Capítulo 12
Era su cuarto intento fallido en una hora, y para este momento, Jongin tenía una sensación de vacío en la boca de su estómago. Había un acuerdo no hablado entre los dos amigos: asegurarse de llamar o mandar un mensaje a la hora de la comida, para hacerle saber al otro que todo estaba bien. Pero ese martes por la tarde, Luhan no había contestado ninguno de sus mensajes, ni estaba contestando el teléfono.
Decir que el par nunca había discutido antes; durante sus 6 años de amistad, sería una mentira, pero nunca se habían comprometido en una discusión tan seria. Jongin se arrepentía amargamente por esas palabras que había dejado escapar, especialmente considerando cuán lastimado había reaccionado Luhan después de escucharlo; y ahora, el mayor ni siquiera contestaba sus llamadas. ¿Eso podría significar el final de su amistad?
Perdido en esos problemáticos pensamientos, Jongin abandonó el teléfono a un lado suyo, acostándose estirado en su cama aún destendida. Cerró sus ojos y exhaló pesadamente, incluso después de una rara noche de sueño, no sentía fatiga alguna. Si tan sólo pudiera bloquear de su memoria esa maldita pelea y todo lo que pasó después, tal vez podría ser capaz de disfrutar un par de horas de ocio hasta su turno en Exodus; más tarde esa misma noche.
Entonces, el sonido del teléfono vibrando lo sorprendió, con prisa tomó el dispositivo y presionó el botón verde sin siquiera revisar quién lo llamaba, de seguro era Luhan finalmente regresando sus llamadas. Sin embargo, sólo una palabra del otro lado de la línea, lo hizo jadear al darse cuenta.
“¿Hola?” La voz de Kyungsoo sonó grave en el teléfono, pero reconocible. Como un imán resistiéndose, Kai instintivamente alejó el teléfono. ¿Qué debería hacer? ¿Por qué demonios Kyungsoo lo llamaría? Una mezcla de curiosidad y miedo llenó su corazón, causando que acercara el dispositivo a su oído una vez más.
“¿Hola? ¿Kai?”
De repente, el pánico lo golpeó, y antes de que se diera cuenta, cortó la llamada y arrojó el aparato lejos en la cama una vez más. Ahora, sus ojos estaban apretados con fuerza y su cara estaba roja y arrugada de vergüenza y confusión. Un inesperado golpe de adrenalina hizo que su corazón latiera más rápido. El prostituto no entendía cómo Kyungsoo podía obtener una reacción tan fuerte en él. Indiferencia sería una respuesta más apropiada. Desprecio, tal vez. No esto; lo que quiera que fuera.
El teléfono vibró de nuevo. Y otra vez. Pero Jongin no tomó sus llamadas; en su lugar, se desplazó al baño dispuesto a tomar una ducha, aunque no necesitaba una. Pero la cascada de agua fría cayendo sobre su cabeza era útil para calmar ciertos pensamientos no solicitados. Media hora después, cuando finalmente tuvo el coraje de recuperar su abandonado teléfono, simplemente borró del registro las dos llamadas sin contestar, enfocándose en contactar a su amigo de nuevo. Esta vez, al menos, la suerte estaba de su lado.
“Hola.” Luhan habló suave, y el otro hombre dejó escapar una señal de alivio.
“Hola,” Jongin respondió de inmediato, con una tímida voz, “Yo…yo estoy feliz de que contestes… estaba preocupado por ti.”
“Perdón, debí haberte llamado de vuelta.” El tono de Luhan fue dudoso también. “Me acabo de despertar, aún estoy en la casa del cliente.”
Jongin estaba sorprendido con esa pieza de información. “No sabía que estabas agendado para todo el día.”
“Lo estoy.” El mayor respondió suavemente. “Regreso mañana.”
“¿Estás bien?” Jongin no podía pasar por alto a su amigo sonando sin vida. “¿Es un cliente nuevo? ¿Te hizo algo?”
“No. Sólo… lo usual. Estoy bien, no te preocupes por mí.”
Era obvio para Jongin que Luhan estaba lejos de estar bien. Y si el cliente realmente no lo había lastimado, sólo podía haber otra causa para la tristeza de su amigo.
“Claro que me preocupo por ti Luhannie.” El más joven dijo sinceramente. “Eres mi mejor amigo y te amo.”
Por un par de segundos de suspenso, que parecieron durar una eternidad, hubo silencio. Jongin esperó por la respuesta de su amigo como si esperara un veredicto.
“Yo también te amo.” Finalmente las palabras de absolución vinieron del lado del mayor, aunque su voz era débil y melancólica.
“Sabes que estoy arrepentido por lo que dije anoche ¿verdad?” Jongin insistió. “Fui un idiota por arremeter contra ti de esa manera. Tú solamente querías ayudarme.”
Una leve risa pudo ser escuchada antes de la respuesta de Luhan. “Eres un idiota.”
