CAPITULO 13:
JUNTOS
Te pintaré y colorearé
Si todo va bien podemos enmarcarlo y ponerte en la pared.
Y es tan difícil decirlo, pero he estado aquí antes.
Ahora te entrego mi corazón
Y lo cambio por el tuyo.
[Lego House - Ed Sheeran] Busán, 2013
Afuera de la ventana en el dormitorio de Suho, el cielo era un lienzo de púrpuras y rosados oscuros, con rayos color mandarina y salmón. La solitaria luna creciente descansaba arriba de los árboles y recién empezaba a emanar su pálida luz sobre el edificio de departamentos alrededor. El crepúsculo era un momento increíblemente hermoso durante el día, pero ninguno de los muchachos tomaba atención alguna al esplendor natural que estaba detrás de las cortinas, tan solo tenían ojos para ellos mismos en ese momento.
“Tu rostro está sucio.” Jongin dijo en voz baja separándose del abrazo, solo lo suficiente para poder ver bien el rostro de Suho. Con el dorso de su mano, limpió las manchas en la frente de Suho, y justo debajo de su ojo derecho. El mayor con los ojos cerrados, recordó aquella noche hace dos años en un campo iluminado por la luna, cuando Jongin había removido una luciérnaga encima de su labio superior con el mismo cuidado y gentileza. Ya limpió su rostro, las manos de Jongin alcanzaron las suyas y las sostuvo seguros en la suyas.
“Estaba cambiando el bombillo.” Explicó estúpidamente. Parecía tan irónico que ellos no se habían visto por casi dos años y en vez de decirle cuán feliz estaba de verlo, hablaba de cosas tan comunes como cambiar un bombillo. Había tantas cosas que quería decir, tantas cosas que quería hacer para mostrarle cuánto anhelaba verlo y estar con él después de todo el tiempo que estuvieron separados. Pero al final, todo lo que pudo decir apoyado en el hombro de Jongin fue “Te extrañé tanto, Jonginnie”.
“Yo también, hyung. Hubieron días en los que pensé que moriría de tanto extrañarte.” Los brazos de Jongin se cerraron alrededor de Suho, y después estaba acariciando su cabello, y levantando su rostro y sus labios se tocaban por primera vez después de tanto tiempo. Demasiado tiempo. Suho inhaló profundamente para después dejarse caer en el calor y la cercanía del menor- ahogándose en la profundidad de un primer beso que era a la vez abrazador y tierno.
“¿Cómo? ¿Por qué estás aquí Jonginnie?” Deslizó sus manos reverentemente sobre el rostro de Jongin, aprendiendo la nueva vista de sus bronceadas características. Sus pómulos eran más prominentes ahora y su mandíbula mucho más angular y masculina. Los ojos de chocolate amargo que le devolvían la mirada parecían mayores, másserios de lo que fueron en el verano del 2011. Y su cerquillo más largo, casi tocaba sus pestañas. Suho pensó que la longitud añadía un toque más sexy al rostro de Jongin.
Era todo lo que era pero también mucho más y teniendo en cuenta al joven frente a él, algo dentro de su pecho dolía. El menor cerró los ojos mientras los dedos de Suho continuaban la exploración de su rostro y cuello. Sus dedos finalmente se detuvieron y descansaron en los hombros delgados y amplios… y los sostuvo.
“Te convertiste en un hombre mientras estuve lejos.” Las mejillas de Suho se sentían calientes mientras las palabras escapaban sus labios, porque sonaban tan cliché.
“Bueno, tú siempre te quejabas que era demasiado joven, así que trabajé muy duro para crecer, hyung. Traté de crecer lo más rápido que pude.” Jongin lo dijo con toda naturalidad pero Suho podía sentir las sombras de dolor en sus ojos y su corazón se llenó de remordimiento. No tuvo tiempo de fijarse en eso porque Jongin empezó a dibujar los contornos de su hermoso rostro con sus dedos, dejando atrás un camino cálido en su piel. Dedos bajando despacio sobre la piel de alabastro, atesorando la tan añorada textura.
“He querido hacer esto por tanto tiempo, no puedo creer que está pasando, hyung. Que realmente estas frente a mí, yo solo…” Sin poder emitir alguna palabra más, lo abrazó con fuerza, sus labios en su frente por algunos segundos mientras Suho devolvía el abrazo, sus manos acariciando círculos en la espalda baja de Jongin.
