Cioassu~!!
Todo tiene un final~ Todo termina~ ♪♫
Incluso mis fics xD Saben, que si no los termino YA, no los termino más y quedan pausados xD
Como tengo pocas ganas de escribir (en realidad, estoy errándole mucho ya al teclado xD), los dejo con el último episodio directamente :B
Gracias por leer este fic, espero que les haya gustado leerlo tanto como yo disfruté escribirlo ^_^
Nos vemos en Forever \(:D)/
Enjoy~ ♥
Título: Double U.
Fandom: Johnnys.
Pairing: IkuTego [Ikuta Toma x Tegoshi Yuya], OkuMassu [Okura Tadayoshi x Masuda Takahisa], RyoPi [Yamashita Tomohisa x Nishikido Ryo] (pero nadie dice que no pueden haber más ;3)
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, romance.
Rating: PG-13
Capítulos: 09 / 09
Sinopsis: Sólo dos sinceras palabras, pueden hacer que cambie el curso de las cosas, pero el decirlas, puede significar ir en contra de todo lo que había creído hasta ese momento.
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01. Respuesta )
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02. Cita )
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03. Noviazgo )
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04. Fiebre )
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05. Celos )
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06. Deseo )
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07. Rurarira )
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08. Buscando un final )
Capítulo 09: Te amo
Poco a poco, la distancia entre Toma y Yuya se volvió más que notoria, puesto que estaban sentados en lugares diferentes, ambos alejados de los asientos que solían ocupar. La primera en preguntar fue Misako, quien se acercó a Yuya.
- ¿Te peleaste con Toma-kun?
- Le conté todo - Respondió el rubio, dedicándole una rápida mirada, antes de volver a sus deberes -. Así que me gustaría que dejaras de buscar alguna excusa para contar lo que sabes, Renbutsu-san. Ahora, si me disculpas - Dijo el muchacho, juntando sus cosas para terminar saliendo del salón. Misako se quedó mirando a Yuya irse y a Toma, quien en su nuevo asiento, hacía sus deberes. La muchacha frunció sus labios.
El otoño estaba peor que nunca. Era imposible no caminar sobre un ruidoso colchón de hojas y que el viento no jugara con los cabellos de las mujeres que lo tenían suelto. Y del mismo modo, se estaba acercando una fecha que Yuya preferiría olvidar más que recordar. No había cruzado más palabras con Toma desde aquel día y pensaba que podía vivir perfectamente, callando sus sentimientos, haciéndolos a un lado por completo. Buscando darle un final a todo, con la excusa de necesitar ayuda para una tarea, terminó reuniéndose junto a Becky en su casa. Llegó con un postre hecho por Ryo, pedido expresamente por la muchacha, quien conocía sus maravillas culinarias al haber ido con frecuencia a Eden.
- Bienvenido, Tegoshi-kun - Dijo la muchacha, haciéndolo pasar rápidamente a su casa, antes de que el viento se pusiera a jugar con su cabello.
- Perdón por la intromisión - El rubio, le entregó el postre, mientras era conducido a la cocina por la dueña de casa.
- No hay problema. ¿Te molesta si hacemos el trabajo aquí? - Preguntó, mientras sacaba el postre de la caja -. Créeme que esta mesa es perfecta para lo que tenemos que hacer a continuación.
- Como tú digas.
Cuando Yuya miró hacia afuera, se dio cuenta que había pasado perdido la noción del tiempo y que había estado todo el día en casa de la muchacha. Al menos le estaba dando un cambio a su rutina diaria.
- Aquí tienes - Dijo Becky, regresando a la cocina con el trabajo impreso de Yuya.
- Ah, muchísimas gracias - Agradeció el muchacho, guardando las hojas en una carpeta.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? -Asintió el rubio con la cabeza -. ¿Por qué viniste aquí?
- ¿Perdón?
- Podríamos habernos juntados en la universidad, pero tú quisiste que nos reuniéramos aquí - El muchacho no respondió, sólo balbuceó -. No sé qué te sucede - Dijo Becky, sentándose frente a él, en torno a la mesa redonda -… pero últimamente, estás cabizbajo. Quizás no pueda serte de gran ayuda, pero a veces, la opinión de un desconocido, puede ayudar, ¿no?
Yuya la miró y volvió su vista al suelo. Suspiró y levantó la cabeza.
- Me enamoré de una persona. Y le mentí. Sé que debo olvidarme de él, pero… Por más que mi cabeza lo sepa, no hay forma de hacerle entender eso a mi corazón.
- Mhhh… Quizás debas darle un tiempo. No creo que ese amor no haya sido correspondido. De alguna forma, tus palabras me dicen que fuiste amado con la misma intensidad que tú amaste a esa persona. Obviamente una mentira, hiere a una persona y también genera cicatrices en la relación, pero… Todo sana, Tegoshi-kun. Y si ese amor que él te tuvo fue tan grande como el que tú le diste… Estoy segura que todo se solucionará.