“Lo soy. Realmente lo soy.” Jongin no pudo evitar estar de acuerdo, alegre de notar un cambio en la conversación del otro. “Pero lo lamento.”
“Lo sé, Jonginnie.” Luhan respondió serio de nuevo. “Lo siento también.”
Jongin sabía que esto no era todo lo que se tenían que decir al otro. Demasiadas duras y descuidadas palabras habían sido lanzadas, dejando heridas que debían ser sanadas. Pero, por ahora, se veía como un comienzo.
“Debo irme.” El mayor habló después de otro momento de silencio. “El cliente está despertando.”
“¿Te hablo mañana?” Jongin necesitaba, al menos, asegurarse de que las cosas pudieran volver a la manera en que eran. Perder a Luhan, su único amigo, era algo que no se podía permitir.
“Sí.” Fue la respuesta directa de Luhan, que de alguna manera se escuchó vacilante. “Te hablo mañana.”
Y así lo hicieron al día siguiente, y un par de veces en la semana, ya fuera por teléfono, o cuando cruzaban sus caminos en Exodus. Jongin hizo su mejor esfuerzo por actuar lo más normal que pudo, pero el sutil cambio en la actitud de Luhan era inevitable. El mayor comenzó a evadir el contacto visual y básicamente sólo hablaban cuando algo era preguntado; sus tenues sonrisas no cubrían un subyacente tono de desolación en todo lo que hacía. Incluso era más notoria la ausencia de Minseok en sus breves conversaciones. Jongin temía que por sus crueles palabras, no solamente hubiera dañado su viejo vínculo para siempre, sino también la relación de Luhan con su novio.
Las cosas se volvieron un poco más claras y menos incómodas entre los dos amigos una vez que Jongin decidió llamarle con asunto de cierta urgencia. Resultó, que no habían hablado acerca de la última visita a la escuela de Jongdae, ni de lo que la directora le reveló del reciente comportamiento del chico. En un instante, Luhan se parecía a su antiguo yo, mostrando genuino interés y preocupación, tratando de encontrar una solución al problema. Ya que Jongdae iba a tener un receso de 10 días de la escuela, el mayor decidió que debía aprovechar esta oportunidad y sacar al chico de esa prisión, haciéndolo ver un poco del mundo, de alguna manera; al principio, Jongin no veía cómo eso podría funcionar, pero Luhan estaba tan firme en planearlo todo, que terminaron con una buena solución.
Así que, el siguiente sábado, Jongin tomó el tren hacia la escuela de su hermano y de regreso, trayéndolo consigo por 10 días a la gran ciudad, la primera vez del chico. Jongdae no se había visto así de emocionado en mucho tiempo, como si fuera al mejor parque de diversiones del mundo. En realidad, los dos hermanos se quedarían en el fresco, limpio, recién arreglado minúsculo departamento de Jongin; él y Luhan hicieron su mejor esfuerzo tomando turnos para pasar tiempo con él, dentro y fuera de la casa. Incluso Minseok, sin saber la razón real detrás de sus restricciones de tiempo, voluntariamente se ofreció para ayudar y llevar a Jongdae al cine y de regreso a su casa un par de veces, para que el chico no estuviera solo durante las noches.
Jongin también se aseguró de decirle a Mino sobre esta nueva situación, prácticamente rogándole que no se apareciera en su departamento durante esos 10 días. Como garantía, el prostituto debía contestar todas las llamadas y nunca faltar al trabajo, solo para que su hermano no tuviera contacto con ese inmundo y peligroso universo. A expensas de algunas burlas y desprecios, Jongin obtuvo un “no te preocupes, odio los niños” como respuesta, que debía ser suficiente como una promesa de Mino sin delatar su coartada. Esa era su mayor preocupación al final de todo: proteger a Jongdae de la triste verdad, a toda costa.
E incluso si toda la cosa se veía como un complejo plan que no podría salir bien, para alivio de Jongin, pronto llegaron al último día de las vacaciones de Jongdae, sin ningún incidente. Era domingo y por suerte, los dos prostitutos tenían la tarde libre, lo que significaba que podían pasar un poco más de tiempo con el chico, manejando de regreso a la escuela, para lo cual Minseok había ofrecido amablemente hacerlo en su coche. Partiendo a la 1pm, los cuatro pudieron pasear un rato antes de hacer el viaje de 2 horas, diciendo sus despedidas a Jongdae y partiendo después. Luego esa misma tarde, la pareja alargaría su viaje para incluir una visita nocturna a la familia de Minseok, mientras Jongin regresaría en tren a su turno en Exodus.
