Dos cositas para romper el aburrimiento veraniego:
one. El meme de los AU!fics que todo el mundo está haciendo.
- Give me a ship/character
- Give me an AU setting
- I will write you a three-sentence fic/a drabble
two. Meme robado a
maya_takameru Podéis pedir desde ahora hasta los siglos de los siglos amén. Intentaré ser lo más IC posible :D
- Enlista 20 personajes de los
( Read more... )
La observa por primera vez sin ningún tipo de disimulo -porque eso de aparentar jamás se le ha dado bien; o quizá, es porque el disimulo no se adecua a su natural impetuosidad- durante una clase optativa de inglés que ambos comparten. Está sentada en la última fila, muy cerca de su asiento. Con dedos finos y larguísimos, pasa pacientemente las páginas de un libro de lectura mientras finge prestar atención a la verborrea tediosa de la profesora. A su alrededor se sientan chicos que la miran de soslayo, temerosos de encontrarse con esos ojos oscuros y profundos que dicen más de lo que sus labios hablan. La miran y la miran con la lujuria velada tras sus rápidos parpadeos porque es una chica guapa; pero de esas hay muchas, más simpáticas y más aduladoras, por ello cuando se cansan de sus silencios y su indiferencia, desisten en sus patéticos intentos de cortejo.
Nico Robin, se llama. Law escucha su nombre de la boca de la profesora Whitelands cuando le reclama "Un poco de su tiempo, señorita Robin, a ser posible me gustaría que saliera de esta clase hablando inglés como un auténtico nativo". Ella se limita a alzar sus ojos de las páginas de su libro y a responderle con un fluido acento británico: "I am here only for the credits. I know how to speak since i was ten, ma'am" y vuelve su vista al grueso volumen que ya casi está a punto de terminar, sin alterar su expresión, brindándole a la mujer una sonrisa enigmática que enciende su temple y la obliga a echarla de clase y a amonestarla con cierto bochorno:
-Y vuelva cuando realmente quiera aprender algo.
Robin no dice nada esa vez. Cierra su libro, recoge sus cosas y sale del aula despidiéndose con un suave murmullo: "See you later". Mientras la clase estalla en murmullos desaprobadores y la profesora intenta recuperar su atención, Law sonríe.
La cuarta vez que la ve, está sentada en la cafetería de la universidad. Sola, en una mesa apartada del bullicio y el gentío. Bebe cortos sorbos de café mientras observa el cielo tormentoso a través del sucio cristal. Tan solo han cruzado dos miradas y un saludo cortés, pero eso es suficiente para Law.
De hecho, no sabe exactamente por qué ha esperado tanto. De todas formas, no es como si fuese a dejarse intimidar por esa mujer ni nada semejante.
-El café de este sitio es una bazofia. -pronuncia como saludo.
Robin desvía su atención de la inminente tormenta y le brinda una mirada inquisitiva.
-Los he probado mejores. Y peores. -contesta.
Law, que no esperaba una invitación ni una respuesta que le permitiese iniciar una conversación, aprovecha para decir:
-Soy Law. Trafalgar Law. Estamos en la misma clase de inglés.
-Lo sé. Te sientas en el cuarto asiento de la última fila empezando por la derecha. Y duermes la mayoría del tiempo que la señorita Whitelands habla.
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-No me gustan los idiomas. -hace una pausa, esperando que ella le diga su nombre, pero como no parece dispuesta a continuar con la conversación, él se apresura a devorar el silencio impuesto por su compañera.- Tú eres Nico Robin. Estudias arqueología y tu clase favorita es Estudios Antiguos 101.
Ella alza una ceja y parece mínimamente sorprendida por su conocimiento sobre sus gustos predilectos. Law sabe que muchísimas veces esa desfachatez suya -esa carencia de empatía o simple arrogancia, puntualizarían algunos- le ha costado más de un desplante y varias bofetadas, incluso algunas rupturas. Pero tiene la certeza de que Nico Robin se limitará a sonreír una lívida mueca de afecto, removerá despacio su café y volverá su vista al cielo, aprobando en silencio su presencia. Law sabe que podrá sentarse frente a ella, pedir un zumo de piña y empezar a hablar sin miedo a ser rechazado.
Es más una intuición, un instinto casi salvaje, como el que permite sobrevivir a las fieras. Lo huele en el aire. Lo ve en el rabillo de sus ojos profundamente curiosos.
-Tu profesor favorito es el señor Chang. -añade él.
El silencio dura algo más de lo previsto y Law respira hondo y contiene el aliento. No puede haberse equivocado. No. Ella es diferente. Lo supo desde el primer día que sus miradas se cruzaron, ambas anhelantes de aventuras, de sueños imposibles. De mucho más de lo que ya poseían. Ojos que podrían devorar al mundo entero de un plumazo y aún así, no quedarían satisfechos.
-Vaya. -murmura Robin. No dice nada más. Despacio, remueve con la cucharilla su taza y Law alcanza a ver una ínfima sonrisa tironeando de la comisura de sus labios. Sus ojos vuelven a seguir la vertiginosa carrera de los grises nubarrones que cubren el cielo de agosto.
Entonces Trafalgar Law respira y recupera el aire, se sienta frente a ella, pide un zumo de piña y le pregunta si le gustan las tormentas de verano.
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