Fan Fic : "The Last Trip" Capitulo 1.

Jan 28, 2011 16:43

Titulo : The Last Trip. (Septima y ultima parte de Hunter’s Howls)

Autora : Presente!!!! Vulpix de Vulpecula.

Pairing : medio mundo, vamos… estos se multiplican, los jodios…

Advertencias : AU. Universos Mixtos. RPS/Wincest. Slash, sexo, palabras malsonantes y algun que otro palo por ahí suelto…

Resumen : Pues ale… ultima parte ya de esto, que iba tocando acabarlo! Dean y Jensen estan en Colorado mientras esperan la decision del Consejo. Mientras, en el rancho, las cosas no marchan como deberian…

Esta parte se la quiero dedicar a mi manada twittera por ser tan maravillosa y hacerme la alfa más feliz del bosque!!!!




Arts de inanna_maat, tan genialosa como siempre!! Te i love you!!!!!!



El avión aterrizó más suavemente de lo que Dean esperaba y por fin pudo relajarse completamente desde que comenzó el maldito vuelo. Ya estaban en Colorado, en el aeropuerto de Lake County, a media hora en coche de Twin Lakes.

En breves llegarían a la cabaña y podría descansar de verdad. No había dormido casi nada en los últimos días, entre el ajetreo del viaje y la preocupación que sentía por su pareja. Todo el asunto del Consejo y la muerte de los Sons le robaba el sueño todas las noches.

Al bajar del avión, Jensen alquiló un coche en el aeropuerto para conducir hasta la ciudad. Conforme se iban acercando el paisaje era más y más hermoso, todo llanuras llenas de prados verdes y los lagos. Desde esa distancia podía ver la enorme masa de agua, azulada por el reflejo del cielo, brillando cuando los rayos del sol chocaban contra su superficie cristalina.

Tras media hora de conducir por el precioso paisaje en un cómodo silencio, atravesaron la pequeña ciudad de Twin Lakes, ya que la cabaña se situaba a diez minutos en las afueras, cerca de los lagos.

La ciudad era diminuta, casi tanto como la propia Destruction Bay, con su único colegio, su oficina postal, un supermercado y un par de moteles para hospedarse. Pero era bonita, colorida, llena de vida. A Dean le gustó inmediatamente.

Cuando Jensen aparcó frente al porche de la pequeña casita, el ex cazador no pudo evitar que se le escapara una exclamación de asombro. La cabaña era de madera oscura, casi negra, con el tejado y las contraventanas verdes azulado, talladas con un pequeño dibujo geométrico en el centro. Constaba de una sola planta y un desván. El paisaje a su alrededor era incluso mejor que el que había visto por el camino, todo un espeso bosque a las espaldas de la casa y los enormes lagos al frente.

- Wow… esto es… wow…

- Y tranquilo también. - rió Jensen, abrazándole por la espalda para apoyar la barbilla en su hombro, besándole levemente en el cuello. - Aquí nadie nos podrá molestar. - sujetándole de las caderas, hizo girar a su beta para tenerle cara a cara. - Estamos los dos solos… - murmuró sobre sus labios antes de besarle.

Cuando notó que Dean no respondía al beso, el ranchero se separó suspirando, acariciándole las mejillas con los pulgares y dándole una mirada preocupada.

- ¿Qué pasa?

- Nada. - respondió el Winchester, desviando los ojos. El alpha le cogió de la barbilla para obligarle a mirarle.

- Dean… deja de pensar en el Consejo, por favor. - le pidió. - Aquí no te permito que te preocupes. Vinimos a descansar. Olvídate de eso.

- ¿Cómo quieres que me olvide de que podría perderte? - gritó, Dean, tratando de alejarse de él sin conseguirlo. Jensen le tenía bien cogido. - ¿Cómo?

- Olvidándolo. No quiero ni que pienses en eso. Solo disfruta de estos días que tenemos para nosotros solos. Ya habrá tiempo para preocuparse después.

- No puedo… - repuso el Winchester, negando con la cabeza, pero el otro le volvió a sujetar con fuerza, besándole en los labios.

- Cariño, hazlo por mí… por favor… Te necesito aquí conmigo, Dean.

