Black Wings (Can Not Longer Fly) - KAISOO (Trad. En Español) Capitulo 3

Apr 11, 2015 15:46


CAPITULO 3

“¿Nadie te ha dicho que eres un pésimo ángel guardián?” Le dice Jongdae a Kris, sin sonreír y con expresión seria. “Porque estoy a punto de decírtelo - eres un pésimo ángel guardián.”

“No estás ayudando, Jongdae.”


“¿Qué esperas que diga?” Se dirige a Baekhyun con el ceño fruncido. “Este hijo de puta acaba de sugerir que nos encontremos con la Muerte, la Muerte con M mayúscula. No sé tú, pero me quedo con mis oportunidades con Jongin. Al menos ahí hay un 10% de probabilidad que sobreviva en comparación con su plan, donde hay un 100% que me reúna con la parca - literalmente.”

“Tiene razón.” Joonmyun dice, recostándose en el respaldo de su silla, con sus cejas arrugadas contemplativamente.

“Gracias, al menos alguien de aquí no tiene mierda en el cerebro.”

“La Muerte no nos matará, a menos que sea nuestro momento de irnos.” Kris intenta explicar, resistiendo la urgencia de ahorcar a Jongdae otra vez. “Existe para mantener el orden natural del universo, más vieja que el Tiempo, tan vieja como nuestro Padre Celestial. Tal vez le falten algunos tornillos como resultado de una eternidad de aburrimiento, pero no es cruel. No mata si no es necesario, y no nos matará a menos que tu nombre esté en los libros. Ahora mismo, es nuestra mejor oportunidad.”

“Digamos que aceptamos seguir tu plan.” Baekhyun descansa sus antebrazos en la mesa donde están. “¿Cómo lo encontraríamos?”

“Y no nos digas una de tus estupideces metafóricas diciendo que La Muerte está en todos lados.” Jongdae se entromete.

El ojo derecho de Kris se cierra en irritación. En serio quiere asesinarlo, eso haría su misión mucho más fácil. Pero en vez de eso, respira profundamente para calmar sus nervios. “Esa es la parte difícil. La Muerte no se aparece a menos que sea una catástrofe a gran escala. La mayoría del tiempo envía a su ejército de demonios para recolectar las almas expiradas en su lugar. Con mucha o poca suerte de la manera en que lo veas, estamos al borde del Apocalipsis.” Kris anuncia con gravedad. “Los desastres naturales incrementando, picos repentinos en la actividad sobrenatural, demonios en todas partes - eso es símbolo de que Lucifer está ascendiendo. Es sólo cuestión de tiempo antes de que otra catástrofe ocurra.”

“¿Así que nos estas pidiendo que esperemos por malas noticias?”

“Es todo lo que podemos hacer.”

A Joonmyun no le gusta la idea de tener que esperar por una tragedia, pero también sabe que no es capaz de detener los desastres naturales - cosas como terremotos y tsunamis orquestados, la desgracia extendida que ha sido predestinada como el fin del mundo.

“Bien.” Joonmyun acepta eventualmente. “Empezaremos a primera hora mañana, manténganse al pendiente de todos los noticieros, investiguen los patrones climáticos, y seleccionen una ciudad. Ya sé que los ángeles y demonios no necesitan dormir, pero nosotros los humanos.” Joonmyun dice mientras apunta a Baekhyun y a él mismo, “Necesitamos descansar. Estoy más que exhausto. Siéntate y no vayas a ningún lado, no quiero que ninguno se materialice en lugares aleatorios y llame la atención.”

“¡No puedes dejarme aquí con él!” Jongdae gesticula hacia Kris y sisea. “Me asesinará mientras ustedes dos están dormidos.”

“No lo hará si te comportas.” Joonmyun aclara con severidad.

Baekhyun se aleja de la mesa con un bostezo sacándose los zapatos y caminando los escasos metros de la pequeña sala de estar del hotel hasta su cama. Joonmyun hace lo mismo, colapsando con cansancio. Ambos están noqueados en cuestión de segundos. Jongdae y Kris permanecen arraigados en sus asientos, un silencio incómodo flotando en la tensa atmósfera. Kris cruza sus brazos sobre su pecho imitando la imagen perfecta de una estatua de mármol. No tiene ningún problema siguiendo órdenes, pero Jongdae por otro lado, se inquieta ante la idea de permanecer quieto.

