Censored
Fanfic OriginalAutora:
theminionPareja: Kai/Kyungsoo
Rating: PG-13
Género: Fluff, Romance, Smut.
Traducción:
MajesCorrección:
yue_kissysResumen: El póster con el que Kyungsoo se masturbaba casi todos los dias, cobró vida.
NOTA: Lean con el fondo musical xD
AQUÍ ~ * ~ * ~
Si había un lugar donde los niños no eran bienvenidos en la casa Do, era en la habitación de Kyungsoo.
La puerta estaba siempre cerrada por dentro. La advertencia 'Aléjate' claramente garabateada en letras rojas en un pequeño trozo de cartón colgando de un pequeño tornillo en la parte superior de la puerta.
Siempre que era un día de fiesta y el resto de la familia se juntaba, Kyungsoo prácticamente arrastraba a sus hermanos y primos más jóvenes lejos de su puerta. Para aquellos que no sabían leer, su primera lección era cómo descodificar la señal en la puerta.
Podría hacer un berrinche si uno de los niños trataba de zafar la perilla de la puerta. No podíahaber ningún intento de entrar; lo había dejado bien claro muchas, ¡muchas veces!
La habitación de Kyungsoo estaba simplemente fuera de los límites.
El comportamiento era bastante sospechoso, pero en realidad nadie pensaba mucho acerca de ello. Al menos, los adultos no lo hacían. Kyungsoo era un chico maravilloso, siempre lo había sido. No era como si hubiera algo inapropiado allí.
¿O había?
Nadie sabía. Incluso cuando Kyungsoo no estaba en su habitación, estaba cerrada con llave desde el exterior de todos modos. La llave estaba siempre en el bolsillo delantero de sus vaqueros, cerca de su entrepierna; nadie se atrevería a ir a buscarla en una ubicación tan promiscua.
Era parte de su rutina regular para asegurarse de que la puerta estaba cerrada con seguridad. Justo antes de ir a la escuela, la sacudió un par de veces, inspeccionando si él mismo podía entrar o no.
Y esta mañana, se encontró con que no podía. Todo estaba bien.
Dejó caer la llave en su vivienda habitual en el bolsillo y delimitada por las escaleras. Después de recibir un beso baboso en la cara gracias a su perro, salió a toda prisa de la casa.
Sólo había conseguido avanzar la mitad de la cuadra cuando se dio la vuelta y volvió corriendo a toda velocidad. La oreja de su perro se crispó cuando abrió la puerta y saltó por las escaleras. ¿Había olvidado algo?
No. Bueno, más o menos, sí. Empujó frenéticamente la llave dentro del pequeño agujero en la perilla y la giró. Tan pronto como oyó el chasquido satisfactorio, empujó la puerta abierta con todo lo que tenía en él.
Una vez que estuvo dentro, la cerró de golpe tras de sí. Su mochila cayó al suelo, liberando su columna vertebral de la carga desgarradora. Sus ojos se posaron en su despertador. 07:36. La escuela no comenzaba hasta las 8:15.
Tenía tiempo. Estaba agradecido por ello. Su mirada se alejó de la pantalla del reloj digital y exploró las paredes de su habitación. Sus ojos no se detuvieron hasta que llegaron a una cierta imagen colgando en la pared.
Kyungsoo mordió sus labios. El mejor regalo que jamás había ordenado para él desde Internet. Un poster. Y no cualquier viejo poster, por siacaso. Esto tenía que ser el mejor en todo el maldito planeta.
Kim Jongin, Kim Jongin, Kim maldito Jongin. Kyungsoo podría simplemente comérselo si pudiera. Y probablemente lo haría si la estrella maldita no estuviera quién sabe dónde y todavía no estuviera aquí en esta maldita habitación.
Kyungsoo había pasado por el chico por un enlace promocional hace muchos meses. No sólo habían sido sus ojos capturados por el vídeo que apareció en la pantalla, su mente lo había sido también. La gente no cambia de un día para otro. Kyungsoo sí. No podía dejar de pensar en Jongin desde que vio ese video. Eso causó más problemas de los que tenía dedos en sus manos.