El ex cazador alzó la mirada hacia su pareja, encontrándose con los ojos suplicantes del ranchero. Se tragó las ganas de protestar todo lo que sentía y le cogió del rostro, besándole con pasión.

- Vamos dentro. - susurró, entrelazando sus dedos juntos.

Ambos se separaron para agarrar sus mochilas del coche y entrar en la casa, aun cogidos de la mano. La cabaña estaba limpia y preparada para habitarse, con la nevera llena de lo básico para que no tuvieran que salir corriendo a por víveres. Jensen se había ocupado de que alguien lo arreglara todo para su llegada antes de salir del rancho.

El alpha tiró de la mano de Dean, llevándole hacia el único dormitorio de la casa, no dejándole poder ver tranquilamente el escaso mobiliario de madera, donde dejaron de cualquier manera las mochillas en el suelo para encaminarse a la cama, en la que ambos se tumbaron abrazados.

Permanecieron así un buen rato antes de que Jensen comenzara a repartir pequeños besos y caricias suaves por todo el cuerpo de Dean, desnudándole despacio, disfrutando de la visión de la piel clara y llena de pecas de su amante.

Tan parecidos… tan diferentes al mismo tiempo…

Todas las cicatrices que su pareja poseía en su piel, años de caza marcados a fuego, hierro y garras. Todas y cada una tenía su historia y él las conocía todas. Pasó una larga noche repasándolas y oyendo a Dean contarle como se las hizo, con la voz rota por la necesidad y la excitación por sus caricias.

Existía otra pequeña diferencia entre ellos que casi nadie sabía. Tal vez algunos de sus amigos, pero nadie fuera del grupo. El Winchester tenía una pequeña marca de nacimiento cerca de su entrepierna, entre la cadera y la pierna con la forma de una estrella.

Al principio pensó que era un tatuaje, pero su pareja se lo desmintió, diciéndole que la tenía desde siempre y que nunca había averiguado si significaba algo especial o no.

En su trabajo, no existían casualidades como esas.

Dean se mantuvo inmóvil, dejando que Jensen hiciera todo el trabajo hasta que notó la calida lengua de su pareja lamerle su marca de nacimiento, erizando todos los vellos de su cuerpo. Gimió fuerte, rodeándole la espalda con sus piernas y las manos en el rostro del alpha, obligándole a subir para poder devorarle la boca.

El ranchero rompió el beso, agarrándole con fuerza de las muñecas para obligarle a ponerlas sobre su cabeza, sus ojos ardiendo de deseo.

- Quiero que dejes las manos ahí quietas… no las muevas… - murmuró, terminando de desvestirle a ambos.

Jensen volvió a acariciarle cuando terminó de desnudarles, encendiéndole aun más, masturbándole con dolorosa lentitud y besándole por todo el cuerpo. Su lengua y sus labios se deslizaron desde el pecho, entreteniéndose en la más reciente cicatriz, hasta su entrepierna, donde comenzó a lamerle con redoblado entusiasmo, decidido a hacer olvidar a su pareja sus preocupaciones aunque solo fuera por ese rato.

Dean gritó su nombre, revolviéndose bajo él y moviendo las manos para enredar los dedos en el cabello de su pareja, pero un rugido de advertencia del alpha, que le hizo ver las estrellas al sentirlo directamente en su miembro, le obligó a desistir con un jadeo desesperado.

- Hoy vamos a pasar toooodo el día en la cama. - comentó Jensen, liberando el miembro de su pareja y lamiéndolo levemente. - No vamos a movernos de aquí para nada. ¿Qué te parece? - Dean tragó trabajosamente antes de poder articular una palabra.

- Me parece que como no me folles pronto, voy a empezar sin ti…

Jensen ladró una risa, subiendo de nuevo para sentarse sobre el regazo del otro, sujetándole de las muñecas con una mano mientras usaba la otra para ayudarse a introducirse de un solo golpe en el cuerpo de su pareja.

- Jens…

- Vamos, nene… te tengo… - le susurró al oído, comenzando a embestir con fuerza.