- ¿Él? Ah… Yo…
- Sí, tú dijiste que hablabas de un chico - Respondió Becky con una sonrisa -. Y si no te perdona… Dime quién es y yo misma iré a decirle que lo haga.
- Gracias - Dijo Yuya, sonriendo.
- Te robaría más tiempo, pero creo que debes estar cansado.
- Sí - Suspiró el rubio, a quien la dueña de casa acompañó hasta la puerta para despedirlo.
Yuya tiritó al encontrarse con el frío viento. Agradeció no estar en la plaza en ese momento, y al mismo tiempo, esperaba que el traje que estuviera llevando Aya tuviera mucha tela. Pensando en mil cosas, levantó la vista del suelo y vio a una persona revisando su celular, de pie, apoyado contra la pared de una casa, en la esquina. Se le acercó y buscó su rostro dentro de la capucha de la campera.
- ¿Toma? - Lo llamó, ocasionando que al aludido, casi se le fuera el celular al piso, debido al susto que le dio su llamado. Yuya sonrió por el salto que pegó su compañero de carrera -. ¿Qué haces aquí?
Toma balbuceó, mirando a un lado y al otro, pero no hallaba ninguna respuesta rápida para darle, por lo que suspiró.
- ¿Tan rápido te olvidaste de mí?
- ¿Eh?
- Te llenas la boca diciendo cuánto me amas, lo especial que fui para ti y así, sin más, te vas con otra, ¿y te olvidas de mí?
- ¿Estuviste aquí todo este tiempo? - Inquirió Yuya.
- S… Sí… No tengo nada que hacer, así que…
- ¿Estás celoso?
- ¿Eh? ¿Yo? Por favor… Por supuesto que no. Sólo vine a corroborar una cosa.
- ¿Ah, sí?
- Sí, y no podía hacerlo si no salías.
- Y, ¿qué es?
- Esto - Agarrándolo de los brazos, Toma acaparó los labios de Yuya, quien no podía salir de su asombro. Cerró los ojos, sin importarle el viento que golpeaba contra su rostro porque el resto de su cuerpo ya estaba entumecido culpa de aquel beso -. No me importa cómo seas… Cómo te veas… Quiero estar con esta persona… Con esta persona que hace que mi cuerpo se estremezca cada vez que la beso… El resto de mi vida, quiero pasarla contigo…, Yuya.
Estaba feliz, por eso de sus ojos, lo que salieron, fueron lágrimas de felicidad. Llegaron a la casa de Toma agarrados de la mano. No sabían qué hora era exactamente porque ninguno se había fijado. Esta vez, Yuya avisó a sus amigos de su futuro paradero, pero sin prestar atención a la hora que estaba marcada en la pantalla. Quizás, ninguno de los dos quería saberlo, no querían contar las horas que les faltaba para separarse. La casa de Toma sólo estaba iluminada por la tenue luz de una lámpara en medio del living, haciendo bastante oscuro el camino hasta el cuarto del muchacho. Ambos sabían qué iba a acontecer, ambos necesitaban de ese próximo paso para aquel amor naciente.
Yuya se quedó de pie frente a la puerta del cuarto mientras su dueño, ajeno a su nerviosismo, se deshacía de su campera y su buzo. Reparó en que el rubio seguía de pie y se acercó a él, sonriendo.
- ¿Tengo que desnudarte yo? - Le susurró.
- T… ¡Toma! - Exclamó Yuya, rojo.
- Soy tan estúpido - Dijo Toma, apoyando su frente contra la del rubio, mientras sus manos desabrochaban lentamente la cremallera de su campera -. ¿Cómo no me di cuenta que eras tú? Que todo este tiempo, la persona a quien estaba amando, era a ti - Lo miró a los ojos, bajando la mirada al poco tiempo, sintiendo que Yuya estaba leyendo hasta su más profundo pensamiento. Apresó sus labios con ternura, saboreando cada beso como si cada uno fuera el primero que le daba, sintiendo cómo sus células gritaban dentro suyo cuánto lo amaban, sintiendo que con cada beso, el grito y el deseo se hacían más insoportables. Lo acorraló contra la puerta, sintiendo su sangre hervir, notando en la mirada de Yuya que a él le pasaba exactamente lo mismo. Sostuvo una de sus manos en lo alto de su cabeza, entrelazada con fuerza a la suya mientras sus labios se disponían a probar su piel, robándole mil y un gemidos distintos. Aquella noche, Toma descubrió sin imaginarlo, todas las zonas erógenas de Yuya, sonriendo satisfecho por ello, queriendo golpear todas ellas de una sola vez. Con medio cuerpo desvestido, lo alzó y lo llevó a su cama, sin dejar de besarlo. Admiró su pecho, recorriéndolo con su boca y sus manos varias veces, antes de llegar a su pantalón. Yuya agarró sus manos y detuvo sus acciones -. ¿Qué sucede? - Le preguntó, con una media sonrisa -. No me digas que no puedes…
- N… No… No es eso… Es que… esta es mi primera vez… de este modo - Confesó, sintiendo que sus mejillas le picaban por la exagerada forma en que estaban ardiendo. Toma sonrió y se acercó a él.
