Esto es una especie de borrador publico. Sé que suena extraño, solo banquénme los trapos un toque.
Estoy un tanto reflexiva esta mañana de domingo, y tengo ganas de ponerlo por escrito. Las cosas suelen tener más sentido para mi cuando las tengo por escrito, por extraño que resulte.
Se dice, y con razón, que la familia es el núcleo, la base de la sociedad, pero no es la base de todo tipo de sociedad, es principalmente la base de la sociedad patriarcal-estatal.
La mayoría de nosotros nacemos en el ámbito de la familia.
Somos criados
bajo la idea de que la familia y sus integrantes tienen que cuidar de nosotros. Por obligación, porque es natural y con suerte porque nos han traído al mundo porque nos aman. En teoría se supone que también nos protegerán de todo daño (digo se supone porque está comprobado que la mayor parte de los abusos se dan dentro del seno de la familia), nos facilitaran una guía, una luz en el largo camino que es este recorrido que se llama vida.
Para comenzar, creo que es un error decir que algo como el amor es natural. El amor es algo que se desarrolla, que crece y que necesita ser alimentado. Si el amor de los padres por los hijos es en verdad algo automático, sin otro sostén que la naturaleza misma del lazo que significa solo compartir la mitad del material genético con cada padre, no se podría explicar cómo tantas madres se las apañan para abandonar a sus hijos, darlos en adopción (sea esto por beneficio propio o del niño) o incluso asesinarlos apenas nacidos. Hablamos de mujeres que han tenido otros hijos, que tienen relaciones de afecto con otras personas. No son monstruos. Son personas que por diversos motivos no han desarrollado un vinculo con el niño, por cualquiera que sea el motivo. A lo que quiero referirme es, que si en verdad el amor se diera en todas las familias como se supone que debe darse, natural y automáticamente, no habrían niños abandonados, no existirían las muertes de mujeres por abortos clandestinos y nunca habríamos ni siquiera escuchado qué es el infanticidio. ¿Pero por qué se hace del amor algo natural, algo que se da por inercia y sin esfuerzo alguno de nuestra parte? Pensemos. Nos dicen que la familia nos ama y siendo niños eso en nuestra candidez e inocencia nos pone de inmediato a buscar devolver ese afecto (que a veces ni existe) a ser obedientes y dar orgullo a nuestros padres para agradarles, ect.
Esta idea de que la familia te ama y te protege, es lo único verdadero que tenemos, aquellos que siempre estarán, los lazos que nunca se cortaran pese a lo que suceda, da tanto una sensación de pertenencia como una de obligación, de responder a lo que se nos da y esto facilita en cierto modo la tarea de los padres de educar y formar a los niños y niñas en seres capaces de reconocer y de responder a la autoridad patriarcal. Respondemos primero al padre y si obedecemos a la madre es porque el padre lo dice.
Entonces, desde que tenemos uso de razón somos alimentados mentalmente (con palabras y/o con actos) con esta idea de que en el ámbito familiar se nos ama, pura y exclusivamente por el simple hecho de haber nacido allí, lo cual por cierto no reconoce nuestro merito como individuos. No se nos quiere por ser buenas personas, se nos quiere "automaticamente" por el simple y llano hecho de haber sido traído al mundo. ¿No es acaso posible amar a un amigo/a y sentir que esa persona es más hermana nuestra que aquel con quién compartimos la presuntamente espesa sustancia de la sangre? En la familia cuidaremos los unos de los otros solo porque compartimos la sangre. Soportaremos malos tratos, ordenes arbitrarias, reglas injustas y exigencias desmedidas porque somos familia y la familia debe permanecer unida. ¿Pero qué sucede cuando un hermano/a es violento para con su pareja, golpea a sus hijos sin justificación o tiene a su cuidado animales u otras personas que quedan no obstante en el más inhóspito olvido? En muchos casos por exigencia de los familiares en común nos vemos en la obligación de seguir en contacto con semejantes seres humanos, pese a que ellos mismos rompen con todas las reglas del amor "natural" y el cuidado hacia la familia, nosotros nos vemos forzados a sostener "nuestra parte del trato" ¿Tiene algún sentido permanecer cerca o siquiera en contacto con una persona que está por sobre todo al pendiente de sí misma independientemente de si esto es o no un daño para los demás?. La justificación de que se es familia se usa para perdonar cualquier falta o error que los hijos/familiares favoritos cometan, mientras los que no gozan de este favoritismos pueden por el contrario llegar a ser objeto de escarnio por el más pequeño error. Hacemos la vista gorda a comentarios machistas, xenofobos, antisemitas, después de todo se trata de la familia de uno, la única que tenemos, aquellos que nos cuidaran y nos devolverán el buen trato dispensado.