Durante todas sus vacaciones, Jongdae mostró el mismo nivel de inocente emoción durante cada pequeña caminata insignificante que daban; también había comido muy bien y dormido como un bebé, al menos durante las noches que Jongin fue capaz de estar a su lado y observarlo. El hermano mayor había pensado en traer a colación el tema de su aislamiento, e incluso discutir las pesadillas que había tenido. Pero, siguiendo el consejo de la directora, se contuvo de hacerlo. Cuando le preguntó cómo iban las cosas regresando a la escuela, Jongdae le dijo a su hermano que una guapa y buena mujer mayor había hablado con él, mientras él estaba dando un paseo por los jardines; de acuerdo al chico, ellos hablaron acerca de sus materias favoritas y lo que le gustaba hacer después de clases. Jongin estaba agradecido de ver que su hermano menor había comenzado las sesiones de terapia sin siquiera haberlo notado, y alentó al chico de seguir hablando con su nueva amiga.
Los hermanos habían pasado la tarde previa jugando soccer en un parque cercano, después fueron por pizza y soda, para regresar a su casa y disfrutar su última noche juntos -como si hubiera sido un milagro, Jongin había tenido el sábado libre.- En la mañana del domingo, el mayor tenía una misión: comprarle a Jongdae un regalo que no fueran libros ni ropa por una vez en su vida. Unos días antes, cuando fueron a visitar una gran tienda en el centro, Jongin vio a su hermano babeando por una figura de acción de Batman, que no compró en ese momento porque era muy costosa. Pero ahora, incluso aunque el precio probablemente no había cambiado, no era más un problema. Hacer feliz a su hermano era su prioridad.
Así que, después de recoger el dinero que con esfuerzos se había ganado, Jongin dejó a su hermano atrás para que terminara de empacar, y se dirigió a la tienda, al otro lado de la ciudad, requiriendo 3 autobuses y un subterráneo y un par de horas de viaje. Como siempre, dejó a Jongdae recordándole que no abriera la puerta bajo ninguna circunstancia, excepto a Luhan y Minseok; también repitió que si había algún problema, debía llamarle y él regresaría en minutos. No fue hasta que estuvo a más de la mitad del camino hacia su destino, que Jongin se dio cuenta que había olvidado su teléfono en casa; pero ya que Jongdae era un chico muy listo y obediente, él sabía que lo más sabio que haría; sería terminar su tarea y tratar de regresar lo más rápido posible.
Casi dos horas después, Jongin estaba subiendo las escaleras de su edificio, cargando el regalo bien envuelto dentro de una bolsa de papel, totalmente despistado. Cuando subió el último escalón a su piso, un inusual bulto que vio con el rabillo del ojo, lo tomó por sorpresa. Había alguien sentado fuera de su apartamento, vestido de pies a cabeza de negro, piernas cruzadas y con la cabeza colgando un poco, escondida en una gorra. Jongin comenzó a recorrer el largo pasillo, incapaz de identificar a la extraña figura e inmediatamente temiendo por Jongdae. Esta nunca había sido una zona amigable y familiar para vivir, y su participación en problemas pasados con sus vecinos, daban fe de ello.
Mientras más se aproximaba, su corazón se aceleraba a cada latido, porque ahora estaba teniendo una corazonada de quién podría ser la figura, aunque la idea de que fuera él, entre tanta gente, parecía completamente ridícula. Sin embargo, no sería la primera vez que apareciera de la nada. Y como todas esas veces pasadas, Kai se estaba enfureciendo por la visita no solicitada.
“¿Qué estás haciendo aquí?” Preguntó en voz alta a unos metros de distancia, caminando en dirección del contrario. Kyungsoo finalmente alzó su cabeza y lo miró con ojos enormes, como si hubiera sido atrapado haciendo algo malo. Mientras el alto se acercaba, Kyungsoo torpemente se levantó del piso. “Yo…yo te estaba buscando.” Dijo finalmente después de levantarse, aún sosteniendo en sus manos el comic que había estado leyendo hasta ese momento.
Kai suspiró y sacudió levemente su cabeza antes de enfrentar al hombre valientemente. “No me gustan tus pequeñas sorpresas. Si quieres hablar conmigo, ¿porqué no me llamaste?”
Kyungsoo resopló, visiblemente molesto por la actitud del contrario. “Lo hice. Te llamé antes de mi viaje, hace un par de semanas, y tú colgaste en mi cara.”
Esta vez, los ojos de Kai se volvieron más alargados mientras dejaba ir el embarazoso momento de pánico en su cabeza.
“Y sí te llamé hoy. Ya que sabía que estarías en casa, decidí venir y hacer las cosas más simples para todos.” Kyungsoo alzó una ceja y sonrió. Como muchas veces antes, Kai no sabía si quería golpearlo o besarlo por tener las agallas de poner en esa atractiva cara en un momento así.
“¿Y exactamente cómo sabías que estaría aquí?” Kai dio un paso al frente, estando peligrosamente cerca para retar al otro. “¿Llamaste a tu viejo amigo Mino?”
De repente, la puerta fue rápidamente abierta a su lado, para revelar a Jongdae del otro lado, luciendo una expresión de culpa.
