez conoció un íncubo en la vida real y le contó todo. Aparentemente son capaces de salir de la tierra de los sueños una vez que succionan la vida de su presa, atrapándolos y haciéndolos quedarse en su lugar. Luhan nunca lo volvió a ver y no quería hacerlo. Sus auras negras que permanecían con ellos aún cuando estos monstruos volvían a ser humanos siempre hicieron que Luhan se sintiera incómodo. El sólo pensamiento de ellos caminando en el mismo mundo donde habita, lo inquieta aún si jamás volverán a tener el poder de controlar a alguien.
Luhan se siente dichoso porque no ha sido consumido por sus sueños. Tiene el hábito de encontrarle el lado buena a la vida sin importar lo deprimido que esté. Puede que sea un fenómeno pero serlo le ha enseñado muchas cosas. Como siempre mantener un pie en el suelo. Ser un fenómeno le ha enseñado a no poner ambos pies en un mundo que no puede comprender. Así es como Luhan se protege a sí mismo, con un pie siempre pegado a la realidad.
Pero con su nuevo conocido en forma de un estudiante llamado Oh Sehun, se pregunta si su pie puede mantenerlo en su lugar y no entrometerse con la presa de un íncubo.
Porque no quiere estar ahí cuando llegue el momento en que Sehun desaparezca.
Las lecciones comienzan dos días después de conocerse. Luhan lo mira vestido en su uniforme de secundaria con la misma mochila colgando de su hombro en la fuente, como lo prometió. Tiene la misma apariencia, como si estuviera aburrido a morir y está haciendo ese zapateo impaciente con su pie. Sigue siendo el mismo mocoso de hace dos días. Lo único diferente es que sus ojeras lucen aún más pesadas.
“Hey,”
Al menos sabe como saludarme, piensa asintiendo.
“¿Quieres trabajar en la biblioteca?” Le pregunta y Sehun sacude su cabeza.
“Aquí afuera está bien.”
Se sientan en una de las bancas a un lado de la entrada de la escuela, Sehun se sienta frente a él mientras Luhan saca algunos papeles y su calculadora para estar listo.
Sehun hace lo mismo, sacando sus libros y notas y los ojos de Luhan se amplían al ver los avanzados temas que Sehun está tomando.
“¿Qué no eres un estudiante de secundaria?” Pregunta.
“Tenemos un programa de preparación para la universidad.” Sehun explica brevemente antes de quitar su mochila para que no estorbe y mira a Luhan de nuevo. “Podemos empezar con Física básica.”
Luhan no pregunta más. Rápidamente comienza a enseñarle lo que necesita aprender, asegurándose de fijar sus ojos solamente en las notas de Sehun.
Pero aún no puede evitar observarlo incluso cuando habla de velocidad y aceleración. Nota que Sehun no tiene un aura, lo que algunas veces es normal ya que no todos pueden tenerla lógicamente. También está muy aliviado de que nadie esté flotando inmóvil detrás de él o algo antinatural. Lo ayuda a concentrarse en lo que está haciendo en el presente, que es explicar como un coche viajando a x m/s llega en x segundos.
“¿Puedes explicarme eso otra vez?” Sehun pregunta, señalando el problema en cuestión y sus dedos rozan con la piel de Luhan. Luhan se sobresalta por lo heladas que son sus manos y Sehun lo mira confundido.
“Lo siento.” Murmura y comienza a explicarle a Sehun, otra vez lo que no entendió.
Considera su habilidad de multitareas un talento. Y por multitareas se refiere a la habilidad de poder seguir haciendo lo que hace actualmente pero pensando en otras cosas al mismo tiempo. Por ejemplo, está hablando de la cantidad de tiempo de un coche acelerando a cierta velocidad que llega a cierto punto y nota los ojos de Sehun tornándose cansados con cada palabra.
Pasa al menos una media hora hasta que termina una sección de las notas de Sehun y para entonces, Sehun luce como si fuera a quedarse dormido. Luhan no está sorprendido. Alguien como él por lo general se duerme instantáneamente. Especialmente ahora que la noche se acerca. Pero de alguna manera, Sehun sigue despierto, tal vez aún escuchando a medias lo que Luhan le está diciendo.
