May 08, 2007 13:32
Antes de empezar a escribir, os recomendaría a los que me conocéis mucho que vayáis preparando unos pañuelos de papel por si acaso, ya que estoy tan emocionada que puedo resultar contagiosa.
A ver... por donde empezar, llevo tanto tiempo soñando e imaginando este momento... que no tengo palabras, pero os adelanto que estoy inmensamente feliz.
Hoy... he escuchado por fin la mágica palabra: REMISIÓN, es decir... ESTOY CURADA.
REMISIÓN
REMISIÓN
REMISIÓN
REMISIÓN
CURADA
CURADA
CURADA CURADA CURADA
En estos momentos tengo luces de colorines girando dentro de mi cabeza. No me lo puedo creer, pero cuando os cuente como ha sido todo... creo que más de uno se va a quedar a cuadros.
Hoy tenía revisión, pero una de esas revisiones sin importancia en las que solamente me iban a dar datos y papeles para pedir nuevas fechas, así que he ido al hospital sin ninguna expectativa. Una vez allí, me he sentado, he respirado profundamente y me he dispuesto a esperar durante horas como siempre.
Sin embargo, todo ha sido justo al contrario, me han llamado en seguida, he entrado y la doctora ha empezado a comentarme que el ansiado y famoso PET, no me lo pueden hacer hasta dentro de por lo menos tres meses largos, ya que los efectos de la radioterapia duran por lo menos ese tiempo, y si no los resultados serían engañosos... ¿Os imagináis mi reacción? Pues estaba empezando a asumir que la espera sería aún más larga, mientras veía como la doctora seguía haciendo anotaciones y hablando de fondo.
Su voz decía... "dentro de un mes tienes que hacerte una analítica, para ver como van tus constantes, por ejemplo te cito el 11 de junio. Y... el PET lo vamos a fijar... del 1 al 15 de septiembre, aunque quizás podríamos hacer otro TAC un poco antes... "
Yo escuchaba como un rumor, como un sonido mecánico de un viejo motor, e iba captando palabras que relacionaba con pereza. Ni con alegría ni con tristeza, simplemente las iba acumulando de forma inconsciente.
Sin embargo... entre sus palabras, de pasada y sin mirarme, apareció la palabra "remisión". En esos momentos, subí la cabeza, la miré con incredulidad y le dije "por favor, ¿me puedes repetir lo que has dicho?". Yo tenía los ojos abiertos como platos, y las manos estaban empezando a temblarme. Ella me miró sorprendida, como si no comprendiese mi reacción, a lo que añadí "¿Es que estoy en remisión? ¿Has dicho la palabra remisión? Pero si no me has hecho nuevas pruebas ni nada"
Entonces me explicó levemente que desde mi último TAC estoy en remisión, pero que lo demás ha sido para consolidar. ¿Cómo puede pasar eso? ¿Cómo he podido vivir otras dos sesiones de quimio, y 18 de radioterapia, sin que me digan algo así? ¿Cómo puede alguien callarse eso?
Ella me dijo... "¿no te lo imaginaste? ¿no me entendiste" y yo le contesté "Hombre... yo escuché adenopatías, nódulos de un centímetro, masa supraclavicular... y una gran serie de términos médicos, pero como me lo decías seria, pensé que todo iba normal en el tratamiento, no bien" (mientras que hablaba ya visualizaba con excelente precisión aquella cita, la he revivido tantas veces en mi cabeza, que la se de memoria).
Después, no sé, lo recuerdo todo muy difuso, pero sé que le he obligado a repetirme la palabra remisión por lo menos 15 veces.
También me ha dado más información sobre las pruebas que me quedan, y comentado que este año va a ser decisivo para mi, ya que las posibilidades de recaer van a ser mayores. Pero eso sí, las de que eso no ocurra serán de por lo menos el 90% lo cual me parece un porcentaje estupendo.
Bueno, dejemos la consulta por delante... ¿queréis saber lo que he hecho después? Lo veo todo como por fotogramas, y creo que lo voy a recordar toda la vida. El 8 de mayo, el día que volví a nacer. (Es un tópico, lo sé, pero es cierto).
Lo primero ha sido correr a donde me ponían la quimio, a dar abrazos bien fuertes a las enfermeras, y a llorar, a llorar a gusto, a llorar de felicidad con ellos incluso por la alegría de verme temblar por algo así. Creo que hoy me ha visto/me va a ver llorar hasta el tato.
Luego, saliendo del hospital he cogido un autobús camino de mi casa, pero antes de llegar me he bajado y he ido casi corriendo a AECC. Tenía que darles la noticia, me han llevado de la mano todo el proceso, y tenían que ser de los primeros en saberlo.
Allí, he llegado tan acelerada que casi no me entendían, he balbuceado, y lo he tenido que repetir mil veces hasta que me he visto rodeada de abrazos y con un buen vaso de agua en la mano.
Entonces... se me ha ocurrido una gran idea, hacer algo simbólico, algo para recordar siempre, y... allí mismo, delante de todos, me he quitado el pañuelo y lo he guardado para no ponérmelo. ¿Donde queda la vergüenza cuando eres tan inmensamente feliz?
Bueno, voy a descansar y a hacer alguna que otra llamada. Estoy terriblemente agotada, tantas emociones me están dejando sin fuerzas.
Eso sí, hoy os propongo algo, me gustaría que todo el que haya llegado hasta aquí, todo el que me haya leído alguna vez, aunque nunca me haya escrito, que se atreva a hacerlo hoy, ya que hay motivos de sobra para hacerlo. Ya lo hicimos una vez estando mal, ahora sí que merece la pena hacerlo.
remisión