Titulo : The Pack.
Autora : Vulpix de Vulpecula, o sea mi menda lerenda!!
Genero : AU, Universos Mezclados.
Advertencias : para mayores de 18 años, Slash, palabras malsonantes, sexo, personajes que hacen lo que les da la gana aunque la autora no quiera, etc, etc…
Resumen : Parte de la manada baja de Alaska a Texas para impedir que la hermanita de Jared se case con quien no debe… y os fastidiais porque me acabo de levantar, tengo sueño y no estoy para hacer resumenes… ale!
Mil gracias y achuchones a mi
inanna_maat de mis amores por los preciosos arts que hizo!!! ^^
Simon corría desesperado, alejándose del centro de la ciudad y dirigiéndose hacia la zona industrial. Cuatro hombres le perseguían, pisándole los talones y acercándose cada vez más a él.
La mala suerte había hecho que perdiera el revolver al poco de dispararlo, al dejarlo caer mientras corría, dejándole desarmado e indefenso contra sus perseguidores.
Casi sin aliento por la larga carrera, dobló una esquina entre dos naves, encontrándose con una callejón sin salida.
Gritó una maldición al saberse atrapado. Ni un segundo más tarde, sus perseguidores estaban ahí, bloqueando la única salida existente, gruñendo amenazantes.
- ¿Hemos dejado de correr ya, Simon? - siseó Jensen, avanzando con el resto. Ellos ni siquiera parecían afectados por la carrera y Simon les odió un poco más por ello. Debería haberse mantenido más en forma.
- ¿Habéis venido a matarme?
- No. - negó con suavidad el alpha. - Vamos a llevarte ante el consejo. Aunque no es que te merezcas algo peor que eso.
- Mejor mátame, Ackles, o volveré. - la amenaza hizo gruñir aun más fuerte a los otros tres pero Jensen ni siquiera demostró verse afectado por sus palabras.
- No vas a volver, eso te lo aseguro. - repuso con tranquilidad. - Pero antes de llevarte a ningún lado, Jay tenía ganas de hablar contigo.
Jared se adelantó un paso, recogiéndose las mangas de la camisa que llevaba hasta los codos, mirándole fijamente. Simon tuvo que reconocer que intimidaba bastante, tan enorme y con esa expresión dura en su rostro. Y el chico era mucho más fuerte que él, no podía negar lo evidente. Si luchaban, él no iba a llevarse la mejor parte.
- ¿Acaso vas a pelear por el honor de tu hermana? - se burló, tratando de ganar tiempo para encontrar una salida. Jared frunció el ceño, observándole cuidadosamente, sin dejar de caminar hacia él.
- ¿Debería? Nah… se que no la has tocado. - una sonrisa torcida se dibujó en sus labios. - ¿Verdad, Simon? No harías eso.
- No… - gruñó el rubio, sabiendo que había sido descubierto. Esa perra debía haberle dicho la verdad.
- Claro que no. Mi madre me lo contó todo, Simon. Me dijo que también eres hijo suyo. ¿Por qué hacer todo esto? ¿Por que no podías simplemente decir quien eras?
- ¡Por que ella me abandonó y mató a la única familia que tenia! - estalló finalmente Simon, sus ojos brillando enloquecidos. - ¡Fue por su culpa que Gerald decidió retar y matar a mi padre!
- ¡Eso no es verdad! Tu padre llevaba años estafando a la manada y lo sabes. Era un mal hombre y se mereció lo que le ocurrió. - Jared respiró hondo, tratando de calmarse. - Y ella no te abandonó. Te llevó con ella al dejarle, pero él la encontró después de que el consejo diera el visto bueno para romper su unión. Os encontró y te raptó. Y él nunca la dejó acercarse a ti para decírtelo.
- ¡No! ¡Eso no fue así! ¡Ella me dejó con él!
- ¡Piensa, Simon! - gritó el castaño, avanzando otro paso hacia él. - El consejo no ha disuelto una unión en cincuenta años y lo hizo con la de ellos. ¡Estaba loco!
