Tabla Momentos: Teddy Lupin
En su vida reinaban los cambios. Desde que podía recordar siempre había estado en constante cambio.
Al principio nunca había podido controlar aquellos cambios, como no podía controlar los sentimientos que los regían. Y al pasar de los años, todavía no podía controlar aquellos sentimientos, pero los cambios estaban algo más dominados.
Teddy Lupin podía cambiar el color de su cabello de azul, a rojo, a rubio, a negro. También podía cambiar si era liso, largo, corto o rizado. Pero no podía controlar las mariposas que se instalaban en su estómago cada vez que veía a Victoire.
Podía decidir el tamaño de su nariz, de sus orejas, de sus manos. Podía ostentar una nariz recta, o respingada, grande o pequeña. Pero no podía ocultar como sus rodillas temblaban al ver a la sobrina de su padrino caminar con aquella blanca sonrisa.
Y pensaba lo afortunado que era de que Victoire no fuera metamorfomaga, ya que era perfecta tan como era. Si hubiera cambiado su color de cabello, o la forma de su nariz, ya no sería la Victoire que tan bien conocia, ‘su’ Victoire.
Por eso había tratado tan fuertemente de disuadirla cuando la chica le había mencionado que le gustaría teñirse su cabello de un color más oscuro. A veces los cambios eran buenos, pero había algunos que ciertamente preferiría evitar.
Al principio nunca había podido controlar aquellos cambios, como no podía controlar los sentimientos que los regían. Y al pasar de los años, todavía no podía controlar aquellos sentimientos, pero los cambios estaban algo más dominados.
Teddy Lupin podía cambiar el color de su cabello de azul, a rojo, a rubio, a negro. También podía cambiar si era liso, largo, corto o rizado. Pero no podía controlar las mariposas que se instalaban en su estómago cada vez que veía a Victoire.
Podía decidir el tamaño de su nariz, de sus orejas, de sus manos. Podía ostentar una nariz recta, o respingada, grande o pequeña. Pero no podía ocultar como sus rodillas temblaban al ver a la sobrina de su padrino caminar con aquella blanca sonrisa.
Y pensaba lo afortunado que era de que Victoire no fuera metamorfomaga, ya que era perfecta tan como era. Si hubiera cambiado su color de cabello, o la forma de su nariz, ya no sería la Victoire que tan bien conocia, ‘su’ Victoire.
Por eso había tratado tan fuertemente de disuadirla cuando la chica le había mencionado que le gustaría teñirse su cabello de un color más oscuro. A veces los cambios eran buenos, pero había algunos que ciertamente preferiría evitar.