*Va con el cesto del pan, repartiéndolo por las casas. Va silbando y mirando las tiendas, cuando pasa ante la tienda nueva del pueblo. Retrocede y echa un vistazo por la ventana. Deja el pan en la puerta y entra, muy sonriente y con las manos a la espalda.*
*Levanta la vista de un libro de psicología que no le interesa para nada y se tirá hacia atrás para ver quien ha entrado. Se cae de culo en el suelo, porque estaba encima de una caja y después se levanta de golpe alzando las cejas.* Eieiei. *
*Frunce un poco el ceño y coge el libro, quitándoselo de las manos.* ¿Buscabas algo en especial? *y le mira, dando golpecitos en el libro con los dedos.*
Ajá... *odia la gente que le tira piropos. Así que solamente mira el libro, pasando páginas distraída.* Puedes darte una vuelta por aquí. Si quieres algo, me lo dices y te digo el precio.
Menos esqueletos... *murmura mirando el libro, después alza la vista y le mira, haciendo una mueca.* Me refiero a que tengo calaveras, pero esqueletos no. ¿Quieres una?
*Distraídamente, quitándole importancia, sale de detrás de su improvisado mostrador y se acerca a una caja, sacando dos calaveras. Una esta rota por todas partes, la otra está bastante bien conservada. Empieza a hablar mirándolas, una cada mano.* La leyenda cuenta que un pirata perdió toda su fortuna, por culpa de que su mujer le engañó y desveló todos sus secretos, haciendo que la tripulación se volviera en su contra. El pirata lo perdió todo, y lo dejaron en una isla desierta. Lo que no se esperaba la mujer es que también la dejaran a ella... "nadie engaña un pirata", dijeron los muy imbéciles, como si no fuera una contradicción... El pirata estaba tan triste tan triste... *mira a Wallace, encogiéndose de hombros.* Que mató a su mujer y después se mató a él. Estos son sus cráneos. *Y se los tiende para que los inspeccione.*
Pffff... ya lo sabía, ¿eh? Te he seguido el rollo. *Dice, alzando una ceja y con una risita. Se gira, frunciendo el ceño.* ¿Qué más cosas interesantes tienes?
Pueeeees... *Hace una mueca.* Si una calavera te parece poco interesante no sé si esta tienda es la tuya... *Chasquea la lengua y de pronto suelta, ¡oh! y va hacia una caja.* Mira, *saca una cajita de musica, y al abrirla suena una música de balet.* ¿Te van más estas cosas? *De pronto le tiende la cajita de músiva, casi arrojándosela y mete las manos en la caja.* ¡Williaaaaaam! ¡Aquí estabas! *Saca la iguana y la abraza.*
Eieiei.
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