Fandom: QaF
Pairing: Brian/Justin
Advertencias: AU situado en la S4.
Género: Angst (aunque ey, soy yo, no he sido tan mala como para dejaros con la parte 7 como final)
Notas: Incluido en el Reto #59 Realidades Alternativas, juega con la premisa de qué hubiera sucedido si Brian no se hubiera cruzado en la vida de Justin Taylor y no hubiera estado en la prom para salvarle.
Prompt: #087 Vida
Tabla de fanfic100 El despacho es pequeño, no lo tendría si no fuera el hijo del jefe, aunque las tareas que lleve a cabo en la empresa sean dignas de un becario recién salido de la carrera. Porque su estancia en el hospital fue demasiado larga, demasiado dolorosa, y las secuelas con las que tiene que vivir el día a día le impiden concentrarse demasiado en tareas muy complicadas.
- Adelante. - Su voz también suena diferente, es aún joven pero ha vivido tanto que parece haber envejecido diez años, pálido y desmejorado, con el pelo demasiado corto, la cicatriz visible bajo los neones del techo.
Brian ha buscado el número en la guía telefónica, a pesar de la culpa, a pesar de las náuseas o el dolor, porque de alguna manera tiene que arreglar esto antes de morir. El cáncer está avanzado, lo nota en sus huesos, en la dificultad para llevar a cabo tareas sencillas, en que lleve días encerrado en el loft desde que volvió de Ibiza, su última gran aventura como el brillante y magnífico Brian Kinney antes de tirar la toalla.
Se debe esto a sí mismo, se lo debe a ambos.
- Justin… -- Pero no se había preparado para enfrentarse a la realidad de sus pesadillas. Al nuevo Justin Taylor, que debería estar libre de sus pecados, viviendo como un joven despreocupado y feliz, sin ningún amante doce años mayor para pervertirle.
Este Justin es tan distinto al que recuerda que está a punto de convencerse de que se ha equivocado de despacho.
- ¿En qué puedo ayudarle, señor…? - Frunce el ceño, pensando que quizás es otra de esas personas a las que conocía antes de su ataque, tensándose mientras respira hondo, usando las técnicas que le enseñó su psiquiatra para mantener la ira a raya, para encontrar las palabras sin usar la violencia, ocultando esos brotes que tenía al poco de salir del hospital, que le hacían empujar a su madre y lanzar todos los objetos artísticos por la habitación, enfurecido y frustrado con el mundo que le rodeaba.
Brian alza la mano, calmándole más rápido que cualquier técnica psicológica, acercándose a la mesa despacio, su mirada es un eco de la de Justin, desesperación en ojos de otro color pero igual de perdidos que los suyos.
- Sunshine, mierda, no pensaba… -- Carraspea, intentando mantenerse sereno, a punto de llorar como si volviera a estar en la sala de espera del hospital, con Michael intentando consolarle. -- ¿Eres feliz?
La pregunta le hace llorar, el apodo sonreír, y de repente Justin se lanza a los brazos de ese extraño, aferrándose a él porque no necesita palabras para lo que su cuerpo y sus instintos le gritan.
Está en el lugar que le pertenece, pero el mundo ha dado un traspié y sus vidas se han torcido, volviéndolo todo del revés, destrozándoles con una petición que parecía inofensiva.