Las mujeres somos en este ámbito las que la mayoría de las veces peor la pasamos, incluso el propio sistema es capaz de reconocer el problema que representa la violencia hacia las mujeres en núcleo de la sociedad. Pego un texto de un articulo cuyo link dejo más abajo: "La violencia intradoméstica pone en tela de juicio a la familia como institución social que proporciona seguridad, protección y afecto, y los roles y funciones que tradicionalmente se le asignan a cada uno de sus integrantes; además, deja al descubierto su carácter paradójico. Aunque en nuestros países se reconoce la existencia de distintas estructuras familiares y de cohabitación (CEPAL, 1993b), y que hoy en día son objeto de un examen crítico, las familias se organizan preferentemente en torno al poder de los integrantes del sexo masculino en todos los niveles jerárquicos. Por lo tanto, se estructura a partir de fuertes lazos de dominación y de notables desigualdades en las relaciones de poder, que afectan a las mujeres; el rol que se les asigna en la vida conyugal supone sumisión, dependencia y la aceptación de la autoridad indiscutible del hombre y de un conjunto de normas y conductas que limitan su desarrollo. En este contexto, los hombres pueden castigar a las mujeres o controlar sus expresiones, su movilidad y su sexualidad. La violencia dentro del hogar se utiliza como un instrumento de poder, de carácter funcional, destinado a afianzar la autoridad y la supremacía masculinas y a velar por el cumplimiento de las responsabilidades socialmente asignadas a las mujeres dentro de la familia."
Lo que estas personas no señalan y que a mi entender es importante para poder desentrañar la violencia que vivimos las mujeres durante toda nuestra vida en todos lo ámbitos de la sociedad si bien en distintas medidas o grados es que esta violencia ES parte de la lógica de la familia patriarcal. Que la capacidad de la mujer, de cuidar, organizar, proteger, entender, mediar, enseñar quede restringida pura y exclusivamente a su ámbito familiar, cuando podría ayudar más brindándose a otros, que su sexualidad se vea teñida de valoraciones morales baratas, llena de trabas e impedimentos para ser vivida plenamente (por la liberación que la misma implica) que se vea atada a canones de belleza inalcanzables que la oprimen, deprimen, frustran, agobian y distraen de poner ese tiempo en cultivar una personalidad más frondosa o un carácter mejor, de poder relacionar mejor y más profundamente el estrecho lazo entre pensamientos y sentimientos, sin divisiones malsanas y escisiones entre lo que deseamos y aquello que razonamos, es mejor para nosotras y nosotros.
Pese a que nuestro uso de razón nos dice que la lógica de la familia no sigue en absoluto lógica alguna, puesto que muchas veces todo lo que damos como individuos cae en saco roto. Uso de razón que nos permite ver todas las contradicciones que se viven y que atropella la idea de el amor familiar pero no lo derriba. ¿Por qué? ¿Cierta cantidad de años de convivencia/crianza justifican soportar el mal trato de aquellos que se supone deben amarnos pero que claramente no lo hacen? ¿Por qué tantas personas permaneces rodeadas de familiares dañinos, entrampados en relaciones venenosas?