“Yo…yo tomé la llamada… pensé que podrías ser tú, llamando tratando de encontrar tu teléfono.” El chico se veía y sonaba temeroso, esperando la explosión. Kai, por otro lado, estaba absolutamente pálido.
“T-Tú respondiste mi teléfono y hablaste con…” Quería regañar a su hermano, incluso si no había una razón legítima para hacerlo. Pero tenía que lidiar con Kyungsoo primero, de alguna manera aterrorizado por lo que pudieron haber hablado. “¿Qué le dijiste?” Cuestionó al visitante, esperando que la situación no fuera tan mala como lo estaba pensando.
“Después de escuchar una voz de niño, pregunté por Kai. Él respondió diciendo que el teléfono no pertenecía a ningún ‘Kai’, sino a su hermano.” Kyungsoo explicó de inmediato, sin ninguna expresión aparente. “Entonces pregunté si su hermano estaba en casa, y él dijo que no estarías por una hora más o menos. Ya que ésta era mi mejor oportunidad de verte… ahora estoy aquí.”
“¡Pero cuando él tocó la puerta, no abrí!” Jongdae interrumpió para ofrecer su defensa, viendo a su hermano y luego a Kyungsoo desesperadamente. “Dile Kyungsoo, no te abrí la puerta, ¿verdad?”
“No, no lo hizo.” Kyungsoo le dirigió una sonrisa tímida a Jongdae antes de ponerse su dura máscara para enfrentar a Kai de nuevo. “Me dijo que su hermano no le permitía abrir la puerta a ningún extraño, así que me senté aquí y esperé. Ya que los dos estábamos solos, comenzamos a hablar a través de la puerta. Eso es todo.”
Kai frunció el ceño y jadeó por la bizarra revelación. No solo Kyungsoo y Jongdae habían tenido contacto por teléfono, ¿sino que habían estado platicando a través de la puerta?
“¿Adivina qué, adivina qué?” Jongdae había regresado a su ánimo de emoción, hablando con los dos adultos con cara larga como si ellos fueran niños. “Nos pasamos comics por debajo de la puerta para matar el tiempo, y entonces descubrí que Kyungsoo es fan de Batman, ¡justo como yo! ¿Verdad que sí, Kyungsoo? ¿Eres fan de Batman?”
El hombre rió, mirando a Jongdae con ternura, y una mirada amigable. “Sí, ¡un gran fan!”
“¡Entonces le dije que tú habías ido a comprarme esa figura de Batman que habíamos visto en la tienda!” Jongdae mostró una amplia sonrisa, prácticamente rogándole a su hermano mayor con ojos de cachorro. “¿La compraste? ¿Podemos verla?”
“La compré. Aquí, tómalo y llévalo adentro.” Kai respondió severamente, dándole la bolsa de regalo a su hermano, visiblemente incómodo por este peculiar cambio en los eventos. “Espera por mí, lo abriremos más tarde.”
“¡Ah! ¡Pero quiero verlo! ¡Kyungsoo es mi amigo, se lo quiero mostrar!” Jongdae demandó, gimoteando y golpeando con su pie un par de veces.
Kai odiaba regañar a su hermano así, pero la situación pintaba para ser peor y peor a cada minuto.
“Jongdae, te di una orden. Ve adentro a mi cuarto y cierra la puerta. Mejor aún, ve a tomar una ducha y prepárate. Después de eso, te daré el juguete.”
Los hombros del chico se encogieron mientras se notaba decepcionado.
“Está bien, compañero. Me lo enseñarás en otro momento ¿de acuerdo?” Kyungsoo acarició el cabello del niño, regresando el comic a su dueño. “Gracias por prestármelo, eres un chico genial.”
Jongdae le ofreció a Kyungsoo una triste sonrisa y un débil asentimiento con la cabeza antes de dar la vuelta sobre sus tobillos y regresar adentro del departamento, para luego cerrar el dormitorio tras de él.
Los dos hombres vieron la escena en silencio antes de finalmente voltear sus cabezas para mirarse.
“No le dije nada a él, si es lo que te preocupa.” Kyungsoo rompió el silencio. “Sólo hablamos de comics. Tampoco dijo mucho acerca de sí mismo… solamente que está en unas vacaciones de la escuela, visitándote.”
“Entonces dijo más que suficiente.” Kai replicó. “Ni siquiera sé porqué estás aquí, no tienes derecho de venir a mi casa así, e incluso tener el valor de tratar y ser amigo de mi hermano.”
Kyungsoo miró directamente a la cara de Kai, una expresión de melancolía ahora en su propia cara, pensando en las palabras antes de abrir su boca de nuevo. “Tienes razón, crucé el límite. Lo siento. No me verás nunca más.”
Entonces se encaminó a la única salida que estaba por el lado de Kai, pero antes de que suceda, el alto se encontró a sí mismo agarrando el brazo izquierdo del hombre, para entonces encontrarse con sus ojos, mientras los dos se congelaron en sus lugares.