“Iré por un café para los dos.” Luhan ofrece unos minutos después cuando ve a Sehun intentando aguantar un bostezo pero el estudiante de secundaria sacude su cabeza.
“No, no. Estoy bien.” Dice, moviéndose hacia la siguiente parte de su trabajo. “Deberíamos empezar con esta parte.”
Pero Luhan se pone de pie, encogiéndose de hombros. “Bueno, yo no estoy bien. Hace frío aquí y necesito café.”
Sehun sacude la mano hacia él.
“¿Necesitas algo mientras no estoy?” Luhan le ofrece al mocoso y este sacude su cabeza.
“Trabajaré con estos mientras vas.”
Se encoge de hombros otra vez mientras camina hacia la máquina expendedora más cercana por algo para despertarlo a él también.
Comprende que la gente tiene sus propias vidas que vivir y Luhan sabe que no debería estar preocupado por eso. Pero se pregunta por lo que Sehun está pasando para terminar siendo una víctima de sus propias pesadillas. ¿Acaso no está viviendo bien? Parece ser rico, piensa mientras observa el líquido café derramarse en su vaso después de insertar las monedas. ¿Tal vez sus padres no tengan tiempo para él? ¿O está sufriendo por una desilusión? ¿Rompió con la novia? Debería tener novia. Puede ser atractivo si intentase no fruncir tanto el ceño.
Inserta otro par de monedas por un segundo vaso. Sehun no quería ninguno. Pero se lo ofrecerá de todas maneras.
Caminando de vuelta con dos vasos de papel en su mano, Luhan intenta volver a su modo tutor pero se detiene al verlo dormido. Está dormido con un lado de su cara aplastado en su largo brazo tendido a lo largo de la mesa, papeles se arrugan debajo de él y sus hombros suben y bajan suavemente mientras duerme.
Luhan se sienta frente a él y pone ambos vasos de café a un lado. Observa al joven chico quien ya está perdido, su mente vagando por ahí con alguien que él cree que es real.
¿Debería despertarlo? Luhan se cuestiona. No está seguro cuando está dormido.
Pero no tiene el corazón para hacerlo. Sehun dormido, sus ojos cerrados, escondiendo ese vacío en ellos cuando mira a Luhan lo hacen lucir normal y Luhan lo deja seguir durmiendo. Lo deja seguir jugando con sus pesadillas. De todas maneras, Sehun es un caso perdido.
Le toma unas tres horas poder despertar y darse cuenta dónde se encuentra y lo oscuro que está, y Luhan acepta sus disculpas y promesas de “No pasará de nuevo”. Se ponen de acuerdo para seguir en unos días más mientras guardan sus cosas. Sehun se va con un pequeño gracias y le extiende a Luhan su pago por la sesión de hoy y le recuerda la próxima fecha de encuentro en la que quedan.
Luhan simplemente asiente con su cabeza y sacude su mano despidiéndolo, sabiendo que a la próxima vez probablemente lo tendrá vagando de nuevo.
Luhan sabe que para la próxima Sehun estará peor.
Encajar. Eso es lo que le molesta a Sehun.
El chico acaba de mudarse recientemente a Seúl, dejando atrás a sus amigos y otras cosas a las que le guarda cariño en su vida porque su padre fue promovido en la compañía. Es uno de esos chicos populares también, ya se ha construido una reputación, sólo para ser quitada a último minuto.
Luhan se entera cuando Sehun le pregunta una tarde si podía seguir con las lecciones en su casa en vez de afuera de la universidad y Luhan es bienvenido por su hermosa madre y largas filas de cajas acomodadas a lo largo del pasillo.
“Pasa.” La mamá de Sehun lo saludó entusiasmadamente. “Sehun bajará en un momento.”
Sehun se parece a su madre, Luhan nota. Tiene una cara delgada y una figura alta. Ambos tienen el mismo color de cabello y dedos finos. La única diferencia es que su madre sonríe. Sehun no.
La casa es grande para sólo tres personas viviendo ahí junto a un par de mucamas. No tiene hermano, se da cuenta mientras ve las fotos en las mesas.
