[fic] #1 Tabú | Greeling/Winry | Fullmetal Alchemist
Fandom: Fullmetal Alchemist.
Pareja: Greeling/Winry.
Tabla: Random 6.
Prompt: #1 Tabú.
Palabras: 950.
Advertencias: spoilers del manga en general, más o menos. Post-manga.
Nota: regalito de Navidad, con atraso, para abygate69 :3.
Estaba maniatada. La venda oscura alrededor de los ojos le impedía ver. La mordaza en su boca, hablar. Apenas percibía un aroma amargo, que le hacía arrugar las aletas de la nariz.
Se sentía inquieta, pero por alguna razón no tenía miedo. Sabía quién la había llevado allí y podía adivinar sus intenciones, pues a fin de cuentas todo era pura avaricia.
Hacía meses que Greed estaba en paradero desconocido. La última vez que le habían visto fue en los bosques que rodeaban Central, cuando habían atrapado a Pride, tal y como Edward le había explicado. Después de eso, nadie supo qué había sido de él. Hasta ahora.
El homúnculo tenía vía libre para actuar a su antojo en las sombras, una vez que sus hermanos y Padre habían desaparecido del mapa. Pero si el ejército o los Elric le encontraban, su libertad no estaba tan asegurada. Winry podía imaginar que la razón por la que ella estaba allí tenía que ver con eso: negociar usándola a ella sería la forma más fiable de manejar a Edward y Alphonse, de la misma forma que había hecho King Bradley tiempo atrás.
Claro que, ahora, la situación iba más allá de la simple amenaza. Greed la había atrapado, y Winry sentía una mezcla de furia y frustración. Aún así, trató de repetirse a sí misma, con tal de calmarse, que podía confiar en Ling. Él seguía dentro de su cuerpo, de una forma u otra; y eso jugaría a su favor.
Se movió un poco, lo suficiente como para descubrir que estaba sobre un mullido colchón con sábanas frescas. La cuerda que le rodeaba las muñecas estaba atada al cabecero, y los hombros comenzaban a dolerle. Quizás llevaba allí cerca de dos horas, sola, desde que alguno de los matones de Greed la había encerrado en aquella habitación. Winry resopló; se dio una pequeña tregua en su forcejeo permanente y recostó la cabeza sobre la almohada.
―Conque estás aquí ―la voz, conocida, retumbó repentinamente en mitad del silencio. Winry alzó la cabeza, por instinto, pero sus ojos seguían tapados y lo único que encontró fue más oscuridad.
Notó cómo se movía alrededor de la cama. Sólo le había visto aquella vez, en casa; pero estaba segura de que el rostro de Ling tendría en aquellos momentos la sonrisa descarada y viciosa de Greed.
―Esas quimeras tienen que aprender a tratar los objetos de valor como es debido ―apuntó mientras la examinaba, o eso suponía Winry. Debía de llevar algún que otro moratón, resultado de haberse resistido al par de musculados compinches que Greed había enviado para raptarla.
―Ya sé lo que pretendes ―se atrevió a decir, aunque su voz sonaba rota y débil. La habitación era demasiado fría.
Escuchó la sonora carcajada de Greed.
―Sorpréndeme.
―Has hecho esto para que Ed y Al no se entrometan en lo que sea que estés preparando ―sentenció, con más firmeza―; pero creo que vas a conseguir el efecto contrario ―añadió, permitiéndose una leve sonrisa de superioridad. No tenía que mostrar debilidad.
Greed pasó una de sus manos alrededor de la cabeza de Winry para deshacer el nudo de la venda. Cuando ésta cayó, Winry no sufrió un cambio agresivo de ambiente: el diminuto cuarto no tenía casi iluminación, excepto una bombilla solitaria que colgaba del techo y daba pequeños apagones intermitentes. Entornó los ojos y descubrió la silueta de Greed, o Ling (aún era muy confuso). Sentado sobre la cama, a escasos centímetros de ella. Intentó reincorporarse, pero la misma mano que le había devuelto la vista se posó sobre su abdomen y le impidió moverse.
