Título: Ojos
Categoría: L4D2
Personajes: Nick, Ellis
Género: General, humor
Advertencias: Ninguna
Rating: No menores 13 años
Nº palabras: 583
Beta:
akanemiyano Notas: Participa en el Promt manía de
histeria_fandom en la categoría multitemática
Ojos
Siempre había tenido la costumbre de mirar a los ojos a la gente cuando esta le hablaba. Era algo que su madre le había enseñado desde muy pequeño, inculcándole que era una señal de respeto hacia la persona que se estaba dirigiendo hacia ti, y que además, siendo los ojos el espejo del alma, a través de ellos se podían ver las intenciones de las personas.
Ellis siempre había seguido ese consejo, y en más de una ocasión le había servido para saber cuando alguien le mentía, o corroborar porqué alguien le causaba mala espina, aunque muchas veces era demasiado educado como para causar un enfrentamiento. Como hacía con los clientes difíciles que le tocaban en el taller, sonreía, pedía disculpas y aseguraba que todo se solucionaría.
Quizás era por esa actitud que muchos pensaban que era alguien tonto o un blanco fácil; nada más lejos. Sabía cuando un cliente quería timarlo reclamando una rebaja en el precio argumentando que él había causado destrozos a mayores o que faltaba algún objeto, o cuando la persona que venía a reparar algún vehículo no era su legítimo dueño.
Pero no sólo aquella costumbre le había ahorrado algunos inconvenientes, sino que también le había hecho notar cosas que otras personas pasaban por alto. Como que a pesar de que Keith tenía los ojos marrones, poseía también una pequeña manchita de color negro en el ojo izquierdo, que su primera novia tenía una peca justo en el borde del párpado, apenas visible gracias al delineador que siempre solía llevar, o que los ojos de Nick eran de un tono más oscuro alrededor de la pupila.
Eran unos ojos bonitos, no cálidos como los pozos de chocolate fundido que tenía Rochelle, ni tan divertidos de observar como los de Coach, cuyo marrón eran algo más claro en según qué zonas del iris debido a la edad, pero había algo atrayente en ellos.
Quizás era la forma penetrante en la que solían clavarse en su interlocutor -o en los zombies a los que disparaba con precisión- o el brillo de inteligencia y astucia que solía poseer su mirada. Tal vez era su color, más oscuro que los tonos verdosos que estaba acostumbrado a ver en las personas que le rodeaban, como los de Dave, o puede que fuera algo inherente al hombre y que no se daba en nadie más.
El caso es que eran unos ojos que le gustaban y disfrutaba de hablar con el hombre, responder a sus puyas, aunque de forma menos venenosa, u observarlo y dirigirle una franca sonrisa sólo para ver esos ojos fijos en los suyos azules y poder notar cualquier cambio de coloración que la luz pudiera ocasionar.
- ¡Eh, Ellis! Deja de fantasear con tu prima y vuelve a la tierra. Estos zombies no se van a matar solos.
Alzó la vista y se encontró mirando de nuevo aquellos ojos que lo tenían tan fascinado, volviendo a pensar en el aquí y ahora. A punto de soltar un comentario mordaz, se mordió la lengua y decidió en su lugar sonreírle lentamente al otro hombre, colocándose bien su gorra antes de decir:
-¡Yeahh, lo sé! Esperaba que tú pudieras hacerlo sólo. Me equivoqué, mi culpa. No volveré a creer en tus fanfarronerías -comentó guiñándole un ojo al apostador, ocasionando que los otros dos supervivientes rieran de buena gana mientras los ojos de Nick adquirían un tono más oscuro debido al enfado, reavivando su interés en descubrir cuántos secretos más albergaban aquellas gemas verdosas.