Una de las razones más comunes es de orden material. No disponer del propio espacio o de un ingreso monetario suficiente para poder independizarse es un fuerte motivo de permanencia en ámbitos que son dañinos y que empañan cualquier posibilidad de mejora. Pero no es el único y a veces ni siquiera es el motivo de más peso.
Esto se debe a que muchos de nosotros creceremos ansiando, no solo ser amados incondicionalmente -como se supone que debemos serlo dentro del circulo de personas consanguineas, progenitores incluidos- sino también haciendo nuestro mejor esfuerzo para amarlos de regreso, aceptarlos, devolverles algo en la medida de nuestras posibilidades. Queremos ser reconocidos como individuos por nuestro propio valor y capacidades, ser motivo de orgullo y de felicidad. Pero cuando vamos creciendo nos encontramos escuchando las charlas de los adultos, que contradicen todo este mundo que nos tejen.
Hablan mal de sus familiares, cercanos o lejanos. No plantean problemas que muchas veces son coyunturales y se saludan con un cariño y una efusividad que claramente sienten pero que justamente por ser tan palpables deberían ser garantía de poder discutir cualquier tema y sobrellevar cualquier dificultad. Pareciera que por el contrario, independientemente del cariño que se siente, los problemas no pueden ser mencionados de manera abierta. Las diferencias más profundas deben ser evitadas y los temas complicados o complejos son evitados quedando las conversaciones en cuestiones superficiales. Pese a todo, para los niños en crecimiento es facil ignorar o borrar todo lo que se contradiga con las situaciones que contradicen la logica del amor familiar y muchas veces llegamos a ser adultos haciendo caso omiso de los más claros abusos para con nosotros mismos o para con otras personas, aferrándonos con uñas y con dientes a cualquier gesto minímo que nuestros familiares hayan tenido para con nosotros, por insignifcante que en verdad haya sido el mismo al momento de cambiar nuestra situación real/material.
Entran en conflicto la idea del afecto sin limites y la familia como protectora de las personas. Esas mismas situaciones o conflictos que si hubieran de presentarse en la pareja o en las amistades serían motivo de ruptura.
Una de las primeras falacias que se derrumba cuando uno crece es la idea/categoría de los padres amando o preocupándose por todos los hijos sin hacer distinciones. En cada familia todos somos capaces de detectar cual es el preferido de la madre, del padre, de tal o cual tío. Nos dicen que está mal. Que los padres no deben hacer diferencias, pero lo cierto es que muchos padres aman más a los hijos en los que se ven reflejados. Sea por este o por otros motivos, muchas veces puede comenzar a desarrollarse entre los chicos una competencia por el afecto de los padres o siquiera quizás solo por llamar la atención de los mismos, creándose una asociación malsana entre ser el centro de la misma y la sensación de ser queridos. Algunos de los niños al negarse a competir con sus pares se refugiarán en la soledad o en actividades en las que logren destacar y diferenciarse de sus hermanos sin tener que luchar de manera frontal por el afecto y el reconocimiento parental.
La familia termina siendo muchas veces motivo de largas charlas psicoanalíticas, raíz de muchos problemas y traumas puesto que las más de las veces dentro de esa misma familia que debería cuidarnos hay escondidos personajes siniestros, y no hablo solo de padres que ignoran las necesidades materiales o afectivas más básicas sino incluso también violadores, abusadores, déspotas y tiranos de toda clase. Madres que niegan todo problema, incluyendo aquellos que sufren los niños o que ante la tranquilidad se inventan conflictos.
El ámbito de la familia patriarcal, núcleo de la sociedad, está a mi entender construido no para cuidar de los niños,sino para instruir en las reglas de la sociedad, del respeto a la autoridad paternal (que en los individuos mayores de edad es el estado) sin muchos cuestionamientos ni dudas.
Estaré volviendo luego para seguir corrigiendo y extender :D
http://www.cepal.org/publicaciones/xml/5/4345/lcl957e.pdf