Aguanta una hora antes de romper el silencio, tosiendo nerviosamente. “Creo que empezamos con el pie izquierdo, así que ¿Qué tal si rompemos el hielo? ¿Puedo tocar tus alas?”

“No.”

“Genial, me alegra que hayamos tenido esta conversación.”

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A algunos les gustaría pensar que el Cielo es un lugar paradisiaco asentado en una base de suaves nubes, puertas nacaradas de fábula, un coro de ángeles con arpas. A como Jongin recuerda, el Cielo no es nada parecido a eso. El Cielo es silencioso y ordenado, una expansión de blanco y mármol con un santuario interno restringido, un régimen muy estructurado. Se acostumbra al silencio y a la monotonía porque no puede añorar lo que nunca ha tenido. La vida es segura. La vida es fácil. Pero a veces lo seguro y lo fácil no es suficiente.

“Estás mirando fijamente otra vez.” Yixing dice sobre el hombro de Jongin. Jongin puede escuchar la sonrisa en la voz de su hermano.

“Es difícil no hacerlo.” Admite, sus ojos fijos en el rostro de Kyungsoo mientras Kyungsoo ríe y habla con su tropa en el patio.

Tao los observa con ojos entrecerrados. “Hermano, estás oscilando en el borde de la blasfemia.”

Yixing se gira hacia Tao con una mirada enojada, silenciándolo con su gesto. “Jongin puede ser feliz.”

“No cuando su felicidad infringe en la mismísima base de nuestra existencia,” Tao chasquea. “Se está olvidando a sí mismo, olvidando donde se encuentra su lealtad.”

“¡Este no es asunto de lealtad!” Yixing grita incrédulo. El santuario se vuelve caliente con su discusión, una que Jongin ha escuchado cientos de veces. No necesita que Tao le diga lo que ya sabe. La agitación burbujeando caliente y pesada en la boca de su estómago es suficiente para que Jongin se dé cuenta de que está estropeado sin la guía de su Padre. Desde el inicio de los tiempos, desde que fue creado, Jongin siguió obedientemente las órdenes de su Padre. Pero ahora, su Padre se ha ido, y ha pasado un buen tiempo desde que se fue. Jongin se siente como un títere sin su titiritero, un inútil montón de extremidades madera y cuerdas enredadas.

Hay días en los que desea poder creer tan fervorosamente como Tao, o ser tan sabio y gentil como Yixing, pero Jongin no es fuerte como sus hermanos. El libre albedrío es aterrador y no es algo que lo preocupaba cuando Dios seguía en el Cielo. Tao insiste que eso sigue sin ser problema, que las decisiones y emociones simplemente se interponen en sus deberes, que la devoción a cualquier otro que no sea su Padre Celestial los apartaría del camino correcto. Los tres han seguido vigilando después de la caída de Chanyeol de la gracia, construyendo barreras mentales cuando su hermano intenta visitarlos en momentos de debilidad. Tao le recuerda a Jongin día con día, que debe mantenerse en guardia. Yixing frunce los labios y permanece en silencio.

Pero es difícil mantenerse en guardia cuando se trata de Kyungsoo. Kyungsoo es el ángel que ve a través de la armadura de Jongin y no lo juzga por eso, el ángel que hace que el Cielo se sienta como la fabulosa tierra prometida. No hay Cielo sin Kyungsoo. Jongin se rehúsa a creer que la cálida sensación en su pecho siempre que lo ve, sea un pecado. No puede estar mal, no cuando se siente increíblemente bien.

Jongin suspira pesadamente y se aleja de sus alterados hermanos. Su retirada pasa desapercibida. Baja las escaleras del templo y cruza el gran patio, ángeles de un rango menor se inclinan hacia él mientras pasa.

“Kyungsoo.” dice suavemente cuando llega a la tropa de Kyungsoo.

Este gira con una amplia sonrisa. “Jongin.”