El rostro de Suho no había cambiado tanto como el del mismo pero podía detectar las sutiles diferencias, parecía casi demacrado ahora que lo veía en la vida real y no en una selca cuidadosamente tomada.
“Has perdido demasiado peso, hyung.” La voz está entrelazada con preocupación y tristeza mientras sostenía su rostro en sus manos.
“Mamá y tú no estaban alrededor para regañarme acerca de eso, supongo. Pero estuve comiendo lo suficiente y no me salto ninguna comida. No es fácil pero me obligo a hacerlo.”
“Prométeme que comerás más, quiero que comas más.” Su frente descansó sobre la de Suho, mientras sus largos dedos jugaban en su cuello “Me preocuparé si te quedas así de flaco.”
“Está bien, comeré más. Ahora deja de regañarme. Y aun no has respondido mi pregunta ¿Por qué estás aquí, Jongin?”
“Después de dos años ¿Eso es todo lo que tienes que decir?” Su tono era juguetón.
“Ni siquiera han pasado dos años, mocoso. Estás tres meses antes.” Empuja sus hombros en una falsa muestra de desagrado.
“Han pasado veintiún meses, es lo suficiente. Me mantuve alejado todo este tiempo porque tenías la tonta idea de que no sabía lo que sentía por ti. Y que yo no sé quién soy. Insististe en dos años y seguí tus reglas, hemos perdido demasiado tiempo alejados. Creo que he probado que puedes confiar en mí, hyung, así que si tratas de alejarme otra vez ahora, te juro por Dios que te golpearé.” Los ojos de Jongin brillaban con fiereza, desafiando a Suho que tratara de botarlo de nuevo.
“¿Cómo podría enviarte lejos?” Suspiró sin poder hacer más y entrelazar sus dedos y labios en un baile lento de amor y aceptación. Guió a Jongin hacia la cama que estaba cubierta de sábanas café claras, desordenadas por su holgazanería.
“Está un poco desordenado.” Se disculpó tímidamente y el menor rió, diciendo que no había viajado más de tres horas para venir a inspeccionar sus sábanas, lo cual le ganó algunas quejas acerca de cómo podría dormir en el suelo si seguía molestándolo.
“¿Realmente me harías dormir en el suelo, hyung? ¡Han pasado dos años!”
“Veintiún meses.”
“Basta.” Jongin mordisqueó el lóbulo de la oreja de Suho y susurró bajo. “¿Estás seguro que quieres que duerma en el suelo? Su lengua recorrió un ardiente camino en el cuello y lo besó justo detrás de su oreja, Jongin sonrió al escuchar el gemido de éxtasis del mayor. Pero pronto aquella sonrisa se transformó en un gemido ronco cuando las manos de Suho de escabulleron dentro de su camisa blanca, acariciando su pecho, estómago y después su espalda baja.
“¿Deberíamos hablar un poco más?” Suho preguntó mientras el más alto empezaba a jalar su camisa negra desgastada, la cual solo usaba cuando estaba dentro de la casa.
“Hemos estado hablando por casi dos años, hyung. Hablemos más tarde.” Jongin lo empujó sobre la cama y se quitó la camisa. Suho observó sus hombros amplios y su delgado y largo torso expuesto. Y después, el cuerpo de tono acaramelado quedó sobre él, con manos conectadas. Los dedos del menor sostenían con fuerza los de Suho, como si jamás podría dejarlos ir.
“No me dejes otra vez.” Los ojos de Jongin era intensos, su rostro suspendido sobre el de Suho.
“No podría dejarte ir, Jonginnie. No otra vez.” Su mano acariciaba la mejilla de Jongin, y después su oscuro cabello.
“No te dejaría de todas maneras, estúpido hyung.” Sus labios rozaban sobre los labios dóciles de Suho mientras lo sujetaba contra la cama en un acto de gentil posesión. Exploraron sus cuerpos por instinto, recordando las pequeñas cosas acerca de cada uno: Como cuando a Suho le gustaba que Jongin le mordiera el lóbulo de la oreja… como cuando a Jongin le gustaba que su hyung lamiera sus sensibles pezones. Pronto sus erecciones quedaron tensas y apretadas contra las capas de tela que los separaba, Suho desabrochó el botón del pantalón de Jongin y con apuro, jaló sus pantalones de jean oscuros revelando piernas largas y bronceadas. Ahora separados por tan solo la delgada tela de algodón de sus boxers, se movían sensualmente contra el otro y continuaban besándose, mordiéndose suavemente alrededor de sus clavículas, acariciándose lado a lado, y meciendo sus caderas rítmicamente.
