[fic] Fuera de servicio | Mass Effect
Título: Fuera de servicio.
Fandom: Mass Effect.
Personaje: Shepard, Garrus, Wrex.
Palabras: 1116.
Advertencias: situado en ME1.
Notas: escrito con mucho cariño para eve-sparda en el Amigo Invisible 2013 de normandia-sr. Ella pidió una escena de humor en los ascensores de la Ciudadela, con Garrus y Wrex, y aquí la tiene :D
Shepard tuvo un mal presentimiento desde el momento en el puso los pies dentro del cubículo acristalado. Se había convertido en una rutina moverse por la Ciudadela a través de los ascensores de servicio, especialmente cuando necesitaban ir a los Distritos desde el Presidium, a pesar de los minutos de incomodidad social que ofrecían de vez en cuando. Sin embargo, un vocecita en su interior le advertía que esta vez iba a ser peor.
(Tendrían que haber cogido las escaleras. Lo sabía.)
La comandante fijó su mirada al frente, ignorando a sus dos compañeros: Wrex parecía tan tranquilo como siempre (todo lo tranquilo que puede parecer un krogan, claro) y Garrus mantenía la postura recta y firme. Quizás no había sido la mejor combinación de equipo; pero era la cantidad necesaria de fuerza y brutalidad que Shepard había necesitado para hacer frente a los chantajistas de la doctora Michel. Si sabes que puede haber combate en un lugar cerrado, un krogan siempre es de ayuda; y cuando se trataba de moverse por la Ciudadela, su mejor opción era llevar a Garrus en el equipo de tierra.
(No, nunca confesaría que era capaz de perderse por la estación.)
Entonces vino el apagón y el ascensor se detuvo en seco. Una voz artificial rompió el silencio.
A todos los usuarios del servicio de ascensores de la Ciudadela: les informamos de que debido a unas reparaciones de mantenimiento ha habido una caída de energía en nuestros sistemas. Estamos trabajando en ello y solucionaremos el problema en breves minutos. Disculpen las molestias.
(Tenía que haber cogido las escaleras.)
Shepard dejó escapar un suspiro resignado y lanzó una mirada hacia atrás.
-Espero que ninguno sea claustrofóbico.
-Nada de lo que preocuparse, comandante. Una o dos veces al año suele pasar esto -respondió Garrus haciendo gala de su temple calmado-. Los cuidadores suelen arreglarlo antes que mantenimiento, así que no tardará nada en ponerse en marcha.
Los minutos pasaron en el más absoluto de los silencios, sólo roto por el aburrido y monótono hilo musical. Lo que Garrus había definido como “nada” parecía alargarse lo suficiente como para que resultase incómodo, al menos en estándar humano. Carraspeó y empezó a comprobar la armadura, más por mantenerse ocupada que por una necesidad imperativa de revisar el equipo.
-Así que ya ibas detrás de ese cabrón de Saren incluso antes de todo esto, ¿eh, Vakarian? -La voz de Wrex taladró el silencio.
Garrus, tan sorprendido como Shepard de que él iniciase una conversación (y dirigiéndose a él, nada más y nada menos), giró la cabeza hacia el krogan corpuleto que ocupaba gran parte del espacio e hizo un gesto que Shepard entendió como de sorpresa.
-Sí. Había muchos cabos sueltos. E incriminatorios.
-Aaaha -replicó Wrex. De algún modo parecía encontrarlo divertido, aunque a Shepard se le escapaba qué podía ser tan gracioso en la afirmación de Garrus-. Para vosotros los turianos es tan importante pretender seguir las reglas y actuar con rectitud -hubo una carcajada escondida detrás de esa palabra- que debe de ser toda una sorpresa que aceptéis investigar a uno de los vuestros por algo tan turbio como lo de este Saren.
Garrus se cruzó de brazos, y por su tono de voz Shepard supo que el comentario de Wrex no le había hecho demasiada gracia.
-Bueno, el trabajo de C-Sec es investigar cualquier posible delito, venga de quien venga. Y me he encontrado con suficientes traficantes y delincuentes turianos como para saber que eso es sólo un estereotipo de mi especie.
-Por eso dije pretender, Vakarian -y de nuevo la risotada de Wrex llenó todo el ascensor-. Esa cosa que hicisteis, lo de la genofagia, probablemente ayudó a esa imagen respetable y de firmeza que tenéis.
Shepard tragó saliva. Por el tono que Wrex empleaba, sospechaba que lo único que buscaba era sacarle los colores -no literalmente- al siempre paciente y tranquilo Garrus; pero nunca se sabía con un señor de la guerra krogan. Shepard sólo esperaba que no terminase con alguien estampado contra las puertas del ascensor.