Los ángeles alrededor miran con desaprobación la falta de formalidad de Kyungsoo, pero a Jongin no le podría importar menos si se dirige a él por su nombre real en lugar de Raphael.

“¿Caminas conmigo?” Le pregunta.

Ambos caminan juntos por millas en un cómodo silencio, Jongin ocasionalmente mirando la pacífica y serena expresión de Kyungsoo. Es una rutina a la que se ha acostumbrado.

Caminar con Kyungsoo calma su atormentada mente. Lo conoció durante la Era Dorada, cuando Dios seguía estando en el Cielo, y la emoción en su pecho sólo ha aumentado desde entonces. Comenzó como curiosidad por el ángel que siempre se metía en problemas - concediendo milagros no programados, riendo y sonriendo cuando todos los demás se encontraban sombríos y callados.  Kyungsoo se preocupaba demasiado por los humanos, más de lo que debería, de la misma manera que Yixing, o como su Padre, antes que desapareciera. Chanyeol y Tao no entendían, pero cuando Chanyeol detestaba el inmenso afecto de su Padre por la raza humana, Tao no tenía opinión, siempre y cuando se mantuviera en orden. Jongin se encontraba atrapado en el punto intermedio.

“¿Por qué te importan tanto los humanos?” Dice en voz alta eventualmente. No lo sabe, pero esta es la conversación que cambiaría todo, la que recordaría por siempre. “Ellos pecaron. Adán y Eva desobedecieron.”

“Lo hicieron.” Kyungsoo responde pensativo. “Pero se les dio la oportunidad de decidir incluso si no elegían lo correcto. Los envidio por tener la habilidad de decidir.”

Mira a Jongin con admiración en su tono. “A veces me pregunto si hacer miles de buenas obras cuenta si son hechas bajo órdenes. La decisión es una gran responsabilidad, y no puedo evitar respetar a la humanidad por cargar con ese peso. Es verdad que algunos escogen hacer el mal, pero vale más que la pena mientras existan aquellos que escogen ser buenos. Dime, Jongin, si tuvieras la oportunidad, ¿Qué escogerías?”

Jongin mira alrededor de los campos vacíos del Cielo y entonces sobre el límite donde está un largo camino hacia abajo. “No lo sé.”

Es apenas más tarde ese mismo día, cuando se encuentra haciendo guardia en su pedestal, el cual se da cuenta que es una mentira - lo sabe. Lo sabe porque no hay día en el que no piense en el rostro sonriente de Kyungsoo. Lo sabe porque sueña con reducir la distancia y cometer deslealtad, presionando sus labios con los de Kyungsoo aún cuando toda forma de satisfacción carnal está prohibida en el Cielo. Lo sabe porque ha pasado Eras intentando y fracasando convencerse a sí mismo de que esa presión en sus pulmones no es amor. Así que, mientras pueda que no sepa más - bueno o malo, obediencia o libre albedrío - sabe que si se le diera la oportunidad, escogería a Kyungsoo.

Tomó esa decisión en el cielo y está dispuesto a tomarla de nuevo en el infierno.

Jongin pasó la semana pasada mirando con desánimo a las puertas de madera hacia el cuarto de Kyungsoo, donde se ha encerrado desde que Sehun abrió la boca arruinándolo todo. Sabía que decirle la verdad sería inútil. Kyungsoo se encerró por completo, ignorando todas las súplicas de Jongin, reducido a un estado casi catatónico. Es peor que antes. Ahora, sus ojos están completamente muertos, ni una chispa de indignación, ni un rastro de enojo. No hay absolutamente nada.

“Dime, Jongin. Si tuvieras la oportunidad, ¿Qué escogerías?”

“Sí.” Dice mientras observa la Jaula de Lucifer donde Chanyeol dibuja estampados imaginarios en el aire.

Chanyeol inclina su cabeza para escudriñar hacia su hermano. “¿Qué?”

“Que sí.” Jongin repite, su lengua pesada mientras habla. “Haré todo lo que quieras.”

Una sonrisa salvaje se estira en la cara de Chanyeol. “Me alegro de que veas las cosas a mi manera. ¿Era tan difícil?”

Jongin suelta un suspiro entrecortado. “Chanyeol, sólo, por favor-“

Chanyeol chasquea sus dedos. “Listo.”