Todo había comenzado con sueños húmedos y una dureza en la mañana. Bien. Ambas cosas las podía manejar. Pero cuando empezó a ponerse duro en medio de clases y de cenas familiares, se dio cuenta que tenía un problema grave.
Una adicción.
Fue por eso que había comprado el cartel. Para... satisfacer su problema. Su adicción. Y parecía que no era el único que tenía pensamientos sucios que involucraban a Jongin; la puntuación de los usuarios del cartel de lejos superaba cualquier otra que había visto nunca. 6 jodidas estrellas de 5. ¿Qué?
Se apoyó en la puerta, con los ojos mirando hacia abajo en el trozo de papel brillante pegado a su pared. El cuerpo que se muestra en él... Kyungsoo le daría la totalidad del mismo, si pudiera.
Debido a que Jongin tenía el más delicioso cuerpo que Kyungsoo había visto nunca. Piel de oliva sin defectos extendida sobre una forma amplia, cubriendo el músculo que era delgado y en forma. La característica clave era su estómago, tonificado y firme, y muy bien construido.
El hecho de que estaba acostado sobre su espalda para mostrarse a sí mismo no ayudaba al ya tambaleante estado mental de Kyungsoo. Su cabeza se inclinó hacia un lado para fingir inocencia que había volado lejos hace milenios, sus labios curvándose en una sonrisa desafiante.
Y esos labios. Por Dios, esos malditos labios. Eran tan lujosos y acogedores. Kyungsoo siempre tenía envidia de la persona que podía tener esos labios contra los suyos en los videos, sin nombrar cuando estaban alrededor de otro miembro.
Con eso, se inició el conflicto temprano por la mañana de Kyungsoo.
Su mano viajó lentamente hacia abajo hasta que alcanzó el dobladillo de sus pantalones. Rastreando el botón manteniendo la maldita prenda bajo llave en su lugar en él, los ojos perforando agujeros a través del poster de Jongin en su pared.
Su ritmo respiratorio aumentó cuando sus dedos jugaron con su cremallera, su mente imaginando los dígitos delgados de Jongin jugando con él, haciéndole señas y entregarse al macho más joven y dejar a Jongin tener hiciera lo que quisiera con él.
Como si fuera a pensarlo dos veces acerca de eso, de todos modos.
Con un suspiro de irritación, rasgó sus jeans abiertos y metió su mano dentro de sus calzoncillos a cuadros. La sensación suave del algodón acariciando su miembro pulsante fue sustituida por el calor quemante de su palma sudorosa.
Aspiró una gran cantidad de aire. Obligando a sus ojos a permanecer abiertos para que pudiera mirar la forma gloriosa de Jongin, envolvió su mano alrededor de la base de su miembro y lo acarició apretándolo.
Todo en lo que podía pensar mientras frotaba la punta con su pulgar era lo bien que se debía sentir tener a Jongin trabajando en ti. Los celos se apoderaron como electricidad, sólo alimentando la frustración sexual llenando su ingle.
Necesitaba esas manos sobre él. Necesitaba las deliciosas caderas de Jongin golpeando dentro y fuera de él, haciéndoselo tan duro y gritando tan fuerte hasta que se olvidara de su propio nombre.
Podía sentir a sí mismo casi a punto de explotar de todo. ¿Era por la ira o por el inevitable momento de la liberación? No estaba seguro. Él estaba positivo, sin embargo, en que conseguiría un ataque al corazón de cogerse a Jongin uno de estos días.
Su visión se desató con destellos blancos débiles de luz mientras se acercaba al borde. Maldijo a los obstáculos en su visión. Quería ver a Jongin cuando se viniera. Todo lo que necesitaba pensar y ver y oír y venirse era a Jongin, Jongin, Jongin. Nada más importaba.
"Oh...”
Los dientes de Kyungsoo se clavaron en su labio inferior para detenerse de gritar el nombre que tenía en la punta de la lengua. No podía dejar que nadie oyera su paseo de placer. Y no era porque tenía miedo de meterse en problemas; simplemente no quería compartir su poster ¡Con nadie!