- Eso solo son mentiras para cubrirse…
- No lo son…
Simon no quiso seguir escuchando más, lanzándose contra Jared mientras se convertía en lobo y atacándole antes siquiera de que pudiera reaccionar. El castaño solo tuvo el tiempo justo para transformarse también antes de recibir un doloroso mordisco en el lomo que lo hizo gemir.
Chris dio un paso para intervenir, pero Jensen le detuvo, negando en silencio. Eso era algo que debía arreglar su amigo solo. Ellos no podían entrometerse en esa pelea, pasara lo que pasara.
Jared se revolvió, usando su mayor tamaño y peso para librarse del otro lobo y arañándole en el estomago con las garras de sus patas traseras cuando le empujó. El rubio cayó al suelo, sus patas temblando ligeramente por el dolor en su estomago, cosa que el otro aprovechó para empujarle, dejándole patas arriba y mordiéndole con fuerza en la garganta, inmovilizándole con su peso.
No le clavó los colmillos, pero apretó lo suficiente como para cortarle el aire y hacerle desistir de cualquier intentó de huida. Jensen se acercó entonces, apoyando una mano en el cuello de Jared para separarles, observando al lobo caído a sus pies.
- Se acabó, Simon. Robin ya esta con el consejo y tu vas a acompañarnos allí también.
Dean sonreía ligeramente mientras la guapa enfermera que curaba a su hermano le hacia ojitos descaradamente al pequeño, sin dejar de tocarle de más el brazo donde le cosía la herida. No era como si pudiera culparla. Sam tenía unos brazos impresionantes.
- ¡Muy bien! ¡Esto ya esta! Si necesitas algo para el dolor, solo avísame. - Sam asintió y la enfermera se acercó más a él, bajando la voz a un susurro. - Y si necesitas alguna otra cosa más… personal, también.
El mayor tuvo que morderse la lengua para no soltar una carcajada ahí mismo al ver el sonrojo de su hermano. Era hilarante.
- Sammy… - el pequeño le fulminó con la mirada, mientras se colocaba de nuevo la camisa, cogiendo la que su hermano había usado para tapar la herida y para tirarla al cubo de la basura. Ya estaba insalvable.
- ¡Ni una palabra! - Dean rió, sin poder contenerse más.
- Se lo tengo que contar a Jay, en serio. ¡Es demasiado divertido!
- ¡Ni se te ocurra! - chilló Sam, haciendo un mohín disgustado.
- ¡Pero es que es muy gracioso, Sam!
- ¡Dean, no! ¡No se lo cuentes o se pasara un mes burlándose de mi por esto!
- ¡Sam! - protestó el mayor, todavía riéndose. El otro siguió negándose, obstinado.
- ¡No!
Misha observó a los dos hermanos discutir, casi riendo. Cuando se ponían en ese plan resultaban de lo más divertidos, comportándose como dos críos de doce años.
Aun con la sonrisa en los labios, se giró para ir a la habitación donde los médicos habían ingresado a Chad. Tenía una conmoción a causa del golpe y querían asegurarse de que la cosa no iba a mayores, por lo que estaba bajo observación esa noche.
Un dolor sordo se instaló en su pecho al verle allí, tumbado en esa cama y con la fea herida en su frente. El dolor de no haberle podido proteger mejor y de saber que no iba a tener oportunidad de remediarse porque no iba a estar ahí para cuidarle.
Jensen había llamado unos minutos antes para avisar de que se dirigían hacia el hospital desde el edificio de reuniones. Simon fue entregado al consejo junto con su pareja y Megan ya estaba con su madre, sana y salva. Todo había acabado por lo que ellos regresarían a su casa al día siguiente.
Suspirando, se sentó junto a la cama en silencio y acarició el despeinado cabello rubio. Chad parpadeó, abriendo los ojos por el suave toque y sonrió al verle.
- ¡Ey, guapo! - Misha le sonrió de vuelta sin poder evitarlo.
- ¡Ey! ¿Cómo te encuentras? - Chad hizo una mueca de dolor al sentarse.
- Bien, tengo la cabeza muy dura, descuida. - el moreno rió, pero le dio una mirada severa.
- Eso fue una soberana estupidez. - le riñó. - Enfrentarte a un lobo tu solo… ¡y armado! No vuelvas a ponerte en peligro de esa manera, ¿entendido?
- Si, mama. - se burló el otro, ganándose una sonrisa suave del lobo.
- Creo que nos vamos mañana… - comentó de repente Misha, con voz triste. - Jensen ha llamado para decir que venían para acá desde el consejo.
- Ah… ¿te vas? - preguntó Chad con tono débil, mirándole dolido. El moreno tragó, sintiendo un desagradable nudo en su estomago.
- Si, yo… tengo que regresar con mi manada… son mi familia…
- Lo se, pero… pensé que a lo mejor, tu y yo podríamos…
- No. - le cortó. - Te lo dije. Soy un lobo. Un lobo beta sin pareja. No puedo ni reclamarte ni convertirte, Chad.
- Mejor, porque me gusta demasiado ser humano. Pero quiero estar contigo. - murmuró, cogiéndole la mano pero Misha tiró, soltándose de su agarre.
- ¡No se puede!
- ¡Si se puede! - el moreno negó enérgicamente con la cabeza, alejándose un poco de la cama.
- No, si la manada al completo no lo permite y no voy a ponerlos en esa situación después de todo lo que han hecho ya por mi. Y si te vienes y cambias de idea…
- ¡No voy a hacer eso! - protestó el chico, frunciendo el ceño.
- No puedes saberlo, Chad. Eres un humano, esta en tu naturaleza cambiar de idea en esos temas. No sois leales…
- ¡Y una mierda no lo somos! - gritó Chad, enojado. - ¿Ni siquiera me vas a dar una oportunidad?
Misha le dio una mirada triste, inclinándose para darle un largo y profundo beso al que el otro respondió con ansias. Cuando se separaron, había lágrimas en sus ojos.
- Adiós, Chad. - murmuró, saliendo de la habitación, haciendo oídos sordos a las llamadas del otro hombre.
Al llegar al pasillo, Steve y Chris estaban ahí, esperándole, abrazándole al verle a punto de derrumbarse para dejarle que se escondiera un ratito de todos mientras intentaba recuperar un poco la compostura.
Lo que había dejado en esa habitación, no podría recuperarlo jamás.
- Hola Sammy.
Jared se acercó a su pareja, rodeándole con sus brazos en un apretado abrazo y olisqueándole para asegurarse de que no seguía herido. Un suspiro de alivio se le escapó al comprobar que, salvo la sangre ya casi seca de la herida del brazo, no había más daños evidentes.
- ¿Cómo estas? - el alpha rió suave, apretando aun más a su pareja entre sus brazos.
- ¿Eso no debería estar preguntándotelo yo a ti? - le susurró con la cara escondida en su cuello. - Siento haberte dejado ahí herido…
- Tío, mi hermano se quedó, no te preocupes. - repuso Sam, acariciándole el cabello. El ya se había enterado de la historia entre Simon y la familia de Jay por Dean e imaginaba que su pareja no se debía sentir muy bien por lo que había ocurrido. - Y no es como si estuviera herido herido de verdad. Déjate de tonterías y responde.
- Hemos dejado a Simon con el consejo. Ellos decidirán que hacer con él. - la voz del alpha era baja y ronca, denotando cansancio y eso solo activo más las ganas de Sam de protegerlo. Era inevitable. Si su pareja sufría, él lo sentía en su corazón como un dolor sordo.
- ¿Qué le harán?
- No lo se. Y no se si quiero saberlo, de verdad. Solo quiero regresar a casa. - El Winchester se separó para besarle con suavidad en los labios, acariciándole la mejilla con cariño.
- Pronto. Megan esta con tu madre en casa. Esta bien. - Jared le dio una sonrisa tensa.
- Estupendo porque yo me siento como si me fuera a caer redondo al suelo. Estoy tan cansado…
- Lo se, Jay. Regresaremos mañana, ¿vale? ¿Qué tal si por ahora vamos con tu madre y duermes un poco? - el alpha suspiró, apoyando la frente en el hombro de su pareja.
- Eso es una idea genial.
Continuara...