Finalmente desnudos, tendidos uno junto al otro y a pesar de la pasión reprimida por tantos meses, ambos se detuvieron un momento, apreciando la simple sensación de estar en los brazos del otro. Cuando Suho escuchó a Jongin decir “Te amo hyung”, se dejó sumergir completamente en Jongin y gritó su nombre cuando sintió los dedos largos de Jongin envolviendo su miembro, sintiendo sus labios deslizarse lentamente sobre el…
***
Más tarde, estaban tendidos bajo las sábanas con delgadas extremidades enredadas. Jongin miró a Suho con lo que parecían ojos traviesos, “Hyung ¿Puedo preguntarte algo? Pero tienes que prometer responder con la verdad ¿Okay?”
“Eso suena a que me meteré en problemas. No hay forma de que prometa algo.” Frunció el ceño y sus dedos se deslizaban por las hendiduras de los hombros de Jongin. Estuvieron tocándose constantemente desde que Jongin entró por esa puerta, como si trataran de recapturar todos aquellos momentos que perdieron durante su tiempo separados. Jongin se quedó mirando la forma en que Suho frunció el ceño, aquella expresión que tanto extrañó, y despacio, llevó su mano para tocar dichas cejar.
“¿Qué?” Frunció el ceño mucho más haciendo que Jongin ría, recordándole a Suho de que lo encontraba mucho más sexy así. Y como lo hizo la primera vez que Jongin dijo eso, Suho protestó diciendo que no sabía nada acerca de ser sexy.
“¿Qué querías preguntarme, Jonginnie? Concéntrate.”
“¿Tu compañero de piso sabe que la contraseña de su departamento es el cumpleaños del novio de su compañero? Iba a tocar el timbre primero pero decidí probar mi suerte con mi cumpleaños y funcionó.” Jongin se veía presumido.
“Bueno, nunca pensé que te aparecerías sin anunciarte así, o si no, nunca la habría escogido, eres demasiado presumido de por sí. De todas maneras, tenía que escoger algo que recordaría. Me quedé afuera tantas veces los primeros días porque estaba tan distraído que no podía recordar el código que había puesto Jongdae. La cuarta vez, tuvo que abrirme la puerta y decidió que era suficiente y que yo debería escoger un número que sería capaz de recordar porque definitivamente, su memoria tenía que ser mejor que la mía.”
“¿Podrías haber escogido tu propio cumpleaños? Bromeó y Suho golpeó su hombro haciendo que Jongin que se queje con un pequeño ‘Ouch’. Riéndose, rodeó sus brazos alrededor de la cintura de Suho y lo jaló más cerca, descansando su quijada encima de su cabeza.
“¿No lo vas a discutir?” Jongin preguntó.
“¿Discutir qué?” Suho dibujaba círculos en el pecho del menor, encendiendo pequeñas explosiones de sensación en la superficie de su piel. Piel que aún estaba débil y caliente, por la sesión de amor que habían tenido.
“¿No me discutirás el hecho de que te llamé mi novio?” Jongin se forzó a sí mismo a permanecer calmado, aunque su corazón empezaba a latir erráticamente. No quería esperanzarse mucho porque sabía cuán terco podía ser el mayor.
“No, Jonginnie. No lo haré.”
“¿Quieres decir que… somos oficialmente una pareja?”
“Supongo que sí.” Suho sonrió mientras acariciaba el labio superior de Jongin con su dedo índice y apenas tuvo tiempo que plantar un beso en sus labios por que el menor lo abrazó con todo su cuerpo, imprimiendo aquellas palabras “Te amo, hyung. Te amo tanto.” En la piel de su cuello, mandíbula y finalmente en sus labios.
“No tanto como yo te amo, Jonginnie, Siento haberme alejado. Pero espero que no te arrepientas de haber venido antes, porque esta vez no te dejare ir.”
“De todas manera no quisiera que lo hagas, hyung estúpido.”
