Mas vicio, porque soy una viciosa... yo no me engaño :D
¿Quién echaba de menos fanfic Adama/Roslin? :DDDD
*ve a la gente huir de la sala*
Cobardes sin gusto... ¬¬ Con lo adorables que son mis pequeñines v.v
Autor: yokana_yanovick
Fandom: Battlestar Galactica
Pairing: Adama/Roslin
Spoilers: Ninguno
Tema: #10* - Realidad ( Tabla)
Contenidos: Un poco de frustración sexual.
Palabras: 964
Realidad
No sabía muy bien cómo, ni porqué, pero el tiempo había comenzado a ralentizarse. Sonidos apenas audibles empezaron a cobrar protagonismo en sus oídos; el ligero roce de la camisa sobre la piel, sus dedos acariciando su cuello dolorido, el ligero balanceo de su melena castaño rojiza sobre la espalda. Se sentía completamente hipnotizado.
Laura estaba a escasos centímetros de él de pie, apoyada en su escritorio. Tenía los ojos cerrados mientras con una mano se masajeaba algún punto especialmente tenso entre los hombros y el cuello. Movía su cabeza de izquierda a derecha mientras sus mechones desordenados pasaban de un lado a otro de su cara. A aquella distancia podía incluso oler su champú, estaba convencido de que ese pelo tan brillante debía ser increíblemente suave.
Pensó que seguramente debían de hacerle cosquillas cada vez que pasaba acariciándole la cara, y aunque sintió el deseo de comprobar si tenía razón, se obligó a seguir en su sitio.
Bajó la mirada por su cuello y no pudo descender más cuando llegó al inicio de su escote. Los botones de la camisa comenzaban a abrocharse un botón por debajo de lo políticamente correcto, justo un par de centímetros antes del comienzo del borde de su sujetador.
Bajó la mirada apenas unos centímetros más y descubrió que el ángulo de su brazo creaba un punto de tensión con su camisa que marcaba la curva de sus pechos.
Sus pechos.
La boca se le secó de repente.
Rápidas imagenes se sucedieron por su mente sin previo aviso ilustrando al detalle cómo satisfacer a una mujer. En cuestión de segundos su boca volvió a la vida salivando como si fuera uno de los perros de Paulov y una intensa erección creció bajo sus pantalones golpeando contra su pierna derecha.
-¿Te encuentras bien?
Dio gracias a los dioses de estar sentado detrás de su escritorio.
La miró, no sin esfuerzo. -Perfectamente -y mientras asentía, Laura levantó su pierna derecha para sentarse en uno de los extremos de la mesa. Haciendo que el inicio de su falda acortara distancias con su muslo, dejando en el transcurso una gran cantidad de piel nueva que explorar. Cada vez a menos centímetros él.
Ya no estaba tan seguro de si los dioses eran benévolos con él, tenían un raro sentido del humor o sólo trataban de poner a prueba su autodominio.
No tenia ni idea de en qué momento o en que lugar el apellido y el cargo de esa mujer habían comenzado a disiparse cada vez que se encontraba cerca de ella. El cambio había comenzado, y con o sin su consentimiento evolucionaba de todos modos.
Desde luego, si ella sabía algo sobre sus más recientes pensamientos, lo disimulaba con un semblante tan apacible y natural como si realmente viviese en la ignorancia. Se maldijo a sí mismo por perder el control.
Intentó concentrarse en su trabajo, pero a duras penas consiguió leer más de dos frases seguidas. Cada vez que levantaba los ojos, ahí estaba; a escasos centímetro de su cuerpo con uno de los múltiples informes que debían revisar para el día siguiente; tan concentrada y serena que se sintió casi estúpido por estar excitado viviendo una realidad alternativa a su lado.
-Necesito relajarme. -Levantó la vista y volvió a ver como se masajeaba el cuello. -Ya no soporto mi espalda.
Si no hubiese estado tan pendiente de su entrepierna, esa frase no se hubiese convertido súbitamente en una tortura. Su imaginación se confabuló con sus ganas y una imagen de una Laura mucho más relajada le nubló el sentido; que hubiera tenido repercusiones físicas sino llega a estar sentado.
