Aggg.

Sep 23, 2008 20:01

Vaya día que he tenido. Estoy que hecho humo.

Para empezar, llegamos a las ocho de la mañana a clase y en vez de irnos a dar sociales nos mandan a la capilla a confesarnos, de sopetón y encima con prisas, porque se han pasado media hora hablando sobre interiorizar y esas cosas.
Luego en clase, que llego yo con un libro que encontré para leer en el proyecto y resulta que mis queridas compañeras se niegan a leerselo. Al final la profesora nos ha dado uno (Como agua para chocolate) que es considerablemente más corto de lo que yo pensaba, y que me lo voy a comer en dos días, y me va a tocar trabajarlo durante tres meses esperando a que mis queridas compañeras se lo lean (porque soy perféctamente consciente de que tardará un mes en llegar a las cien páginas y me tocará hacer tres cuartas partes del trabajo sola). Vaya mierda asco.

Luego la cosa se "mejora" cuando empiezan a ponerse pesaditas con ir a comprarlo esta tarde, cuando yo tenía un montón de deberes de lengua (porque si, no llevamos ni una semana y mi puñetera tutora ya nos tiene hasta el cuello entre lengua y sociales). Total, que después de insistir durante un cuarto de hora accedo a quedar con ellas para ir al Fnac, con la esperanza de al menos comprar algo más, y así que la tarde no esté tan desaprovechada...pero es que ahora viene lo mejor.
Salgo de mi casa diez minutos antes de la hora en que hemos quedado, con mi paraguas en el bolso, porque estaba prevista lluvia, y no he dado ni diez pasos cuando cae un rayo y empieza a llover. Voy a abrir mi paraguas y...¡sorpresa! ¡tiene el palo doblado, además de dos "ramitas" deformes! ¡de diez paraguas que hay en mi casa, he cogido el malo! Pero bueno, como tampoco me sobraba el tiempo seguí hasta casa de una de las chicas y le pedí que se bajara otro paraguas para mi (que, por cierto, luego descubrí que se cerraba solo, y me quedé "dentro del paraguas" dos veces).
En fin, que para cuando llegamos a dónde habíamos quedado con la otra chica aquello ya estaba en condiciones de llamarse tormenta, y estábamos congeladas, así que todo el viaje para nada, porque ni fuimos al Fnac ni hicimos nada, sino que nos volvimos a casa.

Para más inri, llego a casa y lo primero que me dice mi padre es "tienes que provarte el pantalón del colegio para que te coja el bajo, y tu hermano igual". Si a eso le añadimos mi mala leche gracias a lo anteriormente mencionado, y que tenía por delante todos mis deberes, podéis haceros una idea de lo bien que me sentó perder otra media hora provándome pantalones y buscando los de mi hermano, que por cierto ni aparecieron.

Así que ahora mismo puedo decir que estoy de muy mal humor y tengo muchas ganas de desconectar de todos.

Yo necesito que llegue el puente urgentemente.

Isilme.

isil: muerde, real life: estudios

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