(no subject)
Una de nazis.
En febrero de 1938, Hitler declaraba que en dos estados colindantes con el Reich vivían diez millones de alemanes que no podían vivir con sus compatriotas. Y ello no podía quedar así, según el Führer. Esos dos estados aludidos eran Austria y Checoslovaquia...
En Checoslovaquia exigió el territorio de los alemanes de los sudetes, y Francia e Inglaterra, para calmar sus ansiar y evitar conflictos en sus territorios, firmaron el Tratado de Munich y aceptaron su demanda.
Pero las ansias de Hitler no cesaron ahí, y Checoslovaquia fue invadida totalmente poco después. El presidente checo, exiliado en Inglaterra, aceptó un plan de Winston Churchill para desestabilizar el régimen nazi en Checoslovaquia, la llamada Operación Antropoide.
El plan consistía en asesinar a uno de sus líderes más poderosos, Reinhard Heydrich que en ese momento estaba al cargo del Protectorado de Bohemia y Moravia. Heydrich era considerado por Hitler como su sucesor.
Así pues, Jan Kubis y Jozef Gabčík fueron los 2 paracaidistas checos que iban a encargarse de llevar a cabo el plan. Estudiaron los hábitos de desplazamiento de Heydrich y decidieron atacarle en una curva muy cerrada en la que era necesario frenar el coche. Ese lugar está a 5 minutos de donde yo vivo ahora...
El atentado no salió como había sido planeado, a Gabcik se le encasquilló el arma, y salió corriendo. Heydrich se dio cuenta y sacó su arma para defenderse. Kubis lanzó una granada y huyó en bicicleta.
Heydrich no murió en ese momento, pero sí unos días después debido a las heridas que le produjo la bomba. Cabe resaltar que Heydrich se negó a ser atendido por ningún médico que no fuera alemán, lo que pudo precipitar su muerte. Los atancantes, de acuerdo con el plan, se escondieron en la cripta de esta iglesia.
Los nazis intentaban desesperadamente dar con el paradero de los Kubis y Gabcik, así que empezaron a asesinar a sospechosos. Una de las personas implicadas en el atentado delató el paradero de los atacantes, con la esperanza de poner fin a las ejecuciones. Alrededor de 700 nazis rodearon la iglesia para acabar con ellos. Por la rendija que se ve en la foto dispararon, intentaron ahogarles e incluso ahumarles. Los checos hicieron un agujero en un intento desesperado de huir mediante la red de cañerías. Al final los checos prefieron suicidarse antes que entregarse. Nunca llegaron a saber que Heydrich había muerto.
Pero la historia no quedó ahí. En venganza, los nazis acabaron con el pueblo checo de Lidice. Y cuando acabaron quiero decir que asesinaron a todo el mundo y destruyeron todas las casas.
El antes y después de Lidice:
Monumento a los niños de Lidice:
A 5 minutos andando de donde trabajo está el memorial antifascista de Kobylisy, donde se recuerdan todas las personas asesinadas como venganza de la operación Antropoide (casi 5.000).
La pregunta que uno se hace con todo esto es ¿mereció la pena el asesinato de Heydrich?. A simple vista parece que no, pero hay quien dice que la destrucción de Lidice dejó en evidencia a los nazis internacionalmente, además de suponer un duro golpe para la arrogancia de éstos.
En febrero de 1938, Hitler declaraba que en dos estados colindantes con el Reich vivían diez millones de alemanes que no podían vivir con sus compatriotas. Y ello no podía quedar así, según el Führer. Esos dos estados aludidos eran Austria y Checoslovaquia...
En Checoslovaquia exigió el territorio de los alemanes de los sudetes, y Francia e Inglaterra, para calmar sus ansiar y evitar conflictos en sus territorios, firmaron el Tratado de Munich y aceptaron su demanda.
Pero las ansias de Hitler no cesaron ahí, y Checoslovaquia fue invadida totalmente poco después. El presidente checo, exiliado en Inglaterra, aceptó un plan de Winston Churchill para desestabilizar el régimen nazi en Checoslovaquia, la llamada Operación Antropoide.
El plan consistía en asesinar a uno de sus líderes más poderosos, Reinhard Heydrich que en ese momento estaba al cargo del Protectorado de Bohemia y Moravia. Heydrich era considerado por Hitler como su sucesor.
Así pues, Jan Kubis y Jozef Gabčík fueron los 2 paracaidistas checos que iban a encargarse de llevar a cabo el plan. Estudiaron los hábitos de desplazamiento de Heydrich y decidieron atacarle en una curva muy cerrada en la que era necesario frenar el coche. Ese lugar está a 5 minutos de donde yo vivo ahora...
El atentado no salió como había sido planeado, a Gabcik se le encasquilló el arma, y salió corriendo. Heydrich se dio cuenta y sacó su arma para defenderse. Kubis lanzó una granada y huyó en bicicleta.
Heydrich no murió en ese momento, pero sí unos días después debido a las heridas que le produjo la bomba. Cabe resaltar que Heydrich se negó a ser atendido por ningún médico que no fuera alemán, lo que pudo precipitar su muerte. Los atancantes, de acuerdo con el plan, se escondieron en la cripta de esta iglesia.
Los nazis intentaban desesperadamente dar con el paradero de los Kubis y Gabcik, así que empezaron a asesinar a sospechosos. Una de las personas implicadas en el atentado delató el paradero de los atacantes, con la esperanza de poner fin a las ejecuciones. Alrededor de 700 nazis rodearon la iglesia para acabar con ellos. Por la rendija que se ve en la foto dispararon, intentaron ahogarles e incluso ahumarles. Los checos hicieron un agujero en un intento desesperado de huir mediante la red de cañerías. Al final los checos prefieron suicidarse antes que entregarse. Nunca llegaron a saber que Heydrich había muerto.
Pero la historia no quedó ahí. En venganza, los nazis acabaron con el pueblo checo de Lidice. Y cuando acabaron quiero decir que asesinaron a todo el mundo y destruyeron todas las casas.
El antes y después de Lidice:
Monumento a los niños de Lidice:
A 5 minutos andando de donde trabajo está el memorial antifascista de Kobylisy, donde se recuerdan todas las personas asesinadas como venganza de la operación Antropoide (casi 5.000).
La pregunta que uno se hace con todo esto es ¿mereció la pena el asesinato de Heydrich?. A simple vista parece que no, pero hay quien dice que la destrucción de Lidice dejó en evidencia a los nazis internacionalmente, además de suponer un duro golpe para la arrogancia de éstos.