“Mira, esto de decirme hyung estúpido tiene que parar, mocoso.”
“Dejaré de decirte hyung estúpido cuando dejes de decirme mocoso.” La lengua de Jongin se deslizó sobre la piel sensible detrás de la oreja del mayor, haciendo que su miembro despierte otra vez, la punta presionando contra el estómago de Jongin.
“Quizás deberíamos discutir esto en otro momento.” Su voz suena entrecortada, acaricia con su nariz al cuello y la mandíbula de Jongin, sus lenguas se entrelazaron en una pasión casi incontrolable. Sonriendo, las manos del menor presionaron las caderas con urgencia y se deslizaron a su trasero, masajeando los músculos y presionándolos más cerca para hacer que sus miembros rocen entre ellos en un dulce tormento. Gimiendo por el suave calor, Suho acarició su cuello y se movió en busca de sus labios.
Sus labios se fusionaron y las manos de Jongin buscaban las caderas del otro o justo cuando la canción ‘Blue’ de Big Bang empezaba a sonar desde la mesa de noche haciendo que los dos muchachos emitan un sonido de frustración. Había una expresión agonizante en el rostro de Jongin mientras se quejaba ‘Mamá ¿Por qué?’ y se estiró para agarrar su celular.
“Aló, mamá. Sí, estoy bien… Eso fue lo que te dije cuando llegué a las estación… Sí, estoy en casa de Suho hyung… Sí, está aquí… Está bien.” Le entregó el teléfono y enterró su cara en una almohada, tratando de distraerse de la dolorosa erección que tenía. Formuló pensamientos de heladas cascadas y agua congelada porque no parecía correcto que se masturbe cuando su mamá estaba en el teléfono.
“Suho ¿Cómo estas querido?”
“Hola, mamá, Estoy bien - Espero que usted lo esté también.”
“Lo estoy, lo estoy… como siempre. Pero Suho-ah, la razón por la que quería hablarte es… por favor cuida de Jonginnie por mí. No estaba muy convencida en dejarlo ir a Busan solo, pero Minho me convenció de que sería seguro y que sería bueno que esté allí por algunas semanas ya que nunca antes dejó el hogar. Estoy preocupada por él, nunca se había alejado de mí y yo-”
“Por favor no se preocupe, Mamá. Estará seguro aquí. Yo estoy aquí, y me aseguraré que esté bien. También me aseguraré que a llame regularmente.”
“Me alegra mucho, Suho. Realmente no pensaba que fuera una buena idea pero Jongin parecía tan determinado- ya sabes cuán terco puede llegar a ser.” Y Suho trató de no reírse cuando Jongin se alejó de la almohada para golpear su brazo con inocultable disgusto.
“¿Puedo hablar con él?” La mamá de Jongin sonaba preocupada y un poco pensativa. Suho se aseguraría decirle a Minho que hablará con su mamá, lo cual lo llevó a la parte de la conversación donde la mamá de Jongin dijo que Minho la había convencido de dejar que Jongin venga. ¿Desde cuándo Minho se inmiscuía en asuntos que no lo afectaban personalmente?
“Sí mamá, sé que no quieres pagar un odontólogo así que me lavaré los dientes seis veces al día. Sí mamá, ya tengo 19 años, creo que tengo el asunto de la higiene dental bien cubierto…Si, comeré. Tú también come y lávate los dientes. Cuídate mamá. Te amo.” Y así, colgó para después voltearse a mirar a Suho.
“¿Minho fue el que convenció a tu mamá de dejarte venir acá?”
“Ah, eso. Si, hyung me ayudó a persuadirla de dejarme venir a visitarte.”
“¿Desde cuándo Minho te ayuda en algo?”
“Bueno…hay algo que no te he dicho, hyung.”
Seúl 2011
Era dos días después de la partida de Suho y Jongin pasó la mayoría de su tiempo en los confines de su habitación, durmiendo, llorando, mirando a la pared o techo, y enviándole mensajes a Suho. El primer día había sido el peor- había llorado tanto durante el día que pensó que había agotado todas sus lágrimas. Pero cuando Suho cortó su conversación acerca de la camisa colorida que le había regalado, sintió sus lágrimas en sus mejillas otra vez. En posición fetal, sollozó en su almohada, escuchando el sonido de su propio corazón rompiéndose.
