May 26, 2016 13:27
Kanto habia cambiado. Los Pueblos ahora eran ciudades, los vehículos eran los que mandaban en las gigantescas urbes y perderse entre tanto callejón, era algo natural incluso para los que allí vivían. Se había respetado la naturaleza, pero los lugares de antes eran cosa del pasado. Alguien que fuera a la época en donde nació el hijo que Ash y Misty tuvieron, habría flipado. Para empezar, uno de los Pueblos más pequeños del mundo Pueblo Paleta,se convirtió en una gran ciudad conocida como Blancaventura, donde estaban las mejores escuelas de todo tipo y donde estudiaba el joven de pelo castaño claro, con camisa marrón, pantalón negro y deportivas amarillas. En aquel momento se encontraba sentado con el codo en el pupitre y la mano en la lMientras la profesora, una anciana que iba a clase en vestida con un jersey azul y falda larga y negra explicaba algo bastante complejo
Kanto había cambiado. Los Pueblos ahora eran ciudades, los vehículos eran los que mandaban en las gigantescas urbes y perderse entre tanto callejón, era algo natural incluso para los que allí vivían. Se había respetado la naturaleza, pero los lugares de antes eran cosa del pasado. Alguien que fuera a la época en donde nació el hijo que Ash y Misty tuvieron, habría flipado. Para empezar, uno de los Pueblos más pequeños del mundo Pueblo Paleta,se convirtió en una gran ciudad conocida como Blancaventura, donde estaban las mejores escuelas de todo tipo y donde estudiaba el joven de pelo castaño claro, con camisa marrón, pantalón negro y deportivas amarillas. En aquel momento se encontraba sentado con el codo en el pupitre y la mano en la lMientras la profesora, una anciana que iba a clase en vestida con un jersey azul y falda larga y negra explicaba algo bastante complejoKanto había cambiado. Los Pueblos ahora eran ciudades, los vehículos eran los que mandaban en las gigantescas urbes y perderse entre tanto callejón, era algo natural incluso para los que allí vivían. Se había respetado la naturaleza, pero los lugares de antes eran cosa del pasado. Alguien que fuera a la época en donde nació el hijo que Ash y Misty tuvieron, hubieran flipado. Para empezar, uno de los Pueblos más pequeños del mundo Pueblo Paleta,se convirtió en una gran ciudad conocida como Blancaventura, donde estaban las mejores escuelas de todo tipo y donde estudiaba el joven de pelo castaño claro, con camisa marrón, pantalón negro y deportivas amarillas. En aquel momento se encontraba sentado con el codo en el pupitre y la mano, imaginándose a sí mismo en una aventura por el mundo con un fuerte equipo pokémon y derrotando a malvadas organizaciones,Mientras la profesora, una anciana que iba a clase en vestida con un jersey azul y falda larga y negra explicaba algo bastante complejo él seguía en su mundo, pero, para su suerte llegó el recreo, momento en el que cogió el dinero para comprar el almuerzo de la cafetería, pero se encontró a un amigo, un chico gordo y pelirrojo que solía ser muy nervioso.
-¡Ray es un entrenador!-Le dijo con ese tono que él solía poner. Drex no se lo creía.
-Eso es imposible, a nuestra edad no nos dejan- Le soltó sonriendo como si le estuviera diciendo una broma.
-¡Pues tiene un murkrow!- Le aseguró moviendo mucho las manos y un grupo de chicos miraban con admiración a ese Ray, un chico rubio, con una camiseta azul y un 10 estampado y pantalones a juego que no paraba de vanagloriarse de su supuesto rango,mientras todos le seguían
-Pronto voy a viajar por todo Kanto e ir a la liga pokémon- Dijo y todos se sorprendieron.
-¿Alguien de nuestra edad puede tener un pokémon?- Se escuchó entre las habladurías.
-¡Que suerte!-
-¡Haz que use otro movimiento Ray!- Le dijo otro compañero y Ray miró a Drex. Nunca se habían llevado bien por tonterías de críos, pues el niño del cuervo le gustaba meterse con él y le pareció la oportunidad perfecta.
-¡Murkrow, ladrón!- Le dijo y se llevó el dinero del almuerzo de nuestro protagonista, quién empezó a perseguirlo, pero acabó largándose.