“No has contestado mi pregunta.” Susurró el prostituto, sus palabras salían de su boca sin filtro alguno. “¿Por qué viniste aquí?”
Una vez más, Kyungsoo esperó antes de dar su respuesta, estudiando la cara del otro cuidadosamente. “No sé si quieras escuchar la respuesta.”
Ahora, la curiosidad de Kai estaba matándolo, especialmente porque podía sentir una nota de vulnerabilidad en la usual arrogancia del contrario.
“Obviamente quiero.”
El otro hombre exhaló pesadamente y cerró sus ojos, antes de abrirlos de nuevo con un intento de resolución.
“Vine aquí porque quería verte.” Sorpresivamente, la voz de Kyungsoo era más suave de lo esperado. “He estado pensando en ti cada día, cada noche… Yo…Yo no sé… Sólo quería hablar contigo y escuchar tu voz, necesitaba verte.”
Kai estaba tan sorprendido de escuchar esa confesión, su aliento fue cortado y no podía producir sonido alguno a responder.
“Todo este tiempo… desde que tú y yo…” Kyungsoo lamió y mordió su labio, sus ojos suplicaban cualquier clase de reacción. “Perdí la cabeza… no sé qué es esto, pero yo… no puedo dejar de pensar en ti.”
Una vez más, el corazón de Kai estaba latiendo fuertemente dentro de su pecho, su mente trataba de procesar qué era lo que estaba pasando exactamente, qué significaban realmente esas sobrecogedoras y apasionadas palabras. Mientras tanto, Kyungsoo, estupefacto por el colapso mental del contrario, dejó salir un débil y descorazonado bufido.
“No debí decirlo… tú ni siquiera deberías darme una respuesta, ¿verdad?” Dijo finalmente rompiendo el contacto visual para sacudir su cabeza, la mirada fija ahora en el lejano final del pasillo, su única salida. “No debí decirte eso.”
Kai no sabía si fueron las palabras o la manera en la que Kyungsoo las dijo pero, no siendo diferente a las veces pasadas en las que había estado cerca del otro hombre, su instinto se apoderó de él. Por lo que antes de darse cuenta, Kai estaba jalando con rudeza el brazo de Kyungsoo, dentro del estrecho recibidor de su departamento; inmediatamente, el otro hombre fue atrapado contra la pared, subyugado por el alto.
“Eres un maldito mentiroso.” Kai siseó, ambos enfurecidos y desconcertados al mismo tiempo. “¿No puedes dejar de pensar en mí? Hazme el favor. Te vi esa noche, ¿recuerdas? Te vi con ella.”
“¿Y eso qué? Me la cogí, ¡pero no significa nada!” Las cejas de Kyungsoo estaban arrugadas, su expresión totalmente enfurecida. “¿Por qué vendría aquí sólo para mentirte? ¿Qué quieres que te diga, hm? ¡Cuando estoy con ella todo lo que puedo pensar es en ti! ¡Esa es la verdad!”
No era la disculpa que necesitaba o merecía, Kai lo sabía muy bien; era solo un humano más, y esta situación resultaba demasiado genial para ser tentado. Aquí, atrapado entre su propio cuerpo y la pared estaba Kyungsoo, el jodido Kyungsoo en carne y hueso, confesando mucho más de lo que alguna vez hubiera soñado. Kai no tenía el valor para admitir sus propios inciertos sentimiento en voz alta. Sin embargo sus acciones, dijeron más que sus palabras.
Fue él quien cerró la brecha entre ellos y reclamó los labios de Kyungsoo como suyos. Su cabeza estaba girando, aturdido por el conflicto de emociones, así que su cuerpo hizo el trabajo por él. Tomando ventaja de su alta estatura, fue más fácil atrapar al hombre, usando sus manos en sus muslos y caderas para asegurarlo en la posición correcta y poder atacarlo. Atacarlo era una manera adecuada para describir su arrebato, su ansiosa lengua explorando la boca del otro y empujándose hacia abajo de su garganta sin piedad. No prolongaron el tiempo, después de todo: Jongdae estaba literalmente al otro lado de la pared y aún así, Kai necesitaba sacarle el aire, para que así no pudiera repetir esas deliciosas y malditas palabras nunca jamás.
Pero luego, una vez que se separaron, Kai fue quien se quedó sin habla.
“Jongin, demonios…” Kyungsoo susurró, sus ojos aún cerrados, boca entre abierta, y su pecho subiendo y bajando pesadamente.
Escuchar su verdadero nombre saliendo como una súplica, con esa profunda, aterciopelada y suave voz… por un breve momento, Kai olvidó su significado.
“Mi nombre es Kai.” Contestó suavemente contra los abultados y abusados labios de Kyungsoo, haciendo que el hombre finalmente lo mirara de cerca.
