Ultimo capítulo que esta escrito, asi que para el siguiente habra que esperar muuuuuchhooooooooo, pero tranquiis que seguro que este os deja con buen sabor de boca.
Ana, ¿te acuerdas de ese fic que escribimos juntitas de Mul y Scu? Sabes si tú posteaste alguna parte???lo toy buscando y no hay qeuin elo encuentre en mi lj...jossssss
Bueno a lo que voy:
Las dos caras de la verdad
- ¡Siempre podrías comprarle unos patucos blancos! Color neutro, tanto para niños y niñas.- argumentaba Wilson mientras sostenía en una mano unos patucos de ese mismo color.- Aunque por el contrario- los dijo soltando esos y tomando en consideración otros rosas con unos pompones colgando- ahora dicen que el rosa es el nuevo azul…- silencio fue la respuesta que obtuvo- ya, yo tampoco lo entiendo- toma los dos patucos de diferente color y mueve las manos a modo de balanza estudiando con intensidad el color del diminuto calzado- el rosa es rosa, es … rosa- sentencia. - ¿House?- se vuelve consciente de que la falta de un comentario cómico o hiriente, que se mofase de su preocupación con los colores, significaba la ausencia de su amigo - House- le regaña al verle absorto en la sección de videojuegos. - Es un bebe- se acerca a su espalda- dudo que pueda con el peso del cacharro este y mucho menos que…
- Se ha demostrado que el uso adecuado de las consolas - argumenta serio mientras sigue su inspección a los diferentes juegos que abarrotan las estanterías- es beneficioso para la coordinación motor-visual en los niños. A demás ayuda al desarrollo de la mente al verse enfrentado a diferentes puzles.
- Un bebe no cardina por separado, así que imagínate lo mucho que coordinara dos sistemas diferentes- serio le quita con brusquedad un juego que House leía interesado.
- No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Si quiero ser un padre responsable debo saber qué juegos he de recomendarle.- Wilson resoplo cansado.
- Lo que digas, pero ahora- dice señalando al pasillo contiguo- creo que nos arreglaremos con los patucos. - House se acerca renquéate tras el oncólogo al estante cargado de de suaves patucos de lana.
Incapaz de dar un paso más allá de la columna de patucos en una inmensa gama de amarillos, para un seco. ¿Amarillo? Amarillo fuerte, amarillo flojo. Cualquier cosa que se pasase de eso, ya era un mundo aparte para House.
Mareado y atrapado en un arcoíris patiquín pudo distinguir a un Wilson cargando con un oso que le sacaba una cabeza intentando decidirse en que cola ponerse.
- He pensado que ya que estoy aquí, yo también podría comprarle algo a Cuddy y así mato dos pájaros de un tiro.- Sudor frio, dedos agarrotados y puños apretados con tal fuerza que reducía a una pequeña bola deshilachada de lana a los patucos.
- MAMAMAMAMAMAMAMAMAMAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!- un niño, que gritaba frenéticamente mientras tiraba con furia del padre, le sacó del shock. Al fin el aire que parecía haberse perdido en algún punto, llegó a sus pulmones poniendo en marcha a su cerebro de nuevo. Miró a Wilson pensativo, inclinando la cabeza y arrugando la frente. La tensión de su mano desapareció dejando caer de un ovillo arrugado de lana verde.
- ¿House?- el huraño doctor negó con la cabeza y se dirigió con paso firme, por primera vez en toda la tarde, hacia la salida de los grandes almacenes dejando tras de sí a un Wilson desconcertado.
Era el último oso y parecía perfecto. Ya le perecía ver al pequeño, o pequeña, House saltando sobre él, sentándose y jugando, escondiendo pequeñas gominolas con forma de vicodinas en algún hueco que encontrara… Así que decidió no seguirle pues estaba seguro de donde se dirigía. Compraría el no tan osito, lo llevaría a casa y luego iría en su busca.
