Lemon Brian/Justin - Creando las reglas
Pairing: Brian/Justin
Prompt: #018 Juegos ( Tabla 1)
Advertencias: BDSM
Notas: Situado en la S1. Sé que debería haber empezado Perversiones por aquí, pero bleh, por lo visto mi musa tenía otras ideas. Así que es algo así como el origen de la saga.
La siguiente parte, en el próximo post (de hecho, ha sido para que el X de Perversiones estuviera situado)
- ¿Qué haces? - Justin da un salto en la silla, cerrando el monitor del portátil, como un niño pillado metiendo los dedos en una tarta, sonrojándose.
- Nada.
- Chorradas. Enséñame qué estabas viendo.
Le da un manotazo para que aparte los dedos, sentándose en la mesa, acercándose el ordenador, buscando el historial y las carpetas de Justin, a veces le deja hacer los deberes en su zona de trabajo del loft, y ahora se alegra por ello, convencido de que lo que van a ver le gustará.
- Brian, no… sólo chafardeaba, eso es todo. - Lo que más le gusta de Justin es que, a pesar de que ya han follado en casi todas las posturas habidas y por haber, incluso le ha llevado ya a los baños y a una sauna, sigue actuando como un chico virgen de diecisiete años, ansioso por seguir aprendiendo y aún avergonzado por quererlo.
- Veamos, te has bajado un par de vídeos, ¿qué tenemos aquí? - Los jadeos y las súplicas llenan el loft, Justin vuelve a empalmarse, mirando de reojo a Brian, esperando que le llame pervertido y le eche a patadas de su vida.
Porque además de los vídeos también hay páginas web, relatos eróticos y fotografías, todas con un tema en común. Algo que no han hecho aún, que a Justin le aterra y fascina a partes iguales.
Brian carraspea, aflojándose el nudo de la garganta, cerrando de nuevo el ordenador con un chasquido, girándose hacia Justin, abriendo las piernas, acariciándose por encima de los pantalones.
- ¿Cuál imaginabas mientras te corrías, Justin? ¿Qué es lo que querías que te estuvieran haciendo a ti? - Su tono es suave, sin acusaciones ni juicios, de modo que Justin responde, bajándole la cremallera despacio, liberando su erección de los calzoncillos, masturbándole al ritmo de sus palabras.
- Que me atabas, obligándome a ser tu juguete, usándome como si fuera tuyo, dejando que otros hicieran lo que quisieran conmigo. - Brian jadea, arqueándose bajo sus manos, sosteniéndole por la nuca, acercándole a su pene, hundiéndolo en su boca.
Hablándole entre jadeos y espasmos, aceptando un poco más que Justin no es sólo un polvo, que no es sólo un chico con el que folló una noche, que va a estar por aquí algo más de tiempo.
- El BDSM es peligroso, Justin. Tiene que hacerse bien. No puedes dejar que cualquiera te ate o te azote.
La succión aumenta de intensidad, la polla de Justin gotea entre ambos, y Brian crispa los dedos en su pelo, gimiendo más fuerte cuando su orgasmo se aproxima, imaginando a Justin atado y dispuesto a todo lo que él quiera hacerle.
Se corre con fuerza, gritando su nombre, dejándose beber hasta la última gota, alzando la barbilla de Justin con sus dedos, obligándole a mirarle.
- Lo haremos a veces. Si quieres que juguemos, me parece bien. Pero con unas normas.
Justin asiente, sin saber que en poco más de un año será él quien ponga otras normas, quien las rompa y cambie la balanza de su relación. Por el momento sólo están ellos dos, y descubrir sus límites al lado de Brian.
- Te compraré un collar para los juegos, y mientras lo lleves serás mío, harás lo que te ordene, sin preguntas ni quejas. Piensa en una palabra segura, será la única manera que tendrás de que me detenga. Pero a cambio, sólo harás esto conmigo. Me da igual que te folles o te dejes follar por todo Pittsburgh, esto sólo conmigo, o ya te estás largando de aquí.
Intuye que si empieza a sonreír como un crío, cantándole te importo, Brian Kinney se preocupa, lo que conseguirá es una patada en el culo, así que se muerde el labio, asintiendo de nuevo.
- Lo prometo.
A diferencia de otras promesas, esta Justin no la incumple, y en un par de años, estará guardada junto a la de la música de violín.