Unos segundos de silencio pasaron, mientras los oscuros ojos del hombre buscaban los de Kai, sus calientes alientos mezclándose juntos. Pero Kai no tenía ninguna respuesta que dar, y tampoco podía escapar del ardiente escrutinio del otro. Pronto, estaba tomando la iniciativa de nuevo, pasando su mano por el cuello del otro, la sensación de su suave piel y sedoso cabello debajo de sus dedos, era demasiado seductor. Kyungsoo gruñó y cedió dándole completo acceso, y Kai no perdió tiempo para ir por una probada de ese sensible lugar debajo de su oreja, luego en su mandíbula, hasta que sus labios se encontraron una vez más y sus lenguas se enredaron en un lento y sensual ritmo. Kai sabía que ya debían parar: este no era ni el lugar ni el tiempo correcto. Pero en esa escondida, confinada burbuja que los dos habían creado, cada segundo de placer se sentía como si pudiera durar una eternidad.
Hasta que el sonido de una garganta aclarándose fue escuchada, estallando la burbuja en la que estaban.
En un flash, el par desenganchó sus cuerpos y Kai saltó para atrás, presionando su cuerpo contra la pared contraria con una expresión de culpabilidad en su rostro. Ahí, de pie afuera de la puerta abierta, estaban Luhan y Minseok, viendo la escena con sorpresa y diversión, respectivamente. Los ojos de Kai se movían de Luhan, a Minseok, y a Luhan de nuevo, luego hacia el suelo, mientras el más profundo sentimiento de vergüenza se apoderaba de él.
No había forma de negar esto. Habían sido atrapados en el acto, besándose apasionadamente en la intemperie, como dos adolescentes en celo. El primero en hablar y romper el hielo, sorpresivamente fue Kyungsoo.
“Bueno, buenas tardes a los dos.” Su tono era demasiado seguro de sí mismo para lo que debería ser, y Kai finalmente tuvo el valor de levantar la vista y mirarlo, lo que encontró fue su característica sonrisa arrogante y perfecta, además de sus maliciosos y diabólicos ojos. Qué hijo de puta.
Antes de que los nuevos visitantes siquiera respondieran al saludo, Kai balbuceó sin razón aparente.
“Yo… sólo estábamos… él vino aquí a verme…”
A la mitad de su incoherente intento de explicación, Kai se vio a sí mismo mirando a Luhan con ojos de súplica. Aún así, su amigo no mostraba ninguna señal de pena.
“Ya veo cuán fuerte que estaban peleando entre ustedes.”
“Bueno, es mejor que me vaya.” Kyungsoo dijo de repente, despegándose de la pared y caminando hacia adelante, acercándose a Kai una vez más. Este último contuvo su aliento, temeroso de lo que el otro pensaba hacer, mirándolo sumisamente mientras el hombro se inclinaba a su oído, todo su aliento caliente y sexy voz hizo estremecer sus nervios. “Responde mis llamadas, ¿sí?”
Kai no podía producir ningún sonido, mucho menos una respuesta coherente a eso; pero su expresión desconcertada fue suficiente para poner una sonrisa en el rostro de Kyungsoo, antes de que el hombre caminara entre la pareja de recién llegados para irse con confianza.
Pensando rápido, Jongin encontró sólo una manera de evadir el doloroso interrogatorio que seguramente se sobrevenía.
“¡Jongdae!” Gritó, volteando adentro del departamento de inmediato, directo a su cuarto. “¿Ya estás listo?”
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Descaradamente ignorar el elefante rosa en la habitación probó ser una táctica exitosa: Jongin fue capaz de pasar las siguientes 3 horas y media en compañía de Luhan y Minseok sin ninguna pregunta incómoda. Tener a Jongdae con ellos era crucial para esa suerte que tenía; pero el humor de Luhan toda esa tarde, yacía más silencioso que nunca, y esto hizo preocupar a Jongin de que cualquier clase de progreso que habían tenido en reavivar su amistad; se hubiera ido al desagüe.
Sin embargo, una agenda ocupada sacó la mente de Jongin del caso, por ahora. De regreso en Seúl, después de su viaje por tren, rápidamente se alistó para un raro turno temprano en la noche en Exodus. Mino le había demandado que estuviera ahí a tiempo, y Jongin no quería causar ningún problema. De hecho, llegó tan temprano al club, que el lugar aún no estaba tan listo como siempre.
Ya que no había trabajos designados, tenía que hacer un esfuerzo y hacer trabajo de campo por sí solo esa noche; muy pronto, estaba en medio de un hombre y una mujer, que supuestamente formaban una pareja, bailando como si no hubiera un mañana. Por suerte, los dos potenciales clientes podían seguir sus pasos y mantener el ritmo, y Kai fue capaz de disfrutar un poco también. Se sentía genuinamente liberado y optimista, algo que raramente pasaba en el trabajo. Incluso aunque trataba de no darle razones a ese cambio de espíritu, muy adentro, no podía negar qué o quién; era responsable de eso.
