CApitulo en dos partes porque es demasiado largo ¬¬'...
REsumen: House le informa a Wilson de que va a ser papá y para mas inri que la portadora de su bastago será la mismisima decana, Lisa Cuddy. ¿Que como es posible? pues no te pierdas este ralato de House en el que House le cuenta a Wilson el verano uqe vivio peligrsamente junto a Cuddy.
Capítulo 5: Quid pro Quo (Primera parte)
Ya iba clareando la noche cuando el motor de un coche despertó al perro de una casa cercana. Débiles risas podían ser escuchadas, risas que al intentar ser acalladas se hacían más audibles incluso que los ladridos.
Justo en la entrada de la casa de la decana paró el causante de tal aborto, un Ford rojo ocupado por siete mujeres, apiñadas unas encima de otras.
- Shhhhhh - ordeno la morena. - Soy una respetada vecina de este barrio, y no quiero que hayan habladurías- decía no muy lucida, mientras el resto de mujeres en el coche reían.
Tras las correspondientes despedidas, Cuddy se dirigió como mejor pudo a la puerta de su casa.
- Eeeehhhhhh- era el murmullo que acompañaba al agudo golpe de los tacones contra el pavimento hasta que, de repente, unas pisadas desacompasadas provocaron el estadillo de una carcajada por parte de las ocupantes del coche.
Tras el murmullo provocado por el roce de la llave en la cerradura, Cuddy entro en su “hogar dulce hogar” con los tacones en la mano y una sonrisa ebria.
Dejó las llaves sobre un plato colocado para tal menester en un mueble de la entrada y…- AAhh- gritó con un pavor que le quito de un sopapo la dulce cogorza mientras le lanzaba los “Manolo’s” a lo que fuese que estuviera en su sofá.
- Esto sí es un recibimiento- contesto sonriente House esquivando los afilados tacones.
- ¿Estabas en su casa?, ¿pero no te echó? ¿no te dejo fuera de su casa antes de irse? - House no contestó al oncólogo, dejando que este mismo razonase.- Claro… ¿desde cuándo te importa eso? Se acabaron las preguntas tontas…- House se lo agradeció con una mueca.
- ¡Joder House!- dijo chillando, aun intentado controlarse los nervios causados por el susto.- ¿Es que no tienes casa?, ¿Cómo demonios has entrado?- Se derrumbó sobre el sofá, con pesadez, dejando las piernas estiradas, la espalda sóbrelos cojines con pesadez, como diría su madre “sentada como una Mari macho” pero tras el susto no le apetecía mantener las formas.- Como me hayas roto una ventana… No puede ser la llave de reserva porque la quité antes de irme…- pensaba para sí misma en voz alta.
- Por eso- mientras con una mano se quitaba los últimos rastros de sueño de la cara, con la otra sacaba algo del bolsillo- me hice esto - le enseñó lo que suponía ser una copia de la llave de su casa con un llamativo llavero con una L en rojo.
- Ahhh- Lisa ahogo un grito en uno de los cojines. Cuando ya casi se había quedado sin aire se quito en cojín de la cara. House no podía evitar sonreír al verle la cara con los restos de maquillaje esparcidos por la cara. Cuddy parecía no hacerle caso, incluso no mirarle, ahora mismo estaba demasiado cansada para discutir.
Se levanto con demasiado esfuerzo y dejando escapar sonidos incomprensibles por su boca. Se detuvo justo enfrente de House, le señaló con el dedo amenazante y se fue a su habitación. Ahora mismo, eso era lo máximo que podía hacer.
Después de que Cuddy desapareciera por el pasillo, House miró su reloj, 6:30…pensó un momento… Pelear con una Cuddy dormida era más aburrido que escuchar los cantos enamorados de Cameron, así que se despejo un poco y puso camino a su casa, eso sí, esto no era una despedida, solo un hasta luego.
- ¿Te fuiste? Estaba dormida, podrías hacer lo que quisieras… ¿y te vas? Pensé que…
- Wilson, estuve allí toda la noche solo, si había algo que no debía ver, ya lo había visto… ¿cuál sería el caso de quedarme para molestarla? Las vacaciones no habían hecho nada más que comenzar, y no me convenía una cansada y mal humorada Lisa Cuddy… un momento…esa mirada… ¿no habrás creído que me aprovecharía en esa situación? ¿de verdad me crees tan ruin como para seguirle hasta su habitación y aprovechándome de su estado ebrio y de su falta de lucidez acostarme con ella?- Wilson le miró, dándole a entender que le conocía demasiado bien- Vale, cerró la puerta por dentro… pero mi intención era solo la de enfadarle un poquito más…
- Claro…anda sigue contando…
El resto de la mañana fue la más aburrida, tediosa y pesada que House recordaba en años. No le quedaban melodías que tocar en el piano, se le rompieron las cuerdas de las guitarras, los Rollings le rallaban los oídos y las letras en los libros le bailaban. La tele no era una opción, lo que ahora le apetecía menos era ver las típicas reposiciones de series o similares, cuyo único tema era la playa y el calor… ¿Playa y calor? ¡¡¡LOS VIGILANTES DE LA PLAYA!!