Jongin no espera ni un segundo más, desmaterializándose hacia su habitación y tirando de la puerta de Kyungsoo para abrirla con fuerza sobrehumana. Sus ojos están ampliamente abiertos y frenéticos, respira pesadamente pero absolutamente nada puede hacer que no de esos temblorosos pasos hacia la cama de Kyungsoo, donde está sentado con sus hombros temblando. Este mira a Jongin a los ojos antes de que llegue hasta ahí, y Jongin casi colapsa por la imagen - reconocimiento, los ojos de Kyungsoo están llenos de reconocimiento. Los milenios que Jongin ha pasado esperando por este momento lo impactan con una fuerza que finalmente lo hace caer en sus rodillas. La última vez que vio a Kyungsoo mirándolo de esa forma, fue cuando una tropa entera de ángeles lo sostenía mientras Tao empujaba a Kyungsoo del borde del Cielo.

Jongin alza una mano temblorosa hacia su rostro secando las lágrimas que caen por sus mejillas y Kyungsoo ahoga un sollozo cuando ve alas negras en la espalda de Jongin.

“Jongin, ¿Qué has hecho?”

Esta vez es el turno de llorar de Jongin. Ha esperado tanto tiempo por escuchar esa voz de nuevo. Inclina su frente hacia la de Kyungsoo. “Te escogí a ti.”

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Joonmyun recibe un montón de nueva información en las próximas tres semanas y sólo la mitad de ella es útil. Aprende que Kris es completa y absolutamente incompetente cuando se trata de tecnología, que Jongdae nunca debe usar una escopeta, y que Kris puede esconder sus alas pero sigue siendo demasiado alto para caber en ropa discreta. Para la tercera semana de lo que Jongdae ha llamado “la pijamada del demonio, el ángel, y los dos torpes humanos.” Baekhyun ha investigado los  patrones climáticos lo suficiente como para predecir que Chicago está a punto de ser golpeado por una serie de inundaciones y tornados. La exploración de Kris le dice que hay un número antinatural de cosechadores congregándose alrededor del perímetro de la ciudad. Jongdae confirma el incremento de la actividad demoniaca en el área. Chicago es su destino y necesitan llegar ahí antes de que la tormenta impacte. Sin embargo, lo que encuentran al llegar es un poco difícil de digerir.

“¿Intentas decirme que La Muerte está situada en una heladería?” Baekhyun farfulla incrédulo.

“Anteriormente les dije que era muy excéntrico.” Kris responde.

“Kris tiene razón.” Jongdae habla. Es un milagro que Jongdae esté de acuerdo con algo tan fácilmente, y que se le hayan acabado los apodos. “Toda esa energía oscura están reuniéndose particularmente en este lugar. Si la muerte está aquí en Chicago, aquí es donde está él.”

Joonmyun observa la inocente heladería con un arcoíris pintado en el vidrio con las persianas cerradas. Pasan por los silenciosos entes guardianes, los escalofríos recorren sus espaldas aunque saben que ellos no levantarán ni un dedo para detenerlos a menos que sea la fecha de expiración. Joonmyun empuja la puerta de vidrio, la campana plateada suena mientras una ráfaga de viento entra junto a ellos. El salón se encuentra desierto excepto por una stand en el fondo donde un hombre de cabello plateado en traje, está tarareando alegremente con una enorme porción de helado de diferentes sabores.

“Kris.” La Muerte lo mira con una cuchara en su boca. “Qué grata es tu visita. ¡Ha sido un largo tiempo! Veo que trajiste algunos amigos.”

Kris hace una mueca mientras camina hacia el stand, Joonmyun, Baekhyun y Jongdae siguiéndolo cautelosamente.

“¿Helado?” La Muerte ofrece. “El pistacho es realmente bueno.”

“No estoy aquí para socializar, Luhan.”

“No, estás aquí por Kyungsoo.” La alegría en la voz de Luhan se ha ido, y es reemplazado por una voz que suena como si supiera más de lo que una mente humana puede comprender. Luhan se fija en Joonmyun con sus ojos inquietantemente grises. “Joonmyun, ¿Verdad? Toma asiento.”

