¤ Fandom: Supernatural (SIIII, al fin escribo de esta serie!!!).
¤ Claim: Ruby/??.
¤ Genero: General, pseudo-romance y drama (??)
¤ Advertencias: Spoiler de Just in Bello (tercera temporada) y crack.
¤ Palabras: 1,038.
¤ Beta:
saki_riddle (Co-Co!! Gracias por caer y betearme xD).
¤ Idea: la idea es de
hawk_sama y apareció mientras los dos frikeabamos mientrsa veíamos dicho cap xD.
¤ Summary:
No te arrepientas, tomaste tu decisión y eso no cambiara. El pasado es pasado, el presente no dura y lo único que importa es el futuro.
Soltó una blasfemia cuando se enteró de lo que sucedería, sin poder creer que ellos fueran a caer en una trampa semejante. Estúpidos, pensó mientras se encaminaba al pueblo donde deberían de estar, sino fallaban sus cálculos estaría en ese lugar antes de que el plan se llevara a cabo y podría salvar sus traseros sin ninguna consecuencia que debería lamentar.
Pero sucedió algo que Ruby nunca había contemplado. Cuando estuvo a punto de irse alguien se interpuso en su camino. Una chica pelirroja, vestida con claras ropas de alguien que vivía en un pueblillo, se paró enfrente de ella con un gesto de burla en el rostro. Ruby no la reconoció o, al menos, no recordaba haberla visto nunca. Pero le extrañó un hecho, sentía que ya la conocía de algún lado, pero no por su apariencia, sino por esa mirada que le echó.
Cuando sus ojos se pusieron negros y una voz suave, muy desagradable y sarcástica emergió de la misma no tuvo dudas. La conocía y la conocía muy bien.
―Vaya, vaya, pero que tenemos aquí ―dijo la chica, mirando a la rubia con superioridad, mientras comenzaba a caminar alrededor de ella― Si no es más que la pequeña, valiente y tonta de Ruby. La que juró que ella estaba del lado del candidato correcto ―detuvo sus pasos enfrente de ella, y colocó una mano sobre su cadera, con una sonrisa burlesca― Te has deteriorado linda, das asco.
Ruby estaba algo sorprendida, pero al escuchar lo último apretó sus puños, tratando de controlar su furia.
―A mí también me alegra verte, Lia y veo que sigues usando cuerpos de pelirrojas, ¿Será que te traen lindos recuerdos? ―siseó, demostrando que no se le podía asustar fácilmente.
La chica -o más bien, la demonio- de nombre Lia rió, tomando un mechón de cabello y mirándolo fijamente.
―Sí, bien, algunas manías nunca desaparecen y el cabello rojizo es lindo, además de que esta chica... Janne, es la única que tenía un tono que me gustaba ―se soltó el mechón como si nada y miró a Ruby― Aunque, creo que es incorrecto criticar algo que tú misma haces y, por cierto, el rubio te sigue quedando bien ―y le guió el ojo, para luego volver a reír, claramente en son de burla.
La chica de cabello rubio hizo un sonidito de molestia con los labios, cruzándose de brazos, más seria de lo normal.
―¿A qué has venido aquí, Lia? No creo que sea a recordar viejos tiempos.
―Muy lista, como siempre ―asintió con un ligero movimiento de cabeza, dando unos pasos para estar más cerca de la rubia, quien se esforzó para no alejarse, cosa que notó la joven quien regresaba a los mismos ojos de antes, desapareciendo el color negro pero no así su sonrisa― ¿Me tienes miedo, pequeña Ruby? No deberías. A pesar de tu mala decisión sigo teniéndote un poco de estima ¿Sabes? Y, a diferencia tuya, yo si respeto un poco lo que tuvimos antes y lo guardo como, sip exactamente, un lindo recuerdo.
―Eres ilusa si crees que su plan tendrá éxito, los Winchester no son tan ingenuos como para caer en algo tan estúpido, se darán cuenta pronto y saldrán de ese lugar.
Lia enarcó una ceja, mirando con verdadera curiosidad los ojos de la otra chica, sin creerse lo confiada que estaba.
―Vaya, en verdad te has vuelto una idiota ―dijo simplemente, logrando que Ruby se tensara un poco.
―Idiota me dices. ¿Yo, Idiota? ¡Ja! No me hagas reír. La idiota debes de ser tú, por seguir las órdenes de ella. Tú más que nadie debes de saber que no saldrá nada bueno, para nadie, si ella llega a tomar el control.
Por unos instantes, unos pequeños segundos, Ruby estaba segura que en aquellos ojos vio un leve brillo de miedo, pero antes de que pudiera decir nada, la altanería y malicia se apoderaron de esa mirada.
―Eres ilusa si crees que Sam Winchester podrá ganarle, además, Lilith es lo mejor que pudo habernos pasado. Como se nota que tu lado humano sigue presente. Eso te hace débil, Ruby, vulnerable y estúpida. Aunque, de cierta forma... ―se acercó a ella y tomó su rostro con una mano, acariciándolo suavemente, logrando que un escalofrío recorriera la espalda de la rubia y, de manera involuntaria, entrecerrara los ojos. Esa acción le suavizo la sonrisa a la pelirroja, quien al final le agarró de manera fuerte el mentón, haciendo que Ruby le mirara sorprendida―. Sí, lo que pensaba, esa humanidad tuya te hace muy apetecible, ¿sabes? Hasta casi me arrepiento de haber roto contigo.
La soltó, dándole un fuerte golpe en el rostro, haciendo que se alejara unos pasos. Ruby se talló la mejilla, que estaba rojiza y la miró con desprecio.
―Eso, ódiame, desea mi muerte. Así será más divertido acabar contigo cuando tu candidato muera con su hermano, dentro de unas pocas horas. Date cuenta que el final está cerca y el equipo que elegiste perderá irremediablemente. Los Winchester caerán y tú lo harás con ellos. Nadie es tan estúpido para ir en contra de los deseos de Lilith y eso lo entenderán por las malas.
Y desapareció, dejando un leve rastro de polvo. Ruby se quedó quieta, tocándose donde le habían golpeado. Tenía la mirada perdida. Pasaron unos segundos antes de que se mordiera el labio hasta hacerlo sangrar, para así reaccionar. Se dio cuenta que se le había hecho tarde, por lo que desapareció, dispuesta a ayudar a esos estúpidos hermanos y demostrarle a Lia que ella no era la equivocada.
Ganarían esa guerra y sería ella la que se arrepintiera de haber echado todo a perder. Sam le ganaría a Lilith, porque ella sabía algo que, al parecer, habían olvidado todos los demonios y es que Lilith si tenía una debilidad. Al fin y al cabo, ella era una mujer.
Aunque, a pesar de que se repetía una y otra vez que ellos tenían la carta triunfante, las palabras de Lia le habían dolido de una manera diferente, de un modo que había creído que ya no debían afectarle. Al final desapareció, manteniendo aquel mal sabor de boca y el presentimiento de que no todo saldría bien esa noche.