Afortunadamente, se empezó a sentir bien para el tercer día y fue ese mismo día que Minho se entrometió en su vida personal- caminando directamente a su cuarto y sentándose en el borde de la cama donde estaba tendido, leyendo el mismo párrafo por cuarta vez porque no lograba concentrarse.
“Jongin, necesitamos hablar.” La voz de Minho era firme cuando miraba lo directamente, este suspiró y colocó su libro con la cara abajo sobre el colchón. Suho odiaba cuando hacia eso- siempre recogiendo el libro y poniendo cualquier clase de marca improvisada en él, como una receta o un papel arrugado. ‘Destruirás tu torso Jongin, eres tan rudo.’
Y así, Jongin se sintió consumido por una ola de tristeza. Recogió el libro y sacó un pedazo de papel amarillo de la parte de atrás. Era un marcador que Suho había hecho para él con la frase ‘¡No mates los libros!’ escrita en su limpia caligrafía. Ensimismado, se sobresaltó cuando sintió la mano de Minho en su hombro.
“Jongin, Suho y tú…” Minho comenzó y Jongin se sorprendió porque no era común ver a su hermano dudar de algo. Usualmente decía todo lo que sentía sin ninguna clase de filtro.
“¿Hyung?”
“Son pareja ¿No? No son solo amigos que pasan mucho tiempo juntos porque terminó su relación con Sunyoung. Estoy en lo correcto ¿No, Jongin?”
“Pero ¿Por qué pensarías eso?”
“No estoy completamente ciego, sabes. Suho y tú pasaron tanto tiempo juntos antes que se vaya”
“Pero-”
“No he terminado, puedes hablar cuando termine - me tomó un tiempo pensar en este pequeño discurso así que necesito decirlo todo primero, no hables.” Minho apretó suavemente su hombro- y era otra cosa más que nunca hacía. Pero más importante para Jongin en ese momento era que su hermano básicamente le preguntó si estaba en una relación gay con su mejor amigo.
“Así que pasaron mucho tiempo juntos después que terminó con Sunyoung, y después pasaron aún más tiempo juntos después que él anunció irse a Busán. Los dos lucían tan tristes- por eso fue que no hice alboroto preguntándoles cosa e interrogándolos. Luego los dos en el aeropuerto… No creo que los padres de Suho sospecharan algo pero yo no soy tonto, Jongin. Los mejores amigos se extrañan cuando se separan pero sus corazones no se rompen como los suyos claramente lo estaban haciendo. También, cuando Oh Sehun empezó a pegarse a mí como un post-it ¿Realmente creías que no sospecharía? La mitad del tiempo ese muchacho me mira como si fuera una serpiente que lo mordería en cualquier momento, así que cuando de pronto me empezó a preguntar si podía compartir mi tienda y seguía manteniendo largas y estúpidas conversaciones conmigo cuando los cuatro estábamos juntos. Supe que algo pasaba.”
“No sé qué decir.”
“Empieza con sí o no.”
“No sé si Suho estará de acuerdo con-”
“No te preocupes acerca de Suho, Jongin. No diré nada si él mismo no lo dice. Solo necesito saber.”
“¿Estás molesto con nosotros?”
“No seas estúpido. Eres mi hermano. Suho es mi mejor amigo ¿Por qué estaría molesto?”
“¿Quieres decir que estás de acuerdo con nosotros estando juntos como pareja?
“No te voy a mentir. Mi vida sería mucho más fácil si ustedes salieran con chicas en vez de entre ustedes pero tú no puedes elegir a quien amas. Yo entiendo eso.” Y así por primera vez, Minho acarició la cabeza de Jongin en un gesto de consuelo.
“Lo extraño tanto, hyung. Todos los días.” Conmovido por el inesperado apoyo de su hermano y su propia tristeza abrumadora, las lágrimas empezaron a caer silenciosamente.
“Lo sé” Minho colocó su brazo alrededor de su hermanito y lo dejó llorar.
***
Busan, 2013
“¿Así que lo sabía?” La voz de Suho tenía una mezcla de asombro y gratitud porque Minho apoyó a Jongin desde el principio.
“Si, ha sido más un hermano para mi durante estos dos años de lo que nunca fue antes que te vayas.”
“Siento haberme ido, Jonginnie.”