No obstante, su baile libre no duró mucho. Pronto fue sorprendido por la garra de Mino tomando su hombro, y luego guiándolo de regreso al área del bar. En su camino a ese lugar, Jongin se preguntaba por qué estaba siendo arrebatado de un posible trabajo de esa manera. No tendría que esperar mucho para obtener su respuesta.
“Ve afuera. Hay otro trabajo esperando por ti.”
Jongin no pudo contener un suspiro. “¿Ah, sí? ¿Quién es?”
“Guarda tu actitud cachonda para tu tiempo libre, Jonginnie.” Mino mostró al prostituto su sarcástica mueca, palmeándolo con fuerza en la espalda. “No querrás decepcionar a tu cliente favorito ¿cierto?”
Instantáneamente, al oír esas palabras, una ráfaga de ansiedad y emoción recorrió su cuerpo. ¿Podría ser… él? Pero no había llamado, Jongin estaba seguro de eso. Tal vez quería hacer otra sorpresa, o asegurarse de que no tuvieran interrupciones esta vez. Actuando como una colegiala nerviosa por alguien no era el momento más preparado de Jongin, el simple pensamiento de estar con Kyungsoo esa noche, no era más que emocionante, no había escapatoria esta vez.
Aún así, hizo su mejor esfuerzo para ocultar cualquier sospechosa reacción por la noticia. Mino le dijo que el trabajo duraría toda la noche, y que debía de regresar a Exodus al día siguiente, a la hora de siempre. Unos comentarios sarcásticos más para trabajar en su resistencia, y Jongin fue enviado afuera a encontrarse con su cliente favorito en la entrada del club. Una vez allí, las cosas comenzaron a ponerse caóticas con personas peleando para poder entrar; Jongin miró y miró alrededor, tratando de encontrar a Kyungsoo en medio de la gente, bajo la sombría luz, sin éxito. Fue el cliente quien encontró primero al prostituto, Un par de manos vinieron desde atrás para cubrir sus ojos, y entonces Kai lo supo de inmediato.
“Adivina quién es…”
La voz familiar en su oído derecho fue inconfundible. Kai se volteó en dirección a Sora, con una sonrisa ya puesta en su cara.
“Con esas manos tan expertas y esa sexy voz, sólo podría ser mi clienta favorita.”
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Tres semanas habían pasado desde el último trabajo de Kai con Sora, y la mujer se aseguró de hacer valer el tiempo perdido. Un par de horas y un puñado de orgasmos después, Kai estaba por dormirse, cómodamente tumbado en la cama tamaño King; hasta que sintió a Sora cambiando a una posición sentada a su lado, y a continuación prendió la lámpara que estaba encima, haciendo que cerrara sus ojos. Después, vino el sonido de un encendedor, y el fuerte olor de su cigarro.
Kai despreciaba el olor por completo pero, desafortunadamente, tenía que lidiar con clientes que eran fuertes fumadores diarios. No era el caso de Sora. Después de todo, ella era más un “vamos a acurrucarnos” que un “encendamos un cigarro” después del sexo, pero no esa noche. De hecho, Sora había estado mucho más callada de lo usual en todo el camino hasta su departamento, y mucho más apegada a los negocios durante sus esfuerzos. Kai tomó eso para su ventaja: menos plática, menos para pretender, ya que su mente estaba ahí en ese momento, con ella. Con simplemente cogérsela y dormir después de eso, todo terminaría más rápido.
Pero ahora, soplando su cigarro sin prisa, como si no fuera tan noche y después de un par de rounds de intenso sexo, parecía que de repente, Sora quería platicar.
“No te has dormido, ¿verdad, sexy?”
Kai hizo un esfuerzo para abrir sus ojos pesadamente y contestarle honestamente. “Aún no.”
La mujer rió. “Ah, te extrañé, bebé. Eres un niño.”
“¿Un niño?” Un poco de coqueteo no la lastimaría, pensó Kai. “Pensé que lo que acabamos de hacer aquí es clasificación R (para adultos).”
“Mejor que cualquier película porno, querido.” Sora comenzó a acariciar el cabello despeinado del prostituto. “Tú nunca decepcionas.”
“Gracias.” Kai no sabía qué más hacer, la verdad, aparte de regresar el cumplido. “Con una mujer naturalmente hermosa como tú, es habitual.”
“Bebé, tú sí sabes cómo tratar a una mujer.” Sora suspiró, antes de darle otra probada a su cigarro. “Somos perfectos juntos. De verdad te extrañé.”
Incluso si sus palabras no decían nada, Kai sintió un tono de tristeza en la voz de la mujer, “¿Está todo bien?” Preguntó, su instinto de psicólogo por las noches a flote.
“Ah, sí… no realmente.” Sora confesó. “Pesqué una muy mala gripe, de hecho. Sólo me puse mejor hace un par de días. Y mientras estaba aquí, hirviendo en fiebre y con dolor por todos lados, realmente me golpeó… no tengo a nadie. Ninguna persona a mi alrededor, para siquiera comprarme medicina o darme un baño cuando me sentía de la mierda.”
