(no subject)
Estoy malita.
Ya han empezado las clases, empezaron ayer, pero yo solo he dado cuatro horas. Ayer me levanté perfectamente, pero a mitad de clase de Francés (lo que me tocaba a primera hora) empecé a encontrarme fatal. Mi tripita no me dejaba vivir, en serio. De hecho, me hubiera ido a segunda hora si no fuera porque tenía un examen después del primer recrero. Eso si, fue pasar el examen y salir de allí.
Hoy tampoco fui a clase, obviamente. Porque, por si fuera poco, anoche se unió también la cabeza, que me retumba a ratos y luego, cuando le da el puntazo, se porta bien. Si es que yo he nacido delicada, y no es algo que yo invente o diga por decir, es algo confirmado por los médicos y todo. Pero eso es otra historia.
Por otro lado, últimamente soy como una montaña rusa. En serio, debe ser el año nuevo, o las hormonas, o algo así. El caso es que puedo estar genial, feliz y contenta, y al rato estar llorando cual muffin. Bueno, cual magdalena, para que nos entendamos todos. Y no exagero, lo que es peor. Me afecta todo mucho, y en cuanto empieza algo hace que se me ponga el nudo en la garganta necesito solo dos segundos para que el mundo se me venga encima. Me pongo a pensar en todo, y ala, a mojar el cojín de la cama. Porque siempre que lloro me meto en mi cuarto, me tumbo en la cama y me abrazo a mi cojín de gato, es algo que tengo de serie.
Y, sólo como nota aclaratoria, no, no tengo la regla, ni voy a tenerla próximamente, ni la acabo de pasar. Lo digo porque ya me lo han preguntado hablando sobre esto.
Lo peor es que al llorar no hago nada más, y por lo tanto me pongo a pensar. Y pensar es malo, siempre lo he dicho. Porque pienso en...él. No puedo evitarlo. Soy tonta, lo sé. Y además llevo sin hablar con él unos días, porque yo no pienso saludarlo, por mis narices, y él tampoco me saluda. Y encima veo fotos suyas dándole besitos en la mejilla a una pava que tuve a dos metros cuando fui y os juro que algo me da patadas en el estómago como si fuera un balón de fútbol super divertido. Que conste, solo como apunte, que lo de ver las fotos no lo hago queriendo, si no que en el tuenti, en la columnita donde se ven las actualizaciones de los amigos, me aparecen. Pero en medio de mis pensamientos contra él, se meten los recuerdos a su favor, y todo es un lío. Así que sigo haciéndome la misma pregunta, una y otra vez. ¿Cómo es posible que haya cambiado tanto en un periodo tan corto de tiempo? Y como no tengo respuesta, todo es un poquito más agg.
Ala, ya dejo de daros la chapa. Digo yo que lo de la montaña rusa es por la edad y se pasa, ¿verdad? ¿VERDAD?
Ya han empezado las clases, empezaron ayer, pero yo solo he dado cuatro horas. Ayer me levanté perfectamente, pero a mitad de clase de Francés (lo que me tocaba a primera hora) empecé a encontrarme fatal. Mi tripita no me dejaba vivir, en serio. De hecho, me hubiera ido a segunda hora si no fuera porque tenía un examen después del primer recrero. Eso si, fue pasar el examen y salir de allí.
Hoy tampoco fui a clase, obviamente. Porque, por si fuera poco, anoche se unió también la cabeza, que me retumba a ratos y luego, cuando le da el puntazo, se porta bien. Si es que yo he nacido delicada, y no es algo que yo invente o diga por decir, es algo confirmado por los médicos y todo. Pero eso es otra historia.
Por otro lado, últimamente soy como una montaña rusa. En serio, debe ser el año nuevo, o las hormonas, o algo así. El caso es que puedo estar genial, feliz y contenta, y al rato estar llorando cual muffin. Bueno, cual magdalena, para que nos entendamos todos. Y no exagero, lo que es peor. Me afecta todo mucho, y en cuanto empieza algo hace que se me ponga el nudo en la garganta necesito solo dos segundos para que el mundo se me venga encima. Me pongo a pensar en todo, y ala, a mojar el cojín de la cama. Porque siempre que lloro me meto en mi cuarto, me tumbo en la cama y me abrazo a mi cojín de gato, es algo que tengo de serie.
Y, sólo como nota aclaratoria, no, no tengo la regla, ni voy a tenerla próximamente, ni la acabo de pasar. Lo digo porque ya me lo han preguntado hablando sobre esto.
Lo peor es que al llorar no hago nada más, y por lo tanto me pongo a pensar. Y pensar es malo, siempre lo he dicho. Porque pienso en...él. No puedo evitarlo. Soy tonta, lo sé. Y además llevo sin hablar con él unos días, porque yo no pienso saludarlo, por mis narices, y él tampoco me saluda. Y encima veo fotos suyas dándole besitos en la mejilla a una pava que tuve a dos metros cuando fui y os juro que algo me da patadas en el estómago como si fuera un balón de fútbol super divertido. Que conste, solo como apunte, que lo de ver las fotos no lo hago queriendo, si no que en el tuenti, en la columnita donde se ven las actualizaciones de los amigos, me aparecen. Pero en medio de mis pensamientos contra él, se meten los recuerdos a su favor, y todo es un lío. Así que sigo haciéndome la misma pregunta, una y otra vez. ¿Cómo es posible que haya cambiado tanto en un periodo tan corto de tiempo? Y como no tengo respuesta, todo es un poquito más agg.
Ala, ya dejo de daros la chapa. Digo yo que lo de la montaña rusa es por la edad y se pasa, ¿verdad? ¿VERDAD?