Alcanzó la novena nube con un fuerte apretón de su puño. Levantó su camisa, justo a tiempo para permitir un flujo transparente y humeante chorreara sobre su estómago. Su cuerpo se sacudió mientras el sentimiento de éxtasis se arrastraba sobre él, luego se congeló cuando se escabulló.
Los párpados de Kyungsoo caían cerrados mientras trataba de recuperar el aliento. Qué prisa. Una gran manera de empezar la mañana.
Se limpió con un pañuelo de la caja que tenía en su escritorio. Sus ojos no dejaban el poster de Jongin mientras se limpiaba la propia esencia de su piel. Prácticamente podía sentir la lengua caliente de Jongin recorriendo su camino hasta su estómago, llevándose cada parte de semen que él había liberado.
Antes de que pudiera brotar otra, Kyungsoo botó rápidamente el pañuelo sucio en la basura y agarró su mochila. Con otra mirada al cartel en su pared, voló de su habitación y bajó las escaleras, sin olvidar cerrar con llave la puerta de su habitación detrás de él.
Estaba a mitad de la cuadra de nuevo cuando se acordó de sus vaqueros estaban sin cerrar.
~ * ~ * ~
Kyungsoo cayó boca abajo en su cama.
Con un gemido en el colchón, se volcó a sí mismo sobre su espalda. Las sabanas crujían bajo sus movimientos, el sonido familiar y algo reconfortante. A Kyungsoo no le importaba la escuela, y hoy no había sido un día muy bueno. Por otra parte, nadie quiere una F en un test y un puñetazo en la cara de su mejor amigo.
Frunció el ceño ante el dolor pulsante en su mandíbula. Sus dientes inferiores apretados contra sus compañeros de fila superior, y su mirada se posó en el techo. Suspiró profundamente hacia el lapso blanco de pintura encima de él.
"Estoy cansado." Se cubrió el rostro. "Debería abandonar la escuela. Tan cansado."
Se sentó y cruzó las piernas. Encorvado espalda, Kyungsoo permaneció en su cama por unos momentos, manteniendo todo su cuerpo completamente inmóvil y tenso. El único movimiento era el de su pecho que subía y bajaba, empujando y sucumbiendo a las moléculas de aire en su camino.
Sus ojos vagaron desde el techo hasta el cartel de Jongin en su pared. ¿Acaso Jongin abandonó la escuela? Probablemente. ¿Parecía como si estuviera teniendo algún problema?
Todos los días de todas las semanas. ¡¿Qué problemas?!
Se encontró con una creciente envidia. Con una ola de furia cayendo en cascada sobre él, se pisoteó sobre sus dos pies y se arrancó los pantalones abajo. Su mano agarró su flácido miembro enojado.
Se pasó la mano por su miembro, su cabeza volando hacia atrás y sus labios abriéndose para dejar salir un gemido espeluznante. Su pulgar dibujó ágilmente círculos alrededor de su punta, engatusando su longitud saltando a la vida.
Su visión plantada en Jongin se volvió borrosa. Gritos cortos, pesados emanaban de sus labios húmedos mientras los lamía y se sacudió con el puño apretado. Maldiciendo a sus ojos por fallarle, los cerró y dejó que las imágenes en su cabeza reemplazaran su vista.
Vio a Jongin de rodillas delante de él. Vio esos labios increíbles arrastrándose hacia arriba y abajo de su longitud palpitante, su lengua sorbiendo en cada centímetro de él como si lo hubiera hecho durante años y conociera cada parte de su piel.
"Ah...”
Las piernas de Kyungsoo cedieron y cayó de espaldas sobre la cama de nuevo. Lo quería tan desesperadamente. ¿Era una persona tan horrible como para no conseguir lo que quería? (Bueno, él se masturbaba todos los días... eso no lo hacía un rayo de sol... tal vez incluso un enfermo... pero quien contaba, ¿no?)
Dejó a un lado los deseos que sabía que nunca tendría la oportunidad de experimentar y se centró en su venida. Toda la sangre se agolpó en su ingle mientras estaba cerca a venirse, y él se sintió a punto de saltar en un abismo de placer.
