May 17, 2015 22:23
Ésta es la historia de hoy:
Me pasé la madrugada leyéndome Otomen, un manga shoujo del que tengo que hacer un resumen decente. Me acosté a las 4 y me levanté a las 7 para ir al pueblo donde Mante vive ahora. Perdí el autobús de las 8 y no había otro hasta las 8:30. Llegué a las 9 y nos pusimos a dormir porque él estaba agotado y yo estaba agotada.
Dormí mal debido a la esponja de mi nariz pero podría haberme levantado a la una o a las dos. Me quedé en la cama para estar el máximo de tiempo con Mante. Cuando ya no pude más y me levanté, eran las seis y media de la tarde. Mante siguió en la cama. Comí, vi los capítulos que dije que llevaría en el portátil para entretenerme, después de dos horas de escuchar su despertador pero sin ver a Mante decidí que me marchaba. Se lo dije y pareció triste.
-Creí que te quedabas esta noche aquí -dijo medio dormido.
-Dije que vendría el domingo.
-¿Y qué pasa con la cena? Cuando lo dije no me contradeciste -Es verdad. Cuando me levanté se ofreció a hacerme la comida, pero yo llevé zorza ya hecha y dijo que me haría la cena entonces.
-Estabas dormido.
¿Te sientes solo, decepcionado? ¿Crees que debería haberme quedado más porque no pude verte en todo el fin de semana? Vaya, creo que es justo porque me has dicho que te has sentido solo todas la veces que sólo puedes estar despierto dos horas en casa y que aun así no te hablo ni hago nada contigo. Es mi justo castigo a "no hagamos nada", ¿no? Supongo que no lo ves así, en realidad. Querías verme, ¿no? Y pasar tiempo juntos. Es sólo que creíste que tendrías tiempo para eso, que yo me quedaría hasta mañana y podríamos, no sé, vernos, al menos.
Eso pienso ahora.
No es el único que se siente así, ¿sabéis? Cuando viene, estoy todos los días aquí. Se levanta dormido y no habla, a no ser que sea de lo último que hizo esa mañana con sus amigos. Llega, si puede, a las 9 de la mañana, agotado, y se va a desayunar con sus amigos. No me molesta, si no es porque me ha reprochado varias veces que tiene el tiempo justo para estar conmigo y que hagamos cosas pero no quiere que sea nada fuera de casa porque estoy hecho mierda. Ni siquiera los días en que se aparece pronto por aquí se levanta antes y, cuando se levanta, se pone con el WOW. Es que tú siempre estás con tus libros, o escuchando música con los cascos. O ves series es la tele con mi hermana. Tampoco es que él se esfuerce por tener una conversación en la que yo pueda participar. Sólo son monólogos sobre lo que pasó esa mañana o pasa en el videojuego.
Para mí bastaría con que se sentara conmigo y empezáramos a hablar de imbecilidades. No me gusta salir así que, ¿cuál es el problema? Ah, sí, tengo que ser yo la que esté atenta a cuando quiere y no quiere hacer las cosas, ¿eh? Parece que le molesta que tenga que hacer cosas como buscar trabajo. Vengo y ya te marchas. Me levanto pensando que hay gente y no estás.
Entonces, ¿qué se supone que tengo que hacer? ¿Te levanto y te molesto? La última vez que viniste salí contigo a pasear hasta más allá de mi horario y como dijiste que querías hablar, hablé hasta que ya no pude más. ¿O te dejo descansar todo lo que quieres y te enfadas conmigo porque no te desperté para pasar tiempo juntos?
Oh, espera.
Te pregunté a las seis y media si no te ibas a levantar. Dijiste que después. Te sonó el despertador dos veces más en las siguientes dos horas. Pero la culpa es mía porque no te avisé que me iba por la noche.
cartas a mante