Por el momento, van a jugar el uno con el otro.
Prompt: #018 Juegos ( Tabla 1)
Advertencias: BDSM
Notas: Situado en la S1. Sé que debería haber empezado Perversiones por aquí, pero bleh, por lo visto mi musa tenía otras ideas. Así que es algo así como el origen de la saga.
La siguiente parte, en el próximo post (de hecho, ha sido para que el X de Perversiones estuviera situado)
- ¿Qué haces? - Justin da un salto en la silla, cerrando el monitor del portátil, como un niño pillado metiendo los dedos en una tarta, sonrojándose.
- Nada.
- Chorradas. Enséñame qué estabas viendo.
Le da un manotazo para que aparte los dedos, sentándose en la mesa, acercándose el ordenador, buscando el historial y las carpetas de Justin, a veces le deja hacer los deberes en su zona de trabajo del loft, y ahora se alegra por ello, convencido de que lo que van a ver le gustará.
- Brian, no… sólo chafardeaba, eso es todo. - Lo que más le gusta de Justin es que, a pesar de que ya han follado en casi todas las posturas habidas y por haber, incluso le ha llevado ya a los baños y a una sauna, sigue actuando como un chico virgen de diecisiete años, ansioso por seguir aprendiendo y aún avergonzado por quererlo.
- Veamos, te has bajado un par de vídeos, ¿qué tenemos aquí? - Los jadeos y las súplicas llenan el loft, Justin vuelve a empalmarse, mirando de reojo a Brian, esperando que le llame pervertido y le eche a patadas de su vida.
Porque además de los vídeos también hay páginas web, relatos eróticos y fotografías, todas con un tema en común. Algo que no han hecho aún, que a Justin le aterra y fascina a partes iguales.
Brian carraspea, aflojándose el nudo de la garganta, cerrando de nuevo el ordenador con un chasquido, girándose hacia Justin, abriendo las piernas, acariciándose por encima de los pantalones.
- ¿Cuál imaginabas mientras te corrías, Justin? ¿Qué es lo que querías que te estuvieran haciendo a ti? - Su tono es suave, sin acusaciones ni juicios, de modo que Justin responde, bajándole la cremallera despacio, liberando su erección de los calzoncillos, masturbándole al ritmo de sus palabras.
- Que me atabas, obligándome a ser tu juguete, usándome como si fuera tuyo, dejando que otros hicieran lo que quisieran conmigo. - Brian jadea, arqueándose bajo sus manos, sosteniéndole por la nuca, acercándole a su pene, hundiéndolo en su boca.
Hablándole entre jadeos y espasmos, aceptando un poco más que Justin no es sólo un polvo, que no es sólo un chico con el que folló una noche, que va a estar por aquí algo más de tiempo.
- El BDSM es peligroso, Justin. Tiene que hacerse bien. No puedes dejar que cualquiera te ate o te azote.
La succión aumenta de intensidad, la polla de Justin gotea entre ambos, y Brian crispa los dedos en su pelo, gimiendo más fuerte cuando su orgasmo se aproxima, imaginando a Justin atado y dispuesto a todo lo que él quiera hacerle.
Se corre con fuerza, gritando su nombre, dejándose beber hasta la última gota, alzando la barbilla de Justin con sus dedos, obligándole a mirarle.
- Lo haremos a veces. Si quieres que juguemos, me parece bien. Pero con unas normas.
Justin asiente, sin saber que en poco más de un año será él quien ponga otras normas, quien las rompa y cambie la balanza de su relación. Por el momento sólo están ellos dos, y descubrir sus límites al lado de Brian.
- Te compraré un collar para los juegos, y mientras lo lleves serás mío, harás lo que te ordene, sin preguntas ni quejas. Piensa en una palabra segura, será la única manera que tendrás de que me detenga. Pero a cambio, sólo harás esto conmigo. Me da igual que te folles o te dejes follar por todo Pittsburgh, esto sólo conmigo, o ya te estás largando de aquí.
Intuye que si empieza a sonreír como un crío, cantándole te importo, Brian Kinney se preocupa, lo que conseguirá es una patada en el culo, así que se muerde el labio, asintiendo de nuevo.
- Lo prometo.
A diferencia de otras promesas, esta Justin no la incumple, y en un par de años, estará guardada junto a la de la música de violín.
Por el momento, van a jugar el uno con el otro.