Dejó escapar un grito mientras se venía, dejando piscinas al igual que lo había hecho esa misma mañana. En algún lugar en medio de sus gemidos y de débiles suplicas para que alguien lo lleve, su mente brilló con imágenes de Jongin trabajandosu camino dentro y fuera de él.
Su cuerpo se puso cojo junto con su longitud agotada. Dio a cabo con él.
El pecho de Kyungsoo se levantó y cayó de manera irregular, su respiración gradualmente saliendo. Su mano recubierta voló a su boca y la lamió como un gato ataca su leche, gimiendo con su imaginación engañándolo haciéndole creer que era la liberación de Jongin.
Sus ojos se cerraron mientras se calmaba. Ignorando el hecho de sus vaqueros y bóxers estaban aun descuidadamente colgando de sus tobillos, se durmió pensando con la persona que nunca tendría con él.
~ * ~ * ~
Kyungsoo despertó con el sonido de sorbidos.
Su cabeza aturdida se levantó de la almohada y luego volvió a caer, con el cuello demasiado reacio a obedecer sus órdenes. Imaginando que su perro había conseguido entrar de alguna manera a su habitación por la ventana (el pastor alemán era un genio en subir paredes, los Do todavía estaban tratando de averiguar cómo diablos lo hacía), Kyungsoo se obligó a volver a dormir.
Unos minutos más tarde, sus ojos estaban volando abiertos de nuevo. Allí estaba otra vez. Un sorbo ¡ruidoso! rebotó en las paredes de su habitación y entró a través de sus oídos.
Se preguntó cuál podría ser la fuente por una cuestión de segundos, su mente llegando a una conclusión cuando algo con el calor de un secador envolvió su pene desnudo. Su cuello inmediatamente yendo hacia adelante, los ojos desorbitados, mientras trataba de descifrar lo que lo estaba manejando en la oscuridad. Maldice a la sombra de la noche negra; no vio más que un esbozo de un cuerpo y un par de ojos.
Ellos brillaron con picardía hacia él, y Kyungsoo estaba un poco consolado por la vitalidad de la juventud tarareando en ellos. Al menos no había alguien de edad intermedia en su habitación...
¡¿Quién diablos estaba en su habitación?!
Las caderas de Kyungsoo resistieron por su propia voluntad, tratando de transmitir el mensaje de que se trataba de un tratamiento que no estaba dispuesto a aceptar. La persona chupándolo a los pies de la cama dejó escapar un sonido de desaprobación y retrocedió.
"Maldito terco."
Se congeló ante la familiaridad de esa voz. Lo había oído maldecir antes a través del audio en los altavoces de los auriculares. Se gimió con cada embestida que su propietario realizaba.
Demasiado lejos del interruptor cerca de su puerta, cogió la linterna guardaba en la mesilla junto a la cama. Susdedos esbeltos y temblorosos lucharon para forzar el botón de la linterna hacia abajo, lo que provocó el haz de luz que desesperadamente necesitaba ahora.
Se iluminó una cara que le robó el aliento. Sus ojos se abrieron tan grandes como platos, la mandíbula caída para dejar salir un grito ahogado. No podía creer lo que estaba mirando.
Empujó la linterna hacia su poster, gritando cuando no vio nada más que una hoja de papel poster. Saltó de la cama, casi tropezando con sus tobillos esposados entre sí por sus pantalones caídos, y arañó la extensión de plástico con brillo.
"No." Dirigió la luz de ida y vuelta entre su poster vacío y la figura avanzando lento hacia él. "¡Esto es imposible!"
"Si fuera imposible, esto no podría estar pasando."
Kyungsoo se sacudió con tanta dureza que sentía que tendría un Alzheimer. Sus dedos lo traicionaron y dejó de lado la linterna; cayó al suelo y salió por el golpe repentino a la bombilla.
Jongin, Kyungsoo razonó, estaba muy vivo y de pie en su habitación. El hecho de que su poster estaba completamente en blanco también le trajo la idea de que Jongin...
Se negó a pensar en ello más allá y sacudió la cabeza ante él mismo. ¡Los posters no cobran vida! Jongin no sale simplemente salen y empiezan a... chuparte todo... ¿qué diablos?
