“Memorias”
By: Yoana-Lawliet
Disclaimer: Death Note y todos sus personajes son propiedad de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. El anime es de Madhouse.
Autor: Yoana-Lawliet
Fandom: Death Note
Claim: [Personaje] L
Tabla: Básica
Tema: #5 (Elección del Autor) Cereza
Título: ¿Has oído hablar sobre el nudo de cereza?
Resumen: Mientras él descanasaba un poco, un extraño y retorcido niño se le acercó. Le contó sobre el absurdo mito de las cerezas y los besos. “Ojalá eso no sea cierto".
Aclaraciones: Espero que no salga muy OoC. Sobre lo de las cerezas, no se si sea cierto pero yo lo escuche por ahí.
Advertencias: Este capítulo contendrá insinuaciones de yaoi, pero nada serio, así que si no te gusta por favor no leas. Quedas advertido.
Dedicado a: Todos mis amigos del 3-H y a mis amigas por su pasada graduación.
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¿Pero que se creía ese niño al espiarlo de esa manera? Llevaba dos horas mirándolo fijamente que ya lo había hartado. Elle decidió que salir a tomar un poco de aire fresco le haría bien, -¿o se vio influenciado por Roger después de ser sacado de su habitación a la fuerza?- en fin, tomó lo único que pudo y salió a regañadientes de ahí. Un plato llenó de frescas cerezas.
Metía una completa a su boca, y al final con su dedo sacaba la ramita de la cereza hecha un nudo. Siempre había podido hacer eso, no era un talento ni nada por el estilo, así que no le tomó importancia.
Una voz le habló, estaba atrás del pelinegro. Cuando volteó vio que se trataba del niño que lo espiaba. Tenía cabello negro, lacio. Igual que él suyo. Ojos oscuros y piel blanca. Tenía una extraña sonrisa en el rostro, esto inquietó un poco al futuro L.
-Te he estado observando, pequeño niño pálido.- Se situó frente a Elle y lo tomó de los hombros. Acercó su rostro uno centímetros.
-¿Y?- Dijo cortante Lawliet. El otro niño rió suavemente.
-He visto que puedes hacer un nudo con la rama de una cereza.
-Si, ¿eso qué?- Trató de zafarse del agarre, pero no pudo lo tenía fuertemente agarrado.
-Eso significa que sabes besar muy bien, a pesar de tu corta edad, pequeño panda.
Elle no dijo nada. Le pareció tan extraño ese niño, ¿acaso no está cuerdo? ¿Quién demonios se creía ese niño para decirle eso. En cinco segundos le daría un gran golpe en el estómago.
Cinco. Cuatro.
-¿Sabes?, me gustaría comprobarlo, pequeño inglés.- Acercó su rostro. El pelinegro podía sentir su respiración contra su piel.
Tres. Dos. Un…
-¡Oye, BB! ¡Tienes que ver esto!- Un grupo de niños gritaron, el que tenía sus manos en Elle volteó.
¿Así que ese era su nombre? Vaya rareza. El otro chico deshizo el agarre y dio un sonoro suspiro. Una retorcida mueca es lo que vio el pelinegro antes de que el otro se marchara. El silencio se apoderó del lugar. Todo fue tan extraño. Sólo esperaba jamás volverse a encontrar con ese extraño chico.