Entre una cosa y otra, convencer a Amber que no se había vuelto loco, que no quería tener hijos y que no pensaba convertirla en una coneja parlante, eran las 8 largas cuando Wilson llego a casa de Cuddy. Esa cara de House en la tienda solo significaba una cosa. House se lo había tomado en serio, había desestimado todas las posibles carreteras secundarias y estaba decidido a coger el camino más rápido. Ir a la fuente, a la causa de sus miedos. Wilson solo esperaba una cosa. Llegar a tiempo para ver el espectáculo.
Tras el timbre Cuddy no tardó en aparecer en la puerta.
- Hou- antes incluso de abrir la puerta comenzó a decir desesperada- ¿Wilson? - se preguntó a sí misma no muy segura.
- ¿House?- preguntó Wilson sobresaltado por la brusquedad con la que Cuddy abrió la puerta.
- Cuddy- dijo más calmada sin entender nada.
- House, ¿no está House?- Cuddy seguía sosteniendo la puerta sin llegar a abrirla completamente.
- ¿Por qué debería estar?
- Ahhhh…- Wilson se quedó en blanco- ¿Por qué no?- logró decir intentando aparentar normalidad.
- ¿Porque es mi casa y no la de House?
- Ya jejejeje- sonrió incomodo- es tu casa, pero pensé que quizás…no sé, que podría estar aquí- Wilson se tocaba el pelo nerviosos intentando esquivar la mirada inquisitiva de Cuddy.
- Wilson, ¿Hay algo que quieras contarme?- dice suavizando el tono intentando tranquilizar al joven doctor.
- Eh…yo…- las teorías de a donde podría haber ido House y las posibles escusas para contestar la pregunta de Cuddy se confundían en su cabeza.- ¿Puedo entrar?- dice mientras avanza lo más convencido que puede. Cuddy abre la puerta por completo y le deja pasar.
Sobre la mesa, lo que parecía un plato de brasador a medio comer, era lo único fuera de lugar en la ordenada sala. Esto no hacía sino disminuir más aun la confianza de Wilson y eso era patente en su voz.
- Siento…siento interrumpirte…- Cuando se volvía cobardemente hacia la puerta la voz de la decana lo paró.
- No te preocupes Wilson, dime.- ofrece con una sonrisa a tiempo que aparta los platos de la mesita de café.
- Nada, es una tontería…
- Por las vueltas que le estas dando no es ninguna tontería- le presiona la mujer.
- ¿Estas…?- Wilson respira profundo, la inseguridad patente en su voz.- ¿Estás bien? - dice rápido.
- Si…- asiente Cuddy esperando más explicación por parte de su amigo.
- Oh, me alegro que todo vaya bien- dice con una sonrisa nerviosa mientras golpea su pierna para intentar parar el tembleque en ella.
- ¿Por qué debería estar de otra forma? ¿Qué ha hecho House?- pregunto temerosa.
- Nada, nada…- se apresuro a decir- o de todo según se mire- comenta en voz baja.
- ¿Qué?- pregunta curiosa. - ¿Estás bien Wilson? - volvió a decir al no recibir contestación.
- ¿Yo?- sonríe mofándose de la pregunta, ¿qué si él estaba bien? ¿él? - si estoy genial.
- Vaya, ya podemos formar un club- respondió incomoda Cuddy. Era raro que Wilson le hiciese una visita y más raro aun a estas horas.
- Un club- repitió- si, jejejejeje.- Wilson se tocó el pelo nervioso, pensando en cómo llegar al asunto sin que pareciera evidente que el conocía cada uno de los detalles.- Es que… te he visto rara últimamente…no sé.
- ¿Rara?- Cuddy se tensó en el sofá, brazos cruzados frente al pecho. No es que Wilson fuera un experto, bueno en cierta manera lo era, y esa postura solo señalizaba incomodidad hacia la otra persona y protección.
- Eso he dicho, rara. ¿En verano…?
- Sí, todo genial- se apresuró a decir.
- Entonces ¿no estás enfadada conmigo por desaparecer de aquella forma?
- No- sonrió.