"¿Cómo...?" Kyungsoo no podía encontrar las palabras. "¿Cómo tú ... ¿por qué estás ... en mi habitación? Chupándome...¡Oh, joder!"
Recibió dos manos agarrando sus muñecas como respuesta. Fijado con impotencia a la pared, se encontró atrapado entre la pintura fría y el cuerpo caliente de Jongin.
Fue entonces cuando se dio cuenta que Jongin estaba en el mismo estado de vestimenta que como estaba él, excepto tal vez un poco más excesivo. De hecho, Jongin no llevaba nada. Gimió inconscientemente ante el descubrimiento.
"Hey." La voz de Jongin sonaba gorguera y sorprendentemente tranquila. "¿Cómo va?"
Kyungsoo tragó. "¿B-bien?"
"¿Duro?"
Sin esperar una respuesta, los dedos de Jongin se enrollaron alrededor de la hinchazón de Kyungsoo, saboreando el chirrido escapando de los labios carmín de Kyungsoo. Su propio par se curvó en una sonrisa maliciosa, mostrando la depravación que poseía.
"Definitivamente duro."
Kyungsoo empujó su mano, en silencio pidiendo que Jongin resolviera el problema. Jongin. Jongin estaba aquí. En su habitación. Todos esos días de soñar sin esperanza no eran tan sin esperanza después de todo.
Sintió que lo levantaban sin esfuerzo. El sonido de bienvenida de su chirriante cama llenó sus oídos cuando Jongin lo arrojó sobre el colchón con facilidad y se cernía sobre él a horcajadas sobre sus caderas.
Sus puntas chocaron, compartiendo líquido pre-seminal. Sus mejillas adquiriendo un tono rosado, cuyo nombre todavía estaba por inventarse; era más oscuro que todos los que conocen la humanidad. Estaba agradecido que se mezclaba con la opacidad de la habitación.
Los labios de Jongin rozaron delicadamente contra los suyos, como si supiera que Kyungsoo era frágil y estaba teniendo cuidado de no romperlo. Pero el muchacho debajo estaba demasiado excitado para tener ese cuidado; sus labios se movían tan rápidamente que Jongin estaba seguro de que estaba determinado en succionarlos todos.
El alto se apartó primero, mirando al chico que apenas podía distinguir en la oscuridad. Podía oír la respiración de Kyungsoo, los quejidos siendo un sonido a los que se había acostumbrado estando colgado en su pared todos esos días.
La estrella mostró sus dientes brillantes. Abriendo las piernas flacas de Kyungsoo y sentándose cómodamente entre ellas, los dedos de Jongin caminaban jugando en el agujero sin experiencia del joven.
"¿Cuántas veces al día te masturbabas por mí?"
Kyungsoo rompió todos los récords con el color de sus mejillas. “¿No deberías saberlo?"
"Quiero escucharte admitirlo." El ingenio burlón saliendo de las palabras de Jongin era abrumador. "Vamos. ¿Cuántas veces?"
Kyungsoo se mordió el labio. "¿S-siete? ¿Ocho? Once a lo sumo...”
La risa de Jongin llenó la habitación después de la confesión, así como el sonido de la bofetada que aterrizó en el delicioso muslo de Kyungsoo. "¡Qué lindo!"
El cuerpo de Kyungsoo se tensó con un repentino estallido de furia. "Bueno...¡Tú lo haces todo el tiempo!"
Los dientes de Jongin brillaban claramente en la habitación con poca luz. "Lo sé. Y me encanta."
No tuvo tiempo para llegar a una respuesta sarcástica. Un dedo trazó el borde de su agujero fruncido lentamente. Un jadeo liberado de su boca en vez, y estaba demasiado aturdido para gritarle a Jongin pidiendo que parara.
El dedo se deslizó. Sin ninguna otra advertencia.; sin lubricante. Se sorprendió al encontrar que Jongin era tan experimentado que su dígito bombeaba dentro y fuera de él con facilidad, prácticamente sin causar dolor.
"Tan apretado" Jongin murmuró. "Se va a sentir tan bien."
Empujó abajo al igual que veía que hacían los compañeros de Jongin en los videos, tratando de replicar cualquier sentimiento les hacía llorar de placer sin límites. Sus labios formaron una mueca cuando no consiguió nada.
