[FIC] Love means Sacrifice

Dec 31, 2009 00:33

Este fic se me ocurrió de pronto una mañana, espero continuarlo xD y que, por corto que sea, guste. Su titulo está inspirado en una canción del grupo 'D', siempre me ha gustado tanto la canción asi como el titulo y creo que encaja correcto con lo que busco mostrar en lo que he escrito, y bueno XD disfruten!

☆ Personajes/Parejas: Im Yong Soo  (Corea del Sur) y Honda Kiku (Japón)
☆ Advertencias: Ninguna, solo un Kiku bien sufrido y masoka xD.
☆ Resumen: Kiku por fin comienza a comprender lo que es sentir celos de verdad, muchos mas cuando el ex de su novio anda rondando a éste.

o1. Insomnio.

Eran las cuatro de la madrugada y yo seguía sin poder dormir, dentro de mi cabeza vagaban ideas que no me dejaban conciliar el sueño y así se estaba repitiendo por varios días y el cansancio a veces pasaba la cuenta. Los sueños, realmente no los recuerdos en detalle pero todos ellos se basaban en la angustia de conseguir algo que anhelabas por mucho tiempo y de un dos por tres, aquello era arrebatado de tus manos. Con la cabeza así no podía cerrar mis ojos y dejarme llevar; llena de ideas que no aportaban ni un gramo de creatividad, si no que eran un cúmulo de problemas y malos pensamientos para con quien estaba a mi lado durmiendo.

Él, quien estaba retozando en un lado de la espaciosa cama, aquel hombre que llevaba un año siendo mi novio; un esplendoroso y ahora algo tortuoso noviazgo, con problemas que se estaban presentando en estas últimas semanas, haciendo que ese hombre ya no pareciera el que yo había conocido o idealizado. La relación se estaba desgastando, intentaba hacer el intento de que esto no fuera así pero ya era una noche más que se sumaban y nuevamente no teníamos relaciones. Yo creo haber olvidado como hacíamos el amor, o como pretendíamos hacerlo; y si solo nuestros encuentros se redujeran al sexo, pues, hasta de eso carecía mi vida de pareja.

Seguía con los ojos bien abiertos, mirando al techo, con una sola idea fija en la mente que, para mí, era la causal de este distanciamiento entre él y yo: el recuerdo. Tan solo una memoria de una tercera persona en su pasado, que seguía rondando en esa mente de pájaro que tiene mi novio, y que ahora amenazaba con volverse realidad, tangible, visible y perceptible ante todos mis sentidos, tomando la forma de dos boletos de avión con destino a Nueva York, y que, mas temprano que tarde, mutarían a un alto, rubio y ojiazul americano, quien tuvo la dicha, de probar la piel de mi enamorado antes que yo.

Y es que a Yong Soo lo conozco desde que tengo memoria, éramos dos niños usando ropa de karate, practicando artes marciales en la escuela de un chino llamado Yao. Siempre me gusto practicar con él y mucho mas el hecho de que el karate no se le daba tan fácil como a mi y nos reuníamos en horas alternas a las prácticas, para enseñarle lo que yo aprendía. Cuántas veces no vino a mi casa, cuantas de aquellas en que con alguna llave conseguía quedar encima de él y mirarlo directamente a los ojos, confirmando que era él aquella persona que todos llaman ‘Alma Gemela’; aunque lamentando que fuera hombre, sobretodo en mi época de adolescente, donde mis sentimientos pasaron mucho mas allá de los lazos fraternales de una amistad.

No era fácil asumir que estaba enamorado de él, porque no es como si todos los días uno comunicara a sus cercanos que eres homosexual, aunque aquello no lo hice de inmediato, ni siquiera a él, sobretodo por el hecho de que Yong Soo era extremadamente popular entre las chicas, y siempre pensé que un hombre así jamás podría llegar a sentirse atraído por alguien de su mismo sexo, hasta que lo hizo y no exactamente conmigo.

Quedó perpetuo en mi retina esa gran sonrisa que expresaba él en su rostro, lleno de felicidad, una que jamás le había visto en todos los años de conocerle; Yo podría haber pensado que se ganó la lotería, o que lo aceptaron dentro del reparto de alguna novela de esas que tanto le gustaban, pero no resulto ser así. “Adivina Kiku… no, mejor no adivines, te lo diré. Ya no soy más un hombre soltero”, esas palabras me destrozaron el corazón, sabía que algún día aquello llegaría pero, en el fondo de mi corazón estaba resguardada la idea de que así no fuera. Y esa frase seguía en mí, me la sabía de memoria, y si debía representarla sobre un escenario, quizás seria capaz de volver a mostrar el rostro que puse, tan amargado que hasta él me pregunto si me sentía mal físicamente. Pero el dolor estaba mucho mas adentro.

En ese momento imaginé a la chica afortunada que seria la novia de él, muy linda de seguro, con buena figura y una personalidad avasalladora, idéntica a la de su persona. Pero el cambio fue radical, y me enteré de la peor forma que Yong Soo era homosexual. Resultó ser que a su escuela había llegado un alumno de intercambio, un estadounidense, se habían conocido y en menos de un mes ya eran novios. Y así fue como tantos años a su lado se fueron al tacho de basura, en ese momento. Seis meses después, aquel rubio se fue y dejó a Yong, prometiéndole que seguirían la relación a distancia, claro que al llegar a su país decidió cortarla. Fue entonces cuando él volvió a mí buscando un consuelo, solo como amistad, pero yo no aguanté y le confesé aquellos sentimientos guardados con recelo dentro de mi corazón, que nunca antes se los había confesado a alguien. Desde aquella confesión él y yo comenzamos a salir, dijo -lo recuerdo bien- que me quería, y que nunca pensó que yo tenía esos ‘mismos gustos’, no me importo si aquello no fue romántico, ni menos que ese mismo día perdí mi virginidad, yo estaba realmente enamora; aún creo estarlo.
Son un cuarto para las cinco de la madrugada y yo sigo sin poder dormir; me di cuenta de la hora, porque me levanté un poco para ver el reloj que está en el velador de Yong; creo que lo desperté.

Mmm ¿Qué sucede? -Preguntó el coreano en un gran bostezo- ¿De nuevo sin dormir? -Dormido boca abajo, se hizo hacia un lado, acercándose hacia el y rodeándole el pecho con un brazo al apoyar su cabeza en su hombro- Llevas mucho así… ¿Quieres aprovechar que ambos estamos despiertos?

No, no te preocupes, recién desperté -Mintió intentando no preocuparle mas- Solo desperté porque me dio sed y…eso nada mas. -Le quitó la mano con la cual el otro lo abrazaba y le dio un beso sobre sus cabellos- No te preocupes, sigue durmiendo, iré a la cocina por agua.

Me levanté de la cama, sin querer oírle mas, sobretodo sus pseudo propuestas de llegar a hacer el amor, no había para que, si al final estaría deseando estar con el otro. Por que todo el día lo tenía presente, cada vez que le enviaba una postal o le escribía un correo y si recibía una llamado… ¡Cielos! Me hervía la sangre, y la última llamada fue la peor. Una invitación a Nueva York y él tan campante aceptó. ¿Acaso cada vez que le llamara él iba a ir corriendo? ¿Cuál era la idea de arrastrarme a mí con ellos? Si querían revolcarse juntos pues, que lo hicieran, pero que ni pensara que mi novio iba a volver con él, con ese yankee que seguía siendo el verdadero amor de Yong Soo.

Pues…mi verdadero amor es Yong, claro, él debe serlo, no podría haber estado enamorado tanto tiempo de un error -Dijo el japonés mientras sujetaba un vaso con agua en su mano estando en la cocina, apoyado contra el refrigerador- Me costó tanto llegar a estar con él, que sería imperdonable dejarle ir así como así, aunque sus sentimientos no sean iguales a los míos, no importa…el amor significa sacrificio…-Bebió un sorbo de agua y dejó el vaso sobre un mueble, sin vaciarlo por completo y se le quedó mirando, pensando en si ver este medio vacio o medio lleno referente a su situación- …o al menos eso decía una canción. -Retorno su camino hacia la habitación volviendo a acostarse en la cama al lado del otro, dejándose abrazar solo porque no podía ni apelar por el calor para que le soltara, ya que hacia algo de frío.

Kiku, deberías dormir, recuerda que el viaje es de varias horas y debemos estar temprano en el aeropuerto -Se arrimó mas a su lado y lo abrazo por la cintura atrayéndolo a su cuerpo, mientras frotaba su mejilla de forma mimosa contra la del otro- No quiero que andes con un rostro cansado.

Lo mejor fue hacerme el dormido y no responder, así cerré los ojos y creo que dormí aproximadamente una hora, quizás, solo quizás, durante el vuelo podría dormir y tener dulces sueños, para despertar en los que sería una pesadilla.

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