―Déjame que te explique un par de cosas, preciosa ―dijo, arrastrando las palabras, mientras se inclinaba sobre ella con un brillo en los ojos violáceos que Winry habría definido como “peligroso”.
―Hay dos motivos por los que estás aquí ―los dedos ásperos de Greed le acariciaron el rostro, deteniéndose sobre sus labios; un escalofrió le recorrió la espalda―. Uno: eres mi moneda de cambio, como has adivinado; y me alegro de que lo hayas aceptado. Contigo aquí, los Elric y sus amigos no harán nada que yo no quiera. No importa qué, nunca harán nada que te perjudique. Y tú estás ahora bajo mi potestad ―la mano descendió más, desde el cuello hasta el brazo desnudo; se detuvo en las caderas, y clavó sus uñas como si fuera un animal―. Dos: soy la avaricia, ¿no? Lo quiero todo, y tú eres ahora parte de mi gran colección. Los Elric van a tener que negociar muy, muy bien.
Winry suplicó mentalmente a lo que quedaba de Ling que recobrase el control sobre su cuerpo. El aliento de Greed se pegaba en su cuello, su cuerpo estaba prácticamente recostado sobre ella y él continuaba riéndose con suavidad cerca de su oído.
Otro escalofrío, y todo el vello del cuerpo se le erizó. Tragó saliva, tensó los músculos.
La risa de Greed se acentuó. Alzó la cabeza para contemplar a Winry, enfrentando las miradas. La muchacha vio con totalidad la expresión lasciva y animal del homúnculo.
―Te invito a que te acomodes, porque ésta será tu casa a partir de hoy. Serás como un tesoro escondido, a buen recaudo, para que no lo toquen manos inadecuadas ―abrió los brazos, señalando la estancia. Después, volvió a inclinarse, acercando su boca al oído de Winry―. Y créeme, las cosas que te harán las manos adecuadas son consideradas tabú ahí fuera. Sólo disfruta de la estancia en este mundo de sombras, pequeña ―Greed atrapó su boca, hundiendo la lengua en su garganta, clavando las garras en sus caderas aún más.
Winry iba a necesitar algo más que firmeza y confianza en sí misma para sobrevivir.
Crossposteado en mision_insana y fma_esp,
Pareja: Greeling/Winry.
Tabla: Random 6.
Prompt: #1 Tabú.
Palabras: 950.
Advertencias: spoilers del manga en general, más o menos. Post-manga.
Nota: regalito de Navidad, con atraso, para abygate69 :3.
Estaba maniatada. La venda oscura alrededor de los ojos le impedía ver. La mordaza en su boca, hablar. Apenas percibía un aroma amargo, que le hacía arrugar las aletas de la nariz.
Se sentía inquieta, pero por alguna razón no tenía miedo. Sabía quién la había llevado allí y podía adivinar sus intenciones, pues a fin de cuentas todo era pura avaricia.
Hacía meses que Greed estaba en paradero desconocido. La última vez que le habían visto fue en los bosques que rodeaban Central, cuando habían atrapado a Pride, tal y como Edward le había explicado. Después de eso, nadie supo qué había sido de él. Hasta ahora.
El homúnculo tenía vía libre para actuar a su antojo en las sombras, una vez que sus hermanos y Padre habían desaparecido del mapa. Pero si el ejército o los Elric le encontraban, su libertad no estaba tan asegurada. Winry podía imaginar que la razón por la que ella estaba allí tenía que ver con eso: negociar usándola a ella sería la forma más fiable de manejar a Edward y Alphonse, de la misma forma que había hecho King Bradley tiempo atrás.
Claro que, ahora, la situación iba más allá de la simple amenaza. Greed la había atrapado, y Winry sentía una mezcla de furia y frustración. Aún así, trató de repetirse a sí misma, con tal de calmarse, que podía confiar en Ling. Él seguía dentro de su cuerpo, de una forma u otra; y eso jugaría a su favor.
Se movió un poco, lo suficiente como para descubrir que estaba sobre un mullido colchón con sábanas frescas. La cuerda que le rodeaba las muñecas estaba atada al cabecero, y los hombros comenzaban a dolerle. Quizás llevaba allí cerca de dos horas, sola, desde que alguno de los matones de Greed la había encerrado en aquella habitación. Winry resopló; se dio una pequeña tregua en su forcejeo permanente y recostó la cabeza sobre la almohada.
―Conque estás aquí ―la voz, conocida, retumbó repentinamente en mitad del silencio. Winry alzó la cabeza, por instinto, pero sus ojos seguían tapados y lo único que encontró fue más oscuridad.
Notó cómo se movía alrededor de la cama. Sólo le había visto aquella vez, en casa; pero estaba segura de que el rostro de Ling tendría en aquellos momentos la sonrisa descarada y viciosa de Greed.
―Esas quimeras tienen que aprender a tratar los objetos de valor como es debido ―apuntó mientras la examinaba, o eso suponía Winry. Debía de llevar algún que otro moratón, resultado de haberse resistido al par de musculados compinches que Greed había enviado para raptarla.
―Ya sé lo que pretendes ―se atrevió a decir, aunque su voz sonaba rota y débil. La habitación era demasiado fría.
Escuchó la sonora carcajada de Greed.
―Sorpréndeme.
―Has hecho esto para que Ed y Al no se entrometan en lo que sea que estés preparando ―sentenció, con más firmeza―; pero creo que vas a conseguir el efecto contrario ―añadió, permitiéndose una leve sonrisa de superioridad. No tenía que mostrar debilidad.
Greed pasó una de sus manos alrededor de la cabeza de Winry para deshacer el nudo de la venda. Cuando ésta cayó, Winry no sufrió un cambio agresivo de ambiente: el diminuto cuarto no tenía casi iluminación, excepto una bombilla solitaria que colgaba del techo y daba pequeños apagones intermitentes. Entornó los ojos y descubrió la silueta de Greed, o Ling (aún era muy confuso). Sentado sobre la cama, a escasos centímetros de ella. Intentó reincorporarse, pero la misma mano que le había devuelto la vista se posó sobre su abdomen y le impidió moverse.
―Déjame que te explique un par de cosas, preciosa ―dijo, arrastrando las palabras, mientras se inclinaba sobre ella con un brillo en los ojos violáceos que Winry habría definido como “peligroso”.
―Hay dos motivos por los que estás aquí ―los dedos ásperos de Greed le acariciaron el rostro, deteniéndose sobre sus labios; un escalofrió le recorrió la espalda―. Uno: eres mi moneda de cambio, como has adivinado; y me alegro de que lo hayas aceptado. Contigo aquí, los Elric y sus amigos no harán nada que yo no quiera. No importa qué, nunca harán nada que te perjudique. Y tú estás ahora bajo mi potestad ―la mano descendió más, desde el cuello hasta el brazo desnudo; se detuvo en las caderas, y clavó sus uñas como si fuera un animal―. Dos: soy la avaricia, ¿no? Lo quiero todo, y tú eres ahora parte de mi gran colección. Los Elric van a tener que negociar muy, muy bien.
Winry suplicó mentalmente a lo que quedaba de Ling que recobrase el control sobre su cuerpo. El aliento de Greed se pegaba en su cuello, su cuerpo estaba prácticamente recostado sobre ella y él continuaba riéndose con suavidad cerca de su oído.
Otro escalofrío, y todo el vello del cuerpo se le erizó. Tragó saliva, tensó los músculos.
La risa de Greed se acentuó. Alzó la cabeza para contemplar a Winry, enfrentando las miradas. La muchacha vio con totalidad la expresión lasciva y animal del homúnculo.
―Te invito a que te acomodes, porque ésta será tu casa a partir de hoy. Serás como un tesoro escondido, a buen recaudo, para que no lo toquen manos inadecuadas ―abrió los brazos, señalando la estancia. Después, volvió a inclinarse, acercando su boca al oído de Winry―. Y créeme, las cosas que te harán las manos adecuadas son consideradas tabú ahí fuera. Sólo disfruta de la estancia en este mundo de sombras, pequeña ―Greed atrapó su boca, hundiendo la lengua en su garganta, clavando las garras en sus caderas aún más.
Winry iba a necesitar algo más que firmeza y confianza en sí misma para sobrevivir.
Crossposteado en mision_insana y fma_esp,