El diminuto dormitorio se fue llenando de gemidos, jadeos y el crujir de la vieja cama de hierro cada vez más altos y ruidosos, rompiendo el silencio de la casa. Jensen no dejó de sujetarle en ningún momento, deslizando la mano libre entre sus cuerpos para masturbarle, haciéndole acabar con un gruñido ronco.

El no tardó en seguirle, cayendo a su lado sin aliento, abrazándose a Dean como si pensara que iba a desaparecer en cualquier momento.

- ¿Todo el día en la cama? - preguntó Dean con voz adormilada, acurrucándose más estrechamente en su pecho.

- Todo el día.

- Es una idea genial. - Jensen rió triste, abrazándole con fuerza. Quien sabia si esos podrían ser sus últimos días para disfrutar con su pareja.




En Destruction Bay, las cosas no iban demasiado bien, precisamente, desde la marcha de Jensen y Dean. De hecho, el resto del grupo andaba tenso y molesto todo el tiempo y eso se resentía en sus actividades diarias.

- Tom, solo digo que no había falta ser tan borde con el carnicero… - murmuró Mike, con voz conciliadora.

Esa mañana habían bajado al pueblo a por provisiones, como todos los primeros de mes y Tom se separó para conseguir la carne, las verduras y rellenar el botiquín en la farmacia. El problema fue, que el carnicero habitual estaba enfermo y había dejado la tienda a cargo de su hermano, quien pensó que era una idea genial subir los precios y bajar la calidad de la carne y así conseguir más dinero.

Claramente, a Tom no le hizo ninguna gracia y tuvo una discusión a voz en grito con el hombre, que terminó porque Mike llegó justo a tiempo para evitar que se le lanzara a la yugular.

- ¡Claro que si! ¡A mi no me toma por estupido un simple humano que se divierte timando a sus clientes! - siseó el alpha, cortando con furia una lechuga. Su pareja rodó los ojos, comenzando a molestarse de veras por el infantil comportamiento de su pareja.

- No hacia falta liar ese espectáculo…

- ¡Mike! ¡Yo soy el alpha aquí! - gritó Tom, ya furioso. - ¡No lo olvides y no te atrevas a juzgarme!

- Lo se. - gruñó Mike, enfadado. Eso ya empezaba a ser ridículo y él tampoco estaba teniendo un buen día. - No es necesario tratarme así solo porque estas molesto por lo de Jensen, ¿sabes? - masculló, girándose para salir de la cocina.

- ¡No te atrevas a darme la espalda! - rugió el alpha, subiendo el tono. El otro se volvió, dándole una mirada envenenada.

- ¡Anda y que te jodan, Tom!

- ¡Mike!

Jared vio como Mike salía hecho una furia de la casa, dirigiéndose hacia el establo, con pasos rápidos mientras Tom gruñía mil insultos a su beta, cortando con peligrosa precisión las cebollas. Suspirando, se asomó a la biblioteca, donde estaba Chris.

- ¿Chris? Tom y Mike están…

- No me importa. - gruñó el rubio, cortándole. Jared parpadeó, sorprendido.

El alpha rubio había estado gruñón y malhumorado desde que tuvieron la reunión y se encerró en la biblioteca o su habitación, ignorando al resto cuando Jensen se marchó.

El también se sentía dolido por eso, pero entendía el punto de su amigo. Tenía miedo de la decisión del Consejo y solo deseaba estar con su pareja y disfrutar de ella el tiempo que pudiera por si decidían algo drástico.

- Chris…

- No me importa, Jared. Por mí como si se matan. No es mi trabajo.

- Tío, si lo es. Jen te dejó al cargo de la manada.

- No, no es así. Jensen se largó a follarse tranquilo a su pareja, dejándonos tirados. Si quieres orden aquí, llámale y que vuelva.

- Chris, vamos… - gruñó Jared, frotándose la cara cansado. Sabia que el rubio podía llegar a ser irracional si se enfadaba, lo había visto, pero tanto…

- No.

Un portazo cortó todo intento de discusión de Jared. Tom había dejado de cocinar para ir a su dormitorio, cerrando la puerta sonoramente. En el exterior se podía aun oír el lejano sonido del galope de un caballo. Por lo visto, Mike había decidido dar un largo paseo solo para despejarse.

Genial… simplemente genial…

Continuara...

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