La sesión comenzó de lo más animada, tarareando la tonadilla con ánimo y dando golpecitos en el sofá siguiendo el ritmo, pero una vez visto el salvamento del día con la joven de rojo corriendo playa abajo a cámara lenta…la cosa perdió su encanto.
Para matar el tiempo, decidió darse una ducha, tomó unos tejanos, no muy raidos junto con una camiseta desteñida de un montón revuelto. Se miró al espejo y sin pensarlo se puso algo de colonia aprovechando para despeinarse un poco más. Tomó una chaqueta de verano y puso rumbo a casa de Cuddy.
- ¿Colonia?- le cortó Wilson.- ¿es que tenías una cita?
- No! Ya te he dicho que iba a casa de Cuddy …
- ¿Tenias una cita con Cuddy?- House no contestó a su pregunta, pues eso mismo se había preguntado él mientras iba de camino y no supo contestarse, tan solo sonrió para sí, exactamente como había hecho ahora.
Cuando llegó vio a Cuddy saliendo de la casa.
- ¿Es que sales de nuevo hoy?- preguntó contrariado, Wilson tenía más consideración, eso desde luego.
- Puede que mis vacaciones se hayan visto acortadas por tus locuras, pero no pienso pasarlas en casa amargada.- dijo cerrando la puerta defensivamente- no sé ni para que me molesto- dijo mirando la puerta cerrada vencida.
- ¿Y donde es reclamada con tanta prontitud nuestra querida decana que no tiene tiempo ni para un amigo tullido?
- Es un compromiso.
- ¡Eso! Abandonad todos al pobre House - Cuddy iba hacia el garaje, pero se paró en seco
- ¿Qué quieres?- dijo con voz de derrota.
- Primero Wilson, ahora tú, me estáis abandonando- dijo sobreactuando.- seguro que tenía planeado irse desde hace tiempo de vacaciones, pero no me quiso contar nada, y ahora tú, mi único bote de salvación y resulta que…
- House,… ¡House! ¡Deja el drama! Ya me fastidias bastante en el trabajo durante todo el año, y para dos semanas que tengo de vacaciones, no me las voy a pasar encerrada en casa contigo porque tú quieras. Si quieres puedes venir- esto sorprendió a House- pero no me pidas que me quede.
- Vale- contestó House intentado que no se le notase desconcertado. Puso camino al garaje de Cuddy pero cuando llego a él, se dio cuenta que estaba vacío. Se volvió buscando a la decana y se sorprendió cuando la vio al lado de su moto.
- Ayer bebí demasiado y tuve que dejar el coche en el restaurante-dijo divertida.
- Aha- dijo House caminando hacia ella a tiempo que le acusaba con el dedo- por eso es por lo que quieres que vaya…Me quieres como chofer- dijo tocándole la nariz con la punta del dedo.
- ¡Nah!, es que me gusta tú compañía- bromeó
- Y bien, ¿Dónde vamos?- preguntó una vez sobre la moto.
- ¿Sabes dónde está el parque Davidson Mill Pound?
- ¿Qué? - dijo volviéndose en la moto con una queja asomándole en la garganta, pero la mirada regañona de Cuddy le paró- Allá vamos
No tardaron en llegar, tan solo media hora después ya estaban en el lugar indicado.
- Vaya, vaya,- exclamo House quitándose el casco- una feria justo al lado de dos cementerios… buena localización, si señor…- miró hacia donde supuestamente debería estar Cuddy, pero solo encontró su casco colocado encima del sillón de la moto. Eh, espera- le gritó mientras guardaba los cascos y ponía el candado a la moto.
- Me encantan las ferias…- dijo mirando las luces que parpadeaban y los numerosos carteles y puestos
- Si esperas a que te gane un osito vas lista. Cameron lo intento una vez y lo único que consiguió es que le robara medio algod…- de nuevo Cuddy había desaparecido entre la marabunta de gente.
- ¿Quieres dejar de perderte?- dijo dándole un tirón de la mano, sujetándole bien fuerte.
- Perdona, pero no sé si te habrás dado cuenta que…
- Eres un pobre cojito…si House, lo sé.- Siguieron caminando algún rato, por lo visto hacia algún lugar, aunque House no tenía ni idea de a donde, Cuddy parecía tenerlo muy claro.