“No, está bien. Dolió demasiado pero tenías razón, quizás me habría preguntado ¿Qué habría pasado? Más adelante si es que no hubiera tenido estos dos años para hacer mis cosas.”
“Siento no haber estado contigo cuando estabas tenido dificultad al declararte gay. Sé que no me contaste todo para no preocuparme…pero aun así me preocupé y odié a mí mismo por no haber estado ahí.”
“En realidad no fue tan malo, hyung. Digo, si fueron unos completos idiotas en mi clase pero cuando se dieron cuenta que me podía defender, dejaron de hacerlo después de un tiempo. Bueno, no hablemos de eso. Ya pasó. Disfrutemos estar así. Solo los dos. Podemos irnos a dormir juntos todas las noches y despertar juntos todas las mañanas…y hyung, estoy tan feliz ahora, no sé cómo expresarte cuan feliz estoy.”
“Entonces demuéstramelo.” Suho jaló a Jongin a la cama y se besaron e hicieron el amor hasta que el hambre los forzó a dirigirse a la cocina. Por primera vez en dos años, Suho cocinó ramen mientras Jongin ponía la mesa- como siempre lo había hecho. Se sostuvieron las manos mientras comían por que Jongin había insistido en hacerlo.
“¿Qué pasaría si desapareces cuando termine mi ramen? Necesito agarrarte para asegurarme que no te irá otra vez.”
“Eso es lo más cursi que he escuchado en mi vida.” Suho volteó los ojos pero dejó que Jongin sostuviera su mano - le encantaba la manera en que esos dedos se sentían alrededor de los suyos. Y más tarde, cuando Jongin estaba enviándole mensajes a Sehun para decirle que estaba en Busan, Suho cogió su teléfono para enviar un mensaje a Minho.
Suho: Gracias.
Minho: ¿Por qué?
Suho: Por Jongin. Por todo.
Minho: Esta bien, tú habrías hecho lo mismo por mí. Cuida al mocoso.
Suho: Sabes que lo haré.
Minho: Sé feliz, Suho. Trata de ser egoísta por una vez en tu vida y deja de preocuparte por todo.
Suho: Me fui de Seúl y te convertiste en filósofo.
Minho: Jódete LOL.
Suho: Gracias a Dios, mi amigo aun está ahí en algún lado.
Minho: Si hubiera sabido que enviar a Jongin ahí te convertiría en un imbécil, no lo habría mandado .I.
Suho: LOL
Minho: No olvides usar condón.
Suho: (ㅗ-_-)
Minho: Solo digo.
Suho: Ni siquiera hemos… ( >_< )
Minho: ¡Mucha información!
Suho: ADIOS
Minho: Usa >>>PROTECCION<<<
Suho: .I.
Suho sonreía mientras dejaba su teléfono a un lado, luego pensó para sí mismo, tal vez Minho tenía razón y ya era hora de comprar algunos preservativos.
***
Después de cenar, se bañaron juntos porque Jongin había declarado dramáticamente de que Suho no estaba permitido bañarse solo mientras él estuviera en Busan. También decidió que lavaría el cabello de Suho mientras le masajeaba el cuero cabelludo, sus cuerpos húmedos rozaban y los dos se excitaron otra vez, empezando a frotarse entre ellos mientras el agua caía sobre su acalorada piel. Eventualmente gimieron en unísono cuando alcanzaron su clímax y Suho susurró “Te amo, Jongin, te amo.”
Hablaron hasta tarde y eventualmente se quedaron dormidos en los brazos del otro, extremidades enredadas amorosamente como si jamás se fueran a desenredar.
***
“Ésta es la tienda más grande del mundo.” Suho anunció orgulloso mientras levantaba su brazo derecho al frente de un enorme edificio de vidrio negro llamado Shinsigae Busan.
“¿Por qué estamos aquí, hyung?” A nosotros no nos gusta comprar. Preferiría estar contigo en cama todo el día. Volvamos a casa.”
“Es la tienda más grande del mundo, por supuesto que tienes que verla ¡Vamos!” Suho lo arrastró de las manos hacia al entrada - sin importarle cuando varias curiosas señoras de gafas oscuras los miraban escandalizadas.
Y como Jongin insistió que se estaba desmayando de hambre, los dos se dirigieron al salón de comida el cual estaba abarrotado de color, gente y actividad. Estaban ahora sentados en una mesa para dos y en frente de ellos había una cantidad inmensa de comida. Había un bote de camote caramelizado. Un plato de Kimbap. Una porción de gaeran mari. Un plato de japchae frito. Un palto de carne galbi. Una olla grande de Kimchi jigae y dos porciones de arroz con vapor saliendo de ellos.
“Jonginnie ¿Estás enojado? ¿Cómo planeas terminar todo esto?”
“Con tu ayuda. Ahora come.”
Al final de la comida, los dos querían morir porque fue demasiado. Pero Jongin nunca dejo ver su campaña de hacer que Suho subiera de peso mientras él estuviera en Busan.
***
Se acomodaron en una rutina cómoda. Dormían en los brazos del otro y así se levantaban. Se tomaban turnos para hacerse el desayuno y después de bañaban y afeitaban juntos. Suho trabajaba medio tiempo como barista en un café llamado Angel-in-us que quedaba cerca al departamento, por dos días a la semana pero el resto del tiempo lo pasaba casi exclusivamente con Jongin. Juntos exploraron Busán, iban al cine o pasaban tiempo en la librería para que Suho pudiera hacer la investigación de su tesis de honor. Jongin terminó la escuela así que simplemente buscaba algunas cosas que leer o se quedaba dormido con su cabeza en el escritorio. Suho ponía su lapicero en la mesa y acariciaba su cabello, su corazón lleno y completo. Algunas veces comían afuera y otras cocinaban en casa - hablando y riendo o tan solo en silencio trabajando juntos.
Presentó a Jongin a algunos de sus amigos como su novio de su ciudad natal y ninguno parecía tener problema con eso. Tenían tres o cuatro peleas a la semana que era usualmente resuelta por un tímido Jongin disculpándose, o un Suho complaciente que decía que no debió haber perdido la compostura.
Cuando estaban en casa, ambos se tocaban constantemente, como si estuvieran tratando de recuperar el tiempo perdido. Hacían el amor espontáneamente y muy seguido, a una semana de la llegada de Jongin, él había tocado el tema de llevar las cosas un poco más lejos en su vida sexual. Suho estaba sentado en la cama, leyendo una novela con una taza de café a la mitad en la mesa de noche.
“¿A qué te refieres Jonginnie” Levantó la vista y su labio inferior hizo un pequeño puchero. Jongin amaba ese puchero y tenía bastantes selcas porque exigió que el mayor envié fotos de él haciendo puchero. “¡Qué vergüenza, Jongin! ¡No!” Protestó. Pero se las tomo y las envió de todas maneras.
“No hay forma de que seas tan inocente, hyung.” Jongin lo miró ferozmente mientras se montaba en el regazo de Suho en un movimiento rápido. A Suho se le escapó el aliento al repentino contacto cuando la entrepierna de Jongin presionó contra la suya y sus piernas atraparon las suyas.
“En serio ¿A qué te refieres?”
“Te quiero dentro de mí.” Jongin susurró un poco avergonzado a pesar que se conocían ya tanto tiempo.
“Bien.”
“¿Solo eso? ¿No te quejarás de no deberíamos hacerlo y que soy muy joven?” Jongin lo miró con sospecha justo cuando rodó sus caderas abajo sobre el miembro casi erecto de Suho.
“¡Sí! ¡Solo… eso!” Apenas pudo decir cuando Jongin rodó sus caderas una vez más. Después, el menor le dio un beso tan fuerte que podría causar moretones después de bajarse de encima de él para buscar entre sus cosas. Mientras tanto, Suho abrió el cajón de la mesa de noche sacando una botella de lubricante y una caja de condones.
“¿Por qué tienes eso en tu mesa de noche? ¡¿Lo has usado antes?!” Jongin se detuvo con una expresión herida en su rostro.
“No, Jonginnie. Ni siquiera he tenido novio desde que me fui de Seúl. Compré esto hace unos días después que Minho me dijo que me cuidara”
“¡¿Qué hyung hizo qué?!” Jongin se sentó en la cama pesadamente aun un poco sorprendido.
“Me dijo que usara condones ¿Bien?”
“No quiero que hyung esté pensando acerca de mi pene o el tuyo- eso es asqueroso.”