Joonmyun mira a sus amigos indefenso antes de que Kris asienta para que haga lo que se le dijo. Joonmyun se desliza en el cuero rojo del stand con un nudo en la garganta. Luhan descansa su mentón en la palma de su mano, analizando al humano como lo haría con un espécimen bajo un microscopio.

“Sabes tan poco del amigo que intentan salvar, ¿Qué te hace pensar que él quiere ser rescatado?”

La confusión fluye por los rasgos de Joonmyun. “Kyungsoo fue prácticamente forzado a una encrucijada para salvar mi vida. Está en el infierno, ¿Por qué no querría ser rescatado?”

“No estás preguntando lo correcto. Kyungsoo está en el Infierno, pero, ¿Quién más está en el Infierno con él?”

Kris se tensa a un costado. “Luhan -“

Esto no es lo que tenía en mente. Todo lo que quería era que Luhan ofreciera algún buen consejo, información útil para romper un contrato de encrucijada. Kris debió haber sabido que Luhan revelaría todos los secretos que había estado intentando ocultar por semanas.

“No te estoy hablando a ti.” Luhan lo interrumpe fríamente. “Es justo que tus amigos sepan lo que no les has dicho.”

“Lo sabía.” Jongdae mira a Kris con acusación y enfrentamiento. “Nos has estado ocultando algo.”

“No lo culpes, este estúpido bufón solo sabe seguir órdenes.” Dice La Muerte con desinterés. “Déjame decirte lo que Kris no puede. Kyungsoo está con Jongin, y por eso no querrá ser rescatado.”

“¿Qué tiene que ver Jongin en esto?”

“Todo.” Hunde su cuchara en el helado, girándola sin motivo en el chocolate derritiéndose. “Kyungsoo está en medio de una guerra de tira y afloja entre el Cielo y el Infierno. Rescatarlo de una prisión solo lo llevará a otra. El Cielo lo atrapará en el momento que sea liberado.”

“¿Kris?” Joonmyun se gira, sintiéndose herido y traicionado.

Kris no lo mira a los ojos. La inquietante sensación regresa, la pequeña voz en su cabeza que dice que usar a Kyungsoo como Tao sugiere no es mejor de lo que Chanyeol ha hecho. La duda está ahí, pero no sabe qué hacer. Su tiempo en la tierra, su tiempo viendo a Joonmyun batallar, tuvo un efecto humanizado.

“Lo siento.” Kris agacha su cabeza y diferente a la última vez que dijo las mismas palabras, su disculpa es sincera. “No tengo elección.”

“No es que la edad los excuse, pero aquí está la cosa.” Los ojos de Luhan brillaron maliciosamente. “Sí, tienes elección y por eso estoy aquí, para enseñarles. Un viejo amigo ha pedido personalmente que yo mismo les muestre esta lección.”

“Sabías que vendríamos,” Kris dice. No es una pregunta, es una aclaración llena de rencor.

“Lo sabía. Hay muy pocos lugares en los que te puedas esconder de La Muerte.”

Luhan empuja el tazón de helado lejos de él y se limpió los dedos. “Hay algunas cosas que deben saber antes de llegar. Primero, Kyungsoo no es quien ustedes creen que es. Segundo, no intenten dialogar con Jongin en combate. No terminará bien. Tercero, se deben hacer sacrificios. Sigan mis instrucciones y todo terminará como se debe.”

“¿Llegar?” Baekhyun da un paso al frente. “¿Llegar a dónde?”

“A donde está Kyungsoo, por supuesto.”

“Pero Kyungsoo está en el infierno.”

“Pues obvio.” Luhan sonríe y a Joonmyun le recuerda a otra sonrisa igual de infantil e intimidante - la de Sehun. Pero mientras que la sonrisa de Sehun era una máscara ocultando intenciones maliciosas, la sonrisa de Luhan era la sonrisa de un espectador deslumbrado con el prospecto de un show interesante. Joonmyun no sabe cuál es peor.