Lanzó una mirada de reojo hacia atrás y comprobó que el oficial Vakarian parecía aún más incómodo que ella, evitando mirar a ningún sitio que no fuera aquel punto invisible en el techo del cubículo.
-No voy a tener esa conversación -espetó con sequedad, y una cierta tribulación en las subvocales.
La carcajada de Wrex retumbó aún más que las anteriores entre las cuatro paredes.
-Eres difícil, Vakarian. Les he gastado la misma jugarreta a otros turianos y la mayoría ya me habían saltado al pescuezo o huido como cobardes.
-Supongo que tu elección del momento para sacar el tema no ha sido aleatoria; no es que tenga donde huir aquí encerrados y no sería inteligente un enfrentamiento en en un ascensor parado a varios metros de altura sobre el suelo.
(Otra vez la risa del krogan. Realmente parecía estar contento.)
-Eso era sólo para hacerlo más interesante. Has aguantado el tipo, eso te lo concedo Vakarian. -Una sonrisa tan larga como el ancho de su rostro se abrió paso en la boca de Wrex-. Aunque un día de estos conseguiré quitarte ese aire de suficiencia y calma que traes encima.
Ahora fue el momento de Garrus para responder con el mismo tono socarrón, aunque mucho más suavizado. Increíblemente, a Shepard le sorprendió comprobar que ahora parecía menos molesto y más… divertido.
(A lo mejor el sentido del humor krogan era contagioso.)
-Puedes intentarlo.
Wrex rió de nuevo, pero esta vez acompañando la risotada con una palmada en la espalda de Garrus. Shepard creyó por un momento que tendría que recoger al oficial del suelo.
-Me estás empezando caer bien, Vakarian -bramó, mientras Garrus se recomponía.
-Tú también eres… encantador, Wrex.
Como una llamada celestial, de repente la voz sintetizada del ascensor anunció que volvían a estar en servicio. La sacudida de la cabina confirmó las palabras y Shepard dio gracias a todos los dioses habidos y por haber de la galaxia.
No tenía claro si lo que había presenciado había sido un tira y afloja entre especies en toda regla o había sido el comienzo de una larga amistad. Pero lo que sí tenía claro era que, la próxima que pretendiese coger un ascensor en la Ciudadela, llevaría más cuidado con el equipo.
Por si acaso.
-fin-
Fandom: Mass Effect.
Personaje: Shepard, Garrus, Wrex.
Palabras: 1116.
Advertencias: situado en ME1.
Notas: escrito con mucho cariño para eve-sparda en el Amigo Invisible 2013 de normandia-sr. Ella pidió una escena de humor en los ascensores de la Ciudadela, con Garrus y Wrex, y aquí la tiene :D
Shepard tuvo un mal presentimiento desde el momento en el puso los pies dentro del cubículo acristalado. Se había convertido en una rutina moverse por la Ciudadela a través de los ascensores de servicio, especialmente cuando necesitaban ir a los Distritos desde el Presidium, a pesar de los minutos de incomodidad social que ofrecían de vez en cuando. Sin embargo, un vocecita en su interior le advertía que esta vez iba a ser peor.
(Tendrían que haber cogido las escaleras. Lo sabía.)
La comandante fijó su mirada al frente, ignorando a sus dos compañeros: Wrex parecía tan tranquilo como siempre (todo lo tranquilo que puede parecer un krogan, claro) y Garrus mantenía la postura recta y firme. Quizás no había sido la mejor combinación de equipo; pero era la cantidad necesaria de fuerza y brutalidad que Shepard había necesitado para hacer frente a los chantajistas de la doctora Michel. Si sabes que puede haber combate en un lugar cerrado, un krogan siempre es de ayuda; y cuando se trataba de moverse por la Ciudadela, su mejor opción era llevar a Garrus en el equipo de tierra.
(No, nunca confesaría que era capaz de perderse por la estación.)
Entonces vino el apagón y el ascensor se detuvo en seco. Una voz artificial rompió el silencio.
A todos los usuarios del servicio de ascensores de la Ciudadela: les informamos de que debido a unas reparaciones de mantenimiento ha habido una caída de energía en nuestros sistemas. Estamos trabajando en ello y solucionaremos el problema en breves minutos. Disculpen las molestias.
(Tenía que haber cogido las escaleras.)
Shepard dejó escapar un suspiro resignado y lanzó una mirada hacia atrás.
-Espero que ninguno sea claustrofóbico.
-Nada de lo que preocuparse, comandante. Una o dos veces al año suele pasar esto -respondió Garrus haciendo gala de su temple calmado-. Los cuidadores suelen arreglarlo antes que mantenimiento, así que no tardará nada en ponerse en marcha.