Kai había abierto completamente los ojos para entonces, cambiando de posición en la cama para prestarle atención a sus palabras.
“Y después el trabajo… el trabajo ha sido como vivir en un infierno. Cada día desde lo del resort, he sido el hazme reír de la compañía. Sé que hablan mal de mí a mis espaldas, sin mencionar todos los piropos que he tenido que escuchar.”
No había manera en que Kai no sintiera pena por la mujer, después de todo lo que había presenciado a pesar de no estar de acuerdo con algunas de sus decisiones; sentía una intensa urgencia de ayuda, de ofrecerle consejo, incluso si él no podía darle el confort que estaba buscando.
“¿Alguna vez has pensado…?” Se detuvo, pensando si debía seguir o no. Pero cuando Sora lo miró, esperándolo, pudo continuar su discurso. “… ¿Tal vez intentar buscar otro trabajo? ¿Nueva gente, nuevo ambiente? Nunca te has visto feliz trabajando ahí.”
“Ves, ¿qué te dije?” Sora rió entre dientes de nuevo. “Eres aún un niño en el corazón, querido.”
“¿Por qué?” Kai realmente no entendía cómo lo que decía podía considerarse infantil ni por equivocación. “¿No quieres empezar de nuevo en otro lado, dejar todas esas personas que te están lastimando, atrás?”
“Lo quiero, y lo haré bebé.” Sora comenzó calmadamente. “Pero no dejaré que esos idiotas se salgan con la suya con lo que nos hicieron. Ellos merecen que se les devuelva, y yo merezco mi venganza.”
“No sé cómo buscar revancha puede ayudarte, Sora.” Kai trató de razonar con ella una vez más. “Incluso si logras tu plan, ¿cómo realmente cambiaría eso tu vida?”
“Me regresaría mi orgullo, querido. Mi orgullo, el cual fue destrozado en piezas en esa maldita cena, enfrente de todos.” La mujer se veía decidida en su decisión. “Me daría la satisfacción de ver a toda la familia humillada, esa jodida boda arruinada, y la primera plana del periódico y en todo internet.”
Kai no tenía una respuesta para eso. La mujer despechada estaba completamente cegada contra cualquier razón.
“Lo mejor de todo: tengo el placer de exponer a Do Kyungsoo como el repulsivo, desagradable idiota que es.
Escuchar esas fuertes palabras acerca de Kyungsoo, después de escuchar su lado de la historia, Kai tenía que mantenerse entero para no saltar y comenzar en defensa del otro.
“Él tuvo suerte, ¿lo sabías? Sora de repente decidió quitarse el veneno del cigarro y ponerlo en cenicero. “El día después de que visitamos el hospital, el Dr. Jo fue despedido. Alguien nos delató, estoy segura de eso.”
Kai repentinamente se tensó, recordando los eventos de ese fatídico domingo. La inconformidad lo invadía, sabiendo que él era el que había traicionado a Sora, mientras la mujer no tenía absolutamente ninguna pista de la verdad.
“Pero desde que no hay cámaras en el área común del hospital, y el Dr. Jo había quitado previamente las de su oficina, no pudieron encontrar nada a su alrededor para identificarnos
Estaba claro que el plan de Sora había estado bien planeado, concluyó Kai. Su único error había sido confiar en él.
“Así que, ahora que Kyungsoo lo sabe, no irás a ver a su madre de nuevo, ¿cierto?” El prostituto esperaba que su pregunta no esparciera ninguna clase de sospechas, Pero tenía que saber cuál era el plan de Sora.
“Oh, tengo mis maneras, sexy.” Sora rió repentinamente. “Sólo dame un poco más de tiempo. Esto no se ha acabado. De hecho, el atraso sólo hará las cosas mejor.”
La charla maligna estaba haciendo a Kai más aprehensivo en aquel momento “¿A q-qué te refieres?”
“Tengo tres meses para pensar una manera de hacer mi plan efectivo.” Sin ninguna pista, Sora continuó escupiendo su elaborado plan. “No solamente le diré a todos acerca del penoso secreto de Kyungsoo, se lo mostraré a todos para que los vean.”
Aparte de la perturbadora imagen de Sora revelando su táctica, una particular parte de la información saltó sobre la anticipación.
“¿Tres meses? ¿Por qué sólo tienes 3 meses?”
“Porque es el tiempo que falta para que se case, querido.” La mujer comentó sin revuelos, antes de rodar en la cama y alcanzar a apagar la lámpara.
Tres meses.
Entonces, ella plantó un sorpresivo beso húmedo, con sabor a cigarro en los labios de Kai; y ya que todo estaba oscuro, al menos pudo ocultar su sorpresa e incomodidad. Después de romper el contacto, ella exitosamente logró enredar su cuerpo desnudo con el suyo, inclinándose para susurrarle al oído.
“Y no podemos permitir que eso pase, ¿verdad?”
Capítulo 13 →
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