- Con House… ¿todo bien?- dijo probando cuan de profunda eran las aguas. Quería llegar al fondo de esta historia y si desvelaba demasiado pronto sus intereses Cuddy no solo se limitaría a poner los brazos en cruz para protegerse.
- Sí, bueno, todo lo bien que puede ir considerando a House…- relajó su postura llevando una de sus manos al pelo, despeinándolo aun mas en un claro intento desesperado por inventar algo que Wilson se pudiera tragar.
- Aja… entonces ¿lo viste en verano? No me habías dicho nada.- esto era difícil, pero la recompensa valía el esfuerzo y este sacar la información a empujones.
- Si…lo vi…- dijo casual, sin darle importancia.
- Lo viste- repitió a medias esperanzado porque esto iba en marcha. -¿Cuántas…?
- Unas cuantas veces, ya sabes, siendo House…- había utilizado dos veces la misma escusa, se estaba quedando sin peones que defendieran su terreno, solo un poco más.
- Y… ¿Qué…?- dejo la pregunta en el aire sin terminar adrede para que ella misma rellenara los huecos y se auto descubriera. A veces Wilson podía ser un chico muy muy malo.
- ¿Y qué que…?- y Cuddy a veces podía exasperar a la gente con esos nervios de acero.
- Ya sabes el verano con House…
- Bien.
- ¡Ya basta!- gritó el oncólogo sobresaltando a Cuddy- lo sé todo, se que os encontrasteis en verano, se que… bueno lo sé, sé lo que hicisteis y sé de las consecuencias. Estas embarazada de House.- tras el estallido, la fuerza y energía que le habían hecho levantarse del sillón desaparecieron dejando a un Wilson con las rodillas tintineantes y desplomado en el sofá.
- ¿Qué sabes qué? ¿Qué yo qué?- el turno para exaltarse era para ella.- ¿Qué te ha contado?- gritaba arriba y abajo.- era demasiado pedir. Dejar las cosas como están no es el estilo House, él tiene que enredar y enredar hasta que lo último que queda es un nudo tan grande como su cabeza. Sera hijo de…- logró frenarse antes de terminar la frase.- ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo ha llegado a la conclusión de que estoy embarazada?
- Tiene pruebas, ya sabes lo meticuloso que es- Cuddy meneaba la cabeza indicándole lo demasiado bien que conocía a House.- La verdad que yo aun estoy en el proceso de conocer toda la verdad…
- ¿Qué te ha contado? ¿te ha contado todo?- pregunto incrédula, House era demasiado celoso de su intimidad como para contar algo que ella creía que había sido importante.
- Se lo que piensas, es raro. Pero si, esto le está volviendo totalmente loco. El pensar que no quieres que sea parte de…
- Si claro, ahora la paternidad le da un subidón más grande que las vicodinas. Lo que le jode es que no le he dicho nada.- dice indignada.- ¿Todo?- se volvió sobre sus pasos a preguntarle.
- Todo- Wilson no podía mirarle a la cara- desde la película hasta…- nervioso jugaba con las manos- hasta que el trato termino, hasta el primer día de trabajo.- Lisa sonrió, al parecer, no conocía tan mal a House. No había contado la parte que le dejaba más vulnerable.
- Así que ¿te dijo que después de volver al trabajo todo volvió al a normalidad?- preguntó sonriente.
- Si- Wilson se frotaba las manos ante la anticipación de lo que estaba por venir. Si Cuddy contaba su parte tan grafica y excepcionalmente como House, esto iba a ser divertido.
- Hasta mañana Wilson- cuando se quiso dar cuenta, el hombre ya se encontraba al otro lado de la puerta de la casa despidiéndose de una Cuddy sonriente al parecer encantada con la idea de que House hubiera compartido con él las actividades veraniegas de ambos. - no llegues tarde.- Maldita sea. Ahora tendría que quedarse con las ganas de saber más…aunque si la sonrisa de Cuddy significaba lo que él creía no tardaría en conocer toda la historia.