Los minutos pasaron en el más absoluto de los silencios, sólo roto por el aburrido y monótono hilo musical. Lo que Garrus había definido como “nada” parecía alargarse lo suficiente como para que resultase incómodo, al menos en estándar humano. Carraspeó y empezó a comprobar la armadura, más por mantenerse ocupada que por una necesidad imperativa de revisar el equipo.
-Así que ya ibas detrás de ese cabrón de Saren incluso antes de todo esto, ¿eh, Vakarian? -La voz de Wrex taladró el silencio.
Garrus, tan sorprendido como Shepard de que él iniciase una conversación (y dirigiéndose a él, nada más y nada menos), giró la cabeza hacia el krogan corpuleto que ocupaba gran parte del espacio e hizo un gesto que Shepard entendió como de sorpresa.
-Sí. Había muchos cabos sueltos. E incriminatorios.
-Aaaha -replicó Wrex. De algún modo parecía encontrarlo divertido, aunque a Shepard se le escapaba qué podía ser tan gracioso en la afirmación de Garrus-. Para vosotros los turianos es tan importante pretender seguir las reglas y actuar con rectitud -hubo una carcajada escondida detrás de esa palabra- que debe de ser toda una sorpresa que aceptéis investigar a uno de los vuestros por algo tan turbio como lo de este Saren.
Garrus se cruzó de brazos, y por su tono de voz Shepard supo que el comentario de Wrex no le había hecho demasiada gracia.
-Bueno, el trabajo de C-Sec es investigar cualquier posible delito, venga de quien venga. Y me he encontrado con suficientes traficantes y delincuentes turianos como para saber que eso es sólo un estereotipo de mi especie.
-Por eso dije pretender, Vakarian -y de nuevo la risotada de Wrex llenó todo el ascensor-. Esa cosa que hicisteis, lo de la genofagia, probablemente ayudó a esa imagen respetable y de firmeza que tenéis.
Shepard tragó saliva. Por el tono que Wrex empleaba, sospechaba que lo único que buscaba era sacarle los colores -no literalmente- al siempre paciente y tranquilo Garrus; pero nunca se sabía con un señor de la guerra krogan. Shepard sólo esperaba que no terminase con alguien estampado contra las puertas del ascensor.
Lanzó una mirada de reojo hacia atrás y comprobó que el oficial Vakarian parecía aún más incómodo que ella, evitando mirar a ningún sitio que no fuera aquel punto invisible en el techo del cubículo.
-No voy a tener esa conversación -espetó con sequedad, y una cierta tribulación en las subvocales.
La carcajada de Wrex retumbó aún más que las anteriores entre las cuatro paredes.
-Eres difícil, Vakarian. Les he gastado la misma jugarreta a otros turianos y la mayoría ya me habían saltado al pescuezo o huido como cobardes.
-Supongo que tu elección del momento para sacar el tema no ha sido aleatoria; no es que tenga donde huir aquí encerrados y no sería inteligente un enfrentamiento en en un ascensor parado a varios metros de altura sobre el suelo.
(Otra vez la risa del krogan. Realmente parecía estar contento.)
-Eso era sólo para hacerlo más interesante. Has aguantado el tipo, eso te lo concedo Vakarian. -Una sonrisa tan larga como el ancho de su rostro se abrió paso en la boca de Wrex-. Aunque un día de estos conseguiré quitarte ese aire de suficiencia y calma que traes encima.
Ahora fue el momento de Garrus para responder con el mismo tono socarrón, aunque mucho más suavizado. Increíblemente, a Shepard le sorprendió comprobar que ahora parecía menos molesto y más… divertido.
(A lo mejor el sentido del humor krogan era contagioso.)
-Puedes intentarlo.
Wrex rió de nuevo, pero esta vez acompañando la risotada con una palmada en la espalda de Garrus. Shepard creyó por un momento que tendría que recoger al oficial del suelo.
-Me estás empezando caer bien, Vakarian -bramó, mientras Garrus se recomponía.
-Tú también eres… encantador, Wrex.
Como una llamada celestial, de repente la voz sintetizada del ascensor anunció que volvían a estar en servicio. La sacudida de la cabina confirmó las palabras y Shepard dio gracias a todos los dioses habidos y por haber de la galaxia.
No tenía claro si lo que había presenciado había sido un tira y afloja entre especies en toda regla o había sido el comienzo de una larga amistad. Pero lo que sí tenía claro era que, la próxima que pretendiese coger un ascensor en la Ciudadela, llevaría más cuidado con el equipo.
Por si acaso.
-fin-