- ¿A dónde vamos?- Dijo colocándose más cerca de ella, pero aun sin soltarle la mano. Una vez pasada la locura de la entrada, el paseo se hacía más tranquilo y menos asfixiante.
- Vamos a una actuación- le contesto feliz.
- Ah! No! Por favor, actuaciones de aficionados de tres al cuarto cantando en una feria estatal no, por favor...- suplicó uniendo sus manos a modo de suplica, sin darse cuenta que, con este gesto, llevaba la mano de Cuddy entre las suyas. Cuddy le copio la mueca de suplica.
- Lo siento, vamos a ir- cambiando la cada apesadumbrada por una brillante sonrisa-
- ¿Y si te pillo un osito?- Cuddy paró en seco.
- ¿tú? Tirando botellitas…
- Dije que te lo pillaría, no que lo ganaría…- Cuddy sonrió y siguió andando casi tirando de él.
- Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa no quiero...- lloriqueó como un bebe.
- ¿Mama?- le cortó Wilson- se que tus gustos sexuales son…como son, peor de ahí al complejo de Edipo va un mundo.
- No es eso, ¿Qué clase de pervertido crees que soy? Soy un pervertido muy formal… Es que…- recordó un momento algo que le hizo sonreír. No lo había caído antes…pero esa fue la primera vez que le dijo lo de mama…era divertido como ella intentaba esconder la sonrisa ante esa broma.
- ¿Y esa risa?- le preguntó intrigado su amigo. Wilson se burló al ver a su amigo en ese estado. - Sigue anda, Edipo.
Cuando llegaron al recinto tomaron asiento. Como ya había sospechado House, la carpa estaba casi vacía, ocupada por lo que House suponía que eran orgullosos familiares y sacrificados amigos.
- Son los siguientes - Le gritó Cuddy apoyándose en su hombro para llegar al oído.
Una típica banda de aspirantes a punk-Rock hacia su aparición en el escenario y Cuddy empezó a aplaudir, dar bitores y a silbar bien fuerte. Si, sin duda, estos tenían que ser los que ella venia a ver.
La actuación no estuvo mal…estuvo aún peor. House no veía el momento de salir de allí, podría haberse ido, deseaba irse y a demás dejar a Cuddy sin medio de locomoción por traerle a semejante bodrio pero… ¿Qué otra opción tenía? Así que se quedo calladito y viendo como Cuddy disfrutaba de la ¿música? mientras intentaba ocultar sus ganas de bailar y seguir a todos los que ya lo hacían.
Al terminar la actuación del grupo, Cuddy se acerco a ellos. House decidió no acercarse, bastante habían sufrido sus oídos con ese cantante como para ahora escucharle hablar de cerca.
Tras intercambiar unas palabras con un joven de la banda y sacar un CD para que ¿se lo firmara? Cuddy volvió donde le esperaba House.
- ¿Le has pedido un autógrafo?- preguntó sorprendido.
- Son buenos…- se excusó, pero eso no le valía como respuesta a House- está bien, está bien…fue alumno mío y yo le apoyé para que dejara la medicina y fuera a por su sueño…- House le miraba reprobándole su actuación, ¿Cómo podía ser ella una instigadora para la auto inducción a la sordera?- créeme, era lo mejor, no quieras saber la que armaba cada vez que tenía que sacar sangre.- una sonriente Cuddy salió de la carpa tomando de la mano a un House que ya andaba buscando la de ella.
- Tras el concierto cenamos algo rápido por ahí, no sé si unos perritos o pizza, o ambas cosas, hablamos un poco y tras su fracaso al intentar conseguirme un peluche- Wilson sonreía- la lleve de vuelta a su casa.
- No me digas más…es tan trillado…la dejaste en la puerta de su casa, pero no te apetecía irte, así que seguías apoyado en el quicio de la puerta mientras ella, con la puerta aun abierta buscaba excusas para no entrar. Al fin te decides y te acercas un poco, lo justo para que ella viera tus intenciones pero sin entrar en su espacio. El último paso se lo dejas a ella. Os besáis, tímida y lentamente. Las lenguas casi no entran en acción. Es más un roce que aunque os deja con ganas de más, la sorpresa del placer no os deja pensar con claridad. Sonreís como dos tontos, tú intentas decir algo, no importa si hiriente, divertido o lo que fuera que en ese momento te pasase por la mente, peor ella habla antes. “Hasta mañana” te dice coqueta, y tú como un tonto no puedes hacer otra cosa que devolverle la sonrisa y la cortesía del saludo. Ella entra en la casa sin saber aún que paso y tú te quedas fuera dándote cabezazos contra tu casco… ¿me equivoco? - pregunta entre esperanzado y bromista.
- Si… y no - Wilson se sorprende ante esta negación- si fuéramos adolescentes, hubieras estado en lo cierto pero…
HoY tOy: