Regalos de Navidad.
Me ha entrado el espíritu navideño y, como se supone, aquí les traigo los regalines a unas personas que admiro y respeto. Y espero que se pasen una feliz navidad y año nuevo. Este fin de año no es fácil para mí, pues estoy pasando por problemas personales y económicos, así que no me alegro mucho después de todo.
Disculpen mi amargura. En fin, espero les guste estos One-Shot que hago con todo cariño.
One-Shot-regalo para: aniki-sama
Fandom: Naruto
Claim: Sasuke/Naruto
Mensaje: Te quiero mucho amiga, aunque ya no nos hemos visto, te sigo guardando un cariño enorme. Pásatela bien con tu familia y amigos. Espero verte pronto, -siento que hayas reprobado-.
Sentado en el balcón de su casa, Sasuke bebía una copa de vino. Era navidad y había decidido pasarla solo, como todo buen antisocial y emotivo. No odiaba la celebración, pero simplemente no la celebraba, todo por una simple razón: No tenía con quien.
Si bien Naruto, con todo su optimismo se empeñó en convencerlo de ir juntos a la fiesta navideña, no lo logró. Él quería que por lo menos esa piedra que tiene el pelinegro como “corazón” se ablandara un poco en compañía de sus amigos más cercanos.
Sacudía la cabeza levemente, ya no quería pensar en nada de eso. El viento tocaba con gracia su rostro, una extraña sensación invadía su ser. Esperaba que el rubio no saliera con alguna idiotez navideña… Oh, oh, demasiado tarde.
Del techo cayó hacia el balcón un rubio vestido de rojo con gran precisión. Un gran gorro con una adorable borlita blanca adornaba su cabeza, un gran cinturón ceñido a su cintura y unas botas de charol muy monas. Sonrió ampliamente al ver la cara de estúp… confundido de Uchiha al verlo. Se acercó hacia él y dobló el cuerpo al frente, quedando sus rostros a pocos milímetros de distancia. Tomó entre sus manos su rostro y susurró con un tono picarón.
-Te dije que haría cualquier cosa para que amaras la navidad, idiota -lo besó como nunca antes lo había hecho, el pelinegro respondió, cuando iba a pasar sus brazos por la cintura de Uzumaki, él se separó y con un salto bajó hasta el patio de la casa del clan, Sasuke observó por muy arriba al rubio y lo miró seria y fríamente.
-Tengo una fiesta en la que estar y yo cumplí ya con mi objetivo… ¡feliz navidad, Sasuke! -Y despareció como llegó, Uchiha se sentó de nuevo y tocó sus labios lentamente, ahora si odiaba mucho la navidad.
One-Shot-regalo para: Hazy_Kenyer Fandom: FullMetal Alchemist
Personaje: Roy Mustang
Mensaje: Gracias por el regalo, espero que te guste el mío. Que tengas felices fiestas con tu familia y amigos.
-¿No sé cómo lo hace cada año, coronel? -Exclamó Jean Havoc al ver la mesa llena de regalos, que no eran precisamente para él, sino para Roy.
Siempre era lo mismo cada fin de año, todas las admiradoras del Coronel Mustang le enviaban un sinfín de obsequios al Cuartel, que él ni siquiera se molestaba en abrir. Ponía a sus ocupados subordinados a que ellos lo hicieran.
A veces se sorprendían con lo que veían sus ojos. Havoc, con el cigarrillo a punto de consumirse en la boca, miraba estupefacto lo que una señorita muy reconocida de la ciudad le mandaba con mucho afecto. Primero leyó la carta de color rosa que venía, olía a perfume de rosas:
“»Para mí querido Coronel:
Disculpe el atrevimiento que he tenido con usted, pero como siempre en esta época del año, le hago dueño de una muy bonita fotografía mía, que me han tomado los mejores fotógrafos de la ciudad -claro, que con absoluta discreción-.
Espero que le guste el presente, pues lo hago con mucho amor y cariño, me siento alagada por sus hermosas palabras hacia mi persona cada que nos vemos. Bien, se despide una amiga que siempre esperará por usted.
Siempre suya, con indudable amor,
Gabriel de Liodunt«”
Primero: ¿quién demonios era Gabriel de Lio…? ¡Pero si era la mismísima hija de uno de los hombres más ricos de toda Central! Ese Roy Mustang si que era un… Bien, mejor no hacía corajes con él. ¿Qué tenía Roy que no tuviera él? Buscó la dichosa fotografía dentro del paquete muy bien envuelto. Con disimulo la miró y abrió los ojos enormemente. La señorita Gabriel posaba sensualmente en lencería roja…
Una idea terrible se le ocurrió en ese momento. Sí el Coronel tenía tantas admiradoras y amigas ¿por qué no robarle algunas? Jamás se daría cuenta de semejante cosa.
-¿Sucede algo? -De improvisto le preguntó Roy a él, lo miraba algo desconfiado,- ¿algo importante para mí?
-N-no, se equivocaron de dirección -le respondió débilmente, mirando la fotografía y la carta respectivamente.
Guardó la fotografía en su chaqueta y tachó una palabra y agregó unas en el papel rosado. Ah, como amaba esa época del año.
»Para mí querido Coronel Jean Havoc:«
One-Shot -regalo para: juancarlosbodoq ó Beth Hellsing
Fandom: Death Note
Pareja: Mello/Near
Mensaje: Muchísimas gracias por ser una amiga incondicional. Espero te guste este pequeño obsequio especialmente para ti, hace mucho que no escribo de Death Note, creeré en que todavía no estoy oxidada. Que te la pases muy bien con tu familia y amigos, ¡felices fiestas!
¡Pero esto sí que era el colmo! ¿A quién diablos se le había ocurrido la estúpida idea de hacer un estúpido intercambio de regalos en los días que ponen estúpidos a las masas? Definitivamente le daría la tunda de su vida. No era por el hecho de querer hacer que todos se lleven bien y se sientan amados -eso Mello lo tenía bien clarito-, todo era por el simple hecho de ser la persona que le daría un regalo a N… Ne… ar… Near. A la persona que más odiaba en todo el maldito orfanato.
Respiró hondo. Se puso a pensar como el buen niño-genio que era. ¿Qué demonios le iba a regalar al engreído ese de Near? Tan sólo con acordarse de él le producía una ira tremenda. Tenía que escoger entre varias opciones de regalos que tenía frente a él.
La primera opción: un lindísimo carrito de juguete. Sabía que al tonto ese le gustaba jugar todavía con juguetes -jojo, que infantil, debería de crecer ya-, además sólo tenía que envolverlo y listo. Y, ¿si no le gustaba? ¿Si se le hacía algo tonto? Tal vez diría que tiene miles de esos y mejores. Lo humillaría enfrente de los demás ineptos -niños, y si es que todavía lo eran- y quedaría como un tacaño. No, mejor no. Descartado el carrito.
Lo segundo era… mmm… un chocolate. Bueno, ese era para él, así que también quedó fuera de las opciones.
Último y tercero: una linda tarjeta navideña. Pero no era una simple linda tarjeta navideña, no hombre, era una con un mensaje del mismísimo L. recordaba el momento en el que el detective se la había entregado. Le dijo que era para que se la diera a alguien importante, que le serviría algún día.
El rubio la firmó y la guardó en un sobre color rojo. Sí con esto Near no estaba contento, juraba que lo mataría a golpes. Odiaba a Near, a la Navidad no.