“No hemos arreglado la casa apropiadamente.” La mamá de Sehun explica. “Éstas cosas no se pueden apresurar.”
Luhan asiente, como si entendiera y toma asiento en el sofá que sigue teniendo una capa de plástico alrededor de él.
“Quiero que todo sea perfecto en nuestra nueva casa.” Continua diciendo, sonriendo ante el desastre y Luhan siente lástima por ella sabiendo que en unos meses, su hijo se irá y nada será perfecto.
“Gracias por ayudar a Sehun. En serio lo necesita.” La mamá suspira. “Está teniendo dificultades encajando en clase con todas esas nuevas materias.”
Luhan solamente asiente en respuesta.
Sehun baja las escaleras unos minutos después y Luhan no se sorprende al verlo frotándose el sueño de los ojos con el dorso de su mano.
“Es la tercera siesta que tomas hoy.” Su madre dice mientras pasa a su lado. “La escuela debe ser realmente agotadora.”
Sehun sólo murmura un “sí, lo es” antes de saludar a Luhan e invitarlo a su biblioteca vacía.
“Perdón por hacerte esperar tanto.” Dice dejándose caer en el asiento justo al lado de él, escondiendo un bostezo. Luhan finge no notarlo y sacude su cabeza.
“Está bien. ¿Continuamos donde lo dejamos?”
Entre más pronto terminen los temas de hoy, mejor se sentirá Luhan. Puede ver la manera en que las ojeras de Sehun se han oscurecido aún más sólo en unos días y sabe que sus sueños se están poniendo mejores, lo que significa que él se está poniendo peor y Luhan no quiere estar alrededor cuando eso lo consuma. Sus pómulos son más prominentes junto con su mentón. En primer lugar, es un chico alto y delgado, su cuerpo es un poco más alto que el de Luhan pero incluso así, puede decir cuando una persona luce enferma.
Así que intenta ignorarlo lo mejor que puede, concentrándose en los números y palabras y símbolos garabateados en sus notas. Encuentra la escritura de Sehun horrible. Ni siquiera puede leer algunas de las palabras. Están a mitad de la ley de gravitación de Newton, intentando descifrar las palabras cuando siente una pequeña presión en su hombro y Luhan ni siquiera tiene que voltear hacia lo que lo golpeó cuando escucha un suave ronquido en su oreja.
Cuidadosamente alza su brazo y revisa la hora. Quince minutos. Pasaron quince minutos antes de que Sehun se quedara dormido y Luhan debió haber movido la cita de hoy a la mañana donde el sol pudo ser de ayuda. Pero ahora es de noche, cuando el sueño más lo tienta, Sehun está muy lejos otra vez, soñando cosas que Luhan nunca conocerá.
No quiere despertarlo. Pero la posición en la que están es un poco incómoda, Sehun apoyando su cabeza en su hombro y Luhan sentado tan rígido como puede, Luhan tiene que. Para una persona delgada, Sehun es pesado y Luhan lo sacude con toda sus fuerzas para despertarlo. Pero Sehun continúa roncando y Luhan se rinde y lo deja lastimar su hombro.
¿En qué estarás soñando que ni siquiera puedes sentirme despertándote? Luhan se gira levemente y lo mira, esperando a que Sehun note el movimiento y es recibido con un par de delgados y pequeños labios sobre un rostro pálido. Sehun otra vez luce como una persona normal con sus ojos cerrados y decide que tal vez es mejor que Sehun duerma por siempre. Así, no luciría como si sus pesadillas salieran para tomarlo cuando está despierto.
Lo deja dormir por otra hora, despertándolo por completo cuando lo siente moverse un poco y continúan donde dejaron la lección, pretendiendo que no notó a Sehun durmiendo en su hombro mientras Sehun se disculpa por quedarse dormido en medio de las sesiones de tutoría otra vez.
Sehun no sabe y jamás sabrá que es el hombro de Luhan donde se recuesta cada vez que se encuentran para las lecciones en las que termina durmiéndose en cada una de ellas.
Y al mismo tiempo Luhan no sabe que lentamente está cayendo por este chico con labios partidos y piel pálida siempre que lo ve a su lado y observa cómo se queda dormido, luciendo como si estuviera en paz.
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