-Tienes razón, llevamos horas con lo mismo. -Se quitó las gafas y comenzó a masajearse el puente de la nariz. Ganar tiempo para tratar de relajar alguna parte más por debajo de sus narices era la mejor opción que tenía en aquellas circunstancias.
Por mucho que lo intentó no fue capaz de calmarse lo suficiente como para levantarse de la silla.
Laura se había servido una copa y le miraba con curiosidad desde el sofá.
No podía seguir esperando, o tomaba la iniciativa enseguida, o Laura se daría cuenta de que “algo” extraño pasaba. Y no pensaba poner a prueba sus dotes deductivas en aquel momento, conociéndola era capaz incluso de acertar.
-Disculpa, he de ir al servicio. -Se levantó teniendo sumo cuidado en que la parte superior de sus pantalones no se cruzara en ningún momento en el ángulo de visión de Laura.
Cuando llegó al umbral del cuarto de baño, suspiró. Por fin a solas y a salvo.
Unos golpes en la puerta rompieron el silencio. -¿Te encuentras bien?
-Sí, no te preocupes, estoy bien. -Se enorgulleció de haber conseguido poner su voz en un tono convincentemente neutral.
No hubo contestación. Estaba deshaciendo la hebilla de su cinturón cuando escuchó de nuevo su voz.
-Había pensado en pasar la noche en Galáctica, si te parece bien.
No hubo respuesta. No estaba seguro de si lo que acababa de oír era real.
-¿Bill?
-Sí claro…, ningún problema.
Laura esperó delante de la puerta del servicio unos segundos más. Los últimos acercamientos entre ellos rondaron su cabeza. Había pasado mucho tiempo sin que apareciese de nuevo un asomo de flirteo por parte de ninguno de los dos.
Por algún motivo eso la impacientó.
Adama. Siempre guardando el decoro y la distancia. Un hombre firme, impenetrable, imperturbable…
Podía haber encontrado mil sinónimos más si el agua de la ducha no la hubiese despertado de su ensimismamiento.
Miró la puerta de metal que había ante ella como si la viera por primera vez, y al cabo de unos segundos no pudo evitar que una sonrisa estúpida apareciera en sus labios.
Un hombre… quizá no tan imperturbable al fin y al cabo.
******************
A petición de tharasia y tchitchina existe una 2ª Parte ^^
*ve a la gente huir de la sala*
Cobardes sin gusto... ¬¬ Con lo adorables que son mis pequeñines v.v
Autor: yokana_yanovick
Fandom: Battlestar Galactica
Pairing: Adama/Roslin
Spoilers: Ninguno
Tema: #10* - Realidad ( Tabla)
Contenidos: Un poco de frustración sexual.
Palabras: 964
Realidad
No sabía muy bien cómo, ni porqué, pero el tiempo había comenzado a ralentizarse. Sonidos apenas audibles empezaron a cobrar protagonismo en sus oídos; el ligero roce de la camisa sobre la piel, sus dedos acariciando su cuello dolorido, el ligero balanceo de su melena castaño rojiza sobre la espalda. Se sentía completamente hipnotizado.
Laura estaba a escasos centímetros de él de pie, apoyada en su escritorio. Tenía los ojos cerrados mientras con una mano se masajeaba algún punto especialmente tenso entre los hombros y el cuello. Movía su cabeza de izquierda a derecha mientras sus mechones desordenados pasaban de un lado a otro de su cara. A aquella distancia podía incluso oler su champú, estaba convencido de que ese pelo tan brillante debía ser increíblemente suave.
Pensó que seguramente debían de hacerle cosquillas cada vez que pasaba acariciándole la cara, y aunque sintió el deseo de comprobar si tenía razón, se obligó a seguir en su sitio.
Bajó la mirada por su cuello y no pudo descender más cuando llegó al inicio de su escote. Los botones de la camisa comenzaban a abrocharse un botón por debajo de lo políticamente correcto, justo un par de centímetros antes del comienzo del borde de su sujetador.
Bajó la mirada apenas unos centímetros más y descubrió que el ángulo de su brazo creaba un punto de tensión con su camisa que marcaba la curva de sus pechos.
Sus pechos.
La boca se le secó de repente.
Rápidas imagenes se sucedieron por su mente sin previo aviso ilustrando al detalle cómo satisfacer a una mujer. En cuestión de segundos su boca volvió a la vida salivando como si fuera uno de los perros de Paulov y una intensa erección creció bajo sus pantalones golpeando contra su pierna derecha.