No tiene mucho tiempo para decidir. Dos entes se materializan dentro de la heladería y se aferran a cada miembro de la fiesta con un helado a cada lado. Joonmyun siente una sensación de hundimiento en su estómago, como si la gravedad y el sólido suelo bajo él, de repente desapareciera. Jadea por aire, intentando luchar contra la ola de oscuridad y el sentimiento de estar siendo atravesado por miles de agujas congeladas.

La última cosa que ve antes que la heladería desaparezca por completo de su visión y su cuerpo sea jalado hacia abajo, es a Luhan sonriendo e incluso sacudiendo una mano.

Luhan se recuesta en el acojinado stand de cuero  y frunce el ceño. Todo su helado está derretido. “Minseok, dame un helado nuevo.”

Minseok sale del aire con una risa. “¿Estás pidiéndole a Dios que te de helado?”

“No, le estoy pidiendo a mi viejo amigo a quien graciosamente acabo de ayudar. No saques la carta de Dios conmigo. Yo soy quien va a tomar tu alma cuando tu tiempo termine.” Cruza sus brazos arrogantemente. “Ayudando a que tus niños dejen de hacer rabietas me pone hambriento.”

“¿Qué sabor?” Minseok camina alrededor del stand con un suspiro.

Luhan mueve sus pies hacia adelante y atrás como un niño emocionado. “Fresita.”

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“No me voy a romper si me tocas.” Kyungsoo arquea una ceja hacia Jongin.

“Lo sé, sólo, dame un segundo.” Jongin juega con sus dedos en su regazo mientras se sienta a una buena distancia lejos de Kyungsoo. Está teniendo una experiencia extracorpórea, no está seguro de si está soñando, ha esperado tanto tiempo que la realidad comienza a desvanecerse. Mira fijamente a Kyungsoo, viendo los mismos ojos gentiles, la misma sonrisa en forma de corazón, el mismo tono de voz - aunque innegablemente, Kyungsoo ha aumentado un poco su sarcasmo por sus años como humano - todo es abrumador.

“No sé si quiero golpearte o besarte.” Resopla impacientemente, estirándose para tomar la mano de Jongin quien intenta no brincar tres metros en el aire por el simple toque. Ha sido impulsivo y emocional antes, como con las caricias faciales y las frentes unidas. Ahora que ha controlado sus sentidos, no sabe qué hacer. El concepto del afecto físico es como un lenguaje del más allá.

Los ángeles no se tocan, no se besan, no se satisfacen con ningún tipo de deseo carnal. Ellos honran el poder de la mente por encima de la lujuria voraz. La primera y única vez que Jongin se rindió ante la tentación, fue la noche en la que se inclinó para presionar levemente sus labios con los de Kyungsoo con unas ansias irresistibles que no podía contener. Kyungsoo lo había observado fijamente con ojos abiertos y mejillas sonrojadas, dedos subiendo hasta sus labios como si no pudiera creer lo que acababa de pasar. Estaba prohibido y Jongin sintió un pedazo de él, siendo atravesado y fracturado cuando Kyungsoo simplemente lo miró sin decir nada. Pero entonces, como el sol alzándose en el horizonte después de una noche oscura, Kyungsoo sonrió.

Sonrió y sonrió y sonrió hasta que Jongin inevitablemente devolvió la sonrisa, sus risas y felicidad fluyendo, pasando por sus labios como una promesa de algo largamente esperado. La alegría puede ser enceguecedora, por lo cual ellos dos no notaron la presencia indignada de Tao. Su primer beso no terminó bien, no cuando se volvió la razón de que Tao necesitara exiliar y ejecutar a Kyungsoo, no cuando se volvió el más trágico y más preciado recuerdo de Jongin.

Una cantidad exagerada de tiempo ha pasado desde entonces, pero Jongin aún se encuentra tropezando en la oscuridad. Kyungsoo tiene su experiencia de su tiempo como humano para contenerlo, un tiempo donde el afecto y la emoción no estaban bajo llave. Jongin no tiene nada de ese tipo.

“Jongin, estás temblando.” Kyungsoo rueda los ojos. “Relájate. Sólo estoy tomando tu mano. Actúas como si fuera a comerte.”

“Lo siento, es sólo que tocarte es algo nuevo para mí.” Aprieta la mano de Kyungsoo deleitándose con la reconfortante sensación en su mano y el sentimiento de llegar a casa. “Tengo que recordarme a mí mismo que se me permite hacerlo ahora.”