“No creo que estaba pensando acerca de los nuestros…olvídalo. ¿Podríamos dejar de hablar de Minho porque realmente está arruinando el momento?” Rió mientras tomaba la mano de Jongin y lo jalaba para que se eche encima de él. El peso de Jongin presionando contra su cuerpo era reconfortante en una manera que Suho no podía explicar. Había tenido que estar sin él por tanto tiempo que necesitaba un recordatorio físico de su presencia todo el tiempo. Jongin estaba ahí en Busan, con él.
Rayos de la luz de la tarde formaban una aureola alrededor de Jongin y Suho recordó aquella noche cuando las luciérnagas habían formado un halo similar alrededor del menor. Se también sintió mareado ese día. A veces se preguntaba si Jongin algún día dejaría de hacer que se le fuera el aliento pero realmente no podía verlo.
El más alto se acercó y apoyó su frente contra la de Suho. “Supongo que será la primera vez para los dos.” Su sonrisa estaba tan cerca, Suho pensó cuando tomaba los labios de Jongin en los suyos. Despacio, su lengua se deslizó adentro y el beso empezó suave y tierno para después profundizarse y convertirse en uno más urgente y apasionado.
“Sabes a café.” Jongin se separó del beso para hablar mientras ellos apurados empezaban a removerse la ropa. Cuando los dos estaba desnudos, jadeando y excitados. Suho agarro la botella y un condón. Apenas podía concentrarse cuando la suave piel del trasero curvo de Jongin estaba a tan solo unos centímetros de él. Jongin susurro bajo “Apúrate.” Y Suho dejó caer la botella dos veces antes de estar preparado. Y después fue un dedo… luego dos… y luego, Suho estaba penetrándolo. El placer era tan intenso y gemía suavemente con cada movimiento de sus caderas. Inseguro de sí mismo, se movía tan cuidadosamente como podía, con miedo de herir a Jongin - hasta que Jongin le dijo que deje de reprimirse. Solo así, Suho se dejó llevar y aceleró sus movimientos.
En algún momento, quedó tendido sobre su espalda con Jongin montándolo. Con su labio inferior entre sus dientes y su ojos cerrados en placer, Jongin era la persona más sexy que había visto y era suyo. Sus dedos rodearon el miembro erecto a su vista, masturbándolo y no fue mucho después que los dos gritaron en placer total. Después de una rápida limpieza. Jongin colapsó en los brazos de Suho y murmuró adormitado “Y decías que no sabías nada acerca de ser sexy. Te amo, hyung…” Suho besó su frente y susurró, “Yo también te amo, Jonginnie.” Y el menor ya estaba dormido.
Más tarde esa noche, Suho fue despertado por cálidas manos acariciando su trasero y los labios de Jongin en su oído “Hyung ¿Puedo…?” Y Suho asintió, volteándose sobre su estómago.
Al día siguiente, los dos estaban adoloridos y se movían con cuidado alrededor del departamento, haciendo muecas de dolor cada vez que se tenían que sentar e intercambiando sonrisas secretas cada vez que sus ojos encontraban los del otro. Pasaron dos días más para que volvieran a usar el lubricante y los condones.
***
Antes que se diera cuenta, la estadía de tres semanas de Jongin llegaba a su final. Como su razón principal fue alejarse de Jongin, había decidido que regresaría con él a Seul. Era hora de decirle a sus padres acerca del menor.
“Le diré a mis padres.” Anunció mientras los dos estaban tendidos en la cama mirándose.
“¿Les dirás? ¿Por qué, hyung?”
“Realmente no tengo idea de cómo reaccionaran pero si, se los diré.”
“No tienes que hacerlo, hyung. Digo no espero que lo hagas. Sé que no podemos ser pareja en público.”
“Quizás no al comienzo pero me gustaría no tener que ocultarlo indefinidamente, Jongin. De todas maneras mis padres… les debo la verdad.” Se acercó más a Jongin y lo abrazó fuerte.
La madre de Suho le había estado diciendo por años que ella no podía esperar a tener nietos. “No esperes a los 30 para tener hijos, Suho-ah” Estaría tan decepcionada acerca de no tener nietos.
Trató de no pensar en cómo sus padres reaccionarían a que él sea gay, por semanas. Estaba preocupado pero no le dijo nada a Jongin. Empujando esos pensamientos fuera de su mente, acurrucándose contra el menor y suspirando cuando este lo abrazaba por detrás y lo abrazaba fuerte.
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