-¿Te encuentras bien?
Dio gracias a los dioses de estar sentado detrás de su escritorio.
La miró, no sin esfuerzo. -Perfectamente -y mientras asentía, Laura levantó su pierna derecha para sentarse en uno de los extremos de la mesa. Haciendo que el inicio de su falda acortara distancias con su muslo, dejando en el transcurso una gran cantidad de piel nueva que explorar. Cada vez a menos centímetros él.
Ya no estaba tan seguro de si los dioses eran benévolos con él, tenían un raro sentido del humor o sólo trataban de poner a prueba su autodominio.
No tenia ni idea de en qué momento o en que lugar el apellido y el cargo de esa mujer habían comenzado a disiparse cada vez que se encontraba cerca de ella. El cambio había comenzado, y con o sin su consentimiento evolucionaba de todos modos.
Desde luego, si ella sabía algo sobre sus más recientes pensamientos, lo disimulaba con un semblante tan apacible y natural como si realmente viviese en la ignorancia. Se maldijo a sí mismo por perder el control.
Intentó concentrarse en su trabajo, pero a duras penas consiguió leer más de dos frases seguidas. Cada vez que levantaba los ojos, ahí estaba; a escasos centímetro de su cuerpo con uno de los múltiples informes que debían revisar para el día siguiente; tan concentrada y serena que se sintió casi estúpido por estar excitado viviendo una realidad alternativa a su lado.
-Necesito relajarme. -Levantó la vista y volvió a ver como se masajeaba el cuello. -Ya no soporto mi espalda.
Si no hubiese estado tan pendiente de su entrepierna, esa frase no se hubiese convertido súbitamente en una tortura. Su imaginación se confabuló con sus ganas y una imagen de una Laura mucho más relajada le nubló el sentido; que hubiera tenido repercusiones físicas sino llega a estar sentado.
-Tienes razón, llevamos horas con lo mismo. -Se quitó las gafas y comenzó a masajearse el puente de la nariz. Ganar tiempo para tratar de relajar alguna parte más por debajo de sus narices era la mejor opción que tenía en aquellas circunstancias.
Por mucho que lo intentó no fue capaz de calmarse lo suficiente como para levantarse de la silla.
Laura se había servido una copa y le miraba con curiosidad desde el sofá.
No podía seguir esperando, o tomaba la iniciativa enseguida, o Laura se daría cuenta de que “algo” extraño pasaba. Y no pensaba poner a prueba sus dotes deductivas en aquel momento, conociéndola era capaz incluso de acertar.
-Disculpa, he de ir al servicio. -Se levantó teniendo sumo cuidado en que la parte superior de sus pantalones no se cruzara en ningún momento en el ángulo de visión de Laura.
Cuando llegó al umbral del cuarto de baño, suspiró. Por fin a solas y a salvo.
Unos golpes en la puerta rompieron el silencio. -¿Te encuentras bien?
-Sí, no te preocupes, estoy bien. -Se enorgulleció de haber conseguido poner su voz en un tono convincentemente neutral.
No hubo contestación. Estaba deshaciendo la hebilla de su cinturón cuando escuchó de nuevo su voz.
-Había pensado en pasar la noche en Galáctica, si te parece bien.
No hubo respuesta. No estaba seguro de si lo que acababa de oír era real.
-¿Bill?
-Sí claro…, ningún problema.
Laura esperó delante de la puerta del servicio unos segundos más. Los últimos acercamientos entre ellos rondaron su cabeza. Había pasado mucho tiempo sin que apareciese de nuevo un asomo de flirteo por parte de ninguno de los dos.
Por algún motivo eso la impacientó.
Adama. Siempre guardando el decoro y la distancia. Un hombre firme, impenetrable, imperturbable…
Podía haber encontrado mil sinónimos más si el agua de la ducha no la hubiese despertado de su ensimismamiento.
Miró la puerta de metal que había ante ella como si la viera por primera vez, y al cabo de unos segundos no pudo evitar que una sonrisa estúpida apareciera en sus labios.
Un hombre… quizá no tan imperturbable al fin y al cabo.
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A petición de tharasia y tchitchina existe una 2ª Parte ^^