Jongin sonrió. "Sabía que ibas a tratar de hacer eso. Soy tan bueno que puedo mover mi dedo de una manera que no conseguirás nada de esto."
"¿Por qué me haces esto?" Se quejó.
"Debido a que es jodidamente divertido" Jongin respondió con indiferencia. "Verte estar frustrado sexualmente es lo más divertido que he visto en mi vida!"
La vergüenza inundó a Kyungsoo. Apartó la vista del experto entre sus piernas y fijó su mirada en el poster sin imagen en su muro. Dejó escapar un suspiro y abrió la boca para decir las líneas que había oído una y otra vez en los videos de Jongin.
"J-Jongin...”
El comienzo de la súplica llamó la atención de Jongin. "¿Qué?"
"Por Favor...”
"Por favor, ¿qué?" La diversión en la voz de Jongin era evidente. "¿Quieres que yo haga algo?"
"Sí."
"¿No puedes esperar?"
"¡N-no!"
"¿Qué deseas?" Jongin cuestionó, empujando otro dedo, rápidamente tratando de preparar a Kyungsoo para lo que estaba pidiendo. "¿Qué necesitas?"
Kyungsoo dejó escapar un grito de los dobles dígitos en él. "Te… necesito... en mí...¡J-Jongin!"
Jongin deslizó sus dedos fuera del agujero y se alineó con la entrada enrojecida. Colocó sus manos sobre las rodillas de Kyungsoo para la estabilidad, empujó lentamente con precaución.
El cuerpo de Kyungsoo se crispó con la sensación de estar de repente demasiado lleno, demasiado rápido. Jongin se obligó a no moverse, a pesar del deseo de rasgar las paredes estrechas. No estaba acostumbrado a que alguien le apriete tan maravillosamente o de un socio que no había tenido alguna vez algo tan grande como su circunferencia en su alrededor antes.
Tomó a Kyungsoo unos momentos para que sus convulsiones finalmente se apagaran. Aún estaba cuando finalmente estaban listos, ojos redondos mirando hacia Jongin con anticipación. No pudo evitar reír ante la voluntad de Kyungsoo. No fue el comportamiento de un o de un. Era la de un joven finalmente viviendo su sueño, tan anormal como sonaba. Kyungsoo parecía tan feliz como un niño que se le ofrece una rebanada de pastel.
Jongin personalmente pensaba que Kyungsoo merecía un poco de azúcar. Es por eso que él estaba allí; no podía soportar la idea de tener que ver a Kyungsoo hacerse todo por su cuenta, administrarse a sí mismo era tan melancólico como lo era placentera.
Con la idea de sí mismo haciendo algo parecido a obras de caridad en mente, Jongin comenzó a moverse. El deslizamiento de su pene era lento al principio pero se ajustaba perfectamente. Kyungsoo ya estaba gimiendo con cada embestida.
"M-más", Kyungsoo logró, levantando sus piernas para envolverlas alrededor de la cintura de Jongin y rastrillar sus uñas en sus propios muslos. "¡Por favor, más!"
Decidió rodar con los deseos de Kyungsoo. Aumentó su velocidad poco a poco hasta que estaba golpeando dentro y fuera de Kyungsoo, golpeando más y más profundamente centímetro a centímetro.
Los maullidos de Kyungsoo crecían arduamente, el cuerpo temblando y sudando mientras se movía junto con las caderas de Jongin. Él agarró las sábanas con las dos manos, inclinando la cabeza hacia su pecho con el fin de ver a Jongin desaparecer y aparecer en medio de su trabajo.
"Tan apretado" Jongin respiraba.
Kyungsoo respondió con un gemido hacia el cumplido. Nunca esperó que esto sesintiera tan bien. Por las miradas en los rostros de las personas en sus videos, había sabido que esto era algo especial, pero no así de especial.
Las manos de Kyungsoo se dirigieron hacia su longitud descuidada en el medio de montar. Su cabeza dando vueltas y la mente nublada con algo así como un vacío, sabía que estaba cerca de terminar.