- Lo sé - Dijo, besando su frente, apoyando su cabeza sobre su mano, a su lado -. Por eso, quiero que esta noche sea inolvidable - Susurró, sobre su oído, contorneándola con la lengua al finalizar la frase, deleitándose con los gemidos que salían de los labios de su pareja; mientras que su mano se centró en despojarlo de su pantalón y su ropa interior. Rompió con su cómoda posición para besar sus labios, profundizando el beso a los pocos segundos, sintiendo las manos de Yuya aferrándose a su espalda, mientras las suyas, lanzaron sus últimas prendas al suelo y acariciaron su hombría con lentitud, sintiendo cómo las mejillas del rubio se teñían de un rojo brillante.
- Ahh… Toma… M… Mi amor - Jadeó, mirándolo a los ojos -. Te amo…
- Yo también… Yo también, te amo - Susurró, volviendo a besarlo y a hacer un camino de besos por todo su pecho hasta la punta de su virilidad, haciéndolo estremecer -. Voy a hacerte sentir, el doble de placer que me hiciste sentir ese día…, Yuya - Sentenció, antes de succionar su erección. El menor no podía gemir, cada uno de sus gemidos salía en forma entrecortada de sus labios, siendo interrumpido por otro gemido que buscaba salir con suma urgencia de lo más profundo de su ser. Acarició los cabellos de Toma, no sentía la necesidad de marcar sus movimientos. Su boca estaba haciendo un excelente trabajo con él, si es que el punto de hacerle eso era enloquecerlo por completo. De repente, el morocho reemplazó su lengua con su mano, con sus dedos presionando su glande en ocasiones, sonriendo Toma por los gritos ahogados que lanzaba su pareja al hacerle eso. Sus labios besaron su entrada, introduciendo su lengua para humedecer su interior. En ese momento, Yuya se sintió en el Paraíso, pero supo que eso sólo era una pequeña porción del mismo. Dentro suyo, la lengua de Toma se movía frenéticamente o, al menos, eso era lo que él sentía. Notó que esa sensación había desaparecido de su cuerpo al ver a Toma incorporarse mientras la mano que ya no estaba sobre su erección, sí estaba sobre la del morocho. Sus miradas se cruzaron y ambos sonrieron. Toma apoyó la punta de su hombría sobre la entrada de Yuya, ayudándose de su mano para penetrarlo. Sintió su interior estrecho, después de todo, la extensión de su lengua no se comparaba a la de su miembro. Acarició el cuerpo de Yuya con su mano, esperando a que se calmara un poco para seguir con su penetración. Lanzó un gemido al sentir que estaba completamente dentro. Yuya, por su parte, aunque también gemía, lo hacía de dolor, intentando mecerse de un lado a otro -. Cálmate - Le susurró Toma, acercándose a él para besarlo. El rubio abrió su boca para quejarse, era obvio, pero Toma se lo impidió al darle una primera estocada que lo obligó, en cambio a lanzar un gemido ahogado, clavando sus uñas a su espalda -. Te amo - Jadeó, moviéndose lentamente en su interior, deteniendo el flujo de las lágrimas de Yuya con sus labios. Buscó su mano para entrelazarla a la suya, haciendo lo mismo su lengua con la suya, sin detener sus movimientos dentro y fuera suyo.
El sonido de los pájaros lo despertó. Supo que Toma estaba despierto porque sintió su mano acariciando sus cabellos.
- ¿Esos son pájaros?
- Sí, son pájaros - Respondió -. Mhh… Vas a decirme loco… Pero tuve un déjà-vú…
- Estás loco - Dijo Yuya, besando su pecho, por debajo de las sábanas.
- ¿Que quiera vivir contigo también?
- Eso puede arreglarse - Toma parpadeó varias veces -. Creo que Ryo-chan está saliendo con alguien.
- Bueno… Tampoco vas a decirle hoy mismo que se vaya porque quieres vivir con tu novio.
- ¿Con mi novio? ¿Tengo uno? - Preguntó, entre risas.
- Ah, sí. ¿No te lo dije? A partir del día de hoy, somos novios - Dijo, entrelazando su mano a la suya.
- Ahh… No estaba enterado - Siguió riendo Yuya.
- Mejor tarde que nunca.
- Ahjá. ¿Toma…?
- Dime…
- Te amo… con el alma