Tras sentarse en un escalón hambriento y deprimido, un meowth le devolvió unas monedas ¿Serían las que Murkrow le quitó? Como fuera, se lo agradeció dándole parte de las patatas fritas al gato, quién se encariñó con él y se hicieron amigos, pero, como no podía tener pokémon a su edad, lo escondió con miedo
-n el sótano al meowth, dándole de comer sin que los padres se enterasen, incluso en las visitas. En su décimo cumpleaños, recibió un pichu, el cuál era un hijo del pikachu de Ash, queriendo su padre que fuera parte de su legado y, ya que su marido se había empeñado en que tuviera sus propias experiencias, decidió que un Jigglypuff parlante, a la que llamaban Jiggly que desde que nació había cuidado de él como niñera (algo similar al Mr. Mime de Celia Ketchum)Para salir de Blancaventura, fueron en coche conducido por la la líder de gimnasio, pues su marido no consiguió, para frustración suya que consiguiera el carnet. Pronto llegaron a la ruta 1, donde le esperaba una chica con el pelo castaño y con coletas, una chaqueta azul y una camisa lila llamada Violeta
-Vaya, al final lo lograste, pero ese será tu último triunfo-
-Tengo ya dos pokémon más que tú, Violeta- Dijo el chico de pelo negro.
con melenas castañas muy bien peinadas, con una chaqueta rosa y un vestido verde. Era Violeta, su prima, hija del hermano de su padre, Red. Tenían una rivalidad, tirando a enemistad, cosa que heredaron sus hijos.
-Vaya, al final lo lograste, pero ese será tu último triunfo-
-¿Una niñera pokémon más? Que mimadito estás, pareces un bebé- Se burló Violeta
-¡Basta! ¡Te vas a tragar tus palabras en una lucha pokémon!- Dijo y, por una vez parecían estar de acuerdo en algo. Violeta lanzó una pokéball de la que salió un machop Drex hizo lo mismo sacando a un pichu-¡Impactrueno!- Exclamó, dándole de lleno, pero aguantándolo. Luego el machop lanzó una patada baja, que pichu esquivó de un salto, pero recibió un golpe kárate y cayó ante otra patada, ganando Violeta. Ella sonrió con orgullo
-Un pokémon medianamente entrenado está dentro de su pokéball como mínimo- Dijo
-¡Solo lo dejaba descansar un rato!- Le respondió Drex e intentó meterlo en su pokéball, pero pichu esquivaba el rayo rojo con gran agilidad y expresión molesta, la cual iba igualandose a la sensación de frustración de Drex por que su pokémon no le obedeciera¿Tan mal entrenador era? Se autoconsoló pensando en que solo era un novato.
-¡Pichu, entra!- Dijo mientras Violeta sonreía burlona.
-A algunos pokémon no le gustan estar encerrados como a mí, ese era el caso del Pikachu de su padre y tal vez su hijo lo ha heredado- Razonó Jiggly recordando las anécdotas que le solía contar-Sé que solo se puede llevar un pokémon, asique me meteré en tu mochila- Dijo caminaron un trecho por la ruta 1, hasta que tuvieron hambre y sacaron unas patatas fritas que iban a compartir y comérselas, pero un rattata les robó la bolsa.
-Pokémon del bosque. Le gusta el queso, las nueces, la fruta y las bayas. También sale a campo abierto para robar comida a los excursionistas tontos-
-¡Le vamos a enseñar quién es un excursionista tonto!- Dijo Drex, mientras perseguían al ladrón, quién se metió en una madriguera bastante grande, demasiado, según el chico para un rattata. Cuando entraron, llegaron a un laberinto, con dos caminos, derecha o izquierda y Drex escogió este último. Allí le esperaron varios rattatas a los que frió con impactrueno y siguieron de allí rápidamente, perdiéndose cada vez más y aumentando el número de caminos.
-¡Impactrueno!- Le dijo apuntando con su dedo a una de las ratas, siendo eléctrocutada después de haberse burlado de ellos y recibió otra descarga a cambio que le paralizó.
-¡Perfecto, sigue con más impactruenos!- Dijo Drex y su pokémon le obedeció con su rival paralizado, pero rattata lanzó un placaje que derribó al otro roedor.
-¡Ánimo, Pichu, tú puedes!- Le animó Drex, mientras este hacía un esfuerzo por levantarse y, una vez conseguido lanzó un impactrueno, pero saltó sin darle y contraatacó con otro placaje, pero recibió una descarga eléctrica y se intercambiaron electrocuciones y tackleos, hasta que terminó dejando frito a toda la camada, recuperaron sus patatas y se las comieron. tras más andar, acabaron en una ciudad conocida como rosachicle, lugar al que llegaron y, en aquellos tiempos lo que más se parecía a un pueblo pues había menos casas, no había rastro de vehículos y era más fácil encontrar el lugar, como se demostró al llegar fácilmente al centro pokémon. Cuando entraron, Drex tuvo que rellenar un formulario y, mientras lo hacía leía un folleto sobre la liga kanto en la que decía que había que reunir 10 medallas y que la primera estaba en el lugar elegido en el gimnasio llevado por una tal Tsumoto. Al chico le costaba escribir cosas como las que estaba haciendo y empezó a aburrirse, por lo que Jiggly decidió revisarlo, escribió algunas cosas para mejorarlo y lo entregó.
Asique, los pokémon que llevas son un Jigglypuff que habla humano en tu mochila, un meowth y un pichu...-Dijo el recepcionista, dejó una pausa y siguió hablando-¡Perfecto! Tu primer combate de gimnasio es un tutorial contra la Tsumoto, buena suerte-Agregó y a la noche se fueron a dormir, para estar descansados ante el primer desafío de su aventura.