Utilizó sus manos para acariciarse a sí mismo, manteniendo el ritmo con los empujes violentos de Jongin. Se vio obligado a detenerse una vez o dos veces para permitir que un grito fuerte saliera de él; Jongin había encontrado el tesoro en la cueva de Kyungsoo y estaba golpeándolo con la fuerza de un toro furioso.
La voz de Kyungsoo estaba prácticamente perdida, y apenas logró graznar el nombre de Jongin mientras se vino. La imagen del hombre perfecto encima de él le agarró justo a tiempo para tener su flujo en su palma.
Sintió algo disparar contra él a los pocos segundos, la esencia caliente, cerca del punto de ebullición. Se empapó ese lugar mágico que Jongin había llegado en medio de la aventura, y Kyungsoo estremeció sintiéndolo caer abajo y saliendo de su agujero.
Jongin lamió el líquido en su mano alegremente, disfrutando plenamente el sabor. Kyungsoo pudo ver desaparecerel líquido reluciente mientras su lengua se lo llevaba lejos.
"Sabes tan bien." Dejó escapar. "Debería haber hecho esto hace semanas."
Sacó y puso sus manos a cada lado de la cabeza de Kyungsoo, sosteniéndose a sí mismo sobre el chico que había debajo. Kyungsoo vacilante alzó la mano para trazar las subidas y bajadas de los músculos del cuerpo de Jongin, sintiendo los detalles como alguien ciego.
"Deberías haber hecho esto hace semanas", Kyungsoo susurró.
Su respiración aumentó cuando vio que la forma oscura de Jongin se agachaba hacia él. Cerró los ojos para el próximo beso, brazos sujetándose alrededor de su cuello para atraerlo más cerca.
En lugar de apuntar a sus labios, Jongin fue por su mejilla. Y en lugar de un beso, Kyungsoo chilló cuando sintió al alto sintió comenzar a lamer su piel como si no pudiera tener suficiente de su sabor.
"¡J-Jongin!" Kyungsoo rió, párpados cayendo a su fin como su rostro se arrugaba por el gesto. "¡D-detente!"
Pero el joven insistió, su aliento ganando velocidad y sus manos jugando en el pecho de Kyungsoo. Kyungsoo entrelazó sus dedos en el pelo increíblemente suave de Jongin. Abrió los ojos para mirar al muchacho que había querido en su cama durante tanto tiempo.
~ * ~ * ~
Cuando Kyungsoo despertó, sus pantalones estaban todavía estaban aferrados con toda su fuerza de sus tobillos, sus bóxers siguiendo el ejemplo. Una áspera lengua jugaba con su mejilla, dos patas presionando hacia abajo sobre sus endurecidos gustativas.
"¡Yah!" Kyungsoo empujó al maldito pastor alemán fuera de sí mismo. "¡Deja de entrar en mi habitación sin permiso! Maldito canino...”
Su perro movió la cola con alegría al ver que su amo se había despertado y salió por la ventana. Kyungsoo jadeó viendo el enorme perro tomar un salto enorme hacia fuera.
Se sentó, frunciendo el ceño ante su orgullo adolescente de pie, recto y listo para funcionar. Se cubrió el rostro para sofocar su quejido fuerte, enojado y avergonzado por el hecho de que nada de eso sucedió.
Había sido un maldito invento de su imaginación, los químicos en su mente jugando una escena que sabían confundiría y engañaría a su huésped humano. Condenado soñando. Nombró todas las maldiciones que conocía, feliz de que se las estaba presentando a los objetos en su habitación de una manera que los hizo, aunque fueran inanimados, desear que las palabras fueran censuradas.
Volvió la cabeza para mirar el poster en su pared. Jongin todavía estaba allí en su posición provocativa, esa misma sonrisa taimada plasmada en su hermoso rostro. Dejó escapar un profundo suspiro y dejó que su mirada cayera tristemente al suelo.
Gritó al ver su linterna defectuosa puesta en la alfombra.
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EXPLICIT (Secuela) ----------------------------------------------------------------------------
(Buen trabajo Majes, sé que disfrutaste traduciendo♥)
¿Quieren secuela? ¡Veamos sus comentarios! :3
-Admin Kissys