Basado en fantasías reales
Iba Saperucita roja por el metro de Madrid tan contenta, tralaralarita, voy a hacer un programita. Cuando se adentra en la jungla laboral. Al llegar pregunta:
- ¿Dónde está mi abuelita, que me tiene que mandar hacer un programita?
Y la ve sentada frente al monitor, pero en realidad no era su abuelita, sino que era el malvado lobo consultor, que se había disfrazado de su abuelita.
- Hola Saperucita, donde vas con la sonrisita?
- Vengo a verte, abuelita, para que me mandes un programita.
- Uy, lo siento, no va a poder ser - mintió el lobo consultor -. Pero tengo aquí unas documentaciones técnicas para chuparse los dedos. Sé que tu plato favorito son los programitas, pero esta mierda se tiene que sacar de la nevera.
Y a Saperucita, que no le gustaba comer documentación técnica, se le agrió la cara, pero como era muy educada con su abuelita se calló y se comió la documentación sin rechistar. A mitad de esa comida le entraron ganas de tomar un café, pero no había tiempo ya que no podía dejar la documentación técnica sola, no fuera a ser que se llenara de moscas.
Llevaba ya mucho tiempo Saperucita sin catar un buen programita, siempre le ponían mierda y de vez en cuando algunos retales de un programita, la parte que nadie quiere.
Pero Saperucita ayudaba a su pobre abuelita inútil, ya que no podía valerse por si misma, no sólo por amor al arte, no, sino porque le daba la paga mensual para tener para sus vicios y comerse unas manzanas con Blancanieves y ahogar sus penas.
Y la pobre Saperucita siguió tragando, hasta que llegó su hora de irse a casita, tras limpiar el trasero de su anciana abuela, que la tenía engañada cuando en realidad era, y siempre había sido, el lobo consultor.
Pero el lobo consultor, viendo que ya quedaba poco y llegaba la hora de irse Saperucita, y se escapaba su presa, le dijo:
- Saperucita, saperucita. Tengo aquí una incidencita!! Y me corre mucha prisita.
- Abuelita, abuelita, que morro más grande tienes!!
- Para chuparla mejor.
- Pues abuelita, sabes que soy Saperucita roja, y que hoy juega España, y si me quedo con la incidencia no podré verlo. Así que métetela por el culo, después en la nevera y el próximo día la sacas y la miramos.
- De acuerdo - dijo el lobo consultor, mientras fruncía el ceño. - Vete si quieres y el próximo día acabamos el buffette.
- Abuelita, hoy me toca la paguita! - dijo Saperucita.
- Uy, es verdad! Se me había olvidado - disimuló el lobo consultor. - Ahí tienes.
- Abuelita, esto es una puta mierdecita. Así va a venir a ayudarte en la casita tu primita la cojita.
Y así sucedió, Saperucita escapó de las garras del lobo consultor... hasta la próxima?
- ¿Dónde está mi abuelita, que me tiene que mandar hacer un programita?
Y la ve sentada frente al monitor, pero en realidad no era su abuelita, sino que era el malvado lobo consultor, que se había disfrazado de su abuelita.
- Hola Saperucita, donde vas con la sonrisita?
- Vengo a verte, abuelita, para que me mandes un programita.
- Uy, lo siento, no va a poder ser - mintió el lobo consultor -. Pero tengo aquí unas documentaciones técnicas para chuparse los dedos. Sé que tu plato favorito son los programitas, pero esta mierda se tiene que sacar de la nevera.
Y a Saperucita, que no le gustaba comer documentación técnica, se le agrió la cara, pero como era muy educada con su abuelita se calló y se comió la documentación sin rechistar. A mitad de esa comida le entraron ganas de tomar un café, pero no había tiempo ya que no podía dejar la documentación técnica sola, no fuera a ser que se llenara de moscas.
Llevaba ya mucho tiempo Saperucita sin catar un buen programita, siempre le ponían mierda y de vez en cuando algunos retales de un programita, la parte que nadie quiere.
Pero Saperucita ayudaba a su pobre abuelita inútil, ya que no podía valerse por si misma, no sólo por amor al arte, no, sino porque le daba la paga mensual para tener para sus vicios y comerse unas manzanas con Blancanieves y ahogar sus penas.
Y la pobre Saperucita siguió tragando, hasta que llegó su hora de irse a casita, tras limpiar el trasero de su anciana abuela, que la tenía engañada cuando en realidad era, y siempre había sido, el lobo consultor.
Pero el lobo consultor, viendo que ya quedaba poco y llegaba la hora de irse Saperucita, y se escapaba su presa, le dijo:
- Saperucita, saperucita. Tengo aquí una incidencita!! Y me corre mucha prisita.
- Abuelita, abuelita, que morro más grande tienes!!
- Para chuparla mejor.
- Pues abuelita, sabes que soy Saperucita roja, y que hoy juega España, y si me quedo con la incidencia no podré verlo. Así que métetela por el culo, después en la nevera y el próximo día la sacas y la miramos.
- De acuerdo - dijo el lobo consultor, mientras fruncía el ceño. - Vete si quieres y el próximo día acabamos el buffette.
- Abuelita, hoy me toca la paguita! - dijo Saperucita.
- Uy, es verdad! Se me había olvidado - disimuló el lobo consultor. - Ahí tienes.
- Abuelita, esto es una puta mierdecita. Así va a venir a ayudarte en la casita tu primita la cojita.
Y así sucedió, Saperucita escapó de las garras del lobo consultor... hasta la próxima?