“Estamos en el Infierno, creo que todo está permitido.” Kyungsoo suena acusador y aún fastidiado sobre el tema, recordando la discusión que acaban de tener.

La primera hora de su reunión no pasa como Jongin imaginó que sería. Después de las primeras lágrimas y el shock emocional, Kyungsoo estaba absolutamente vívido. Hubo gritos e insultos, un montón de objetos lanzados que involucraban a la cabeza de Jongin como objetivo. Fue entonces que Jongin aprendió del nuevo y extremadamente colorido vocabulario de Kyungsoo. Fue llamado con un montón de nombres - estúpido idiota, bastardo desconsiderado, tonto sinvergüenza, - en medio de una oleada aún más grande de preguntas - ¿Por qué me dejaste morir? ¿Cómo puede algo de esto valer la pena? ¿En qué estabas pensando?

Jongin no dijo nada mientras Kyungsoo golpeaba su pecho con sus puños. Esperó a que su enojo desapareciera, esperó hasta que Kyungsoo quede agotado y sin aliento, con toda su energía en cero. “Estaba pensando en ti.” Rió sin gracia. “Siempre estoy pensando en ti. Por favor, perdóname.”

La furia se filtró de los hombros de Kyungsoo ante la tranquila confesión. No había nada que perdonar. Aún como un arcángel, Jongin fue hecho en un molde sigiloso y abnegado. Kyungsoo no lo puede culpar porque muy en su interior, sabe que él hubiera hecho lo mismo.

Sacude su cabeza para aclarar sus pensamientos de resentimiento residual-lo hecho, hecho está. No quiere pensar en lo que Jongin tendrá que hacer por Chanyeol, o qué les depara el triste futuro una vez que el Apocalipsis comience. Ahora mismo, sólo quiere un momento para respirar, un momento de debilidad para amar cuando nunca antes se le ha dado la oportunidad. Pueden preocuparse de las consecuencias mañana pero hoy, Kyungsoo quiere ser feliz. Estira una mano para acariciar gentilmente las plumas de las alas negras frente a él. La imagen es tan hermosa como entristecedora. Jongin nunca volará por el Cielo jamás.

Y Jongin parece saber lo que el otro está pensando. “Está bien.” Dice suavemente. “No importa.”

Kyungsoo suspira para él mismo y mira a Jongin con determinación. “Quiero que hagamos algo.”

“¿Hacer algo? A qué te ref- ¡Kyungsoo!” Gime mientras Kyungsoo se lanza sobre su regazo sin perder más tiempo, manos presionadas en los hombros de Jongin para evitar que se levante y escape.

“Deja de moverte.” Kyungsoo se queja petulante. “¿Por qué te alejas?”

“¡Estás sentado en mi!” Jongin logra decir sin ahogarse. “Estás muy, muy, muy cerca y eso es bastante inapropiado y ¡Ay Dios mío! ¡Estás sentado en mí!”

“¿Jongin?” Kyungsoo lo toma del rostro con ambas manos.

“¿Sí?” Jongin jadea.

“Cállate.” Y Kyungsoo lo besa con un eterno sentimiento de emociones sintiendo al otro derretirse ante el toque como un viajero cansado quien finalmente puede descansar. Kyungsoo muerde levemente el labio inferior de Jongin y este hace un sonido de sorpresa. Se separan sonrojados y jadeantes.

Jongin se sorprende al ver a Kyungsoo llorando de nuevo. “¿Qué pasa? ¿Lo hice mal? Lo siento, no sé cómo-“

“Te amo.” Kyungsoo le dice con ojos llorosos. La cálida sensación en el pecho de Jongin que había aparecido por primera vez durante su tiempo en el Cielo, alcanza el punto de ebullición y se expande hasta que todos sus nervios arden en fuego. Esta vez, es Jongin quien se inclina para iniciar el beso, y prueba la perfección en la punta de su lengua, el tipo de perfección que todos le dijeron no dura para siempre.

Sin embargo, ahora está dispuesto a probarle a todo el mundo lo equivocados que están.

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