Mañana siguiente despacho de Wilson
- ¿Se puede saber dónde te metiste ayer?- sin sorpresa alguna, Wilson se sentó a lado de House en su sofá mientras este último devoraba lo que parecía ser el almuerzo del sufrido oncólogo. Sin muchos aspavientos rebuscó con la mano bajo el sofá sacando un taperware. A fuerza de hambrunas aprendió la lección y decidió tener su propio alijo secreto de comida.
- ¿Es que ahora eres bulímico y te dedicas a esconder comida por tu despacho?- dijo echando un vistazo al contenido del envase.
- Te fuiste sin decir nada- siguió ignorando el comentario anterior de su compañero mientras apartaba receloso el envase.
- Tenía cosas que hacer- contesto secamente, esperando que Wilson captara en su tono la idea de que no quería segur hablando de eso.
- ¿Qué cosas?- al parecer, si que captó que no quería hablar de ello, y eso, le motivó aun más.
- Cosas.- dejo a un lado el recipiente de comida, si no fastidiaba a Wilson, la comida no era tan sabrosa.- dices que donde me metí, así que ¿me buscaste? ¿Dónde?
- Por aquí, por allí…- apenas balbuceo entre trozos de pollo.
- OH no, dime que no.
- No- dijo para contentarle.
- ¿Cómo…
- ¿Y las pastas y el té?- Cuddy entró en el despacho si llamar a la puerta, consciente que la sorpresa era algo que podría ir en su favor.- Pues vaya birria de reunión de taperwares- se mofó de ellos al verles con los cacharros en las manos.
- ¿Qué te contó?- le reclamo House.
- ¿Contar? ¿Wilson? Creí que el que estaba en el papel de abuelito cuenta batallitas eras tú.- le respondió sonriente.
- Quiero mi abogado- dijo entre asustado y divertido Wilson, pero sus palabras fueron ignoradas.
- Deberías preocuparte más por lo que yo puedo llegar a contar.- con suficiencia se sentó tras el escritorio de Wilson. Acomodándose en la silla de cuero del oncólogo, se hizo un hueco y colocó la pierna izquierda lentamente sobre la otra que ya descansaba en la mesa.
- Si le vas a contar- decía House mientras torcía la cabeza disimuladamente por si podía otear algo bajo su falda- que demostré mis dotes culinarios contigo , puedes ahorrártelo.
- No- ella era consciente de los intentos infantiles de House por ver más allá de su falda, pero lejos de cohibirla, movió las piernas una contra la otra suavemente. Wilson intentaba no mirar, pero falló estrepitosamente, mientras que la mandíbula de House cayó golpeando el suelo.- yo pensaba en algo mas reciente… . Si he entendido bien, tu relato no abarca tanto.- la mirada de House se tornó blanca, los músculos en tensión y la boca seca.
- Psa- intentó quitarle importancia apoyándose en el reposabrazos y dándole la espalda desinteresado.
- ¿Es que…?- Wilson no pudo reprimir la pregunta y las ansias- ¿es que no termino en septiembre?- confundido miraba a ambos, expectante.
- Esa era la idea, pero ¿desde cuándo House cumple un trato?
- ¡Aha!- House dio un salto, o lo más parecido que se puede hacer teniendo en cuenta su pierna, y se sentó encarando a Wilson- ¿ves?- se volvió a Cuddy y señalándole con el dedo la acuso- no soy yo, ¡tu sabias desde el principio que no cumpliría esa estúpida cosa, así que en realidad, eras tú quien me buscaba!- Wilson le miró sin creerse nada de lo que House decía y este enfadado volvió a su antigua posición.
- ¿Dónde se quedo el abuelo?- preguntó jocosa Cuddy a Wilson.
- Justo la noche antes de volver al hospital.- respondió animado Wilson
- ¿Por dónde empezar…?- decía misteriosa Cuddy.
- ¿Qué tal por erase una vez que se era? Para que vaya acorde con el cuento de hadas que le vas a contar a Wilson.- gruñó aun de espaldas.
- La primera semana, no tuve noticias de él…- Wilson le miraba como un niño que escucha el cuento de antes de ir a dormir-
Continuara…
HoY tOy: